BURGUESES Y PROLETARIOS

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BURGUESES Y PROLETARIOS

(02 de mayo de 2022)

Por Miguel Ángel Aragón

En el Manifiesto de 1848, Marx y Engels escribieron:

“Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente. La burguesía y el proletariado.”

I

Cuarenta años después, en 1888, Engels agregó una nota al pie de página en una nueva edición del Manifiesto. En esa nota, Engels explicó ¿qué se entiende por burguesía y qué se entiende por proletariado?

Dijo así: “Por burguesía se comprende a la clase de los capitalistas modernos que son los propietarios de los medios de producción social y emplean trabajo asalariado. Por proletarios se comprende a la clase de los trabajadores asalariados modernos, que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir.”

II

Desde que se publicó el Manifiesto de 1848, han transcurrido más de 170 años, y en los países en los cuáles todavía subsiste el capitalismo, la sociedad continúa dividida en esas dos grandes clases.

La automatización y robotización del trabajo, el empleo del trabajo virtual, el trabajo a domicilio, la tercerización, el trabajo ambulatorio, y otras modalidades del trabajo, no han extinguido a los trabajadores asalariados. Por el contrario, el número de los trabajadores asalariados ha continuado aumentando vertiginosamente. Además de incluir a los trabajadores manuales (obreros de fábrica), también incluye a los trabajadores intelectuales (empleados administrativos, trabajadores técnicos, trabajadores sanitarios, maestros, etc.); y además de incluir a los trabajadores de la ciudad fabril, también incluye a los trabajadores asalariados del campo.

Los vendedores ambulantes o los choferes de taxi, no son “trabajadores independientes”. Por el contrario, todos ellos, que ahora son varios cientos de miles, son trabajadores asalariados a destajo o comisión del gran capital colectivo. El modesto vendedor ambulante de galletas, chocolates, helados y aguas gaseosas, en última instancia trabaja para los grandes monopolios Nestle, Nabisco, o Coca Cola, que son los que fabrican esos alimentos. De igual manera, el modesto chofer de taxi, en última instancia trabaja para los grandes monopolios productores de automóviles.

Así como ellos, hay millones de trabajadores que aparentemente son “independientes”, que no tienen “patrón conocido”, pero en última instancia todos ellos trabajan para el Gran Capital colectivo.