lunes, 9 de diciembre de 2024

Solución: PERÚ INTEGRAL EL PROBLEMA PRIMARIO DEL PERÚ

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Solución: PERÚ INTEGRAL

 

EL PROBLEMA PRIMARIO DEL PERÚ

 

Antes de que se apaguen los ecos de la conmemoración de la figura y de la obra de Clorinda Matto de Turner, antes de que se dispersen los delegados del cuarto congreso de la raza indígena, dirijamos la mirada al problema fundamental, al problema primario del Perú. Digamos algo de lo que diría ciertamente Clorinda Matto de Turner si viviera todavía. Este es el mejor homenaje que podemos rendir los hombres nuevos, los hombres jóvenes del Perú, a la memoria de esta mujer singular que, en una época más cómplice y más fría que la nuestra, insurgió noblemente contra las injusticias y los crímenes de los explotadores de la raza indígena.

La gente criolla, la gente metropolitana, no ama este rudo tema. Pero su tendencia a ignorarlo, a olvidarlo, no debe contagiarse. El gesto del avestruz que, amenazado, esconde bajo el ala la cabeza, es demasiado estólido. Con negarse a ver un problema, no se consigue que el problema desaparezca. Y el problema de los indios es el problema de cuatro millones de peruanos. Es el problema de las tres cuartas partes de la población del Perú. Es el problema de la mayoría. Es el problema de la nacionalidad. La escasa disposición de nuestra gente a estudiarlo y a enfocarlo honradamente es un signo de pereza mental y, sobre todo, de insensibilidad moral.

El virreinato, desde este punto y otros puntos de vista, aparece menos culpable que la República. Al Virreinato le corresponde, originalmente, la responsabilidad de la miseria y la depresión de los indios. Pero, en ese tiempo inquisitorial, una gran voz humanitaria, una gran voz cristiana, la de fray Bartolomé de las Casas, defendió vibrantemente a los indios contra los métodos brutales de los colonizadores. No ha habido en la República un defensor tan eficaz y tan porfiado de la raza indígena.

Mientras el Virreinato era un régimen medioeval y extranjero, la República es formalmente un régimen peruano y liberal. Tiene, por consiguiente, la república deberes que no tenía el virreinato. A la República le tocaba elevar la condición del indio. Y contrariando este deber, la República ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado su miseria. La República ha significado para los indios la ascensión de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemáticamente de sus tierras. En una raza de costumbres y de alma agrarias, como la raza indígena, este despojo ha constituido una causa de disolución material y moral. La tierra ha sido siempre toda la alegría del indio. El indio ha desposado la tierra. Siente que “la vida viene de la tierra” y vuelve a la tierra. Por ende, el indio puede ser indiferente a todo, menos a la posesión de la tierra que sus manos y su aliento labran y fecundan religiosamente. La feudalidad criolla se ha comportado, a este respecto, más ávida y más duramente que la feudalidad española. En general, en el encomendero español había, frecuentemente, algunos hábitos nobles de señorío. El encomendero criollo tiene todos los defectos del plebeyo y ninguna de las virtudes del hidalgo. La servidumbre del indio, en suma, no ha disminuido bajo la República. Todas las revueltas, todas las tempestades del indio, han sido ahogadas en sangre. A las reivindicaciones desesperadas del indio les ha sido dada siempre una respuesta marcial. El silencio de la puna ha guardado luego el trágico secreto de estas respuestas. La república ha restaurado, en fin, bajo el título de conscripción vial, el régimen de las mitas. Contra esta restauración no han protestado, naturalmente, nuestros nacionalistas. Jorge Basadre, un joven escritor de vanguardia, ha sido uno de los pocos que han sentido el deber de denunciar, en un estudio moderado y discreto que resulta sin embargo una tremenda requisitoria el verdadero carácter de la conscripción vial. Los retóricos del nacionalismo no han imitado su ejemplo.

La República, además, es responsable de haber aletargado y debilitado las energías de la raza. La insurrección de Túpac Amaru probó, en las postrimerías del virreinato, que los indios aún eran capaces de combatir por su libertad. La independencia enervó esa capacidad. La causa de la redención del indio se convirtió en una especulación demagógica de algunos caudillos. Los partidos criollos la inscribieron en su programa. Adormecieron así en los indios la voluntad de luchar por sus reivindicaciones.

Pero, ampliando la solución del problema indígena, la República ha aplazado la realización de sus sueños de progreso. Una política realmente nacional no puede prescindir del indio, no puede ignorar al indio. El indio es el cimiento de nuestra nacionalidad en formación. La opresión enemista al indio con la civilidad. Lo anula, prácticamente, como elemento de progreso. Los que empobrecen y deprimen al indio, empobrecen y deprimen a la nación. Explotado, befado, embrutecido, no puede el indio ser un creador de riqueza. Desvalorizarlo, despreciarlo como hombre equivale a desvalorizarlo, a despreciarlo como productor. Sólo cuando el indio obtenga para sí el rendimiento de su trabajo, adquirirá la capacidad de consumidor y productor que la economía de una nación moderna necesita en todos los individuos. Cuando se habla de la peruanidad, habría que empezar por investigar si esa peruanidad comprende al indio. Sin el indio no hay peruanidad posible. Esta verdad debería ser válida, sobre todo, para las personas de ideología meramente burguesa, demo-liberal y nacionalista. El lema de todo nacionalismo, a comenzar del nacionalismo de Charles Maurras y “L’Action Francaise”, dice: “Todo lo que es nacional es nuestro”.

El problema del indio, que es el problema del Perú, no puede encontrar su solución en una fórmula abstractamente humanitaria. No puede ser la consecuencia de un movimiento filantrópico. Los patronatos de caciques y de rábulas son una befa. Las ligas del tipo de la extinguida Asociación Pro-Indígena son una voz que clama en el desierto. La Asociación Pro-Indígena no llegó siquiera a convertirse en un movimiento. Su acción se redujo, gradualmente, a la acción generosa, abnegada, nobilísima, personal, de Pedro S. Zulen. Como experimento el de la Asociación Pro-Indígena fue un experimento negativo. Sirvió para contrarrestar, para medir, la insensibilidad moral de una generación y de una época.

La solución del problema del indio tiene que ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios. Este concepto conduce a ver en la reunión de los congresos indígenas un hecho histórico. Los congresos indígenas no representan todavía un programa; pero representan ya un movimiento. Indican que los indios comienzan a adquirir consciencia colectiva de su situación. Lo que menos importa del congreso indígena son sus debates y sus votos. Lo trascendente, lo histórico es el congreso en sí mismo. El congreso como afirmación de la voluntad de la raza de formular sus reivindicaciones. A los indios les falta vinculación nacional. Sus protestas han sido siempre regionales. Esto ha contribuido, en gran parte, a su abatimiento. Un pueblo de cuatro millones, consciente de su número, no desespera nunca de su porvenir. Los mismos cuatro millones de hombres, mientras no son sino una masa inorgánica, una muchedumbre dispersa, son incapaces de decidir su rumbo histórico. En el Congreso indígena, el indio del norte se ha encontrado con el indio del centro y con el indio del sur. El indio, en el congreso, se ha comunicado, además, con los hombres de vanguardia de la capital. Estos hombres lo tratan como a un hermano. Su acento es nuevo, su lenguaje es nuevo también. El indio reconoce en ellos, su propia emoción. Su emoción de sí mismo se ensancha con este contacto. Algo todavía muy vago, todavía muy confuso, se bosqueja en esta nebulosa humana, que contiene probablemente, seguramente, los gérmenes del porvenir de la nacionalidad.

José Carlos Mariátegui. 9 de diciembre 1924

COC Tomo 11 pgs. 25-34

Nota.

Escrito posiblemente en relación con el Centenario de la Batalla de Ayacucho (9 de diciembre 1824)

 

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9 de diciembre 2024

Solución: AMÉRICA INTEGRAL LA UNIDAD DE LA AMÉRICA INDO-ESPAÑOLA

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Solución: AMÉRICA INTEGRAL

 

LA UNIDAD DE LA AMÉRICA INDO-ESPAÑOLA

 

Los pueblos de la América española se mueven, en una misma dirección. La solidaridad de sus destinos históricos no es una ilusión de la literatura americanista. Estos pueblos, realmente, no sólo son hermanos en la retórica sino también en la historia. Proceden de una matriz única. La conquista española, destruyendo las culturas y las agrupaciones autóctonas, uniformó la fisonomía étnica, política y moral de la América Hispana. Los métodos de colonización de los españoles solidarizaron la suerte de sus colonias. Los conquistadores impusieron a las poblaciones indígenas su religión y su feudalidad. La sangre española se mezcló con la sangre indígena. Se crearon, así, núcleos de población de población criolla, gérmenes de futuras nacionalidades. Luego, idénticas ideas y emociones agitaron a las colonias contra España. El proceso de formación de los pueblos indo-españoles tuvo, en suma, una trayectoria uniforme.

La generación libertadora sintió intensamente la unidad sudamericana. Opuso a España un frente único continental. Sus caudillos obedecieron no un ideal nacionalista, sino un ideal americanista. Esta actitud correspondía a una necesidad histórica. Además, no podía haber nacionalismo donde no había aún nacionalidades. La revolución no era un movimiento de las poblaciones indígenas. Era un movimiento de las poblaciones criollas, en las cuales los reflejos de la Revolución Francesa habían generado un humor revolucionario.

Mas las generaciones siguientes no continuaron por la misma vía. Emancipados de España, las antiguas colonias quedaron bajo la presión de las necesidades de un trabajo de formación nacional. El ideal americanista, superior a la realidad contingente, fue abandonado. La revolución de la independencia había sido un gran acto romántico; sus conductores y animadores, hombres de excepción. El idealismo de esa gesta y de esos hombres había podido elevarse a una altura inasequible a gestas y hombres menos románticos. Pleitos absurdos y guerras criminales desgarraron la unidad de la América Indo-Española. Acontecía, al mismo tiempo, que unos pueblos se desarrollaban con más seguridad y velocidad que otros. Los más próximos a Europa fueron fecundados por sus inmigraciones. Se beneficiaron de un mayo contacto con la civilización occidental. Los países hispano-americanos empezaron así a diferenciarse.

Presentemente, mientras unas naciones han liquidado sus problemas elementales, otras no han progresado mucho en su solución. Mientras unas naciones han llegado a una regular organización democrática, en otras subsisten hasta ahora densos residuos de feudalidad. El proceso del desarrollo de todas estas naciones sigue la misma dirección; pero en unas se cumple más rápidamente que en otras.

Pero lo que separa y aísla a los países hispano-americanos, no es esta diversidad de horario político. Es la imposibilidad de que entre naciones incompletamente formadas, entre naciones apenas bosquejadas en su mayoría, se concerte y articule un sistema o un conglomerado internacional. En la historia, la comuna precede a la nación. La nación precede a toda sociedad de naciones.

Aparece como una causa específica de dispersión la insignificancia de vínculos económicos hispano-americanos. Entre estos países no existe casi comercio, no existe casi intercambio. Todos ellos son, más o menos, productores de materias primas y de géneros alimenticios que envían a Europa y Estados Unidos, de donde reciben, en cambio, maquinarias, manufacturas, etc. Todos tienen una economía parecida, un tráfico análogo. Comercian, por tanto, con países industriales. Entre los pueblos hispano-americanos no hay cooperación; algunas veces, por el contrario, hay concurrencia. No se necesitan, no se complementan, no se buscan unos a otros. Funcionan económicamente como colonias de la industria y la finanza europea y norte-americana.

Por muy escaso crédito que se le conceda a la concepción materialista de la historia, no se puede desconocer que las relaciones económicas son el principal agente de la comunicación y la articulación de los pueblos. Puede ser que el hecho económico no sea anterior ni superior al hecho político. Pero, al menos, ambos son consustanciales y solidarios. La historia moderna lo enseña a cada paso. (A la unidad germana se llegó a través del zollverein, *acuerdo aduanero. El sistema aduanero, que canceló los confines entre los Estados alemanes, fue el motor de esa unidad que la derrota, la pos-guerra y las maniobras del poincarismo no han podido fracturar. Australia-Hungría, no obstante la heterogeneidad de su contenido étnico, constituía, también, en sus último años, un organismo económico. Las naciones que el tratado de paz ha dividido de Austria-Hungría resultan un poco artificiales, malgrado la evidente autonomía de sus raíces étnicas e históricas. Dentro del imperio austro-húngaro la convivencia había concluido para soldarlas económicamente. El tratado de paz les ha dado autonomía política pero no ha podido darles autonomía económica. Esas naciones han tenido que buscar, mediante pactos aduaneros, una restauración parcial de su funcionamiento. Finalmente, la política de cooperación y asistencia internacionales, que se intenta actuar en Europa, nace de la constatación de la interdependencia económica de las naciones europeas. No propulsa esa política un abstracto ideal pacifista sino un concreto interés económico. Los problemas de la paz han demostrado la unidad económica de Europa. La unidad moral, la unidad cultural de Europa no son menos evidentes; pero sí menos válidas para inducir a Europa a pacificarse.)

Es cierto que estas jóvenes formaciones nacionales se encuentran desparramadas en un continente inmenso. Pero, la economía es, en nuestro tiempo, más poderosa que el espacio. Sus hilos, sus nervios, suprimen o anulan las distancias La exigüidad de las comunicaciones y los transportes es, en América indo-española, una consecuencia de la exigüidad de las relaciones económicas. No se tiende un ferrocarril para satisfacer las necesidades del espíritu y de la cultura.

La América española se presenta prácticamente fraccionada, escindida, balcanizada. (*artificial separación de los países que conforman los Balcanes). Sin embargo, su unidad no es una utopía, no es una abstracción. Los hombres que hacen la historia hispano-americana no son diversos. Entre el criollo del Perú y el criollo argentino no existe diferencia sensible. El argentino es más optimista, más afirmativo que el peruano, pero uno y otro son irreligiosos y sensuales. Hay, entre uno y otro, diferencias de matiz más que de color.

De una comarca de la América española a otra comarca varían las cosas, varía el paisaje; pero casi no varía el hombre. Y el sujeto de la historia es, ante todo, el hombre. La economía, la política, la religión, son formas de la realidad humana. Su historia es, en su esencia, la historia del hombre.

La identidad del hombre hispano-americano encuentra una expresión en la vida intelectual. Las mismas ideas, los mismos sentimientos circulan por toda la América indo-española. Toda fuerte personalidad intelectual influye en la cultura continental. Sarmiento, Martí, Montalvo no pertenecen exclusivamente a sus respectivas patrias; pertenecen a Hispano-América. Lo mismo que de estos pensadores se puede decir de Darío, Lugones, Silva, Nervo, Chocano y otros poetas. Rubén Darío está presente en toda la literatura hispano-americana. Actualmente, el pensamiento de Vasconcelos y de Ingeniero son los maestros de una entera generación de nuestra América. Son dos directores de su mentalidad.

Es absurdo y presuntuoso hablar de una cultura propia y genuinamente americana en germinación, en elaboración. Lo único evidente es que una literatura refleja ya la mentalidad y el humor hispano-americanos. Esta literatura -poesía, novela, crítica, sociología, historia, filosofía- no vincula todavía a los pueblos; pero vincula, aunque no sea sino parcial y débilmente, a las categorías intelectuales.

Nuestro tiempo, finalmente, ha creado una comunicación más viva y más extensa: la que ha establecido entre las juventudes hispano-americanas la emoción revolucionaria. Más bien espiritual que intelectual, esta comunicación recuerda la que concertó la generación de la independencia. Ahora como entonces, la emoción revolucionaria da unidad a la América indo-española. Los intereses burgueses son concurrentes o rivales; los intereses de las masas no. Con la Revolución Mexicana, con su suerte, con su ideario, con sus hombres, se sienten solidarios todos los hombres nuevos de América. Los brindis pacatos de la diplomacia no unirán a estos pueblos. Los unirán, en el porvenir, los votos históricos de las muchedumbres.

José Carlos Mariátegui. 6 de diciembre de 1924

COC. Tomo 12, pgs. 14-17

Nota.

Escrito posiblemente en relación con el Centenario de la Batalla de Ayacucho (9 de diciembre 1824)

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

9 de diciembre 2024

Páginas Libres rinde homenaje al bicentenario de la batalla de Ayacucho


 

jueves, 5 de diciembre de 2024

DINA YA NO TIENE NADA QUE DECIR

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DINA YA NO TIENE NADA QUE DECIR

 

  “Dina ya no tiene nada que decir”, con este titular en primera plana “el Diario La República “se editó el 29.11.24, refiriéndose a la situación de su gestión gubernamental de la actual Presidente de la República, señora Dina Boluarte. No es que Dina ya no tiene que decir, sino que Dina nunca ha tenido nada que decir por sí misma, pero si mucho dice la gestión práctica del Ejecutivo que ella representa como expresión del poder económico detrás del trono: no tiene nada que decir, pero si hacer, continuando el mismo itinerario aprehendido de sus más cercanos antecesores, llámese Castillo, Sagastegui, Vizcarra, Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala y etc.

  Sabemos perfectamente que la burguesía nacional sostén del capitalismo marginal al servicio del capital transnacional es despótico con el más débil y lacayuna y servil con el poderoso. Este lastre de atraso y miseria de las masas peruanas trabajadoras cumplió su bicentenario en el 2021(1821-2021), malgrado la Independencia del coloniaje español, que no es tema del momento.

  El mencionado diario resalta también la no participación en el acto de clausura de CADE-2024(Conferencia Anual de Ejecutivos) de la Presidente Dina Boluarte y sus principales del Ejecutivo. Al respecto, menciona la cómoda razón que se debería “tras conocer encuesta entre ejecutivos que le da 6% de aprobación” Me arriesgo al respecto interpretarlo sobre la base de: si el 90% constituye el pueblo peruano y el 10% constituye la clase dominantes, entonces un 6% de aprobación de ese 10% es ya una aprobación más que muy bueno. No se trata de aprobación a Dina Boluarte y su séquito de turno de sus ejecutivos y legisladores, no. Se trata de la aprobación del hecho económico de un capitalismo marginal. Al respecto, bueno es recordar las enseñanzas del Amauta José Carlos Mariátegui que nos orienta en el presente con: “Los ensayos de interpretación de la historia de la República que duermen en los anaqueles de nuestras bibliotecas coinciden, generalmente, en su desdén o su ignorancia de la trama económica de toda la política. Acusan en nuestra gente una obstinada inclinación a no explicarse la historia peruana sino romántica o novelescamente. En cada episodio, en cada acto, las miradas buscan al protagonista. No se esfuerzan por percibir los intereses o las pasiones que el personaje representa. Mediocres caciques, ramplones gerentes de la política criolla son tomados como los forjadores y animadores de una realidad de la cual han sido modestos y opacos instrumentos”.

  Veamos ahora cómo se manifiesta CADE a través de uno de sus ejecutivos.

   John Carty, vicepresidente de División de Agroindustria de Grupo Gloria, quien participa en el CADE Ejecutivos 2024, dijo que el Mega puerto de Chancay es importante para el crecimiento de la empresa, sobre todo para la exportación de frutas.

"Actualmente, exportamos más a Estados Unidos y a Europa, pero se ve un potencial muy grande en el Asia. El puerto nos va a permitir llegar más rápido y con mejores costos. Estamos muy contentos y creo que al final esa es la clave, el país tiene que invertir en infraestructura para que los empresarios podamos invertir y seguir generando puestos de trabajo", sostuvo. (tomado vía FB).

 

  Por tanto, en un evento comercial, los nervios y cerebro de las relaciones económicas internacionales en el mundo, en las condiciones actuales, poco sirve la burocracia estatal oficial. La soberbia de su autonomía e independencia no cuenta para nada sobre la realidad concreta del hecho económico. entonces, ¿Qué de interés podía tener la presencia o no de Dina y su sequito en la clausura de CADE?

  Finalmente, a propósito de lo dicho en las últimas líneas, Waldo Frank, célebre hombre nuevo de América y gran amigo del Amauta José Carlos Mariátegui, señalaba en una de sus páginas de su libro “Nuestra América”, lo siguiente: cuando a un conocido millonario industrial estadounidense le dijeron, refiriéndose a un político financiado por dicho millonario, ¿usted sabe que le está robando?, fríamente contestó, “lo sé, pero mientras no interfiera en mis intereses”, importa gran cosa.

 

  En nuestro presente que cosa es contra: TERRORISMO-NARCOTRAFICO-CORRUPCION ¿será o no será, según la sugestión de líneas arriba? ¿De acuerdo a las circunstancias en que se encuentra el Estado actual y sus instituciones? Así es como se piensa hoy de arriba abajo, que impone al pueblo a pensar de abajo arriba: TRABAJO-EDUCACIÓN-SALUD. Una nueva arquitectura de un nuevo tipo de Estado como corporación de trabajo. Centremos el debate en un Programa Mínimo Reivindicativo o de Acción Común y por su propio peso surgirá de modo natural y espontáneo la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Peruano, entonces dejaremos de devanarnos los sesos en qué consiste un Gran Partido de masas y de ideas.

 

Héctor Félix D.

05.12.2024

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

05 diciembre de 2024

 

 Nota.- La Conferencia Anual de Ejecutivos (conocido también como CADE o CADE Ejecutivos) es un evento anual que reúne a líderes empresariales, políticos y académicos1 del Perú y el extranjero, para discutir temas y propuestas relacionadas con el desarrollo empresarial, políticas públicas y crecimiento económico. Es organizada por IPAE Asociación Empresarial desde 1961.2(Wikipedia)

La nación subyacente" de Natalia Sobrevilla, la historiadora que busca iluminar las falsas dicotomías de la independencia de Perú

 

Solución: PERÚ INTEGRAL

"La nación subyacente" de Natalia Sobrevilla,

la historiadora que busca iluminar las

falsas dicotomías de la independencia de Perú


Natalia Sobrevilla Perea, autora de La nación subyacente: Diez ensayos para pensar la independencia peruana.

El próximo 9 de diciembre Sudamérica conmemora el bicentenario de la Batalla de Ayacucho, una decisiva campaña militar que selló la emancipación de la región.

En el marco de una fecha tan importante, la historiadora peruana Natalia Sobrevilla publica su nuevo libro, La nación subyacente (2024), en el que explora la independencia de Perú desde una óptica que desafía las nociones tradicionales de aquella época.

La autora recopiló diez ensayos con los que además pretende acabar con el controvertido debate sobre si la independencia fue “conseguida” por méritos propios o “concedida” por agentes externos.

Natalia Sobrevilla Perea es profesora de Historia Latinoamericana en la Universidad de Kent, en Reino Unido.

Ha publicado extensamente sobre la creación de Perú y el período de las guerras de independencia sudamericanas y afirma que con sus investigaciones busca entender cómo la región logró organizarse “con todos los problemas que tenía y sigue teniendo”.

BBC Mundo habló con ella en el marco del Hay Festival Arequipa, que se celebró del 7 al 10 de noviembre.

¿De dónde viene el título de "La nación subyacente"?

En realidad es un título que me sugirió un amigo y colega cuando leyó el ensayo que presenté para un libro colectivo que salió publicado en 2015, que hablaba sobre los debates sobre la nacionalidad peruana.

La nación subyacente es lo que está debajo de la epidermis. Lo que subyace.

El debate sobre la independencia, por mucho tiempo y sobre todo a partir del bicentenario, se ha generado en torno a si nuestra independencia fue concedida por personas que vinieron de fuera o si fue concebida y peleada por los mismos peruanos.

Yo digo que es una falsa dicotomía porque en ese momento no existe todavía una nación peruana, sino que existe una nación subyacente.

¿Y cómo es esa nación subyacente?

Hay que tomar en cuenta que el Perú se independiza en medio de una crisis global, en la que el imperio español se está desmoronando.

Los peruanos van a forjarse y van a empezar a existir en este contexto de guerra.

Entonces, pensar que fueron factores externos los que lograron la independencia o que ellos mismos lo hicieron es no entender que se trata de un momento de crisis en el mundo que lleva a este proceso de independencia.

Con la batalla de Ayacucho gran parte de Sudamérica consolidó su independencia de España.

¿Cómo describes el proceso de independencia del Perú?

Es un proceso conectado e implicado con procesos globales, como la invasión napoleónica la toma de posesión de Fernando VII, y la creación de las juntas de gobierno en Buenos Aires, en Santa Fe de Bogotá, en Santiago de Chile, y más tarde la reacción del virrey Abascal, que busca enfrentarse en guerras contra estos tres espacios que buscan autonomía.

Todo eso desemboca en una serie de conflictos entre diferentes regiones por el control del territorio, que eventualmente van a llevar a que se forme y se organice la República del Perú.

Has dicho que existe la idea equivocada de que los peruanos se unieron todos contra los españoles y lograron la independencia. ¿Cómo fue la verdadera experiencia de los peruanos en esa época?

Debemos dejar de hablar de peruanos cuando se habla del periodo independentista, porque en esa época no existían los peruanos. Hay personas que vienen de diversas regiones de lo que ahora es el Perú.

El Perú no existe hasta que nace la República.

Hay personas de diferentes regiones de América que van a defender al rey, pero no solamente en el Perú, sino en todo el continente.

En la batalla de Ayacucho, de las 9 mil personas que defendieron al rey, solamente unas quinientas regresaron a la península ibérica. Es decir, todos los demás eran americanos.

Pero no son peruanos, porque los peruanos aún no existían.

En Sudamérica tenemos fracasos que vienen de las guerras de independencia y nos unen de manera perfecta, por eso ha habido tantos intentos fallidos de conseguir una gran unión".

Fue un proceso complejo, como dices. En los Andes había personas que se sentían bolivianas y peruanas. ¿En qué momento esas personas comenzaron a identificarse con las fronteras de las repúblicas?

Sí, fue un proceso bastante largo y tu ejemplo es muy interesante.

Mi primer libro fue sobre el general Andrés de Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana, porque justamente él creció en La Paz, pero su padre era de Ayacucho y su madre de Cusco.

Durante las guerras de independencia, se siente peruano y se siente boliviano y una manera que consigue para lidiar con esto es una confederación entre los dos países.

Pero en ella hay personas nacidas en Chile que están viviendo en Perú y sienten que pertenecen a este último lugar. Y personas que nacieron en Venezuela y viven en Arequipa. En fin, las nacionalidades aún están creándose.

Las fronteras mismas no estarán delimitadas hasta por lo menos el final del siglo XIX.

En el libro también destacas la gran diversidad racial de las personas que lucharon por la independencia del Perú.

Había grupos afrodescendientes, indígenas, mezclados, castas que van a pelear ya sea por el rey o por la independencia, o que se van a cambiar de bando.

Muchas familias se pelearon.

En Perú, algunos van a defender al rey al principio, luego luchan por la independencia y luego vuelven a defender al rey.

¿Crees que el hecho de que el proceso independentista del Perú haya sido tan complejo y dividido influye en lo que es el Perú hoy en día?

Sí, por supuesto. El diseño institucional del Perú que vino con las guerras de independencia se ha mantenido hasta ahora.

Pero no solamente en el Perú sino en toda la región.

En Sudamérica tenemos fracasos que vienen de las guerras de independencia y nos unen de manera perfecta; por eso ha habido tantos intentos fallidos de conseguir una gran unión hispanoamericana.

Nuestras naciones se fueron esbozando no solamente durante la independencia, sino durante el siglo XIX.

Durante 200 años hemos ido dándole sentido a nuestras naciones. Las hemos ido refinando y detallando, pero el diseño institucional sigue siendo el mismo tras la creación de estas repúblicas presidencialistas.

¿Qué cambios económicos hubo en el Perú tras la independencia?

Eso también es interesante, porque durante la revolución los cambios más importantes fueron a nivel político.

En cuanto a nivel económico, la propiedad de la tierra, por ejemplo, se mantuvo prácticamente intacta.

Los regímenes de distribución y posesión de la tierra fueron muy desiguales, sobre todo en los Andes.

Se va a heredar una noción de baja tributación donde solamente ciertos grupos sociales, como los indígenas, deben pagar impuestos.

Y el Estado va a ser prácticamente dueño de todo lo que hay en el subsuelo. Es decir, los minerales y el petróleo van a pertenecer al Estado como un monopolio.

La esclavitud también se mantuvo.

Sí, la esclavitud se va a mantener hasta mediados del siglo XIX en casi todos los países sudamericanos.

Las únicas excepciones van a ser Chile, que va a abolir la esclavitud muy tempranamente, en 1823. Allí hay una evolución completa, además de que hay una población muy pequeña de esclavos.

En México y Centroamérica se va a abolir en la década de 1830, pero en el resto va a ser durante un segundo momento de liberalismo, muy ligado a las revoluciones europeas de 1848 y las revoluciones se van a dar como en escalada, primero en Uruguay, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, alrededor de 1850 y 1854.

Bolívar trata de concebir una nación que él inventa con un territorio que él considera como Colombia. Su plan falla, pero es un claro ejemplo de que las naciones no existían".

En el libro hablas del cuento "Guayaquil" de Jorge Luis Borges, en el que se debate sobre lo que se pudieron haber dicho José de San Martín y Simón Bolívar en aquel famoso encuentro entre los dos libertadores en julio de 1822. ¿Qué se sabe de esa reunión y por qué crees que San Martín y Bolívar decidieron no dejar ningún registro de lo que pasó?

El debate es interesante porque ya estamos a 200 años de imaginación de lo que se pudieron haber dicho.

Yo creo que para poder sentir que había libertad de decirse lo que realmente pensaban, decidieron que era una conversación que debía quedar entre ellos dos nada más.

Pero también porque los dos se consideraban como los dos grandes libertadores de América.

Eran quizás los únicos hombres que se consideraban en ese momento como iguales.

Entonces yo creo que optaron por tener esta conversación en privado.

En estas fechas, cuando se conmemora el bicentenario de la batalla de Ayacucho, ¿cuáles son los retos más grandes que enfrentan Perú y América Latina?

El reto más grande que enfrenta el Perú es el de la representación.

Tenemos en este momento a una señora en la presidencia de la República que tiene un 3% de aprobación y un legislativo que tampoco tiene apoyo popular.

La sociedad peruana está cansada y muchos consideran que nuestros sistemas republicanos heredados de la independencia ya no les sirven, no los representan o dejaron de funcionar.

América Latina también enfrenta varios retos.

Hay países como México, en donde AMLO [Andrés Manuel López Obrador, expresidente de México] hizo una reforma judicial que ahora la nueva presidenta Claudia Sheinbaum quiere mantener.

En Argentina, Milei está menoscabando el sistema de división de poderes y de participación del Estado en muchas partes de la economía

En Chile ha habido intentos seguidos de hacer una reforma constitucional. En los últimos cinco años, Chile ha estado totalmente enfrascado en ese proceso sin mucho éxito.

En Venezuela, vimos lo que pasó en las elecciones presidenciales de julio y seguimos en un impasse.

A 200 años de su independencia, América Latina sigue buscando representación y una organización institucional que funcione.

Autor, Norberto Paredes

Título del autor, HayFestivalArequipa@BBCMundo

Twitter, @NorbertParedes 17 noviembre 2024

historias de BBC News Mundo. 22 de nov 2024

 


COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

25 de noviembre 2024