lunes, 23 de diciembre de 2013

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI: HUMANISMO, ESTÉTICA Y CONTEMPORANEIDAD (4-5)


CAPÍTULO III
3.4 CONCLUSIONES FINALES
            El condicionamiento histórico del proceso de interpretación de la realidad peruana presupone la concientización de la estructura y relaciones del pasado desde la perspectiva del materialismo histórico, lo que implicaba de hecho un replanteo conceptual de la naturaleza o fisonomía de las relaciones pre capitalistas en el Perú y el proceso complejo y contradictorio de fragmentación cultural o superposición de culturas sintetizado en la noción de nacionalidad en formación. Esto constituye un esfuerzo intelectual pionero de un representante del marxismo en Latinoamérica por desentrañar el entramado social que explicaba la estructura y relaciones del pasado de un país situado en las llamadas áreas periféricas tercermundistas.
            El papel del condicionamiento económico se convierte en el hilo conductor base del cuadro teórico de la realidad específica. Sin embargo, el diseño de definición de la realidad nacional está presentado con una visión de totalidad incompatible con el tratamiento maniqueo de la interconexión base económica-superestructura, lo que casi siempre desemboca en la acomodaticia posición teórica del reduccionismo mecanicista. A pesar de que Mariátegui no se propone revelar la historia de las formas ideológicas específicas va a tener en cuenta la lógica particular del funcionamiento de las mismas. Su propósito central es diseñar una realidad concreta regida, en última instancia, por un hilo conductor base que fija la sustancia del presente histórico peruano en su imbricación con la estructura y relaciones del pasado.
            De igual manera, dicho cuadro teórico quedaba sujeto a la dinámica del proceso histórico, es decir, no era presentado de manera cerrada como un esquema teórico absoluto, válido para cualquier circunstancia histórica. Aparece sujeto al papel modificador de las condiciones histórico-concretas al nivel local, regional e internacional. No es casual que más de una vez el autor patentizara la necesidad de volver de nuevo sobre cada uno de los ensayos de la obra 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana con el objeto de perfeccionarlos y enriquecerlos.
            Por otra parte, el proceso de validación del diseño de definición de la realidad nacional está indisolublemente vinculado a la orientación que recibe la indagación social. El cuadro teórico de dicha realidad no representa tan solo la superación de los enfoques precedentes sobre la historia peruana; representa, sobre todo, la fundamentación intelectual que concientiza la necesidad del cambio social. Esto resulta de suma importancia, pues está directamente conectado a una de las aristas principales de la problemática filosófica mariateguiana: la conformación de un proyecto revolucionario de modificación profunda de la realidad específica.
            La exégesis mariateguiana del determinismo marxista se sustenta en la explicación de la relación dialéctica entre determinismo económico y factor subjetivo. Dicha interconexión resulta clave para demostrar teóricamente por qué la concepción materialista de la historia de Marx no obedecía a un determinismo pasivo y rígido. En este sentido se aprecia una lectura que reivindica el papel de los factores subjetivos en el Marxismo y, por otra parte, se aprecian las huellas de Nietzsche, Bergson, Unamuno, Gobetti, Sorel y Freud que, sin lugar a dudas, enriquecieron la visión del autor en torno a la subjetividad, en particular lo que concierne al papel activo de la voluntad y al lugar del poder de la creación y la acción heroica de las multitudes en las convulsiones político-sociales.
            La reflexión filosófica mariateguiana no tiene en su centro de atención una teorización dirigida a enriquecer las acepciones del concepto de libertad. En este sentido el itinerario de la meditación se concentra en la dimensión histórico-concreta de dicho concepto y en la defensa de la opción socialista frente al discurso ideológico y la praxis política que servía de base a la democracia y la libertad burguesas. Para el autor, el análisis histórico-concreto de la libertad incluye las determinaciones económicas que, en última instancia, explican los grados de libertad alcanzados en el devenir de las distintas formaciones sociales. Si bien no existía una libertad abstracta general y ahistórica, tampoco existía una libertad agitada al vacío desprovista de la “sustancia” económica clasista.
            Por otro lado, en Mariátegui la opción por la revolución social resulta una consecuencia de la asunción del proyecto político del marxismo clásico y de la teoría revolucionaria de los líderes de la Revolución bolchevique. A su vez, la opción por dicha revolución explica la propia configuración de los trazos que identifican la problemática filosófica mariateguiana. La crítica al gradualismo y las corrientes socialdemocráticas se realizan desde la reivindicación de la revolución social como la vía que expresaba la vitalidad de la salida revolucionaria frente a la Crisis Mundial de la posguerra.
            Para el autor, la concreción de una voluntad de acción revolucionaria en el Perú de la década del veinte del siglo XX presupone la puesta en tensión de los factores subjetivos en función de la transformación social. El despliegue de dichos factores implicaba la tarea de construir un nuevo sujeto revolucionario con base en la fusión de las demandas proletario-urbanas con las indígenas agrarias en el contexto de una educación político-cultural y de una organización autónoma. La praxis política de concreción de una voluntad colectiva para el cambio social se deriva de una fundamentación metafísica que privilegia el papel activo de la subjetividad en los procesos político-sociales.
            La imbricación que Mariátegui establece entre socialismo e indigenismo se revela como una cuestión clave a la hora de fundamentar los trazos creativos del proyecto socialista. Dicha imbricación brotaba del concepto de creación heroica que expresa el grado de eficacia y genio con que el sujeto del cambio social y en particular su élite política re-crearan la teoría general del socialismo en plena sintonía con las exigencias de la realidad específica. Sólo mediante la creación heroica se arribaría a un socialismo auténtico en el Perú y en Iberoamérica. Para el peruano, en las condiciones específicas del país andino, la asimilación de la problemática indígena -desde una perspectiva revolucionaria- implicaba desentrañar, tanto las confluencias de las tradiciones comunitarias con el ideal socialista moderno como las potencialidades revolucionarias del trabajador y campesinado indígenas.
Libro, págs. 221-224
            Nota.-
Si toda la investigación del marxista cubano es importante, se puede señalar que el Cap. III de su obra es sencillamente sobresaliente. Ahí, en La realidad nacional estudia el condicionamiento histórico del proceso de interpretación de la realidad peruana, el diseño de definición de una realidad nacional. En Determinismo y libertad estudia el determinismo filosófico marxista, la libertad en su dimensión histórico-concreta. En Revolución social y socialismo estudia la revolución social en el contexto de interconexión crítico-electiva y problemática filosófica, consideraciones sobre el proyecto socialista mariateguiano, la concreción de una voluntad de acción revolucionaria, socialismo e indigenismo. Un párrafo de esta investigación es:
“La tesis mariateguiana acerca de la coexistencia, en el Perú de la época, de elementos pertenecientes a tres economías diferentes no puede interpretarse de manera esquemática, lo que supone el tratamiento del asunto desde un supuesto equilibrio o inercia de los componentes que conforman la simbiosis que prevalece en el espectro económico peruano. La lógica crítico-explicativa sobre el particular, privilegia la dinámica de desarrollo de los trazos contradictorios vista en sus interconexiones, superposiciones y determinaciones, en última instancia, en su acepción marxista. De dichas interconexiones brotará la asociación de intereses; las superposiciones, por su parte, expresarán las relaciones de subordinación, y las determinaciones el dominio y la hegemonía.
            De estas interconexiones entre el poder económico de la Costa y la Sierra brotaba una asociación de intereses de dominación entre la burguesía capitalista y los terratenientes que expanden su dominio sobre el campesinado y consolidan todo un sistema de poder político local y regional, bajo el nombre de “caciquismo” y de “gamonalismo”. De esta forma, el Estado peruano de los años veinte del siglo XX representaba dicha asociación de intereses que, por determinadas razones históricas puntualmente clarificadas por Mariátegui en su interpretación de la fisonomía de las relaciones precapitalistas de producción en el Perú, clases que como la burguesía y los terratenientes señoriales o gamonales son, en la totalidad histórica, conflictivas, aparecerán durante un período articulando sus intereses en el seno mismo del Estado. Es así como este evidencia su naturaleza oligárquica, sin dudas, uno de los rasgos de la superestructura política del tejido social local que más importancia le atribuye el autor en la interpretación del presente histórico.
            Sin embargo, tanto la burguesía capitalista nacional como los terratenientes quedarán subordinados a la burguesía imperialista, pues son los intereses de esta clase los predominantes en la base de la formación social peruana de la década de los veinte del pasado siglo. Se produce así una superposición jerárquica de los intereses económicos de estas clases en el interior del Estado oligárquico que, en modo alguno contradice la articulación contradictoria de los intereses de clases conflictivas. Dicha superposición expresa las relaciones de subordinación mediante las cuales Mariátegui explica el dominio del capital extranjero en la vida económica del país andino. En síntesis, la tesis mariateguiana no se sustentaba en el equilibrio entre los elementos de las tres economías diferentes que tipificaban el espectro económico peruano; por el contrario, en la lógica reflexiva quedaba clarificada, por una parte, la hegemonía de la costa en la economía peruana debido a un acelerado crecimiento de la fortuna privada nacional y, por otra parte, el papel determinante, en última instancia, de los intereses de la burguesía imperialista en el régimen económico y, por ende, en la estructura de poder político. El cuadro económico de la realidad nacional se sustenta en una presentación cuidadosa de la dialéctica entre la base económica y la superestructura como una vía efectiva para desentrañar el conjunto de regularidades, tendencias, desarrollo y funcionamiento de las relaciones económicas, políticas, sociales e ideológicas  de la sociedad peruana de los años veinte del pasado siglo” (Págs. 180-181) Por eso en sus consideraciones finales resume el marxista cubano que “La imbricación que Mariátegui establece entre socialismo e indigenismo se revela como una cuestión clave a la hora de fundamentar los trazos creativos del proyecto socialista”
            Así Antonio Ambrosio Bermejo Santos muestra que JCM hace una Invitación a la Vida Heroica para la Creación Heroica de un Perú Integral, de un Perú nuevo en el mundo nuevo, de un Perú Socialista en el Mundo Socialista.
                                                       Ragarro
                                                       23.12.13


 
     

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