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EL SUFRAGIO Y EL SISTEMA ESTABLECIDO
Se está al final del conteo electoral congresal ocurrido este último
domingo 26 de enero de 2020. Como se preveía, los veintiun partidos
participantes en ella se han repartido
los votos con un ínfimo porcentaje que no supera el 11% del voto
válido. Las observaciones a este detalle, los críticos del medio
periodístico unimisman su punto de vista con “no es para alegrarse con
tan magro resultado obtenido”; otros, más radicales con
el pasado de sus simpatías, señalan “es el castigo a aquellos partidos
hoy reducidos, algunos a la nada, otros a una estrechez preocupante para
sus correligionarios; y los que ahora tienen presencia en el no tan
nuevo Congreso, no eran gran cosa en las pasadas
elecciones”.
Se observa también, que en muchos partidos existen verdaderos
desconocidos que ni entre ellos mismos se conocen. Se funda esta opinión
en lo que ya desde mucho antes venía
dándose: los partidos “vientre de alquiler”, o de invitados, que son
los que existen y artificialmente proveen de oxígeno a una democracia
representativa que se asfixia dentro de una realidad que ya no le
corresponde.
Aparentemente, la disparidad de las fuerzas dispersas en estas
elecciones congresales, que contó con los votos del electorado teniendo
por delante a aquellos por los que
no deseaban votar y motejados de corruptos, tienen por delante metas no
tan difusas como se pretende hacer creer con los consensos que los
llevaría a unirse como: consenso en una reforma política, 2) consenso en
derechos civiles 3) consenso en materia económica.
Conforme a estos consensos, la precariedad del próximo congreso a
instalarse en el mes de marzo del presente año, la crítica burguesa le
ha encontrado hasta cinco tendencias: 1) La tendencia progresista
(Partido Morado; Frente Amplio; Juntos por el Perú; Somos
Perú; Acción Popular) 2)la tendencia Postura de centro( Alianza para el
Progreso; Podemos Perú) 3) la tendencia Conservador(Fuerza Popular) 4)
la tendencia radical(Unión por el Perú) 5) la tendencia
fundamentalista(Frepap).
Como se puede apreciar en la superficie el espectáculo de un congreso
más para parlamentar, pues es ese su destino al que lo conlleva la
separación de poderes. Por un lado,
el Ejecutivo, que entre bastidores lo hace todo con el trono detrás del
trono; y un legislativo, que lo único que hace es “parlar, o lo que es
lo mismo, matar el tiempo”. ¿No será esta la razón del por qué el
Sufragio es un medio de engaño al pueblo? Pienso
que sí.
Descansa en esta misma razón la acción contestaría de la crítica
socialista cuando señala que “la participación en las elecciones es
solo con el propósito de agitación
y propaganda clasistas”, que es precisamente lo que brilla por su
ausencia en décadas de elecciones tenidas y en esta última y fresca.
Los partidos frentes o viceversa, actuales, si es que se pueden merecer
esos nombres, demuestran el vacío ideológico- teórico- político que las
clases dominantes parasitarias
tienen. A un año y algunos meses del bicentenario, esas clases
dominantes, jamás han tenido una verdadera elite que la dote de ánimo
para conmemorar su autonomía e independencia política-económica. Toda su
vida hasta hoy, no han sido más que “despóticos ante
el débil, lacayuno y servil ante el poderoso”. No se puede hablar de
autonomía, independencia, soberanía, patria, etc, de un país de economía
colonial, dependiente del capital extranjero. Este es el presente del
Perú de Hoy.
Las clases dominantes por boca del Presidente actual guarda la
esperanza que la composición del Congreso a instalarse en marzo,
“fortalecerá la democracia”, que traducido
a otros términos quiere decir “el engaño al pueblo ha sido un éxito”.
Héctor Félix D.
02.02.2020
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
23 de febrero de 2020
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