En síntesis, dos personajes juegan y, desde este juego, transitan pasajes de la vida de El Amauta, haciendo cobrar vida a las personas que rodearon su existencia, su obra, su sentido de la disciplina y su profunda humanidad.
La puesta en escena dura aproximadamente 60 minutos y a su término se genera un coloquio al estilo salón rojo entre actores y público en general en el que se intercambian ideas y opiniones acerca de la función.
La puesta en escena dura aproximadamente 60 minutos y a su término se genera un coloquio al estilo salón rojo entre actores y público en general en el que se intercambian ideas y opiniones acerca de la función.
Un dato curioso: en esta obra hay una marcada influencia de la reciente visita de la autora a las comunidades nativas del bajo Urubamba.
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