Escribe: Milcíades Ruiz
Estamos en una fase de desarrollo del
capitalismo en la cual, las grandes corporaciones se integran para
concentrar mayor poder de dominio. La tendencia es a una oligarquía
mundial que dominará a la humanidad entera en todos los aspectos. “Los
peces grandes se comen a los chicos” y la concentración corporativa
hegemoniza su tiranía inapelable. Arrasan con todo nacionalismo,
desarman toda clase de defensa propia y borran las fronteras
comerciales, financieras, informáticas, judiciales y más, quedando todo
bajo su control. Estamos ya en la “guerra de la galaxias corporativas”.
No habrá autonomía que valga. Lo que tengamos que comer lo decidirán
quienes manejen el “mercado neoliberal competitivo”, los que tengan
mejores tecnologías.
La
población mundial ignora lo que se viene. La patria está bajo amenaza
de una nueva forma de esclavitud, en términos modernos. Nuestro gobierno
ha aceptado las condiciones a las que estará sujeto el Perú en el
proyecto transnacional promovido por EE UU y que se denomina: Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (Trans Pacifico Partnership- TPP), cuyos entretelones desconoce nuestro pueblo. Es así para evitar que se oponga.
El TPP contiene cadenas neoliberales de
alcance insospechado y ha sido perpetrado por el capitalismo corporativo
transnacional en complicidad con los “Felipillos” del gobierno actual
que siguen servilmente los designios imperialistas. La población peruana
no sabe que su destino está siendo definido por dichos intereses
hegemónicos enquistados en el gobierno de los EE. UU. Gran parte de este
tratado ha sido cocinado en secreto entre una docena de gobiernos ( EE
UU, Japón, Vietnam, Singapur, Malasia, Brunéi, Australia, Nueva
Zelanda, Canadá, Chile, Perú y Méjico) .
Este acuerdo tramado a espaldas de la
ciudadanía refuerza y pone otro candado a la carcelería en que nos puso
el gobierno de Toledo, tras la visita del presidente norteamericano
George W. Bush comprometiendo al país en la firma del Tratado de Libre
Comercio- TLC, con EE UU. El gobierno de García Pérez lo rubricó y lo
celebró como un triunfo. Esta ha sido la línea gubernativa de los cuatro
últimos gobiernos bajo la batuta del neoliberalismo y ahora estos
esbirros del imperialismo desarrollan campaña electoral para seguir en
las mismas.
La “Guerra del Pacífico” nos trajo el
Tratado de Ancón, que puso fin a la ocupación chilena de nuestro país, a
cambio de perder Tarapacá (la tierra de Ramón Castilla), Tacna y Arica,
además de las rentas guaneras. La población de estos territorios dejó
de ser peruana pasando a ser chilena con lo cual, cambió radicalmente su
destino, salvo Tacna que por plebiscito prefirió regresar a la patria.
En este caso, el tratado “Transpacífico”
–TPP, también nos cambia el destino. Perdemos territorio comercial pero
además, perdemos soberanía porque el Perú no podrá tomar decisiones
propias en función de los intereses nacionales. Con este tratado, el
Perú renuncia a su autonomía e independencia para someterse a tribunales
internacionales manejados por las empresas transnacionales. Esto no se
puede cambiar ni con una nueva constitución porque la Constitución de la
globalización está por encima y el Perú está obligado a cumplir sus
compromisos bajo penas de sanciones económicas. El TPP es la
profundización del neoliberalismo.
El TPP nos obliga a modificar nuestra
legislación para adaptarla a la conveniencia de este tratado. Adiós al
lema: “Cómprale al Perú primero”. Tampoco vale “Primero es el Perú”. Ser
peruano ya no será una condición y ser minusválido no tendrá ninguna
preferencia laboral. Estaremos obligados a que las compras estatales
sean para los más “competitivos” aunque los proveedores fuesen
extranjeros subsidiados para ofrecer precios por debajo del costo hasta
capturar mercados.
En los buses nos ofrecen dos lapiceros,
un lápiz y un borrador de goma, todo por un sol. Este precio incluye la
ganancia del ambulante, la del mayorista, la del importador, gastos de
transporte marítimo, pago de aranceles, gastos de desaduanaje, estiva y
transporte a almacenes. También incluye las ganancias del exportador
extranjero, costos de exportación, ganancia del fabricante, etc.
Entonces ¿Cuál es el costo inicial para que nos llegue a un sol los
cuatro artículos? ¿Podrán los fabricantes peruanos competir con este
falso precio, muy competitivo?
Los subsidios encubiertos son una forma
de lavar activos legalmente. No interesa que los programas sociales sean
para combatir la pobreza y se den preferencia a los agricultores
locales. Eso ya no. La preferencia la tienen los más “competitivos” en
precios. Esto rige para todas las obras públicas de infraestructura que
serán para los más competitivos aunque no sean peruanos.
El concepto “competitivo” es tergiversado
para favorecer al más poderoso, al que dispone de mejores tecnologías y
subsidios encubiertos. El que puede, puede. Así, el dinero que debería
quedar en casa para nuestro desarrollo se irá al extranjero como
utilidades de los más “competitivos” que lavan riqueza para las
transnacionales. Pero hay mucho más en el texto secreto que se ha
filtrado. No es alarmismo. El pueblo peruano tiene derecho a saber todo
el texto ocultado.
El acuerdo amarra aspectos como: acceso a
mercados, reglas de origen, barreras comerciales, medidas sanitarias y
fitosanitarias, defensa comercial, compras públicas, servicios
empresariales, inversiones, comercio electrónico, telecomunicaciones,
servicios financieros, propiedad intelectual y medio ambiente. También
incluye, amarres de carácter textil, farmacéutico y agrario. Ni siquiera
los prósperos empresarios peruanos estarán a salvo de la competencia
desleal extranjera.
Es un candado más a nuestra prisión
jurídica para proteger las inversiones mineras, petroleras, comerciales y
patentes de las transnacionales, frente a los conflictos sociales que
se opongan a la voracidad de estas. Con ello, el Estado Peruano se
obliga a proteger a las empresas extranjeras y, a darles la espalda a
los peruanos. De no hacerlo, es derecho de las transnacionales presentar
demanda judicial ante tribunales externos. Es lo que viene pasando con
el proyecto “Tía María” en que el gobierno no anula dicho proyecto
porque se orina de miedo ante el TLC que prometió eliminar.
La transnacional Renco Group y su filial
Doe Run que estaba a cargo de La Oroya, donde casi todos los niños
presentan altos índices de plomo en los pulmones, han demandado al Perú
por 800 millones de dólares ante tribunales extranjeros bajo la
acusación de violar el TLC con EE.UU. Alegan que el gobierno peruano ha
incumplido en proteger a la transnacional contra reclamos de terceros en
torno a problemas ambientales “como está obligado a hacerlo”.
La defensa de cuatro arbitrajes
internacionales le cuesta al Estado peruano 53 millones 897 mil soles
(15, 852,065.17 millones de dólares) pues además de Renco Group están
también las demandas de DP World Callao SRL, Eceteco Internacional
Company S.L. y Bear Creek Mining Corporation. Este pago de hace a dos
estudios de abogados estadounidenses: White & Case LLP y Sidley Austin LLP. Para allá se va el dinero de los contribuyentes.
El caso Bear Creek Mining Corporation es
porque los aimaras se opusieron al proyecto minero mediante un paro que
les costó seis muertos. El Gobierno se vio obligado a anular la
autorización a la empresa minera. El monto de la demanda le costaría al
Estado US$ 1,200 millones que, equivale a lo que cuesta el proyecto
minero “Tía María”.
Fuente: www.agrolalibertad.gob.pe (Precio en chacra de maíz amarillo duro- MAD)
Es así como, bajo la sombra de tratados
como el TLC ingresa libremente el maíz transgénico norteamericano (MAD)
cuyo precio subsidiado arruina a los productores nacionales pues nuestro
país está obligado a abrirle las puertas sin ningún impedimento. Esto
cambia el destino de miles de agricultores peruanos porque sus costos de
producción están por encima del precio subsidiado del maíz
norteamericano que llega a S/. 0.70/kg haciendo bajar el precio nacional
tal como puede apreciarse en el gráfico siguiente. De país originario
de este cereal pasaremos a dependientes del extranjero pues nadie querrá
sembrar maíz a pérdida.
Pero así como sucede con el maíz peruano,
también sucederá con toda la producción industrial peruana. Las
empresas que no están en condiciones de competir dentro del TPP tendrán
que cerrar y despedir trabajadores porque es una competencia entre
desiguales donde el minusválido corre con atletas dopados. EE UU
participa con más de 12 mil filiales transnacionales, ¿nosotros con
cuantas? Si Perú vende como 100 y compra como 150, hay una pérdidas de
divisas del 50% que será sacada de las reservas del BCR hasta que no
quede nada. Nuestro desbalance tecnológico nos hará perder
competitividad y divisas al no poder defenderse frente a los demás
países del TPP.
Es que ya no se trata de un tratado
bilateral sino de uno multilateral que abarca toda una cuenca oceánica.
Los países ribereños del Océano Pacífico representan el 40% del PBI
mundial y este inmenso mercado desea ser acaparado por EE UU dejando al
margen a China, Rusia y otras potencias, aun cuando sean parte de esta
cuenca oceánica. En estos términos se viene dando la guerra de las
galaxias corporativas por la hegemonía mundial y es de suponer que las
potencias marginadas no se quedarán con los brazos cruzados.
Ello obedece a que EE UU viene siendo
desplazado por China en el comercio mundial y en las inversiones de
captación de recursos naturales (minería y petróleo). Lo que antes era
su patio trasero en pocos años ha sido conquistado por China y Rusia
pues varios países latinoamericanos se han hecho socios comerciales de
estos y han firmado tratados de cooperación incluyendo acuerdos
militares de protección. Para el Perú, China es su mayor comprador y el
mayor inversionista extranjero.
Durante cien años EE UU ha tenido dominio
sangriento sobre el Canal de Panamá para el comercio internacional,
pero ahora se encuentra con que China está construyendo otro canal
alternativo por Nicaragua y ha ofrecido al Perú la construcción de un
ferrocarril interoceánico. La destrucción de estos planes resulta
primordial para EE UU como también destruir los gobiernos populares
latinoamericanos que han dejado de seguirle. Recuperar su hegemonía
geopolítica continental es la obsesión norteamericana pues ya ha surgido
el CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), donde EE
UU no tiene cabida.
Aunque EE UU no ha tenido el apoyo de
todos los países del pacífico hay unos once incondicionales que se han
prestado a su juego incluyendo Perú. No está la mayoría del medio
centenar de países de esta cuenca oceánica, la más basta del planeta, en
la que habita más de la mitad de la población mundial y opera el 48 %
del comercio mundial.
El presidente norteamericano lo ha dicho sin ambages:
“Teniendo en cuenta que más del 95% de nuestros clientes potenciales
viven fuera de nuestras fronteras, no podemos permitir que países como
China escriban las reglas de nuestra economía”. Más claro no canta un gallo. Es la lucha por la hegemonía.
Pero los intereses de EE UU no son los
mismos que los intereses del Perú como que los intereses de los países
dominantes son contrarios a los intereses de los países dominados y el
neoliberalismo destruye el nacionalismo. Esto equivale a un tratado
entre el lobo y las ovejas. Entonces, ¿Qué hace el Perú metido dentro de
una estrategia que no es la suya? A lo que los gringos responderán:
“para comerte mejor”.
La frase libre comercio es solo pantalla
detrás del cual hay oscuras trampas no comerciales de dominio total. De
los 29 capítulos del TPP solamente 5 tienen que ver con el comercio, el
resto son nuevos poderes para las transnacionales inversionistas, nuevos
límites a las políticas estatales y más derechos monopólicos. El texto
de negociación sólo se dará a conocer 4 años después que el TPP haya
entrado en vigor o si las negociaciones fracasan. Por eso, impedir su
consumación es un deber patriótico.
Con el TPP hasta el derecho a la vida
está condicionado. Los medicamentos importados pueden tener un costo
ínfimo pero tendremos que pagar precios elevadísimos por derechos de
autor o “propiedad intelectual” durante muchos años. En algunos casos
hasta 90 años. Se nos prohíbe producir medicinas genéricas de bajo costo
bajo la misma formulación y el destino de la gente pobre que no pueda
acceder a las medicinas de marca, simplemente será: morir por falta de
dinero. Muchos no podrán salvarse del cáncer tan solo por ello.
Pero también está en juego el destino de
muchas comunidades campesinas afectadas por la contaminación minera y
petrolera. Las empresas transnacionales pueden demandar a los Estados
firmantes pidiendo indemnizaciones por utilidades truncas en caso que de
que no se les permita operar sus proyectos por causa de conflictos
sociales, culpando al gobierno por no poner mano dura asesinando a los
reclamantes nativos. Inclusive las transnacionales pueden demandar al
país si las regulaciones ambientales le causan menor rentabilidad.
Tras más de cinco años de negociaciones
secretas, el TPP propende a reducir impuestos a unos 18.000 productos
otorgando a los fabricantes norteamericanos ventajas insuperables sobre
los nuestros. ¿Con cuántos productos participaremos nosotros que no
tenemos diversificación ni gran industria? ¿Estamos en condiciones de
competir con los otros miembros del PTT que fabrican de todo, incluyendo
vehículos terrestres, marinos y aéreos?
En materia agraria, EE UU persiste en
política proteccionista de perjudica directamente los intereses
exportadores de nuestro país que tienen mayor potencial competitivo pero
que tropiezan con las barreras proteccionistas norteamericanas y el
dumping o subsidios para los suyos. El mercado libre para ellos pero no
para nosotros.
Como se recordará, en el 2005 EE UU
intentó crear el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas),
excluyendo a Cuba. EL fracaso fue rotundo por la presencia de gobiernos
populares bajo el liderazgo del extinto Hugo Chávez que pusieron contra
la pared a George W. Bush para que elimine los subsidios agrarios con
los que hacía competencia desleal distorsionando el mercado. Surgió
entonces la alternativa del ALBA en vez del ALCA para luego crearse el
MERCOSUR y el CELAC.
Pero ahora con el TPP no tenemos el
liderazgo opositor de los países dominados y nuestro destino corre
mayores peligros con el desmontaje político en Argentina, Brasil y
Venezuela. Aunque todavía falta que el TPP sea aprobado por el Congreso
de la República no hay garantías de que el proceso se revierta y ni la
izquierda aparece como abanderad del rechazo al TPP esclareciendo y
desenmascarando esta confabulación antipatriótica. Puede más la
farándula electorera que las amenazas a nuestro destino nacional.
Lo que está claro es que ni Ecuador ni
Bolivia necesitan de tratados de libre comercio para prosperar y por
ello no se someten al TPP. Son más libres e independientes que nosotros
pues toman sus decisiones sin estar condicionados por tratados que
mutilan la libertad.
Por su puesto que la maquinaria de la
dominación y los vende patria saldrán con todo para demostrar las
bondades y beneficios del TPP como suelen hacerlo distorsionándolo todo
para que nuestro pueblo caiga en la trampa y el Parlamento corrupto
ratifique tal despropósito. Eso nos plantea una lucha que no deberíamos
eludir. Muchos peruanos han dado su vida en defensa de la patria. Su
heroísmo nos conmueve y estimula. Si no cumplimos con nuestro deber, la
historia nos condenará. Que las generaciones venideras no sientan
vergüenza de nuestra cobardía.
Ya hay un grupo de peruanos patriotas que
ha empezado a movilizarse para impedir el latrocinio y vale resaltar el
espíritu patriota que los anima. Solo tenemos que aunarnos para
fortalecer el poder popular. Que cada cual responda a su consciencia.
Enero, 2016
Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/