© REUTERS/ KCNA
Existe una tradición en Estados Unidos, según la cual cada nuevo inquilino de la Casa Blanca selecciona un país cuyo líder no es un "perro simpático" para Norteamérica "que está durmiendo sobre una alfombra", y comienza a demonizar a su próxima víctima.
El pimiento pequeño es más picante (proverbio coreano)
Así se ha hecho con Fidel Castro, Yasir
Arafat, Slobodan Milosevic, Muamar Gadafi y Sadam Husein, Hugo Chávez y
Vladímir Putin. Donald Trump no se ha quedado atrás y ha señalado al
líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un,
como el "mayor peligro para la seguridad nacional de EEUU".
©
REUTERS/ Kim Hong-Ji
Además: Corea del Norte podría realizar nuevos ensayos nucleares pronto
©
AFP 2017/ Yonhap
En realidad, ambos países coreanos viven en una permanente tensión desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953), es decir, los últimos 64 años acordándose de los horrores de aquella guerra que desató EEUU. En aquellos tres años, los aviones norteamericanos lanzaron 428.000 bombas sobre Corea del Norte, usando más napalm que en la guerra de Vietnam (1955-1975). De las 22 grandes ciudades norcoreanas, 18 fueron completamente destruidas, lanzando a sus habitantes a la edad de piedra. En tres años de conflicto bélico, todo en el norte y centro de la península fue destruido y la gente sobrevivió en cuevas. Estados Unidos también perdió más de 36.000 soldados, y sus aliados dejaron unos 18.000 muertos en los campos de batalla, entre ellos 163 colombianos y unos 100 puertorriqueños. Corea del Norte perdió también más de tres millones de sus habitantes, la mayoría niños, mujeres y ancianos.
©
REUTERS/ Carlos Barria
Vea también: Corea del Norte amenaza con "reducir EEUU a cenizas"
Los norcoreanos resistieron y siguieron adelante con su modelo socialista, con la ayuda de la Unión Soviética y China. Lo interesante fue que, ya en 1978, el Producto Nacional Bruto (PNB) per cápita del Norte y del Sur era casi igual, dedicándose Corea del Norte a la agricultura y producción de acero y maquinaria. La vivienda en la RPDC es gratis, igual que la atención médica y, hasta 1990, el índice de la esperanza de vida era mejor que en la mayoría de los países en desarrollo. Con la 'perestroika' en la Unión Soviética, Corea del Norte sufrió en 1990 una horrible hambruna, que mató a unas 500.000 personas, especialmente niños.
©
REUTERS/ KCNA
Más aquí: Paso a paso: lo que sucederá si EEUU ataca a Corea del Norte
En realidad, Corea del Norte no representa ningún peligro para nadie, y lo que aspira es firmar un Acuerdo de Paz con el Sur, el fin de las sanciones de EEUU y de sus aliados para detener su programa de armas nucleares. Mientras esto no suceda, no puede desarmarse, tomando en cuenta la experiencia de Muamar Gadafi, que ordenó desmantelar sus programas de armas nucleares en 1991, pensando que con esta acción EEUU levantaría las sanciones contra Libia. Las ilusiones de Gadafi llevaron a su país a la destrucción, y a él mismo a una muerte horrible que, dicho sea de paso, fue ordenada por Hillary Clinton. Para que no se repita el mismo escenario, el Gobierno norcoreano está haciendo todo lo posible para tener suficiente armamento disuasivo para prevenir los posibles ataques norteamericanos y su aliado a la fuerza, Japón. Su misil Nodong tiene un alcance de 1.000 kilómetros; el Taepodong1, de 2.000km; el Musadan, de 4000 km; y el Taepodong 2, de 8.000 kilómetros. Esto significa que podría alcanzar Alaska, Canadá y el Reino Unido.
©
REUTERS/ Franciszek Mazur/Agencja Gazeta
Para esto, Washington necesita a sus aliados en el Gobierno de la República de Corea que crean tensiones con sus vecinos del Norte, como fue la presidenta Park Geun-hye, recientemente destituida debido a un escándalo de corrupción en el que estaba envuelta. Hay todas las posibilidades de que el próximo mayo sea elegido como presidente Moon Jae-in, partidario de la 'Sunshine Diplomacy' con el líder de la RPDC, Kim Jong-un, que floreció durante los mandatos de los presidentes surcoreanos Kim Dae-jung (1998-2003) y Roh Moo-hyun (2003-2008). Los líderes de Corea del Sur desarrollaron en aquellos años una política de acercamiento con Pyongyang, incluyendo el intercambio de visitas familiares, creando negocios y construyendo el parque industrial Kaesong en la RPDC. Este complejo se levantó con capital surcoreano y mano de obra altamente cualificada norcoreana.
Lea más: Moscú invita a Washington, Seúl y Tokio a debatir el tema de Corea del Norte
©
REUTERS/ Yonhap
Por mucho que quiera EEUU mantener a Corea del Sur en su esfera de su influencia, los procesos económicos establecen ciertas prioridades nacionales y, en este caso, a Seúl le conviene más acercamiento a China que a Washington, que ya está cuestionando el tratado de libre comercio KORUS-FTA con Corea del Sur. Además, la inversión norteamericana en Corea del Sur durante los últimos cinco años alcanzó los 7.900 millones de dólares, mientras que los surcoreanos invirtieron en EEUU, en el mismo período de tiempo, más de 37.000 millones de dólares. Lo único que incrementó Washington es la venta de armas, de 600 millones de dólares en 2011, a 5.000 millones en 2016. Muy pronto, Corea del Sur tendría que pagar un precio bastante alto por instalación del sistema norteamericano antimisiles THAAD.
Le puede interesar: El arma más potente de Corea del Norte
Los norcoreanos también desean el diálogo y anhelan la paz, pero no imposiciones. Como decía uno de los fundadores de la República Democrática Popular de Corea, Kim Il-sung, "la paz asegurada por la sumisión no es paz".
Fuente: Sputnik
No hay comentarios:
Publicar un comentario