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BAJO BANDERAS AJENAS
No existe espectáculo más dramático y desesperanzador que ver a los obreros, campesinos y pobladores luchando bajo banderas ajenas a sus propios intereses. Una buena muestra de ello fue la carnicería fratricida en la guerra mundial de 1914, en que bajo el cuento del “patriotismo” los hijos del pueblo trabajador europeo se mataron entre sí por los intereses de las potencias imperialistas de entonces. Tanto Lenin como Rosa Luxemburgo condenaron esto. Fue entonces que Rosa hizo suya y difundió la consigna de Marx : ¡Socialismo o barbarie!, entendiendo por barbarie ésta carnicería fratricida impulsada por los intereses imperialistas, y señalando que el camino independiente del proletariado y el pueblo era oponerse a ser usados en esta guerra imperialista y convertirla en una auténtica guerra civil revolucionaria (pienso aquí en aquella estrofa del Yaraví “Unidad” de Manuel Acosta Ojeda que decía :”Todos contra el asesino que nos mata por dinero”), y así lo hicieron los revolucionarios irlandeses en la derrotada Insurrección de Pascua de 1916, contra el reclutamiento forzado del imperialismo inglés y por su liberación, y en Octubre de 1917, los bolcheviques acabando con el dominio zarista y burgués.
Es importante tener en cuenta estas lecciones pues la clase obrera y el pueblo deben preservar su camino independiente y no prestarse a ser peones en la lucha entre los sectores o grupos de la burguesía nacional o nativa, que pelean por sus propios intereses. Algo de esto ocurrió con el proceso velasquista de 1968, en que los sectores más claros del movimiento socialista peruano mantuvieron su camino independiente pese al carácter reformista y progresista de este proceso pero de claro contenido anti-socialista, oponiéndose a sus intentos de colocar a la clase obrera y el pueblo bajo su conducción e intereses.
Hoy viene ocurriendo algo parecido y lamentablemente, salvo muy honrosas excepciones, el movimiento socialista peruano bien haciendo de peón en la pugna interburguesa que se desarrolla entre el fujimorismo y el ppkausismo.
No es esta una lucha por la democracia burguesa (que bastante poco tiene de democrática) contra el fascismo fujimorista ni contra la corrupción, pues la corrupción atraviesa a ambos grupos, representados principalmente en el Congreso y en el Ejecutivo, respectivamente, como lo vienen demostrando el destape de las relaciones de altos dirigentes del fujimorismo con el narcotráfico y las relaciones del propio ex Presidente del PPKausismo con Odebrecht, y las reformas que viene planteando el Gobierno de Vizcarra no apuntan sino a intimidar al grupo económico contrario mediante la no reelección, y cambiar la correlación de fuerzas mediante una nueva cámara de Senadores tan inútiles como la mayoría de Congresistas actuales, que serán pagados con el dinero del pueblo.
Mal hacen pues quienes siguen las consignas del PPKausismo de “Cerrar o disolver el Congreso”, y movilizan al pueblo tras ellas, como si no fuese todo el obsoleto aparato estatal burgués el que demuestra su putrefacción como vemos en la ONPE, el Poder Judicial, la Fiscalía, etc, y como si necesitáramos una “sana y momentánea” Dictadura del PPKausismo, que reclama “que lo dejen trabajar”, pero obviamente para sus propios intereses (como reclamaban sobre el negocio del Aeropuerto de Chincheros)y no para los del pueblo peruano, y ocurre que esperamos ansiosos un referéndum que en nada lo beneficiará, en vez de defender su camino independiente y luchar por la sustitución de este aparato obsoleto por uno que se genere desde las organizaciones municipales y comunales y defienda los intereses populares.
MIENTRAS NOS MOVILIZAMOS DEFENDIENDO A VIZCARRA Y A SU EJECUTIVO
Así, mientras nos venimos movilizando en defensa de Vizcarra y sus Ministros y por el cierre del “Congreso fujimorista” para que dejen trabajar al Gobierno, el nuevo Ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva, ha declarado muy orondo y desleal (Ver Entrevista en El Comercio del Sábado 01/09/18, pag.4), que un factor clave para apuntalar el PBI Potencial de 4.5%, es elevar el nivel de formalidad para hacer más eficiente el mercado laboral y que la clave para ello es “flexibilizar más el mercado laboral, que significa que la gente pueda entrar y salir del mercado” (NOTA MIA: léase despedido)”de una manera más dinámica y más fácil” (NOTA MÍA : ¿Estarán pensando en dos patadas en el poto?).”Vamos a trabajar en algunas propuestas para flexibilizar el mercado laboral”. Añadiendo que : “Todos nos decían que necesitan flexibilidad laboral. Si las obligas a contratar a alguien que después no pueden despedir, ni cambiar, ni crecer, entonces se ven afectadas”.
Paralelamente, al ser interrogado sobre su evaluación del riesgo de la inmigración venezolana en el mercado laboral, señala que : “Estamos monitoreando su efecto sobre la economía, pero hay elementos bastante positivos : la esta dinamizando de alguna manera”….”La verdad no me preocuparía en este momento sobre cuál podría ser el efecto final. Es masa laboral y qué país no quiere tener más masa laboral;”….
Habría que empezar por recordar al Señor Ministro de Economía y Finanzas, que aunque fuese nominal o formalmente él es Ministro de los Peruanos y no solo de los “empresaurios”, esta especie casi extinguida en la economía moderna pero vigente en el Perú.
En segundo lugar habría que el mercado laboral peruano es flexible, por cuanto la estabilidad laboral no implica que un trabajador no pueda ser despedido por causales relacionadas con su capacidad o su conducta. Así nuestra legislación laboral reconoce 3 causales de despido relacionadas con la capacidad del trabajador y 3 causales relacionadas con la conducta del trabajador, entre las cuales está la comisión de falta grave (la ley admite 8 causales de falta grave que hacen insubsistente la relación laboral). Además de ello la Ley reconoce 3 modalidades de Contratos de naturaleza temporal, 3 de carácter accidental y 3 por obra o servicios, todos de plazo fijo, a más del régimen de exportación y el agro industrial. Asimismo reconoce la prestación de labores por parte de Empresas de Servicios Temporales, Servicios Complementarios y Terceristas. Por último reconoce la terminación de la relación de trabajo por 4 causas objetivas. Todo lo cual acredita que no existe rigidez en el mercado laboral peruano, reconociendo que lo único que no existe válidamente en nuestra legislación nacional es el DESPIDO SIN EXPRESIÓN DE CAUSA O “PORQUE ME DA LA GANA”. Incluso debemos precisar que ese régimen legal no es respetado por la gran mayoría de empresas que utilizan fraudulentamente empresas intermediarias o terceristas constituidas por ellas mismas, con la finalidad de burlar los derechos laborales, tienen más trabajadores temporales que los que la Ley permite, desnaturalizan los contratos sujetos a modalidad (temporales) y emplean fraudulentamente los propios procesos de terminación colectiva de contratos de trabajo (caso de la subsidiaria de la transnacional alemana Bosch en el Perú).
En tercer lugar, pretender que las empresas se formalicen por la sola eliminación de la estabilidad laboral es desconocer que en nuestro país existen “empresaurios” que no se formalizan para no pagar licencias ni impuestos y que incluso hacen trabajar a sus trabajadores encerrados (recordemos a los mártires que murieron incinerados por esta conducta delictual empresarial) o con pañales para que no vayan a orinar al baño y “pierdan tiempo”.
En cuarto lugar la propuesta de eliminar la estabilidad laboral para que los empresarios se formalicen implica realmente rebajar los derechos laborales a fin de que no exista diferencia entre formales e informales, algo así como eliminar la propiedad para que no exista robo.
En cuarto lugar, el Señor Ministro ignora u oculta que el ingreso irrestricto de inmigrantes venezolanos al ya inestable mercado laboral peruano hace un efecto de dumping social sobre el empleo y el salario por el evidente incremento de la oferta de trabajo que esto significa, en perjuicio de la mano de obra nacional.
En resumidas cuentas esta es la posición y propuestas a realizar por este miembro del Gobierno de Vizcarra que nosotros queremos defender frente al Congreso, al cual queremos cerrar para que así se impongan más fácilmente, por vía dictatorial, propuestas antilaborales de este calibre.
En fin de cuentas, si Rosa Luxemburgo señaló que el dilema de la clase obrera y de la humanidad, previo a la Primera Guerra Mundial era : ¡Socialismo o barbarie!, parafraseando a ésta diríamos que el dilema que muchas organizaciones y movimientos integrantes del movimiento socialista peruano eluden con las movilizaciones impulsadas para cerrar el Congreso y/o apoyar las reformas propuestas por el Gobierno de Vizcarra es : ¡Socialismo o imbecilidad!.
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