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HOMENAJE
A LA MAESTRA EJEMPLAR
HILDA
TÍSOC LINDLEY
(A
un año de su partida)
Hace un año
(7 Enero 2017) nació a la eternidad nuestra c. Hilda Tisoc Lindley,
una maestra forjada en el calor de la lucha y que ha dejado huellas
profundas que las nuevas generaciones de combatientes sabrá
valorarlo. He aquí algunos párrafos publicado por diversos autores
en homenaje a tan digna maestra que entrego su vida a la lucha por
una América nueva en el mundo nuevo.(07.01.2018)
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“Durante los
últimos años de universidad, Hilda leyó “Peregrinaciones de una
Paria” de Flora Tristán, quedó impactada con la experiencia
personal de Flora Tristán y con su análisis de a mujer peruana de
la alta burguesía del siglo XIX. Hilda desarrolló un apasionado
interés por la obre de la Tristán y la eligió para elaborar su
tesis de bachillerato, optando en su disertación, el calificativo de
brillante por unanimidad.
Hilda y yo
planeamos salir al extranjero para ampliar nuestros horizontes y para
enfrentarnos a retos, nos inspiró Simone de Beauvoir, al decir “las
mujeres debemos idearnos para nosotras mismas un proyecto que fuera
un reto difícil de realizarlo, así como los retos de los hombres”.
La idea era que la mujer desarrollara su potencial y se liberara del
proteccionismo de la familia, de la sociedad. A Hilda le fascinaba
los viajes, le gustaba explorar otras culturas”.
Sonia Mrva,
Montoya
“Recuerdo que
ella siempre tenía a la mano un libro que devoraba con fruición en
las horas libres. Ella era una mujer especial, nuestra conexión fue
inmediata, mágica y empática; nos volvimos inseparables, la sentía
una hermana del alma.
Coincidíamos
también en nuestra rebeldía. Me encantaba su franqueza y sencillez,
como su agudeza y visión crítica de la sociedad. Poseía una gran
sensibilidad, era generosa, fiel, de una impecabilidad absoluta,
nunca admitió la doble moral. Hilda fue sobre todo coherente con sus
principios hasta su último suspiro” (…)
“Hilda se
conectó con el movimiento feminista que lideraba Cristina
Portocarrero, artista plástica, como también Ana María Portugal,
crítica de arte y cultura; llegarían a ser activas participantes
del discurso feminista durante el periodo llamado de la revaloración,
de acuerdo a estos puntos: a) reconocía la existencia de
discriminación a las mujeres, b) Consideraba que ello era una
expresión cultural, social y no provenía de un orden divino o de la
naturaleza, c) Trabajaba para transformar el orden patriarcal en uno
con igualdad entre mujeres y hombres”.
Luz Bertha
Fuentes
“Las últimas
palabras de Hilda fueron su deseo de volver a la naturaleza del sur,
pidió escuchar los versos de Violeta Parra: gracias a la vida que me
ha dado tanto…,hábitat y cultura, dos extremos que transparentan
su trayectoria vital entre nosotros, que supo unirlos en sus momentos
postreros con fuerza y apego a los suyos.
Después de
muchos años de residencia mexicana su última morada, la casa
verdadera en sus palabras, estuvo siempre en el Perú, en la
naturaleza marina de las playas de El Callao, lugar de “…muchos
contentos y quereres…”, vividos seguramente en sus años de
infancia y juventud. Ese puerto existe decía B. Varela; la mar tiene
una fuerte simbología de género, las aguas fueron y seguirán
siendo el origen primordial de la vida, la fuente de vida es mujer,
es la pachamama…
Sus largos años
en México fueron en realidad un exilio, una residencia, un estar,
pero su Pacarina está en el Sur, en las movidas aguas de la mar
chalaca en sus amaneceres ventosos y grises con colores pacíficos
que llaman a reflexión y toma de posesión frente al mar. Aquí unió
la vida que siempre vale la pena vivirla, a la cultura marina de más
de cinco mil años de historia”.
César
Hildebrando Delgado
“Nuestra
Hilda, vivió intensamente sin transgredir sus principios y siempre
con la clara convicción de que su trabajo productivo será la
semilla que germinará en las generaciones sucesivas, perseverando
en la lucha por un mundo nuevo. He ahí la razón de que vivirá por
siempre en el corazón de su pueblo.
Al igual que el filósofo Miguel de Unamuno, ella consideró que “La vida es lucha, es combate. Agoniza quien vive luchando contra la vida y contra la misma muerte”. De allí que al final, con serenidad, tomo la decisión de partir con el encargo de retornar a su patria y compartir el vaivén de las altas olas en el océano pacífico”.
“Su
generosidad fraternal es carácter y valor fruto de su noble corazón
y la dicha de haber sabido y conocido la buena fortuna del amor y la
responsabilidad forjadora.
La
certera y directa sinceridad al actuar fue parte esencial de su
honestidad acrisolada. En el ejercicio de la libertad jamás dejo
dudas y postergaciones; ese espíritu transformador lo ejerció con
hidalguía solvente, se reforzó cada instante en el vuelo de su
pensamiento y creatividad sin tregua. Praxis probada y consolidada en
su vida social de lucha transformadora, profesional escolar docente,
y el magisterio universitario, donde la investigación acuciosa la
impulsaba a conocer y viajar y poder armar los eslabones ausentes de
lo existencial humano que tanto le apasionaba, permitiéndole
consolidar sus ideales más puros y de compromiso trascendente, fiel
expresión de su constante batalla en el ideal, la esperanza desde la
perseverancia. El nuevo ser del mundo nuevo hoy. Luchó ante todo y
contra todos al sentir la presencia del abuso, a mentira y mala fe.
En esas lides el accionar sincero es característica nuclear de su
madura inteligencia sin por ello perder la ternura, guardando la
modestia y optimo perfil de sutileza siempre pura y diáfana; la
verdad en Hilda tiene peso central e ineludible. El anhelo de
conquista y la prosecución dichosa de sus nobles fine le llenaron de
sentido y optimismo a su labor”.
Segundo
Gil Castro
Entre sus obras selectas está su
libro “LA AGONÍA SOCIAL DE FLORA TRISTAN Y EL MOVIMIENTO
FEMINISTA”, publicado en 1971 y digitalizado en el 2009. Para que
Hilda publique esta obra, está claro la influencia de Flora
Tristán, una mujer de lucha, de pensamiento y actitud revolucionaria
y precursora del movimiento feminista que paso a la historia
difundiendo su tesis “Todas
las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que
hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescindibles del
ser mujer”. Algo más,
en el folleto “La Unión Obrera”, Flora Tristán enarbola su
programa a favor del proletariado. He ahí signos puntuales y
motivadores para sistematizar ideas de acuerdo a nuestra realidad. He
ahí el valor histórico de la obra de Hilda, como sustento
fundamental del feminismo y socialismo en la lucha por el cambio
social.
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