En el orden social
existente, se ha convertido en un lugar común hablar de “democracia”. Cuando
hay una discusión y una acalorada discusión dentro de los parciales de una
organización determinada, inmediatamente, cualquiera de las oposiciones
comienzan a echar mano, “pero si estamos en democracia o aquí no hay
democracia”. Conviene entonces el esfuerzo, se suma a otros fundados esfuerzos,
para aclarar la idea de democracia como servidora de los intereses de una
determinada clase social.
11.06.15
LA VIEJA DEMOCRACIA. Es esta democracia la que sirve al “orden
social existente, sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes”. Es la
democracia conocida como democracia representativa, porque representa a los
intereses del 10% de la clase dominante explotadora y parasitaria. Es ella, la
que desde lo alto del poder del Estado oficial y su gobierno de turno, de ese
10% de clase dominante, la que prepara, mediante su dominación ideológica y la
ejecución de su opresión política, la libre explotación económica, protegida
por la legalidad oficial de la represión
social de la fuerza del Estado contra los productores, de los trabajadores
peruanos, sean estos: obreros, campesinos, empleados, sindicatos, gremios, etc.
Es este el
comportamiento de clase de la vieja democracia, la misma que se sirve al pueblo
peruano como señuelo, que a la postre le conducirá a esa pasividad y a la
creencia de que el Estado con un nuevo gobierno o nueva Constitución, a modo de
un evangélico predicador del bien, le salvara de su miseria moral y depresión
económica, productos de la esclavización laboral y la moral sanchopancesca,
sembrados por los explotadores y opresores.
La vieja democracia es
el paraíso de los privilegios de los burócratas que viven en parásito. Así
tenemos, gobernantes, funcionarios y parlamentarios, venidos de los más oscuros
rincones del fenómeno del gamonalismo, ungidos por la “inmunidad
parlamentaria”, intocables cual ángeles celestiales, son capaces de todo contra
el pueblo que lo eligió para ser sus nuevos cancerberos; pero ¿qué existe
detrás del origen de ese misterioso privilegio de inmunidad? Solo una cosa, y
para nadie extraño: La inmunidad la pagan con la garantía de sus servicios a
los intereses de la clase dominante, a la cual sirven y por la cual gozan del
otro privilegio, de elevarse los sueldos a la altura de que se les antoje; aparte,
de otros, que le da campo libre a sus corrupciones, que después son vistos y
archivados por su otro servidor, el Poder Judicial. Como dice el dicho popular,
“gitano no lee las manos a gitano”. Las corrupciones de sus servidores, no le
hacen ningún daño a las clases dominantes, mientras no interfieran con sus
negocios y su poder político del Estado. Esto es más conocido en toda vieja
democracia instalada aún en gran parte de los pueblos del mundo.
Una interrogante.
¿Por qué la nueva coalición de la izquierda democrática, sea unida o dispersa, han
guardado silencio sobre todo pronunciamiento sobre los sucesos del Valle del
Tambo-Arequipa? La respuesta está más
clara que puquial cristalino. El nacionalismo étnico en el gobierno de turno, nada
tiene que envidiar de las poses y los hechos de los viejos partidos
reaccionarios conocidos.
Es esta vieja
democracia la que se sostiene con el engaño al pueblo a través del sufragio
universal. Elección tras elección, y partidos nacidos como por encanto en
vísperas de las elecciones, ponen en movimiento el engaño al pueblo. Y esto ya
casi nos parece natural, y no puede ser de otra manera, pues son hijos directos
del parasitismo de una clase dominante corrupta y caduca, que en el sistema económico
actual, mantiene a la economía nacional dentro de los parámetros de un
capitalismo marginal, dependiente en cuerpo y alma del capitalismo extranjero o
empresas transnacionales. Mientras el enemigo común del pueblo peruano, “el
orden social, sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes”, se mantenga
en el poder político del Estado, no será posible un Perú nuevo en el mundo
nuevo.
LA NUEVA DEMOCRACIA. Su
gestación en el mundo como defensa de las reivindicaciones de los productores o
trabajadores contra la ofensiva de los explotadores y opresores, es de larga
data en el mundo y en el Perú.
Las primeras
organizaciones gremiales, sindicales, hasta llegar al Perú de hoy, de los
Frente de Defensa del Pueblo, son los animadores y continuadores de la Nueva
Democracia Participativa; participativa porque su objeto es la defensa y
protección de los intereses materiales como espirituales de los trabajadores.
En ella se organiza el 90% del pueblo trabajador peruano. El fragor de la lucha
social, promociona a sus Dirigentes entre ellos mismos, cuyo trabajo, condición
y salario es el mismo que percibe los demás parciales. En sus asambleas
masivas, máxima instancia de su poder, proclaman sus reivindicaciones concretas
frente al enemigo común. El único privilegio que los robustece, es la lucha
organizada, disciplinada. Se desconoce por completo todo tipo de “inmunidad”.
Sufren las consecuencias del odio del enemigo de clase. Son perseguidos. El
destierro, el encierro, el entierro, son solo accidentes de trabajo. Son
revocables y amovibles. No se burocratizan en el cargo. Si hay por ahí algún
“judas”, son condenados en el más oscuro rincón del odio y el olvido del
pueblo.
Vieja Democracia y
Nueva Democracia, son sinónimos de: Capitalismo o Socialismo. No existen términos
medios.
Esta Nueva Democracia
es realista, es concreta y es oficial en
el seno del pueblo, pero aún no lo es para los demás pueblos del mundo, porque
aún no ha tomado el poder político del Estado, en cuyo camino está desde hace
muchas décadas. La conquista del sufragio universal por la Nueva Democracia
Participativa, hará de aquella un “instrumento de emancipación del pueblo”. Pero para que eso suceda, se necesita de una
gran organización de obreros y campesinos con carácter netamente clasista. Como
nunca, lo sugerido por el Amauta José Carlos Mariátegui está a la orden del
día: La creación de “un gran partido de
masas y de ideas”. Aquí reside la razón de la tarea de hoy: LA PREPARACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN PARA EL
CAMBIO SOCIAL.
HFD.
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