jueves, 31 de diciembre de 2015

EL OCASO DEL ‘EMAIL’ @

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¿Lo usaremos también cada vez menos?
EL OCASO DEL ‘EMAIL’ @

La rapidez de los cambios tecnológicos y el auge de las redes sociales han llevado a algunos a pronosticar el fin del correo electrónico. Otros consideran que aún es temprano para aplicarle a este medio los santos óleos. El debate está encendido.
Thierry Breton, jefe ejecutivo de Atos, una de las compañías de tecnologías dela información más grandes del mundo, afirmó hace unos días que tiene pensado prohibir usar el correo electrónico a sus más de 50.000 empleados. Aunque parece una idea traída de los cabellos, Breton es de los que piensan que el email no mantiene a la gente conectada ni es la herramienta más productiva. Considera que este medio se volvió insostenible pues cada persona gasta hasta 25 horas a la semana leyendo y contestando mensajes. Según Breton, el Messenger y las redes sociales son más rápidas y ahorrarían tiempo.
Aunque cree que el email para comunicaciones externas seguirá funcionando, internamente los empleados usarían otras herramientas. No obstante, si se impone esta medida, el correo electrónico, que reinó durante varios años, estaría en vías de extinción.
Estudios recientes que analizan los hábitos de comunicación en línea de la gente muestran que el número de personas que envían emails ha ido disminuyendo en los últimos años. Desde noviembre de 2009, según datos de ComScore, el número de visitas a los portales de correo más conocidos, como Hotmail, AOL y Yahoo, ha bajado entre los adolescentes a un ritmo vertiginoso. Manuel Gómez, un estudiante de 19 años, dice que nunca lo usa excepto para comunicarse con los profesores de la vieja guardia. “Pero con los más jóvenes me comunico por What’s Up, que es más eficaz. La gente responde enseguida”, dice Gómez.
La misma investigación mostró además que la cantidad de emails enviados por adolescentes entre los 12 y 17 años se redujo 24 por ciento, lo cual muestra que ellos prefieren comunicarse a través de otras vías como Facebook, Twitter o mensajes de texto. “La sensación de inmediatez que predomina en las redes sociales y la posibilidad de entablar  conversaciones en tiempo real ha hecho que la gente utilice menos ‘emails’”, afirma Pablo Arrieta, consultor digital.
Además. Los jóvenes ven el email como un medio muy formal. Aunque un correo electrónico se demora pocos segundos en enviarse, su formato sigue siendo muy parecido al de una carta postal, lo que lo hace poco práctico. “La estructura mental que tenían las personas en el pasado era más parecida a la de escribir una carta. Lo que hoy se da en las redes sociales es una conversación”, le dijo a SEMANA Arrieta. También ha influido el hecho de que muchos de los mensajes electrónicos son ‘no deseados’.
Hace un par de años, con el auge de la Web 2.0, algunos expertos crearon un enfrentamiento entre las redes sociales y los servidores de correo electrónico. Hoy algunos consideran que ambas herramientas son muy similares. Mientras los mensajes privados que se envían a través de las redes sociales pueden estar remplazando a los emails, la estructura básica y el mensaje no cambian. Es un ‘email’ pero a través de otra herramienta”, señaló a SEMANA Amanda Lenhart, investigadora sénior del Pew Internet Project, en Estados Unidos.
Algunos defensores del email consideran que la idea de Breton podría no surtir el efecto deseado. “Las redes sociales son ‘jardines cerrados’ en los que los usuarios no tienen control real sobre la información que publican, mientras que el ‘email’ puede monitorearse con copias de seguridad y es más fácil señalar responsables”, le explicó a SEMANA Nathaniel Borenstein, un especialista en email de la compañía Mimecast. Además de esto, la información es confidencial y delicada en muchos casos, por lo cual el chat o una red social no serían las herramientas más indicadas.
Es cierto que el correo electrónico presenta desventajas en cuanto a velocidad, extensión, estructura y filtros. En este último tema, las redes sociales tienen sistemas mucho más sofisticados para asegurarse de que el usuario reciba la información que le interesa. Pero es apresurado pensar que va a desaparecer. Como afirma Borenstein, se trata de un proceso de transición y evolución, y al menos por ahora, “así como la televisión no mató a la radio ni internet a la televisión, las redes sociales no acabarán con el ‘email’”.
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LOS RETOS DEL LIBRO ELECTRÓNICO

El cambio de soporte del libro, del impreso a digital, empieza a traer cambios profundos en su distribución y en su comercialización. ¿Cómo se prepara la industria editorial?
Libranda es la unión de las principales editoriales españolas para distribuir sus libros electrónicos. LaLibreríadelaU.com es otro portal especializado.
El que no encuentre su papel y su justificación en el nuevo orden saldrá del escenario.
La discusión libro impreso vs libro digital empieza a parecer bizantina. Casi todos los conocedores de este tema dan por seguro que ambos soportes coexistirán hasta ahora han coexistido el automóvil y la bicicleta. La pregunta pertinente sería más bien ¿cuándo se masificará el libro electrónico? >Porque, sin lugar a dudas, ese es el nuevo panorama: una oferta y un consumo cada vez mayor del libro electrónico en el mundo. Un cambio que es irreversible y tuvo su punto de partida en el año 2007, cuando Amazon sacó al mercado su Kindle, un lector de libros electrónicos que buscaba adaptarse a las necesidades del usuario -luz, tipo de letra- y que por primera vez intentaba rivalizar con las ventajas del libro impreso.
Hay quienes consideran que el auge del libro electrónico, al menos en Latino América, donde ha sido menor, empezará cuando bajen sustancialmente los precios de los dispositivos portátiles. Aunque dicha predicción parte de un error. En este momento, cualquier persona que tenga un computador personal puede instalar un software genérico que le permite leer libros electrónicos. Hoy en día no es necesario tener una tableta ni un Kindle para acceder al libro electrónico. “El cacharro no importa”, dice Jaime Iván Hurtado, gerente de Publidisa, una importante empresa multinacional distribuidora de contenidos electrónicos.
Para Ana María Sánchez, jefa del Negocio Digital en Prisa Ediciones, el punto de quiebre a favor del libro electrónico -que ella calcula será en dos años- ocurrirá definitivamente cuando los gigantes Amazon y Apple ingresen al mercado colombiano (al español ya entró Amazon y muy pronto lo hará en Argentina) con sus tiendas en línea y con su amplia oferta de libros electrónicos. Hasta el momento no lo han hecho y legalmente no se pueden comprar desde esta zona. Y no han entrado porque les interesa primero el mercado europeo y también porque su proceso de catalogación es exigente. Requieren una información detallada que apunta a los gustos y a los intereses de los consumidores. No por azar son los reyes del marketing en internet. “Amazon es la mejor tienda de libros porque sabe qué recomendar y crea un perfil del usuario para que todas las recomendaciones terminen en una compra”. Pablo Arrieta, profesor universitario y experto en el tema, dice: “A mi me gusta que sepan que me interesan el cómic o los cuentos de Edgar Allan Poe y a partir de eso me propongan cosas que puedan llegar a interesarme”.
Dos años puede ser muy poco tiempo pero ya las cifras empiezan a ser significativas. En LaLibreríadelaU.com, un portal especializado, la venta de libros electrónicos ya va en el 12 por ciento. Y la Librería Nacional pasó de vender ocho libros electrónicos diarios en 2010 en su página web, a i135 diarios en 2011, según reporta su gerente, Felipe Ossa. “Hay que moverse”, dice Jaime Iván Hurtado. Publidisa actualmente se encuentra trabajando con 50 editoriales en digitalización de contenidos y ya dispone de 30.000 libros  en soporte electrónico. Prisa Ediciones (anteriormente Alfaguara) no sólo digitalizó su fondo editorial, sino que les propuso a los principales grupos editoriales españoles conformar Libranda, una empresa destinada a ofrecer apoyo logístico, técnico y comercial en el tema digital a editoriales, tiendas y bibliotecas. Y, por supuesto, a ser una gran distribuidora de libros electrónicos. Se unieron para no competirse entre sí y no dañar el mercado, como sucedió en el mundo anglosajón donde los precios muy inferiores de los libros electrónicos terminaron afectando la venta de los libros impresos. Eso le pasó al último libro de Stieg Larsson, y cuando la editorial quiso revertir su política y vender a un precio más alto su siguiente bestseller electrónico, los compradores se rebelaron. “Es mucho más económico producir un libro electrónico pero su precio, por ahora, no puede ser menor del 70 por ciento del libro impreso. Porque eso sería prácticamente saldarlo. Ese es el objetivo de Libranda: que la transición sea gradual y una industria no devore la otra”, explica Ana María Sánchez.
Claro que a Amazon no le interesan las transacciones lentas. Más bien las revoluciones. Con su anuncio en octubre pasado de convertirse en editorial y salir al mercado con 122 títulos en papel y en formato electrónico, puso a temblar al mundo editorial. “Las editoriales están asustadas y no saben qué hacer”, dijo The New York Times. Y en efecto, ¿qué hacer cuando Amazon decide negociar directamente con los autores y sacar de en medio a las editoriales? Y no sólo eso: el formato Kindle tiene ya una herramienta que permite la autopublicación, que en algunos casos ha sido exitosa comercialmente. Sin embargo, el asunto no es tan sencillo. La editorial, al igual que un periódico o una revista, cumple una función indispensable en preservar la calidad del contenido. “Cualquiera puede ser autor, pero no cualquiera puede ser autor solo”, dice Ana María Sánchez. Y no cualquiera puede incursionar impunemente en la industria del libro. Google, otro gigante del internet, tuvo que echar para atrás su proyecto inconsulto de digitalizar siete millones de volúmenes en más de cien idiomas porque se encontró con el grave escollo de los derechos de autor, que le implicó pagar millonarias demandas.
El libro cambia de soporte e impone un nuevo marketing. El que no encuentre su papel y su justificación en el nuevo orden saldrá del escenario. Por lo pronto, los beneficios de la masificación del libro electrónico empiezan a vislumbrarse con claridad: un menor precio y una mayor circulación. Pero los grandes cambios apenas empiezan, hay todavía un inmenso territorio por descubrir. Para Pablo Arrieta, la edición digital se encuentra en la prehistoria. Los editores se han limitado a hacer un facsímil del libro impreso en digital y no han desarrollado los accesorios ni explotado suficientemente la interactividad. “Visualizo que los autores harán apariciones en sus propios libros; que los compradores tendrán videoconferencias, secciones con las críticas de los periódicos desde su publicación hasta la fecha”
Revista SEMANA, edición Nº 1545, del 12 al 19 de diciembre de 2011
Artículos sin autor. El primero: pág. 107; el segundo: págs. 114-115
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Nota.- Cuando se difundió el papel, las cartas jugaron importante rol en el intercambio de ideas. Cuando se difundió la imprenta de tipos móviles, los libros y revistas jugaron importante rol en ese intercambio de ideas. Así avanzó la humanidad y la cultura. Por supuesto, hubo mal uso de ese medio, como pasquines, apócrifos, anónimos.
Cuando se difundió el Internet, el correo electrónico hizo desaparecer el correo postal aéreo. Pero ahora, cuando la velocidad prima, otros medios electrónicos están haciendo que el email quede obsoleto, anticuado. En verdad, la juventud actual usa cada vez menos el correo electrónico. Pero éste se libera de información intrascendente y se dedica a correspondencia seria, que no puede faltar. Esto puede explicar la casi desaparición de grupos antes muy activos en el email.
Otro tanto ocurre con los libros. Las librerías cada vez venden menos. Y el reemplazo está en el libro digital. Esto puede explicar la indiferencia ante nuevas ediciones impresas y el pedido de que se presente la edición digital. ¿No está ocurriendo esto en nuestro país?
También es cuestión económica. Es menos el dinero disponible para adquirir libros.
Ragarro
30.12.12
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
30 de diciembre de 2015
    

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