domingo, 14 de junio de 2020

MARIÁTEGUI EL AUTODIDACTA

                                  MARIÁTEGUI EL AUTODIDACTA
                                  EJEMPLO DE VIDA PRODUCTIVA
                      “Mi vida es una flecha que ha de llegar a su destino” (JCM)
Al visitar la tumba de José Carlos Mariátegui en el cementerio Presbítero Maestro (Barrios Altos), sobre la piedra piramidal que se levanta sobre ella, está grabada el epitafio en homenaje al Amauta, cuyo autor es el escritor francés Henri Barbuse. A la letra dice: “¡Sabéis quien es Mariátegui? Pues bien, es una nueva luz de América, el prototipo del nuevo hombre americano”. En pocas palabras se delineo la gran personalidad del hombre nuevo, del hombre que metió toda su sangre en sus ideas.

En efecto, ¿sabemos quién es Mariátegui? Para conocer la vida heroica de José Carlos Mariátegui, tenemos que puntualizar las vicisitudes de su vida desde su nacimiento, niñez y adolescencia, juventud y adultez. En ese sentido, a continuación, cada etapa de su vida productiva.

NACIMIENTO DE JCM: María Amalia La Chira Vallejos (1860-1946) contrajo matrimonio con Francisco Javier Mariátegui Requejo (1849 – 1907) el 01 de mayo de 1882 en la ciudad de Sayán-Huacho, provincia de Huaura, región Lima Provincias.  José Carlos fue el 5to de 7 hermanos (4 varones y 3 mujeres). De ellos solo sobrevivieron Guillermina y Julio Cesar, lo que demuestra la precariedad de vida de la familia Mariátegui-La Chira.
Algunos biógrafos de José Carlos Mariátegui (JCM), consideraban que el Amauta había nacido en Lima. Al respecto aún se registran algunas publicaciones. Sin embargo, en el proceso de investigación acerca del nacimiento de Mariátegui, se da cuenta de que María Amalia, natural de Sayan-Huacho, embarazada de JCM y en compañía de la Srta. Carmen Chocano se trasladaron a Moquegua. Cuando el “2l de noviembre de 1963, el Departamento de Publicaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, publicó la Bio-bibliografía de José Carlos Mariátegui, reconocido trabajo de investigación de Guillermo Rouillon Duharte”, se da a conocer debidamente documentados valiosos aportes esclarecedores acerca del nacimiento de JCM. Con la Bio-Bibliografía se aclara “…todo lo relativo al lugar y fecha de nacimiento de José Carlos Mariátegui. El nacimiento ocurre en Moquegua en el año de l894”. Efectivamente, JCM nace el 14 de junio de 1894 en Moquegua, en la casa ubicada en la calle Junín N°4, siendo su nombre inicial José del Carmen Eliseo Mariátegui La Chira, nombre de su abuelo materno (José del Carmen La Chira).  Cuando se instala en Lima se produce el cambio de nombre por José Carlos Mariátegui. El Amauta, en carta del 10 de enero de 1927 al escritor Enrique Espinoza (Samuel Glusberg), director de la revista “La Vida Literaria” editada en Buenos Aires, especifica: "Aunque soy un escritor muy poco autobiográfico, le daré yo mismo algunos datos sumarios. Nací el 95. A los 14 años entré de alcanza-rejones en un periódico”. La carta está firma como José Carlos Mariátegui, nombre y año de nacimiento con lo que ha pasado a la historia.

La calle Junin paso a denominarse José Carlos Mariátegui desde 1975 por gestión de don Guillermo Rouillon Duharte quien fue invitado al Departamento de Moquegua con motivo de los 435 aniversario de su fundación, para disertar acerca de la vida del Amauta José Carlos Mariátegui.

NIÑEZ Y ADOLECENCIA: María Amalia La Chira, al ser abandonada por su esposo, con la esperanza de mejorar la situación económica por la que atravesaba, decidió trasladarse con sus hijos de Moquegua a Lima. Como las cosas no mejoraron, en 1899 retornan a Huacho, lugar de origen, para asegurar la mantención de sus hijos.
En casa, mediante la orientación de su madre y su hermana Guillermina, José Carlos Mariátegui aprende a leer y a escribir. En 1901 es matriculado en Primer año de primaria en una escuelita fiscal de Huacho, donde logra terminar el año. Al año siguiente (1902), jugando en la escuela, a la hora de recreo, sufre un accidente en la rodilla izquierda. Al ser el dolor intenso, su madre lo traslada a Lima.

En Lima, la Srta. Carmen Chocano, madrina de JCM, sabiendo de la calidad en el trabajo de costurera de doña María Amalia, la recomendó para una familia francesa que administraba una tienda de modas. Al respecto Antonio Rengifo en su artículo “Madres en la historia” publicado en el blog Tacna Comunitaria precisa: “Fue providencial.  Pues, esa familia (francesa) hizo gestiones para internar a José Carlitos en la Clínica Maison de Santé.  En su larga permanencia en la clínica, de octubre de 1902 a febrero de 1903, las monjas francesas de San José de Cluny lo visitaban con frecuencia y le enseñaban francés.  Lo operaron de la rodilla; pero su pierna quedó rígida”.  En efecto, JCM tuvo una larga convalecencia, lo que no le permitió retornar a la escuela y continuar con sus estudios regulares. Y como ya sabía leer y escribir, en compensación a su limitación física y al no poder ir a la escuela ni juagar como todo niño, se compenetró a la lectura desarrollando su imaginación y creatividad.

Su hermano, Julio César, en entrevista realizada por don César Lévano manifestó que su hermano (JCM) conoció revistas y libros europeos durante el tiempo que estuvo hospitalizado en la clínica Maison de Santé. También tenía acceso a noticias del exterior, principalmente provenientes de Europa. He ahí el punto de partida en la formación del pequeño José Carlos como ciudadano del Perú y del mundo, y también donde empezó su apetito insaciable por la lectura de libros y revistas que llegaban a sus manos. A temprana edad adquirió el hábito a la lectura, asimilando conocimientos hasta altas horas de la noche, poco habitual en niños de su edad.

José Carlos al salir de la clínica, aún convaleciente, tanto su madre como su hermana, sus primeras maestras, se encargaron de reforzar su preparación. A pesar del dolor y limitaciones económicas en el hogar, la vida del Amauta registra una rica historia de pasión que se inició desde la infancia, prolongándose durante toda su vida. Su desarrollo intelectual, autodidacta, es admirable y ejemplo para las nuevas generaciones de pensamiento y acción.

José Carlos Mariátegui no tuvo tiempo para disfrutar de su adolescencia y juventud. Dada la estreches económica de la familia, por necesidad decide trabajar a la edad de 14 años. Por mediación de su amigo Juan Manuel Campos, obrero gráfico, José Carlos ingresó a trabajar en el diario La Prensa como alcanza-rejones (mensajero y portapliegos). La madre muy preocupada, conversa con el linotipista Juan Manuel Campos para que le oriente a su hijo y no se desvié del buen camino que está siguiendo. En efecto, en el diario La Prensa se inicia su apasionada vida periodística y su don de escritor debutando con sus primeros escritos publicados. En realidad, fue la puerta de ingreso al periodismo y a la política, marcando por siempre su vida heroica y productiva.

Dada la inquietud de José Carlos, al año es ascendido como ayudante de linotipista y corrector de pruebas. Precisamente como corrector de pruebas tenía que leer los artículos encajonados en líneas de plomo para verificar la redacción conforme al original. Esta diaria labor le ayudó asimilar nuevas ideas enriqueciendo su conocimiento acerca de la realidad nacional.

JUVENTUD Y ADULTEZ: Cuando JCM, entre sus escritos, precisa que el destino del hombre es la creación y el trabajo es creación, lo que hace es sintetizar su propia experiencia de vida. Pues creció y se desarrolló en el trabajo periodístico. Vale decir que se realizó en el trabajo.

En 1911, a la edad de 16 años, JCM escribe su primer artículo con el seudónimo de Juan Croniqueur que fue publicado en el diario La Prensa donde prestaba servicios. Fue muy grata su sorpresa que lo estimuló a seguir escribiendo. Ese mismo año es promocionado al servicio de la redacción, además ayudando en la clasificación de los telegramas de provincias. Prosiguiendo su avance en el trabajo periodístico, se le encarga la redacción de notas policiales y de lotería, incorporándose en 1913 a la redacción de La Prensa, donde escribió con regularidad artículos sobre tópicos literarios y artísticos.

En 1916, a la edad de 21 años, estrena la obra de teatro “La Tapada” escrita en dupla con Julio de la Paz. No tuvo éxito. En junio del mismo año presenta su renuncia al diario La Prensa. Al mes siguiente ingresa a trabajar en el diario El Tiempo como redactor principal y cronista parlamentario con su columna “Voces”, desde donde desarrolla una serie de comentarios críticos a la vieja política criolla.

Caso Norka Rouskaya (1917): En 1916 arribó a Lima la artista española Tórtola Valencia para presentarse en el teatro Municipal. Entre sus interpretaciones estaba programada la “Marcha Fúnebre” de Chopin. Según Guillermo Rouillon, la bailarina Tórtola Valencia tuvo una cena con sus admiradores entre ellos José Carlos Mariátegui y César Falcón. En la reunión, ella comentó que había interpretado una danza gitana en el retablo del altar de la iglesia de los Caballeros de San Juan de Letrán, en España. Los jóvenes periodistas invitaron a la bailarina a realizar un acto similar en el Cementerio General de Lima. La bailarina por razones de tiempo se excusó. La idea quedó pendiente en los jóvenes.
El 17 de octubre de 1917, llega a Lima Norka Rouskaya (seudónimo artístico de la bailarina Delia Franciscus). Tuvo una gran acogida por la prensa local. En sus páginas se detallaron sus presentaciones en el Teatro Municipal, con la interpretación de las obras de Schubert, Mozart, Chopin, Saint-Saëns y Beethoven. El antropólogo estadounidense William Stein testimonia que fue durante un almuerzo en La Magdalena, ofrecido por un grupo de periodistas y admiradores de Rouskaya (entre ellos José Carlos Mariátegui y César Falcón), donde le plantearon la idea de interpretar la “Marcha Fúnebre” en el cementerio Presbítero Maestro. La bailarina respondió con mucho entusiasmo, recordando del alto espíritu artístico de una acción similar llevada a cabo por Isadora Duncan en el Pere-Lachaise de París. Para el efecto, Mariátegui y Falcón se comprometieron a gestionar los permisos necesarios para la visita nocturna al panteón.
Los jóvenes periodistas y literatos, intoxicados de literatura decadente, esperan con gran emoción ver danzar en el cementerio y a media noche a Norka Rouskaya, a los acordes de la Marcha Fúnebre de Chopin. Fue el 5 de noviembre de 1917 cuando Norka Rouskaya, envuelta en velos blancos, danza en el cementerio Presbítero Maestro la danza fúnebre de Chopin a los acordes del violinista Cáceres.
Según María Wuisse, biógrafa de JCM, quienes presenciaron la escena fueron: Valdelomar, Félix del Valle, Falcón, Mariátegui y un funcionario gubernamental, que fue el que dio la autorización para ingresar al cementerio.
El evento tuvo una repercusión de escándalo. Norka Rouskaya y los participantes fueron detenidos. Mariátegui al ver el rostro pálido del funcionario que autorizó el ingreso al cementerio, acotó: “He visto la muerte en vida”… El hecho motivó páginas alarmantes en los diarios de la época y también llegó a tratarse el asunto en el parlamento, quienes solicitaban sanción drástica a los profanadores de la tumba de los muertos. Por esa fecha, triunfaba la revolución rusa dirigida por los bolcheviques, acontecimiento que cambió radicalmente la historia mundial, iniciándose una nueva época, la época del socialismo. También se levantaron voces a favor argumentando que la intención de los actores de la escena fue respetuosa y sobre todo de contenido literario a lo que el Amauta agregó que acudieron con la idea de “disfrutar de un espectáculo emocionante”. El caso fue superado pero la experiencia particular en JCM fue la afirmación de su lucha por un nuevo orden social, por un Perú nuevo en el mundo nuevo.

José Carlos Mariátegui inicia sus actividades en 1918 con espíritu renovado. Conjuntamente con César Falcón y Félix del Valle fundaron la revista Nuestra Época, siendo una tribuna de crítica al militarismo y a la política tradicional (vieja política criolla). Sólo salieron dos números (22 de mayo y 06 de julio) que dejaron huellas indelebles en sus lectores, siendo fuente de inspiración de las diversas generaciones que luchan hasta el presente por un Perú Nuevo en el Mundo Nuevo, por un Perú Integral. Precisamente en sus apuntes autobiográficos el Amauta afirma que desde 1918 nauseado de política criolla se orientó resueltamente hacia el socialismo, precisando: “…como diarista, y durante algún tiempo redactor político y parlamentario, conocí por dentro los partidos y vi en zapatillas a los estadistas”. Que vivida descripción que incluye a los políticos y estadistas de nuestro tiempo. 

En 1919, en colaboración con César Falcón fundó el diario La Razón (14 mayo al 08 agosto), siendo tribuna de la reforma universitaria y de las luchas reivindicativas de los trabajadores. Cuando había mítines de los obreros y trabajadores en general, terminaban al pie del balcón del diario, esquina de Baquíjano con el Jirón Cuzco. El diario fue clausurado por el gobierno del presidente Augusto B. Leguía, argumentando que desde sus páginas se expresan despectivamente de los miembros del parlamento.  Por su parte la imprenta del Arzobispado de Lima le cerró las puertas a La Razón por presión del régimen de turno. Y no cabe la menor duda de que su contenido incomodaba al gobierno por apoyar a las múltiples exigencias de los trabajadores y de la población.
Leguía muy incómodo con las agudas críticas formuladas por Mariátegui, propicia su alejamiento del país designándolo representante del Perú en el extranjero (Deportación disimulada). Mariátegui y César Falcón se embarcan del callao el 08 de octubre rumbo a Europa. Al respecto, en el artículo “El Viaje a Europa” de la sección Mariátegui y su Tiempo publicado en google, se rescata estas expresiones de JCM: “…siempre, siempre siento una extraña alegría cada vez que tomo un barco, un tren para marcharme a otra ciudad. Eso me pasó al embarcarme en el Callao, eso me pasó al marcharme de París, donde encontré los signos de mi destino, y al marcharme de Roma, donde he vivido una de las épocas más felices de mi vida. Me parece que voy a volver muy pronto, y luego me entrego al paisaje que tengo delante y el paisaje me atrapa, me absorbe enteramente. Eso de que en "cada viaje se muere un poco", según dicen los poetas, no es cierto para mí. Yo no he tenido la menor idea de la muerte hasta el día en que estuve enfermo, hace meses, en el hospital. En los viajes no me ha sido dado escuchar más que las voces de la vida. Mi emoción en un viaje es la emoción diáfana del alba. Por eso me extrañaba mucho y no podía com­prender a Falcón, con quien me embarqué en el Callao, cuando le veía triste y le oía hablarme, a lo largo del viaje, de sus penas, de su nostalgia de Lima”. En efecto, como bien afirmó Anita Chiappe en entrevista con Cesar Lévano, al Amauta le apasionaba viajar. Si no llego a Rusia, según Mariátegui, fue porque su mujer y su hijo se lo impidieron. Anita hace la aclaración precisando: “Yo le dije: ‘mejor anda tú solo’.(…) Pero a él no le gustaba salir solo. Siempre le gustaba ir conmigo”.

En noviembre, Mariátegui llega a Francia y en París se entrevista con Henri Barbusse.  Por esa fecha, 17 noviembre 1919, en Lima nace su hija Gloria María Mariátegui Ferrer, de quien no se descuidó hasta los últimos días de su vida, como todo padre responsable y ejemplar. En ese sentido hay una nota dirigida a Victoria Ferrer, en los siguientes términos: “…soy en posesión de la noticia de la venida al mundo de la señorita Gloria María a quien me apresuro a enviar, por intermedio tuyo, mi primer beso. Falcón, por su parte, se preocupó también de comunicarme desde España el mismo acontecimiento. Confío en que te hayas restablecido prontamente y en que tu juventud haya salido victoriosa de todas las crisis, para que, durante mi ausencia, puedas amar y cuidar a Gloria María por ti y por mí a un mismo tiempo. Te incluyo un giro por cincuenta soles que va a nombre de Beatricita porque creo que le será más fácil ir al banco y efectuar la cobranza” (Roma, 24 enero 1920). En diciembre deja Francia y se dirige a Roma.

Ye en Italia se vincula con el filósofo, historiador y crítico literario, Benedetto Croce e intelectuales de ideas fecundas, entre ellos, Piero Gobetti, Antonio Labriola; Antonio Gramsci, Luigi Pirandello, Adriano Tilgher, de quienes asimiló críticamente las nuevas ideas de renovación y el método marxista para el estudio de la realidad nacional, fortaleciendo su formación política orientada resueltamente hacia el socialismo.
De Julio a octubre de 1920, recorre Turín, Milán, Venecia, siguiendo con atención el movimiento huelguístico de Turín. Su estancia en Italia fue una etapa decisiva en la formación intelectual de Mariátegui porque vivió una época crucial en la historia italiana del siglo XX: crisis posbélica, desarrollo del movimiento obrero, los movimientos revolucionarios, la gestación del fascismo y la marcha sobre Roma jugaron un papel decisivo para definir su concepción acerca de los problemas internacionales.
La permanencia en Italia fue para JCM una escuela fecunda en ideas y también de acción práctica debido a que participó dinámicamente en diversos eventos políticos, de arte, de cultura y recreación.
En Italia, en el restaurant campestre “Il Piccolo Edén” (Nervi-Génova) es donde conoce a Anna Chiappe Lacomini (natural de Lucca-La Toscana), la que será su compañera de toda la vida, uniéndose en matrimonio en febrero de 1921. Para el efecto, fue Benedetto Croce quien intercedió ante la familia de Anna para concretar la unión.  Ese año nace su hijo Sandro Tiziano Romeo.
Con respecto a Benedetto Croce, en la referida entrevista de Cesar Lévano, Ana comenta: “Croce lo quería mu­cho. Cuando iba José Carlos a su casa, lo presentaba diciendo: ‘és­te es el hombre más grande del mundo’. Le tenía un gran afecto”.
El retorno de Mariátegui al Perú: En junio de 1922, JCM deja Italia y viaja por algunos países de Europa antes de volver al Perú. Logra visitar Francia, Alemania, Austria, Hungría, Checoslovaquia, y Bélgica. Estos viajes le permiten estudiar directamente los movimientos revolucionarios que convulsionaban Europa después de la guerra.
En enero de 1923, JCM se embarca al Perú desde el puerto de Amberes (Bélgica), en el vapor "Negada". En marzo llega al Perú y es entrevistado por la periodista Ángela Ramos para la revista Variedades. Las respuestas del Amauta, a las preguntas de la periodista, aclaran acerca de su formación intelectual como un proceso de desarrollo dialectico.
Previo al cuestionario, reproducimos un extracto de la NOTA referida al Amauta escrita por Ángela Ramos en la revista Mundial (Lima, 23 julio 1926). He aquí: “Cuando un hombre joven llega a conquistar el afecto y la consideración de sus amigos, la simpatía de los extraños y el respeto de los que no piensan como él, es porque, incuestionablemente, ese hombre vale mucho. Tal es el caso de José Carlos Mariátegui, mozo de talento y de cultura indiscutibles, único escritor de vanguardia entre nosotros, quien tiene hoy un puesto destacado en el perio­dismo peruano.(…)”

AR: ¿Cómo cambiaron sus rumbos y aspiraciones literarias y se definieron en la forma que hoy se han definido?
JCM: Soy poco autobiográfico. En el fondo, yo no estoy muy seguro de haber cambiado. ¿Era yo, en mi adolescencia literaria, el que los demás creían, el que yo mismo creía? Pienso que sus expresiones, sus gestos primeros no definen a un hombre en formación. Si en mi adolescencia mi actitud fue más literaria y estética que religiosa y política, no hay de qué sorprenderse. Esta es una cuestión de trayectoria y una cuestión de época. He madurado más que cambiado. Lo que existe en mí ahora, existía embrionaria y larvadamente cuando yo tenía veinte años y escribía disparates de los cuales no sé por qué la gente se acuerda todavía. En mi camino, he encontrado una fe. He ahí todo. Pero la he encontrado porque mi alma había partido desde muy temprano en busca de Dios. Soy un alma agónica como diría Unamuno. (Agonía, como Unamuno con tanta razón lo remarca, no es muerte sino lucha. Agoniza el que combate.) Hace algunos años yo habría escrito que no ambicionaba sino realizar mi personalidad. Ahora, prefiero decir que no ambiciono sino cumplir mi destino. En verdad, es decir la misma cosa. Lo que siempre me habría aterrado es traicionarme a mí mismo. Mi sinceridad es la única cosa a la que no he renunciado nunca. A todo lo demás he renunciado y renunciaré siempre sin arrepentirme. ¿Es por esto por lo que se dice que mis rumbos y aspiraciones han cambiado?
AR: ¿Cómo hace usted para vivir al corriente de la actualidad internacional y referírnosla sin engañarse y sin engañarnos?
JCM: Trabajar, estudiar, meditar. Alguien me ha atribuido la lectura de revistas checoeslavas y yugoeslavas. Puede usted creerme si le afirmo que mis fuentes de información son menos exóticas y que no conozco lenguas eslavas. Recibo libros, revistas, periódicos de muchas partes, no tantos como quisiera. Pero el dato no es sino dato. Yo no me fío demasiado del dato. Lo empleo como material. Me esfuerzo por llegar a la interpretación.
AR: ¿Tiene usted comunicación directa con centros, periódicos o personas empeñadas en la labor de justicia social que preocupa a la humanidad en la hora presente?
JCM:  Soy perezoso para la correspondencia. Escribo muy pocas cartas. Pero naturalmente vivo en espontánea relación con algunas gentes del extranjero. Con núcleos y revistas de Hispanoamérica sobre todo. También con algunas gentes de Estados Unidos y Europa. Los últimos correos me han traído algunas cartas interesantes. Waldo Frank, el gran nortea­mericano, agradece, en un artículo mío publicado en el Boletín Bibliográfico de la Universidad de Lima, un saludo de Sudamérica. Henri Barbusse me escribe: «Más que nunca nos ocupamos de agrupar las fuerzas intelectuales internacionales. Buscamos la fórmula amplia y humana que nos permitirá apoyarnos los unos en los otros y suscitar, entre los trabaja­dores del espíritu, defensores del porvenir. Para esto me pondré sin duda algún día en relación con usted, pues yo pienso que usted representa en su país los elementos osados y lúcidos que hay que llegar a unir en bloque». Manuel Ugarte, co­mentando mi libro, me recuerda que él ha sido siempre un hombre de extrema izquierda y que «si los acontecimientos nos ponen en el trance de elegir entre Roma y Moscú», él se pronunciará resueltamente a favor de Moscú.
AR: ¿Cree usted que el nuevo estado de espíritu a que alude Ingenieros se deja sentir entre nosotros?
JCM: Ciertamente. Hay muchas señales de renovación espiritual e ideológica. Yo mismo no soy sino un -síntoma. En Lima, en el Cuzco, en Trujillo, en la ciudad y en la aldea, existen hombres que trabajan con la mirada puesta en el porvenir. En el porvenir que será de los que sepan serle fieles. La nueva generación no es una mera frase. Y la calumnian quienes la suponen poseída por un espíritu exclusivamente destructor, iconoclasta, negativo. Al contrario, yo no puedo concebirla sino como una generación eminentemente cons­tructiva. Y muy idealista y muy realista al mismo tiempo. Nada de fórmulas utópicas. Nada de abstracciones brumosas.


Sin pérdida de tiempo, JCM planifica con mucha seguridad y seriedad su trabajo para analizar la realidad peruana, invocando: “…hay que empezar por estudiar y definir la realidad peruana. Y que hay que buscar la realidad profunda: no la realidad superficial”. En ese sentido, hace un llamado a los intelectuales para colaborar disciplinadamente en un trabajo de seminario, proponiendo: “…el proyecto grupo tendría que dividirse en secciones. Una sección de Economía Peruana, una sección de Sociología Peruana, una sección de Educación, serían las principales”. (JCM-COC-T.11-56).

En el proyecto del Amauta está considerado el estudio e interpretación de los problemas de la educación peruana, los mismos que se encuentran sistematizados en su libro “7 Ensayos…” en la sección “El Proceso de la Instrucción Pública” y la recopilación, por sus continuadores y familiares, de una serie de artículos publicados en periódicos y revistas, las que se encuentran sistematizadas en el libro “Temas de Educación”(COC-T.14).
En la obra educativa del Amauta está planteada con claridad La Escuela del Trabajo como la escuela del orden nuevo, comprendiendo que “…la sociedad moderna tiende a ser, sobre todo, una sociedad de productores”. He ahí la necesidad de resolver el problema de la educación aplicando de manera sistemática los principios de la Escuela Única, vale decir de la Escuela del Trabajo, donde se  forjarán las nuevas generaciones de pensamiento y acción, hombres nuevos calificados para interpretar y transformar la realidad peruana.

El 15 junio de 1923, Mariátegui inicia una serie de conferencias titulada “Historia de la Crisis Mundial” en la Universidad Popular Gonzales Prada dirigida por Víctor Raúl Haya de La Torre, quien al ser deportado a México por el gobierno de Leguía, el Amauta asume la dirección de la revista Claridad, dándole una nueva orientación en su contenido. Asimismo, impulso la creación de la editorial obrera claridad para la difusión de las ideas renovadoras.
En mayo de 1924 sufre una grave crisis en su salud y para salvarle la vida se le tuvo que amputar la pierna derecha. A partir de entonces la silla de ruedas lo acompañará hasta los últimos días de su vida. Su convalecencia se dio en Chosica. Con salud mejorada inicia su colaboración en la Revista Mundial escribiendo para la sección “Motivos Polémicos” y posteriormente en la sección “Peruanicemos al Perú”.
En Octubre de 1925, con su hermano Julio César, funda la Editorial Minerva. Para el efecto, Julio César, persuadido por José Carlos, traslada su imprenta de Huaral a Lima. Publica su primer libro La Escena Contemporánea, inaugurando la Editorial Minerva. El contenido del libro lo constituye una compilación de artículos publicados en las revistas Variedades y Mundial.
En setiembre de 1926 aparece la revista mensual AMAUTA como la voz de los nuevos tiempos. Contó con la colaboración de intelectuales de prestigio internacional.
En 1928 publica en su obra cumbre “7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, en cuya advertencia precisa: ”Reúno en este libro, organizados y anotados en siete ensayos, los escritos que he publicado en "Mundial" y "Amauta" sobre algunos aspectos sustantivos de la realidad peruana. Como LA ESCENA CONTEMPORÁNEA, no es éste, pues, un libro orgánico. Mejor así. Mi trabajo se desenvuelve según el querer de Nietzsche, que no amaba al autor contraído a la producción intencional, deliberada, de un libro, sino a aquél cuyos pensamientos formaban un libro espontánea e inadvertidamente. Muchos proyectos de libro visitan mi vigilia; pero sé por anticipado que sólo realizaré los que un imperioso mandato vital me ordene. Mi pensamiento y mi vida constituyen una sola cosa, un único proceso. Y si algún mérito espero y reclamo que me sea reconocido es el de -también conforme un principio de Nietzsche- meter toda mi sangre en mis ideas”.
LA DESPEDIDA DE MARIATEGUI.  En 1930 se prepara para trasladarse con su familia a la Argentina. Pero en marzo se agrava su salud y es internado de emergencia en la Clínica Villarán. Sus colaboradores siempre estuvieron pendientes de él. Lamentablemente fallece el 16 de abril. Sus compañeros de lucha que estuvieron presentes, entre ellos Ravines, testimonian las últimas palabras que el Amauta expresó con  sabiduría: “No quiero, no quiero irme –gritó Mariátegui- pero ¡que le hemos de hacer!, balbuceó roncamente. Se aletargó y tras algunos minutos pronunció distintamente. “No puede haber renovación sino sobre la base de grandes principios…trabajen mucho”. He ahí al hombre nuevo despidiéndose con una alta moral de productores y orientando para cumplir con la tarea histórica de renovación. Un digno ejemplo para las nuevas generaciones de nuestra patria. Por  lo tanto, unir todas las fuerzas susceptibles de ser unidas en torno a un Programa Reivindicativo para potenciar las luchas por un nuevo orden social y hacer que la flecha disparada por el Amauta JCM llegue a su destino.
Lima-Perú, 14 junio 2020
José Félix Damián
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REFERENCIAS:

García Rodríguez Ramón: Socialismo Peruano Hoy. Juan Gutemberg Editores. Primera Edición,      Lima-Perú, 2010.
Gianandrea Nodari: Mariátegui antes de Mariátegui. El viaje a Italia y el fin de la «edad de la piedra», 1919-1923
Lévano César: “…La Vida que me diste”. Entrevista a Anna Chiappe.  Lima-Perú, 2013
Mariátegui José Carlos: 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Empresa Editora Amauta. Lima-Perú, 1964
Ravines Eudocio, La Gran Estafa. Editorial Diana, México, 1952, p. 152
Rengifo Balarezo Antonio. El Culto Filial. Boletín Julio-Agosto 2014. Casa Museo José Carlos Mariátegui.
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-50492018000200147&script=sci_arttext
https://yadirg.wordpress.com/2012/04/16/jose-carlos-mariategui-el-nino-autodidacta/
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mariategui.htm
https://elcomercio.pe/eldominical/baile-norka-rouskaya-noticia-471240
http://www.catedramariategui.com/biografia.html
http://www.catedramariategui.com/biografia2.html
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/croce.htm


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