En su discurso de bienvenida en el
seminario internacional de la delegación del KKE en el Parlamento
Europeo, Dimitris Koutsoumpas, el SG del CC del KKE destacó lo
siguiente:
Estimados camaradas:
En nombre del Comité Central del KKE
les doy una calurosa bienvenida al seminario internacional aquí en
Atenas organizado por la delegación del KKE en el Parlamento Europeo, en
ocasión del 100 aniversario de la publicación de la obra de Lenin
“Sobre la consigna de los Estados Unidos de Europa”.
Las observaciones de Lenin en las
condiciones del comienzo del siglo XX, después de 100 años mantienen su
significado. Se trata de una obra que debe ser estudiada por los
comunistas, los radicales, las personas bien intencionadas no sólo de
nuestro continente, de Europa, sino de todo el mundo.
Por supuesto, en un espíritu creativo,
bajo el prisma de los cambios que han tenido lugar en el mundo; cambios
que, sin embargo, no han alterado la esencia, las leyes básicas de la
economía capitalista, la producción cuyo incentivo es la plusvalía, la
ganancia, la competencia y la desigualdad, la anarquía en la producción,
la injusticia en la distribución.
Los acuerdos interestatales, las
alianzas imperialistas que buscan "poner orden" en el comercio
internacional, en la exportación de capitales, no niegan las leyes del
capitalismo.
Al contrario, hacen más dolorosas y
duraderas las consecuencias para los pueblos y se hace más imperativa la
necesidad de la lucha revolucionaria clasista hasta el derrocamiento
del capitalismo y la construcción del socialismo-comunismo.
Camaradas:
Tras el estallido de la crisis
internacional en 2008-2009, quedó claro que la UE y la zona euro no son
una alianza interestatal económica-política estable y cohesionada. En
los años que siguieron, la correlación de fuerzas se alteró incluso
dentro del núcleo principal de la UE a favor de Alemania.
Se amplió la brecha a expensas de Francia y de Italia.
En la última década, la tasa media anual
de crecimiento del PIB de la zona euro permanece casi estancada,
mientras que Alemania está en posición de liderazgo.
La agudización de la desigualdad en la
zona euro se refleja en la brecha creciente entre los superávits
comerciales de Alemania y de los Países Bajos y los déficits de la
mayoría de los Estados-miembros.
A nivel político, la agudización de los
antagonismos en la UE fue expresada a través del resultado del
reférendum británico y el crecimiento del euroescepticismo burgués en
Francia, en Italia y en otros Estados miembros de la UE, es decir a
través del fortalecimiento de las fuerzas centrífugas. Las elecciones
presidenciales inminentes en Francia, así como en otros países, en
Alemania también, pueden manifestar una nueva agudización de la
situación en la UE.
El resultado del Brexit refleja en
cierta medida la postura negativa general de la burguesía británica en
cuanto a la trayectoria de profundización de la Unión Económica
Monetaria y de la UE, su firme convergencia con EE.UU. en el antagonismo
contra Alemania, la existencia de sectores del capital británico y
estadounidense que deseaban la salida de Bretaña de la UE y el
atrapamiento del descontento popular en la corriente del
euroescepticismo burgués.
En este terreno se están complicando los
dilemas de la política burguesa en Alemania y en los demás Estados
miembros de la UE. Los gobiernos de Francia e Italia piden el
relajamiento de la política fiscal para reforzar sus grupos monopolistas
y un proceso de profundización de la unificación de la zona euro de
manera que Alemania asuma en la práctica el papel del garante de los
Estados endeudados y de los grandes bancos problemáticos de la UE.
Los Estados miembros que mantienen
relaciones estrechas con EE.UU. como es el grupo de Visegrád (Polonia,
Hungría, República Checa, Eslovaquia), así como Suecia y Dinamarca
buscan mantener el carácter intergubernamental y el fortalecimiento de
la independencia de las políticas nacionales sobre varios asuntos (p.ej.
inmigrantes-refugiados).
La línea dominante de la clase burguesa
alemana se encuentra entre el mantenimiento del carácter
intergubernamental de las resoluciones de la UE y la imposición en la
práctica de una UE de varias velocidades, con un núcleo más estrecho y
coherente de moneda común.
Sin embargo, la socialdemocracia alemana
converge en gran medida con las propuestas de Francia e Italia para la
profundización de la UE. Además, hay una debate respecto la relación de
Alemania con EE.UU. y Rusia, mientras que se desarrollan las relaciones
entre la UE y China.
EE.UU. apoyan Italia y Francia en la
cuestión del relajamiento de la política fiscal así como el grupo de
Visegrád y los países escandinavos para detener el curso de
profundización de la unificación de la UE.
El grupo G-20 también se posicionó a favor del relajamiento de la política fiscal en beneficio de las inversiones públicas.
El objetivo de adhesión de Ucrania a la
UE, contra los planes rusos de incorporar Ucrania en la Comunidad
Económica Euroasiática, ha agudizado las relaciones entre la UE y Rusia,
mientras que Rusia apoya las fuerzas políticas en el seno de la UE que
se posicionan en contra la profundización de la unificación capitalista
en el marco de la UE.
La línea dominante de la política
burguesa en Grecia da por hecho la permanencia del país en la zona euro,
mientras que al mismo tiempo siguen siendo particularmente estrechas
las relaciones del capital naviero griego con EE.UU. y Bretaña, el
fortalecimiento de las relaciones económicas con China.
Camaradas:
En todo caso, el futuro de la UE y de la
zona euro, de la economía mundial capitalista, no se determina
solamente por los planes imperialistas porque las contradicciones tienen
su propia dinámica. Ninguna opción de la gestión burguesa no puede
erradicar el antagonismo y las contradicciones entre las economías
capitalistas, mientras que al mismo tiempo entrará en conflicto con los
intereses obreros y populares en todos los Estados miembros de la zona
euro.
La crisis ha resaltado aún más
intensamente los límites históricos del sistema capitalista y en general
la dificultad para pasar a un nuevo ciclo de reproducción ampliada del
capital social. La prolongada crisis económica en Grecia es la expresión
de todos los factores anteriormente mencionados, en un país que, sin
embargo, no está en la cima ni del capitalismo mundial ni de la UE.
Aunque la burguesía de Grecia ha sido beneficiada por la adhesión a la
UE, al mismo tiempo, la gestión fiscal de la crisis se ha demostrado más
difícil en las condiciones de la Unión Monetaria y del control fiscal
interestatal.
Inicialmente, la burguesía de Grecia fue
beneficiada por el derrocamiento contrarrevolucionario en los vecinos
países de los Balcanes y la adhesión a la UE, logrando una acumulación
importante y una exportación de capitales a inversiones directas que
contribuyeron al fortalecimiento de las empresas griegas y de los grupos
monopolistas. La exportación de capitales se expandió a otros países.
Participó activamente en todas las intervenciones y guerras
imperialistas, como contra Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia etc. y
actuó como miembro activo de la OTAN.
Tras el estallido de la crisis, la
posición de la economía griega capitalista se deterioró en el marco de
la zona euro, de la UE y en general del sistema capitalista
internacional; sin embargo, todo ello no niega que la adhesión de Grecia
a la CEE-UE sirvió los sectores más dinámicos del capital monopolista
nacional y contribuyó a reforzar su poder político.
Camaradas:
La propuesta del KKE que se dirige al
pueblo, no tiene que ver con el cambio de la moneda, ni tampoco con la
vinculación de la dracma con el dólar, la libra esterlina, el yen o con
cualquier otra moneda. No elegimos entre Escila y Caribdis.
Un partido burgués puede adoptar la
posición de retirada de la zona euro si considera que a sectores básicos
de la burguesía les sirve una moneda nacional, que la recuperación
podría ser facilitada por una devaluación. Tales tendencias han sido
expresadas a través del referéndum británico y por los partidos creados
en Alemania, así como en las posiciones contra la UE expresadas por el
partido de Le Pen y otros partidos populistas de la ultraderecha en
Europa. En total, tanto en la UE como en EE.UU., y ahora tras la
elección de Trump, se está reforzando la corriente política del
proteccionismo, como un arma contra la dinámica de la economía china,
así como de la alemana en Europa.
Al mismo tiempo, coexiste la corriente
del cosmopolitismo burgués que emplea una retórica de izquierdas. La
caracterización por los partidos burgueses y oportunistas griegos del
"problema griego" como "problema paneuropeo" es acompañada por la
posición de que no se puede hacer ningún cambio a nivel nacional a favor
del pueblo, más allá de la alternancia de algunos gobiernos y personas,
sin que se afecten las relaciones de propiedad sobre los medios de
producción, el núcleo de las relaciones económicas-políticas. Quieren
impedir que el pueblo luche por una sociedad diferente, una sociedad
socialista. De modo engañoso afirman que las cosas cambiarán
simultáneamente a nivel europeo o mundial, o a ningún sitio. La verdad
es que los cambios comienzan en cada país y este resultado tiene un
impacto a nivel regional, continental y mundial.
El Estado-nación burgués sigue siendo el
órgano básico que asegura el dominio económico del capital, de los
monopolios, la concentración y centralización del capital en antagonismo
con procesos respectivos a otros Estados; sigue siendo un escenario
importante para la lucha de clases implacable entre el trabajo y el
capital y por lo tanto un terreno básico para el desarrollo de la lucha
de clases. Esto no anula en absoluto la necesidad de una lucha de clases
coordinada a nivel regional, europeo y mundial.
Camaradas:
En conclusión quisiera subrayar una vez
más que las contradicciones interimperialistas, que en el pasado
llevaron a decenas de guerras locales, regionales y a dos guerras
mundiales, siguen conduciendo a duros enfrentamientos económicos,
políticos y militares independientemente de los cambios en la estructura
y en el marco de los objetivos de las uniones imperialistas, tanto
viejas como nuevas.
En todo caso "la guerra es la
continuación de la política por otros medios" sobre todo en condiciones
de una crisis profunda de sobreacumulación de capital y de cambios
importantes en la correlación de fuerzas del sistema imperialista
internacional, donde la redistribución de los mercados rara vez ocurre
sin derramamiento de sangre.
De este punto de vista nuestros partidos
deben estar preparados. Los pueblos y los jóvenes no deben derramar sus
sangre por los intereses de los capitalistas.
Hoy día que se están aumentando los
peligros de una guerra imperialista generalizada y de conflictos en la
región amplia desde los Balcanes hasta el Oriente Medio, el KKE está
llamando al pueblo a luchar para que no se cambien las fronteras, para
la defensa de los derechos soberanos del país, desde el punto de vista
de los intereses de la clase obrera y de las capas populares, algo que
no puede separarse de la lucha por el derrocamiento del poder del
capital y no tiene nada que ver con la defensa de los planes de uno u
otro polo imperialista, con la rentabilidad de uno u otro grupo
monopolista.
Por eso es preciso fortalecer la
cooperación y la lucha común de nuestros pueblos, la cooperación más
estrecha de nuestros partidos, la elaboración de una estrategia
revolucionaria en Europa y en todo el mundo, por el derrocamiento final
de la barbarie capitalista, por la paz y la prosperidad popular, por el
socialismo-comunismo.
Fuente: KKE
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