martes, 15 de octubre de 2013

Un Tema de Actualidad LA INTELECTUALIDAD SOCIALISTA



La intelectualidad socialista sólo podrá pensar en realizar una labor fecunda cuando abandone sus ilusiones y empiece a apoyarse en el desarrollo real de Perú, y no en el deseado; en las relaciones económicosociales reales y no en las probables. Su labor TEÓRICA deberá, además, dirigirse al estudio concreto de todas las formas de antagonismo económico existentes en Perú, al estudio de su conexión y de su desarrollo consecuente; deberá descubrir ese antagonismo, allí donde se encuentre encubierto por la historia política, por las particularidades del orden jurídico, por los prejuicios teóricos establecidos. DEBERÁ ofrecer un cuadro completo de nuestra realidad, como sistema determinado de relaciones de producción, señalar cómo la explotación y la expropiación de los trabajadores son la esencia de este sistema, señalar la salida del régimen actual, indicada por el desarrollo económico.

Esta teoría, basada en el estudio detallado y minucioso de la historia y de la realidad peruanas, debe dar respuesta a las demandas del proletariado, y si satisface las exigencias científicas, todo despertar del pensamiento rebelde del proletariado conducirá inevitablemente dicho pensamiento al cauce del socialpartidismo. Cuanto más avance la elaboración de esta teoría, tanto más rápidamente crecerá el socialpartidismo, ya que los más astutos guardianes del régimen actual no pueden impedir el despertar de la conciencia del proletariado; y no pueden porque ese régimen lleva aparejada, necesaria e inevitablemente, una acentuada expropiación creciente de pequeños productores, un crecimiento cada vez mayor del proletariado y de su ejército de reserva, y esto al lado del aumento de la riqueza social, del enorme desarrollo de las fuerzas productivas y de la socialización del trabajo por el capitalismo. Por mucho que quede todavía por hacer para la elaboración de esta teoría, los socialistas lo harán; ello está garantizado por la difusión entre ellos del materialismo, el único método científico que exige que todo programa sea una formulación exacta de un proceso real; está garantizado por el éxito del socialpartidismo, que ha adoptado estas ideas, éxito que ha inquietado hasta tal punto a nuestros liberales y demócratas que sus revistas mensuales, como observó un marxista, han dejado de ser aburridas.

Al subrayar así la necesidad, importancia y magnitud de la labor teórica de los socialpartidistas, en manera alguna quiero decir que dicha labor deba tener prioridad respecto de la labor PRÁCTICA (Todo lo contrario, la labor práctica de propaganda y agitación debe tener siempre prioridad, porque, en primer lugar, la labor teórica sólo da respuesta a los problemas que surgen de la segunda. Y, en segundo lugar, los socialpartidistas se ven obligados con tanta frecuencia, por circunstancias que no dependen de ellos, a limitarse al solo trabajo teórico que valoran mucho en cada momento en que es posible la labor práctica); y mucho menos que la segunda sea aplazada hasta la terminación de la primera. A tal concepción podrían llegar sólo los exégetas del “método subjetivo en sociología” o los partidarios del socialismo utópico. Por supuesto, si se supone que la tarea de los socialistas consiste en buscar “otros caminos (que no sean los reales) de desarrollo” del país, entonces es natural que la labor práctica se haga posible sólo cuando los filósofos geniales descubran y muestren esos “otros caminos”; y por el contrario, una vez descubiertos y mostrados, termina la labor teórica y comienza la de quienes deben dirigir la “patria” por el “nuevo camino” “recién descubierto”

De manera completamente distinta se plantea el problema cuando la tarea de los socialistas reside en ser los dirigentes ideológicos del proletariado en su lucha efectiva contra los enemigos verdaderos y actuales que existen en la vía real del presente desarrollo económicosocial. Con esta condición la labor teórica y la labor práctica se funden en una sola labor  que con tanto acierto ha definido el veterano socialdemócrata alemán Liebknecht con estas palabras:

Studieren, Propagandieren, Organisieren

Estudio, Propaganda, Organización

No se puede ser dirigente ideológico sin la labor teórica antes señalada, como tampoco es posible serlo sin dirigir dicha labor de acuerdo con las exigencias de la causa, sin propagar los resultados de esta teoría entre los obreros y ayudarlos a organizarse.

Este planteamiento de la tarea preserva al socialpartidismo de los defectos de que tan a menudo adolecen los grupos socialistas: de dogmatismo y de sectarismo.

No puede haber dogmatismo allí donde el criterio supremo y único de la doctrina es su conformidad con el proceso real del desarrollo económicosocial; no puede haber sectarismo cuando la tarea consiste en contribuir a la organización del proletariado; cuando, por consiguiente, el papel de la “intelectualidad” reside en hacer innecesaria la existencia de dirigentes intelectuales especiales.

Por eso, a pesar de que existen divergencias entre los marxistas en diferentes problemas teóricos, los métodos de su actividad política han permanecido siempre invariables desde la aparición misma del grupo y continúan siendo hasta ahora, los de antes.

La actividad política de los socialpartidistas consiste en contribuir al desarrollo y organización del movimiento del movimiento obrero en Perú, a hacerlo salir del estado actual de tentativas de protesta, “motines” y huelgas esporádicos y privados de una idea directriz, convirtiéndolo en una lucha organizada de T O D A  L A  C L A S E obrera peruana, dirigida contra el régimen burgués y tendente a la expropiación de los expropiadores, a la destrucción del régimen social basado en la opresión del trabajador. Base de esta actividad es el convencimiento, común a los marxistas, de que el obrero peruano es el único y natural representante de toda la población trabajadora y explotada de Perú.

Natural, porque la explotación del trabajador en Perú es en todas partes capitalista por esencia, si se dejan de lado los restos agonizantes de la economía del régimen de servidumbre; lo único que ocurre es que la explotación de la masa de pequeños productores es dispersa y no desarrollada, mientras que la explotación del proletariado fabril es grande, está socializada y concentrada. En el primer caso la explotación se encuentra todavía envuelta en formas medievales, recargada de diferentes aditamentos, artificios y subterfugios políticos, jurídicos y convencionales, que impiden al trabajador y a sus ideólogos ver la esencia del sistema que oprime al trabajador, ver dónde y cómo hallar la salida. Por el contrario, en el último caso la explotación ya está completamente desarrollada y aparece en su forma pura, sin ninguno de los aditamentos que confunden la cuestión. El obrero no puede ya dejar de ver que lo oprime el capital, que hay que sostener la lucha contra la clase de la burguesía. Y esta lucha, encaminada a la satisfacción de sus necesidades económicas más inmediatas, a la mejora de su situación material, exige inevitablemente la organización de los obreros, se convierte inevitablemente en una guerra, no contra los individuos, sino contra la clase, esa misma clase que no sólo en las fábricas, sino en todas partes oprime y subyuga al trabajador.

(LENIN escribiendo acerca del PERÚ)

Nota.- Este fragmento está en QUIÉNES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO, (1894, final del cap. III) Sólo se ha puesto Perú (por Rusia), socialpartidismo (por socialdemocratismo), socialpartidistas (por socialdemócratas)

¿Vale este análisis marxista? ¿Nos sirve así, o no?


Ragarro

15.10.13

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