viernes, 20 de agosto de 2021

Construcción de Perú Integral PEDRO CASTILLO NO SE QUITA EL SOMBRERO ANTE LOS NEOLIBERALES

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Construcción de Perú Integral

 

PEDRO CASTILLO

 

NO SE QUITA EL SOMBRERO ANTE LOS NEOLIBERALES

 

Que la vida da sorpresas se ha confirmado en el Perú cuando su pueblo, después de 45 años de sumisión en términos estatales y sociales al neoliberalismo, despertó de una amnesia intelectual y resignación agudizada por la pandemia, elevando a un líder sindical progresista y maestro rural, Pedro Castillo, a la presidencia de la república.

"No más pobres en un país rico".

Ahora, al nuevo presidente le espera la tarea dificilísima de implementar un proyecto económico y social beneficioso para la mayoría cuando la derecha está con cuchillo en mano promoviendo sabotajes, desestabilización y golpe de Estado para destituir al presidente.

¿Podrá Castillo implementar una agenda progresista en uno de los países más conservadores de América Latina con el Congreso dominado por la derecha y con la oposición que no le ha dado ni un momento de tregua desde que asumió la presidencia el pasado 28 de julio? Para contestar a esta pregunta habría que analizar las condiciones socioeconómicas en que se encuentra el país y los factores externos e internos que están influyendo en el desarrollo de acontecimientos en el Perú.

Lo interesante es que en los últimos 15 años Perú ha recibido elogios del Fondo Monetario Internacional (FMI) por su desempeño económico, considerado como uno de los mejores en América Latina con un producto interno bruto (PIB) de 240.000 millones de dólares. El promedio de crecimiento del PIB en estas dos décadas ha sido de 5,4%.

Sin embargo, a pesar de estas impresionantes cifras, de los 33 millones de habitantes del país, el 60% se encuentra por debajo del umbral de la pobreza que llega en las zonas rurales inclusive al más del 80%.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 75,2% de la población económicamente activa (PEA) labora en el sector informal y no cuenta con ningún tipo de seguro social y no tiene derecho a retiro y atención sanitaria.

La pandemia ha herido severamente la economía del país que cayó en 2020 el 11%, agudizada por la crisis sanitaria. Actualmente, el 58% de la PEA está desempleada o subempleada. El número de fallecidos por COVID-19 alcanzó para el primero de agosto pasado 196.518 personas, lo que coloca a Perú como el país con más muertes en el mundo por cada 100.000 habitantes.

Además, desde la época de la dictadura de Alberto Fujimori (1900-2000), el país está viviendo una permanente crisis institucional.

El sucesor de Fujimori, Alejandro Toledo (2001-2006), actualmente escondido en EEUU, está esperando la extradición por recibir multimillonarios sobornos. Alan García que lo siguió en el poder (2006-2011) se suicidó en 2019 cuando la Policía entró en su casa para arrestarlo por cargos de corrupción y enriquecimiento ilícito. Ollanta Humala (2011-2016) fue arrestado en 2017 bajo cargos de corrupción y lavado de dinero. Actualmente tiene prohibido dejar el país el expresidente Pedro Pablo Kuczynski que asumió el cargo en 2016 y no fue diferente de sus antecesores. En 2018 se vio obligado a dimitir por recibir sobornos y por mentir al Congreso. Todos estos presidentes estaban de acuerdo con la tristemente eminente percepción de Kuczynski de que "América Latina es como un perro simpático que está durmiendo en una alfombra y no genera ningún problema".

Para darnos cuenta del grado de descomposición política en que se encuentra el país que está recibiendo Pedro Castillo, hay que señalar que a partir de 2016 el Perú ha tenido cuatro presidentes en el período de cinco años.

A la vez, el nuevo Gobierno tendrá que tomar medidas urgentes para enfrentarse a la tercera ola del COVID que, según el Ministerio de Salud (MINSA), se iniciará en septiembre y que podría dejar 115.000 nuevos fallecidos y al menos 2,4 millones de infectados.

No obstante, hay factores que podrían ayudar al nuevo Gobierno a fortalecer su posición política, la implementación de su programa de desarrollo del país y neutralizar la oposición neoliberal dominada por el fujimorismo que le ha declarado guerra sin cuartel a Castillo desde que asumió la presidencia.

Perú no está en ninguna quiebra como lo están anunciando los detractores de Castillo y su deuda pública en 2021 estará alrededor del 35,9% del PBI, mientras que la deuda pública en Argentina está proyectada al 105%; en México, al 51%; en Brasil, 98%, y Ecuador, 68%.

Uno de los más prestigiosos analistas del Vanguard Group Inc. -el mayor gestor de fondos de inversión en el mundo-, Dan Shaykevich afirmó hace poco: "Consideramos al Perú como un país con sólido crédito. Este tipo de países están en buena posición para absorber cualquier tipo de volatilidad que provenga de la incertidumbre política, incluso si hay un cambio".

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también dio un pronóstico, estimando que el crecimiento del PIB en Perú en 2021 subiría al 8,5% si se logra estabilidad política y la inflación no superaría un 2%. (The FMI, Country Report, 2021).

El alza de los precios de minerales en el mercado global representa otra ventaja para la economía peruana, teniendo en cuenta que los minerales constituyen el 50% de todos los productos que exporta el país: cobre, oro, plata, plomo, zinc, estaño, molibdeno, petróleo y gas natural.

A esto hay que agregar el litio, considerado como el oro blanco, cuyo yacimiento estimado en 40 millones de toneladas de carbonato de litio está en la meseta de Macusani (Puno) que es de alta pureza. Su valor llega a 4.800 partes por millón (PPM), mientras que el PPM del litio chileno es de 400, el de Argentina, 700 y el litio boliviano de 1.500 PPM.

También en Puno en la misma meseta hay yacimientos de uranio. El problema consiste en que el 100% de litio y uranio pertenece a la corporación canadiense Lithium American que posee la meseta de Macusani de 910 kilómetros cuadrados. Los canadienses empezaron a apoderarse de la zona en 2006 en la época de Alan García y terminaron la adquisición de la meseta en 2015 durante la presidencia de Ollanta Humala. Lo único que puede hacer el Estado de acuerdo a la actual Constitución es promover la industrialización del litio.

Lo que le toca a Castillo ahora es terminar con 46 años de tradición de presidentes títeres del capital extranjero y de los grupos del poder nacionales compuestos por la élite local y los empresarios que han estado saqueando los recursos nacionales desinhibidamente con el apoyo incondicional de los medios de comunicación bajo su dominio.

Durante todas estas cuatro décadas, todos los proyectos neoliberales han causado dolor a la mayoría de la población y han promovido corrupción y represión del movimiento social. Los medios de comunicación a su servicio se han convertido en una gran fábrica psicológica de mentiras y confusión que han hecho que la gente haya empezado a creer en cualquier cosa por muy ilógica y desbaratada que sea. A la vez, la acostumbraron a la población a la idea de que "los políticos son todos iguales".

De repente, en el Perú aparece un Pedro Castillo que no es como todos los políticos y se ubica en otro grupo, el de políticos progresistas como Alberto Fernández (presidente de Argentina), Luis Arce (presidente de Bolivia), Andrés Manuel López Obrador (presidente de México) y Daniel Ortega (presidente de Nicaragua).

Por supuesto, la aparición en América Latina de un nuevo gobernante progresista hace cundir el pánico en toda la derecha neoliberal del continente e inclusive en el planeta. Esto explica por qué Castillo actualmente es el más discutido, criticado, analizado presidente por los medios de comunicación globalizados en la historia del Perú. Los grupos del poder ya saben que sería prácticamente imposible corromperlo. Entonces se arremeten contra él en su desesperación utilizando todos los trucos sucios y perdiendo toda la lógica.

Mientras tanto, Castillo sigue tranquilo creyendo en la posibilidad de aplicar su programa progresista de acción en el país. El ambiente exterior le favorece, pues Estados Unidos está enfrascado en la solución de muchos problemas domésticos y no tiene dinero y voluntad para apoyar al fujimorismo en su intento de dar un golpe de Estado.

En un ensayo de los más prestigiosos especialistas norteamericanos en relaciones exteriores, incluyendo al actual asesor de en seguridad nacional, Joe Sullivan, publicado por Carnegie Endowment, los analistas llegaron a la conclusión de que "Estados Unidos debe ser fuerte domésticamente para ser fuerte en el exterior".

También estos gurúes de la política norteamericana afirmaron que "el pilar crítico de EEUU radica en su clase media que hoy se encuentra en un estado precario después de tres décadas de primacía de EEUU en el escenario mundial".

Entonces, la tarea principal del país sería "corregir su sobre extensión y evitar cambios de régimen y la transformación de otros países mediante intervención militar" .

Este aparente vuelco en la política norteamericana explica por qué la OEA no recibió la delegación fujimorista en su sede con la denuncia contra Castillo ni reaccionó a la decisión del nuevo Gobierno del Perú de salir del Grupo de Lima, cuyo único propósito era sacar del poder a Nicolás Maduro y nada más. Jamás este grupo presentó algún proyecto de desarrollo para Venezuela.

Tampoco hubo alguna reacción negativa tanto en EEUU como en la Unión Europea (UE) a la declaración del presidente Castillo en la que anunciaba: "La política de mi Gobierno se basa en multilateralismo activo, el derecho internacional, la integración económica, social y cultural, el respeto de derechos humanos, el principio de no intervención, la cooperación para el desarrollo y la protección del medioambiente". Lo único que le queda a Castillo es cumplir con su promesa: "Gobernar con el pueblo y para el pueblo".

Definitivamente, el presidente puede mejorar la vida de la mayoría de la población aplicando pragmáticamente su programa del desarrollo socioeconómico del país, pues tiene un excelente equipo de especialistas a su alrededor con voluntad de dar un empuje adelante al país.

La oposición derechista no tiene ni tino, ni gracia, ni apoyo externo. Está actuando a la manera de la actual presidenta del Congreso, Maricarmen Alva Prieto, con torpeza, malcriadez, mostrando su abierto racismo y mala educación guiada por su desesperación y el temor por su futuro debido a su pasado no tan claro.

Pedro Castillo, a cambio tiene el apoyo de la calle, del Perú profundo y de todos los marginados y olvidados peruanos que creen en él y en el hecho de que su palabra y su acción se correspondan. Y también están esperando que su maestro presidente jamás se quite su sombrero cajamarquino ante ninguna oposición por muy fuerte que sea.

 

Vicky Peláez

Sputnik Mundo

Sputnik Mundo, 1920, 16.08.2021

19 agosto 2021

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

20 de agosto 2021

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