Y
así, en cada uno de los trances, en cada uno de los episodios de la
experiencia histórica que vamos cumpliendo, nos encontramos siempre de frente
al mismo problema: el problema de peruanizar, de nacionalizar, de emancipar
nuestra economía.
JCM
08.01.26
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La
CEPAL (Comisión Económica Para /los indiecitos de/ América “Latina”) estuvo en
primer plano durante cuatro décadas (1948-1988) Hay quienes dicen que “ha
fracasado” Todo lo contrario, cumplió muy bien su rol de desviar el esfuerzo
económico de nuestros países. Prácticamente en toda nuestra América nativa puso
fin a la economía natural, puso fin a la economía campesina, impulsó la
economía de mercado, pero desvió groseramente el proceso de industrialización.
Ahora prácticamente no hay tribu selvícola que pueda sobrevivir autónomamente
con la caza, pesca, recolección. Para muestra, los ashaninkas. Los pueblos
originarios prácticamente han abandonado las ferias campesinas, donde hacían
trueque de sus productos (cosechas, animales menores, medicinas naturales,
artesanías, hilados, tejidos, vestuario) La economía de mercado impuso los
productos de fábrica venidos de lejos. Los campesinos adultos y ancianos ya no
pueden sino sobrevivir prácticamente en la miseria, y los jóvenes tienen
que migrar a la ciudad, vivir en
suburbios y sobrevivir con trabajo temporal y salario precario.
El
señuelo de la «industrialización mediante la sustitución de importaciones»
(ISI), cumplió su objetivo: engañar.
Hasta fabricó toda una literatura para el debate económico, que terminó siendo
conocida y hasta aceptaba y propagandizada como teoría del desarrollo del
subdesarrollo. ¿Resultado final? DESINDUSTRIALIZACIÓN.
Cerró
la Siderúrgica en Chimbote, cerró la zona industrial de la avenida Argentina en
Lima. El petróleo siguió en manos extranjeras y sólo se “nacionalizó” la
comercialización (Petro Perú) Pero creció el comercio de productos importados,
muestra evidente de la dependencia económica colonial.
No
hubo sustitución de exportaciones de materias primas por productos elaborados,
porque ése no era objetivo del astuto plan cepalino. Pero limpiado el terreno
por la Cepal, le llegó el turno al Consenso de Washington para encargarse del
tema de la exportación. Y así se impuso el crecimiento económico extractivista,
que hasta llena de orgullo a más de un mentecato. (¡Crecimiento económico
superior a China!, ¡Oh!)
Traducción
literal de Consenso de Washington es Lo que desde Washington se entiende como reforma de las orientaciones políticas
(What Washington Means by Policy Reform)
Sic! Y así como los anteriores gobiernos se ufanaron con la Cepal y su
“industrialización por sustitución de importaciones”, los gobiernos de turno se
siguen ufanados con el Consenso de Washington y su “crecimiento económico”
Pero
esto no es todo y ni siquiera lo principal. Resulta que el Consenso de
Washington es impuesto, gobierno temporal
uno tras otro (el elegido en “elecciones limpias y democráticas”) por el
gobierno permanente (“una larga
jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes parásitos, etc.”) El
gobierno temporal sale elegido con un Plan para atraer votos (P.e. Somos Perú, la Gran Transformación) Y apenas llega al cargo aparece la Hoja de Ruta, la Bitácora, que no es otra que el Decálogo del Consenso de Washington. Desde 1989 al presente, a esta
Hoja de Ruta se ciñeron y se ciñen Alberto Fujimori (1990-2000), Alejandro
Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2014-16) En
25 años, la radiografía de este consentido Consenso muestra y demuestra la
economía colonial de nuestro país.
Si
sus diez puntos se leen del final al comienzo, se capta mejor su objetivo:
-10.-Protección
a la propiedad privada
-09.-Desregulación
de los mercados
-08.-Privatización
(venta de las empresas púbicas y monopolios estatales)
Bien
señaló JCM que el régimen de propiedad
de la tierra determina el régimen político y administrativo de toda nación.
Protección a la propiedad privada fue desprotección a la propiedad individual
(pequeños propietarios), personal (de uso y consumo), social (comunal) Así los
títulos de los nuevos propietarios individuales (por disolución de las
comunidades), por no poder pagar impuestos “pueden ser negociados en el
mercado” Desregulación de los mercados fue desregulación del “mercado laboral”
(sindicalización, ocho horas, descanso dominical, prestaciones sociales,
jubilación, otros), para fomentar a los inversores extranjeros y la competencia
entre los nuevos propietarios. Se acabó el Estanco del tabaco, de la sal, de
los fósforos, otros, y las empresas privadas extranjeras entraron en el mercado
como Pedro por su casa.
-07.-Eliminación
de las barreras a las inversiones extranjeras directas.
-06.-Liberalización
del comercio internacional (trade liberalization=eliminación de barreras
aduaneras)
-05.-Tipo
de cambio competitivo de la moneda
Eliminación
de barreras fue eliminación de impuestos al capital extranjero, porque las
inversiones extranjeras directas IED traían “tecnología nueva y experiencia superior”
Liberalización fue eliminación de aranceles. El tipo de cambio fue regido por
“la mano invisible del mercado”, pues es “la única que puede fijar precios” Así
se convirtió al país en importador de capital libre de aranceles e impuestos.
-04.-Tipo
de Interés (Liberalización financiera)
Se
pretendía que con la liberalización financiera se evitaba la asignación
inadecuada de recursos y se desincentivaba la evasión de capitales. Y el resultado
ha sido la fuga de capitales a los “paraísos fiscales” del sistema, donde
parasitan con la renta lograda en el país. El “ahorro” lo hacen en el exterior
y para el exterior.
-03.-Reforma
impositiva (fiscal)
-02.-Cambio
en las prioridades del gasto público
-01.-Disciplina
presupuestaria (fiscal)
En
cuanto a impuestos, hay de dos tipos: directo a la producción, indirecto al
consumo. Como el primero disminuye con la desindustrialización, aumenta el
segundo donde todo el mundo paga trabaje o no trabaje, y por eso ahora el IVA
es fundamental para solventar el ingreso fiscal. Y este ingreso va para
“eliminar la pobreza”, tarea actual de cada gobierno (“prioridad” en el gasto
público; y, por supuesto, los desvergonzados incrementos salariales de
funcionarios entran en esta “prioridad”) Aún más, la disciplina presupuestaria
oculta el incremento de la deuda pública para gastos inoficiosos. Lo que se
regala a cada transnacional regresa como deuda
pública a pagar.
La
Triple A Peruana (Alan-Alberto-Alejandro) es la muestra más visible de la
bancarrota a que este Consenso, esta Hoja de Ruta lleva al país, gobierno tras
gobierno. Una A masacrando presos indefensos y entregando la Amazonia a las
transnacionales. Otra A gritando primero su “no shock” pero imponiendo apenas
elegido su “Fuji shock” Otra A engañando con su “marcha de los 4 Suyos” y su
crecimiento extractivista.
Entonces, ¿es nuestro país económicamente
colonial, o no?
Ragarro
04.03.14
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