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Centenario del Socialismo Peruano  4-5 (2)
MARIÁTEGUI Y EL ESTADO COMUNA
         El
 Estado es una categoría histórica. Así como apareció cuando surgieron 
las clases, así desaparecerá en un nivel superior de desarrollo de la 
humanidad. Por eso, la cuestión fundamental del marxismo es la cuestión 
del Poder: instauración, gobierno, extinción del Poder. Esta teoría 
marxista del Estado y el Derecho es también el aspecto central de la 
obra de JCM. Pero, igual que con la teoría de Marx, hay que hacer 
"verdaderas excavaciones" para sacar a la luz su planteamiento del 
Estado de nuevo tipo, del Estado Comuna. A manera de introducción, aquí 
se esboza su proyecto de desarrollo de este tema de impresionante 
actualidad.
                   EL ESTADO OLIGÁRQUICO
         La
 teoría de Marx señala que la revolución liberal barrió "la basura 
medieval: derechos señoriales, privilegios locales, monopolios 
municipales y gremiales, códigos provinciales" (La Guerra Civil en Francia,
 Editorial ELE Beijing, 1978, p.15l) Luchando por la independencia, 
similar tarea pretendió realizar la revolución de 1821, liberal y 
democrática por su inspiración. Pero, ¿qué surgió con el desarrollo del 
capitalismo? No otra cosa que la máquina burocrático-militar, que Marx 
tipificara como "El Poder estatal centralizado con sus órganos 
omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el 
clero y la magistratura" (p. 67)
         El
 socialismo debía instaurar un Poder diferente. Pero, para ello, primero
 debe "barrer toda la vieja maquinaria represiva utilizada hasta 
entonces" (p. 15), barrer el aparato burocrático-militar. Esta es la 
tarea que propugnó JCM desde 1918. En carta a Samuel Glusberg le comenta
 que "Desde 1918, nauseado de política criolla, -como diarista y durante
 algún tiempo redactor político y parlamentario, conocí por dentro los 
partidos y vi en zapatillas a los estadistas-, me orienté resueltamente 
hacia el socialismo". (10.01.28) Así fue; como redactor político palpó y
 sufrió la caducidad, inepcia y podredumbre de un Estado que un siglo 
atrás había sido la esperanza del país recién independizado. No es 
casual que en 1918, en los dos números del primer periódico del 
socialismo peruano, Nuestra Época, escribiera sendos artículos acerca del aparato burocrático-militar (Malas tendencias. El deber del ejército y el deber del Estado, 22.06.18; La reorganización de los grupos políticos, 06.07.18) Después, en su último artículo antes de ser deportado, La Patria Nueva,
 desenmascarando al gobierno salvador de turno declaró que lo que se 
necesitaba era "un régimen de renovación efectiva" pero que en su lugar 
"se ha hecho retrogradar al país al individualismo gubernamental. Se ha 
subordinado la autoridad del congreso al capricho del presidente de la 
república. Se ha constituido un pequeño organismo burocrático para la 
fabricación de representantes. Y se está realizando la más tranquila y 
segura imposición electoral que se ha efectuado en la república" 
(03.08.19) Desde muy temprano, pues, JCM tuvo una posición muy definida 
ante el Estado oligárquico, ante el aparato burocrático-militar.
                   LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA
         En
 Europa conoció cómo se derrumbaba el viejo Estado y surgía uno nuevo. 
Para oponerse al nuevo tipo de Estado, la clase dominante pasaba a la 
contraofensiva licenciando su propia estructura estatal tradicional, el 
régimen democrático-parlamentario. En Cartas de Italia, Historia de la Crisis Mundial, La Escena Contemporánea, El Alma Matinal,
 JCM analiza penetrantemente esta situación. Señala que, en el fondo, el
 motor de la crisis de la democracia es "el acrecentamiento y 
concentración paralelos del capitalismo y del proletariado", y que "La 
expansión de estas nuevas fuerzas productivas no permite la subsistencia
 de los antiguos moldes políticos". Concluye que "La democracia burguesa
 ha cesado de corresponder a la organización de las fuerzas económicas 
formidablemente transformadas y acrecentadas" y que, si la institución 
típica de la democracia es el parlamento, "la crisis de la democracia es
 la crisis del parlamento" (25.09.23). Esto es lo que viene ocurriendo 
en el Perú hasta el presente.
         Es
 evidente que en el mundo hay polarización de fuerzas productivas. Pero 
en el Perú la acumulación originaria, la despoblación del campo, no se 
da en función del desarrollo industrial sino deviene proliferación de 
barriadas y "villas-miseria", donde se hacina la mano de obra 
desempleada. Ante este potencial subversivo no cabe la democracia 
parlamentaria sino, en todo caso, la democracia "vigilada". Bien señala 
JCM que "Una forma constituye, en suma, todo el fundamento posible de la
 idea que la engendra. Tan cierto es esto que el hombre, prácticamente, 
en religión y en política, acaba por ignorar lo que en su iglesia o en 
su partido es esencial, para sentir únicamente lo que es formal y 
corpóreo" (14.11.24)
         No es casual que junto al análisis del la crisis de la democracia JCM incluyera temas como El Hombre y el Mito, La Lucha Final, Pesimismo de la Realidad y Optimismo del Ideal.
 No porque se acabe la democracia burguesa se acaba la humanidad. 
Siempre habrá nuevos mundos por descubrir. Así, ante el crepúsculo de la
 civilización occidental señala que "El mito mueve al hombre en la 
historia. Sin un mito la existencia del hombre no tiene ningún sentido 
histórico. La historia la hacen los hombres poseídos e iluminados por 
una creencia superior, por una esperanza super-humana" (16.01.25). Al 
mito de la revolución liberal sucedía el mito de la revolución social, 
en nuestro caso el mito del Resurgimiento del Perú, entendido como 
renovación, palingenesia. Igual que hoy, los que lucharon por la 
Independencia sintieron su lucha como una lucha final. Pero ahora, 
constata JCM, "Fermenta en el mundo otra revolución. Un régimen 
colectivista pugna por reemplazar al régimen individualista" (20.03.25).
 Sin embargo, ¿es pesimista la actitud del nuevo revolucionario? Nada de
 eso, "La actitud del hombre que se propone corregir la realidad es, 
ciertamente, más optimista que pesimista. Es pesimista en su protesta y 
en su condena del presente; pero es optimista en cuanto a su esperanza 
en el futuro. Todos los grandes ideales humanos han partido de una 
negación; pero todos han sido también una afirmación" (21.08.25). Con 
este espíritu afirmativo JCM propagandizó y desarrolló el nuevo tipo de 
organización de la sociedad.
                   EL SOVIET PRIMIGENIO
         Aunque JCM no llegó a conocer la URSS, se interesó mucho por el análisis de la Revolución de Octubre. En Veinticinco Años de Sucesos Extranjeros
 (06.03.29), recalcó que Lenin "desde el primer momento manifestó su 
resolución de constituir un Estado proletario sobre las ruinas del 
antiguo Estado ruso, demolido hasta sus cimientos"
         En
 su estudio de la crisis mundial explica cuál es este nuevo tipo de 
Estado: "Victoriosa la Revolución, derrocado el zarismo, el proletariado
 ruso procedió a la organización de consejos de obreros, campesinos y 
soldados" (13.07.23). Pero es en su artículo Lenin (23.08.23) 
donde analiza sistemáticamente esta organización: "El bolchevismo 
sostiene que no es posible utilizar la máquina actual del Estado para 
reformar la sociedad, sino que es indispensable sustituirla por una 
máquina adecuada; que el Estado proletario, distinto del Estado burgués 
en sus funciones, tiene que ser también distinto en su arquitectura. El 
tipo de Estado proletario creado por los bolcheviques es el Estado 
sovietal. La República de los Soviets es la federación de todos los 
soviets locales. El soviet local es la asociación de los obreros, 
empleados y campesinos de una comuna. En el régimen de los soviets no 
hay dualidad de poderes. Los soviets son, al mismo tiempo, un cuerpo 
administrativo y legislativo. Y son el órgano de la dictadura del 
proletariado" Éste es un brillante análisis del nuevo tipo de Estado, 
distinto del Estado burgués en sus funciones y "distinto también en su 
arquitectura" Este nuevo Estado parte del municipio (comuna, soviet) 
como célula básica, pues "La célula del régimen sovietal es el soviet o 
consejo urbano y rural" (19.10.23). Y se estructura piramidalmente hasta
 la federación de todos los municipios, "de todos los soviets locales" 
En este nuevo Estado no hay lugar para el antiguo Parlamento, Congreso, 
porque cesa por anacrónica la antigua división de poderes. ¿De qué sirve
 un parlamento que puede "dictar" leyes pero no puede hacerlas cumplir? 
¿Y si ni las dicta siquiera?
         Explicó
 después JCM que "El esquema de la Constitución rusa es el siguiente. 
Principio: quien no trabaja no come. Fin: supresión de la explotación 
del hombre por el hombre. Medio: durante la lucha decisiva del 
proletariado contra sus explotadores, el Poder debe pertenecer 
exclusivamente a las masas trabajadoras" (idem). Es muy importante que 
JCM pusiera el acento en este medio, lo que entraña ya una posición 
crítica ante la incipiente desviación burocrático-militar del primer 
Estado socialista. Ahí señaló que "La dictadura del proletariado, por 
ende, no es una dictadura de partido sino una dictadura de clase, una 
dictadura de la clase trabajadora" Y antes había señalado que los 
bolcheviques "Han empezado a transformar el ejército rojo en ejército de
 trabajo. Militarizan así el trabajo y mantienen militarizados a los 
trabajadores", pues el objetivo del nuevo Estado no puede ser otro que 
"esta metamorfosis del ejército de guerra en ejército de paz" 
(12.02.20); es decir, pasar del ejército permanente al pueblo en armas.
         ¡Cómo resuenan aquí sus dos artículos en Nuestra Época
 contra el aparato burocrático-militar del Estado peruano! Ahí, respecto
 al ejército señaló (lo que le costó el ataque a mansalva del brabucón 
galonado de turno) que "No exageramos. Muy grave, muy grave sería que el
 ejército del Perú quisiera señalarles a los poderes públicos una 
orientación de su gusto. El grado de militarización que al país conviene
 no debe ser indicado de ninguna manera por el ejército. Es 
imprescindible que los poderes públicos elijan libremente la dirección 
primaria de la política gubernamental"; y más adelante señala que 
"Política de trabajo y no política de apertrechamiento es, pues, lo que 
aquí nos hace falta. Política de trabajo y también política de 
educación. Que se explote nuestro territorio y que se acabe con nuestro 
analfabetismo y tendremos entonces dinero y soldados para la defensa 
nacional"
         Respecto
 a los partidos, parte esencial del aparato burocrático, JCM señaló que 
"Los partidos no son eternos. Responden a una necesidad o una aspiración
 transitoria como todas las necesidades y aspiraciones. Una vez que 
desaparece el motivo de su existencia desaparece su fuerza", y que "Si 
esta ley rige para todos los partidos del mundo tiene que regir con 
mayor motivo para los partidos peruanos" No, pues, un Estado 
burocrático-militar sino un Estado de nuevo tipo es lo que propugnó JCM 
para el Perú. Un Estado sin ejército permanente sino pueblo en armas; 
sin policía política sino milicia civil; sin burocracia 
partidario-parlamentaria sino administración de "técnicos, inspectores y
 contadores"; sin clero oficial sino absoluta independencia del Poder 
terrenal ante el Poder celestial; sin magistratura paquidérmica y servil
 sino simplificado derecho poblano.
         Tanto
 partidos como sindicatos fueron creaciones de la burguesía para su 
sistema democrático-parlamentario. La crisis de ese sistema entraña 
también la crisis de esos organismos. Los partidos y sindicatos de los 
trabajadores, por tanto, son organismos transitorios que sirven de 
palanca para la instauración del nuevo sistema. El caso más notorio es 
el del partido comunista, embrión del nuevo Estado. Instaurado éste, 
cesa su vigencia como cesa la semilla al surgir la nueva planta. Si en 
el Estado socialista perviven tanto partido como sindicatos, así como el
 ejército permanente, se tipifica no un Estado Comuna sino nuevamente un
 Estado burocrático-militar, contra lo que luchó JCM desde 1918. Por 
eso, el Programa del Partido Socialista no puede ser actuado sino sobre 
la base de la instauración del Estado Comuna, partiendo de su célula 
básica el municipio democrático.
                   LA CÉLULA ECONÓMICA
         En
 1874, ante la pregunta de si todos los ciudadanos van a formar parte 
del gobierno, Marx respondió: "Indudablemente, pues la cosa comienza por
 el gobierno autónomo del municipio" (Marxismo y Anarquismo,
 Editorial Progreso, Moscú, 1976, p. 135) En 1914, el gran marxista 
estadounidense Daniel de Leon (1852-1914) declaró que "La sociedad 
civilizada no conocerá esa risible cosa como el distrito electoral 
geográfico. Sólo conocerá el distrito electoral industrial. El 
parlamento civilizado de EUA constará no de parlamentarios de distritos 
geográficos sino de representantes de las industrias de todo el país" (Comentarios al Manifiesto Comunista,
 Editorial SAT, París, 1933, p. 33). En 1917, la Revolución de Octubre 
fue un gran avance respecto a la Comuna de París de 1871. Ya en marzo de
 1918 Lenin propone "suprimir el parlamentarismo (como separación de las
 funciones legislativas de las ejecutivas); unir la gestión pública 
legislativa y ejecutiva. Fundir la administración con la legislación" (El Aparato Estatal Soviético,
 Editorial Progreso, Moscú, 1980, p. 123). En marzo de 1919 señala que 
el Poder soviético, contrario a la vieja democracia, "está organizado de
 manera que aproxima a las masas trabajadoras al gobierno. El mismo fin 
persigue la unión del poder legislativo y el poder ejecutivo en la 
organización soviética del Estado y la sustitución de las 
circunscripciones electorales territoriales por las unidades de 
producción, como son las fábricas" (p. 178) Y después reitera que "La 
unidad electoral primaria y célula fundamental de la edificación del 
Estado es, con el Poder soviético, no la circunscripción territorial 
sino la unidad económica, de producción, la fábrica" (p. 184)
         Este
 concepto de "célula fundamental" fue el que desarrolló JCM en su 
proyecto de nuevo Estado para el Perú. El 01.01.26 señala que "En un 
país organizado y orgánico, cada comuna funciona como una célula viva 
del Estado. No es posible, por consiguiente, que el Estado ignore nada 
de la población, del trabajo, de la producción, del consumo. Lo que se 
sustrae a su control es muy insignificante y adjetivo. Pero en el Perú 
todos sabemos bien lo que son los municipios y hasta qué punto se puede 
hablar de municipios" El 01.07.27, apenas pasada la represión de junio y
 levantado su confinamiento, enseña que "El 'ayllu', célula del Estado 
incaico, sobreviviente hasta ahora, a pesar de los ataques de la 
feudalidad y del gamonalismo, acusa aún vitalidad bastante para 
convertirse, gradualmente, en la célula de un Estado socialista moderno"
 Y el 07.10.28, en sus famosos Principios Programáticos del Partido Socialista,
 declara que "El socialismo encuentra, lo mismo en la subsistencia de 
las comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de 
una solución socialista de la cuestión agraria", aunque esto "no 
significa en lo absoluto una romántica y antihistórica tendencia de 
reconstrucción o resurrección del socialismo incaico, que correspondió a
 condiciones históricas completamente superadas" 
         En su monumental 7 Ensayos
 analiza a fondo los problemas de la arquitectura estatal. Señala que 
"la supervivencia de la feudalidad en la Costa se traduce en la 
languidez y pobreza de su vida urbana", y mientras "En Europa, la 
hacienda desciende del feudo disuelto. En la Costa peruana la aldea no 
existe casi, porque el feudo, más o menos intacto, subsiste todavía" (p.
 30). Luego explica que "Las industrias y el comercio de las ciudades 
están sujetas a un contralor, reglamentos, contribuciones municipales. 
La vida y los servicios comunales se alimentan de su actividad. El 
latifundio, en cambio, escapa a estas reglas y tasas" (p. 32) Analiza el
 problema de la tierra y señala que "Nadie ignora que la solución 
liberal de este problema sería, conforme a la ideología individualista, 
el fraccionamiento de los latifundios para crear la pequeña propiedad" y
 que esta fórmula "no es utopista ni herética, ni revolucionaria, ni 
bolchevique, ni vanguardista, sino ortodoxa, constitucional, 
democrática, capitalista, burguesa" (p. 51), pero que, congruente con su
 posición ideológica, piensa que "la hora de ensayar en el Perú el 
método liberal, la fórmula individualista, ha pasado ya" (p. 52)
         Si
 esto ocurrió con la aldea española, ¿qué pasó con el ayllu incaico? 
Señala que "la comunidad sobrevive, pero dentro de un régimen de 
servidumbre. Antes había sido la célula misma del Estado que le 
aseguraba el dinamismo necesario para el bienestar de sus miembros" (p. 
65). Luego reconoce que la comunidad no sólo sobrevive "sino que, a 
pesar del medio hostil dentro del cual vegeta sofocada y deformada, 
manifiesta espontáneamente evidentes posibilidades de evolución y 
desarrollo" (p. 81)
         Después
 resume su posición ante el devenir del municipio. De 1821 a 1871 la 
polémica oficial fue entre "liberales y conservadores"; de 1871 a 1921 
fue entre "federalistas y centralistas" Así, primero "La Constitución de
 Huancayo (1839), suprimiendo los municipios expresa la posición del 
conservantismo ante el self government" (p. 195). Después el civilismo 
(conservantismo) "bosqueja una política descentralizadora con la 
creación en 1873 de los concejos departamentales" (p. 196), y el 
liberalismo preconiza en 1895 la "república federal" (p. 196). Pero en 
este falso regionalismo, unos y otros "no han representado ni podían 
representar otra cosa que una aspiración del gamonalismo" (p. 202). Y 
aunque la constitución de 1919 incorporó el principio de la autonomía 
municipal, "No existe ya, en primer plano, un problema de forma de 
gobierno. Vivimos en una época en que la economía domina y absorbe a la 
política de un modo demasiado evidente. En todos los pueblos del mundo, 
no se discute y revisa ya simplemente el mecanismo de la administración 
sino, capitalmente, las bases económicas del Estado" (p. 214). No es lo 
mismo, pues, cambio de forma de gobierno que cambio de sistema social. 
Como concluye JCM, "Los hombres nuevos quieren que el Perú repose sobre 
sus naturales cimientos biológicos. Sienten el deber de crear un orden 
más peruano, más autóctono" (p. 215). Por eso, "La autonomía municipal, 
el self government, la descentralización administrativa, no pueden ser 
regateadas ni discutidas en sí mismas. Pero, desde los puntos de vista 
de una integral y radical renovación, tienen que ser consideradas y 
apreciadas en sus relaciones con el problema social" (p. 216)
         En
 el proceso de desarrollo de la humanidad, al desintegrarse la comunidad
 primitiva y surgir la propiedad privada como propiedad eminente, la 
célula biológica pasó a ser también la célula económica de la sociedad. 
Pero, con palabras de Engels, "En cuanto los medios de producción pasen a
 ser propiedad común, la familia individual dejará de ser la unidad 
económica de la sociedad" (El Origen de la Familia..., 
Editorial Progreso, Moscú, 1975, p. 74) Se diferenciará el rol de la 
familia como célula biológica, de la comuna (municipio, soviet) como 
célula económica, apreciada ésta "en sus relaciones con el problema 
social", como postula JCM.
         En su Breve Epílogo
 (13.03.20), JCM destaca dos puntos de plena vigencia. Primero, que "El 
verdadero liberal se reconoce vedado de oponerse doctrinal y 
prácticamente al socialismo y obligado a admitir el envejecimiento de 
las instituciones y programas liberales, porque otra actitud sería 
antiliberal en el sentido más profundo y viviente de su filosofía. Éste 
es el drama del liberalismo" Segundo, que "El pensamiento socialista se 
afirma antiliberal por necesidad dialéctica, a causa de que el 
socialismo aparece, en la historia, como antítesis del liberalismo, 
definido concretamente como la doctrina de la sociedad capitalista. Pero
 no renuncia al patrimonio liberal, en su valor civilizador, del mismo 
modo que no renuncia a la herencia capitalista, en cuanto constituye 
progreso técnico" Y antes había señalado en sus 7 Ensayos 
que "No renegamos, propiamente, la herencia española, renegamos la 
herencia feudal" (p. 53). Por eso concluyó que el Perú se nutre de tres 
tradiciones: tradición incaica, tradición española, tradición 
republicana" (02.12.27)
         Ahora
 que llegamos al Centenario de Mariátegui; ahora que, desde 1918, con la
 obra de JCM el Perú cuenta con su cuarta tradición, la tradición 
socialista, ¿renunciaremos a esta invalorable herencia y su contenido 
fundamental, su planteamiento del Estado de nuevo tipo, del Estado 
Comuna?
         Nota.- 
         La obra de JCM tiene tres aspectos principales: 7 Ensayos, La Reunión de Barranco, El Estado Comuna. El primero se refiere a la teoría, el Perú Integral El segundo se refiere al instrumento, el Partido Socialista. El tercero se refiere al objetivo, el Estado Peruano tipo Comuna
         Conmemorando el CENTENARIO DEL SOCIALISMO PERUANO,
 la nueva difusión de estos tres hitos de la producción teórico-práctica
 mariateguiana, y como parte de un todo, puede servir al lector para 
visualizar la trascendencia y vigencia de esta producción 
teórico-práctica mariateguiana, y el porqué de esta Conmemoración.
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
 
 
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