Hugo Blanco
Asistí al acto recordatorio de los mártires de Uchuraqay, efectuado por la Asociación de Periodistas del Perú en la víspera del 33° aniversario de su muerte.
Habló la representante de los familiares. También expuso la viuda de Hugo Bustíos, periodista asesinado por el actual candidato presidencial Daniel Urresti. Al final expuso el Dr.Julio C. Falconí mostrando su dura y perseverante tarea de búsqueda de justicia.
Recordemos que los ocho periodistas fueron matados por orden del general Clemente Noel, entonces jefe político-militar de Ayacucho.
Por este crimen y por otros dije en la Cámara de Diputados, de la cual era miembro, que Noel era asesino. Me pidieron que retire mis palabras. No las podía retirar puesto que expresaban la verdad. Me ratifiqué en ellas. Por ese motivo fui suspendido de la Cámara con la máxima pena, que eran 120 días.
Para encubrir el crimen, Fernando Belaúnde designó a Mario Vargas Llosa como presidente de la comisión investigadora del caso. Vargas Llosa, célebre anti-indigenista, cumplió la tarea de encubrimiento y culpó (en palabras elegantes) a los campesinos de ser los asesinos. Años después, bajo la presidencia de Valentín Paniagua, fue creada la “Comisión de la Verdad y Reconciliación”, encargada de la elaboración de un informe sobre la violencia armada interna, vivida en el Perú durante el período entre los años 1980 y 2000.
Esta comisión dijo que ya no vería el caso Uchuraqay pues éste ya había sido investigado por la comisión Vargas Llosa.
Por trabajo de la comisión de la época de Paniagua, el general (r) Roberto Clemente Noel Moral y otros nueve altos oficiales del Ejército, que tuvieron a su cargo la política antisubversiva a principios de los años 80, fueron denunciados por el Segundo Juzgado Penal de Huamanga, por el secuestro, tortura y desaparición de 53 personas, cometidos en la capital ayacuchana en 1983.
El juez Willy Ayala Calle abrió instrucción, con orden de detención, impedimento de salida del país y embargo preventivo de bienes, contra el general Noel. El general huyó a Lima, donde la policía no quiso capturarle, y al poco tiempo falleció.
Esto demuestra que fue correcto que yo no haya querido retirar mis palabras en la Cámara de Diputados: Noel fue asesino.
Años después Vargas Llosa, encubridor del asesino, obtuvo premio nobel de Literatura. Dicen que los peruanos debemos sentirnos orgullosos por eso.
Fuente: Lucha Indígena
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