lunes, 16 de agosto de 2021

Construcción de Perú Integral PERÚ, QUÉ HACER

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Construcción de Perú Integral

 

PERÚ, QUÉ HACER

 

UNO

 

VANILOQUIOS DE LA DEMOCRACIA OFICIAL

 

  Las varias Constituciones (12) que ha tenido el Perú durante sus doscientos años de vida es un dato que informa sobre la precariedad, fragilidad, de una Democracia Liberal, burguesa u oficial, que nació marchita y permanece así en el suelo nacional bajo la sombra de una economía colonial, dependiente del capital extranjero. Por eso, la crisis de la Democracia Oficial si se ha mantenido en pie hasta ahora no ha sido por la fortaleza que ella tenga para sostenerse, sino por la debilidad de las fuerzas de las masas productoras, mayoritarias, que se encuentran explotadas y oprimidas, por los defectos de su dispersión, desorganización, división.

  Veamos brevemente como se desarrolla esta crisis, sus cambios superficiales, salvando el mal paso, siempre dentro del sistema dominante vigente.

  Antes del libreto de Cambio-90, esa Democracia tan envejecida y desacreditada por sus propios elementos internos que la integran, traslucían hacia el exterior una lamentable posición de renegados, y rechazados por las masas electoras, que solicitaban el cierre del Congreso, que había demostrado a lo largo de un caminar generación tras generación de un mandato tubular del poder dominante, hoy conocido como Hoja de Ruta. Por otro lado, los servicios públicos que con el golpe de Estado de las Fuerzas Armadas-1968 (Juan Velasco A.) pasaron a ser administradas por el Estado, habían colapsado como colapsado la famosa Reforma Agraria. La fragilidad de la base social en lo económico y político de la Constitución de 1979, siguió el mismo destino.

  Las condiciones objetivas y subjetivas para una clausura de aquel Congreso y un cambio de Constitución, como la supresión de todas las instituciones dependientes de aquellas condiciones que la sostenían, eran inminente. Y se produjo. El famoso autogolpe de Estado del nuevo Gobierno del “chino” Fujimori y sus huestes de turno se encargaron de ejecutarlo. La medida de fuerza en ese sentido fue aplaudido por las masas electoras.

  Vendría luego un nuevo Congreso propio del régimen de Cambio-90. El Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo se llevaban de la mano. No había ningún obstáculo para una nueva Carta Magna. Y así fue. Se proclamó la nueva Constitución de 1993, que tiene como su base social en lo económico y político el poder de los grandes propietarios explotadores-opresores, con lo que se tiraba al canasto a la Constitución de 1979 de corte de estamento medio, pequeño burgués y a todas las instituciones cortadas con aquella misma tijera.

  Se iniciaba así una superficial mejoría. Apertura de vías de comunicación y otros tratos caritativos del Estado a los “más pobres, a los más humildes”, pero sin salir de los marcos estrechos, precarios, de una economía nacional dependiente del capital extranjero, transnacional, y que es el estado actual donde se encuentra.

  Se iniciaba de esa manera las medidas económicas de las “privatizaciones de los servicios públicos “a precio de regalo”. La continuidad en el camino de los negocios turbios y el tráfico de los recursos públicos en nombre del Estado, estaba asegurado. El tambor había cambiado de mano, pero de sonido, no.

  Los Gobiernos que le continuaron no hicieron sino completar los capítulos siguientes de una novela anunciada: Alan García- Alejandro Toledo- Ollanta Humala- PPK- Vizcarra, se dedicaron a ahondar en lo mismo en comandita con el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Y el Perú, continuaba hundiéndose. El subempleo y el desempleo crecieron en la misma medida como crecieron “la informalidad laboral” y las villas miserias de hoy, más asfixiante que ayer.

  El ingreso al bicentenario estrena nuevo Gobierno. Este nuevo estreno tiene la particularidad de haber hecho llegar al Gobierno a las fuerzas de la izquierda, de una izquierda radical, como la llama la hueste de la derecha. Y a poco de haberse internado en Palacio, el Poder Legislativo integrado en su mayoría parlamentaria por ultraderechistas, centroderechistas, moderados, le ha declarado la guerra verbal al Poder Ejecutivo. Y nuevamente se levanta entre ambos poderes la sombra de “la vacancia presidencial” como “el cierre del Congreso” en caso de negarle su voto de confianza. Así, la Democracia Oficial se balancea en esa cuerda que hasta el momento le ha servido para seguir respirando artificialmente. No olvidemos que en escasos días del año pasado esa cuerda sirvió para el paso al cierre del congreso y luego al cambio de Presidente, hasta ¡cuatro!

  Visto la situación actual, es poco halagüeño pensar que solo cinco años pueda servir desde arriba, y a través de elecciones (no digo que no se pueda intervenir en ella), cambiar una situación de dependencia del capital transnacional consolidada en doscientos años. Más aún cuando el pueblo productor continúa desorganizado, dividido, disperso. Y más todavía si se tiene en cuenta en la lucha de hoy que va ya más de dos siglos desde cuando el Proletariado ingreso al escenario de la lucha política como una clase social autónoma en lo ideologico-teorico-político-orgánico. Siendo su misión en la historia no “para gobernar para los más pobres o más débiles, étnico, plurinacional, etc.”, sino para REINVINDICAR EL TRABAJO, que su olvido en la lucha social de hoy, ha hecho inevitable a que aparezcan los variopintos “evangélicos predicadores del bien”.

  Las experiencias de los cambios sociales en el mundo enseñan que los cambios de Gobierno siempre han ido de la mano con el Sufragio como un medio de engaño al pueblo.

 

Héctor Félix D

15.08.21 11:17

 

DOS

 

O SE DISUELVE EL CONGRESO,

 

O SE SUFRE LA VACANCIA PRESIDENCIAL

 

La táctica acertada, es que el Gabinete Ministerial se presente ante el pleno del Congreso; no se debe esperar los 30 días; una vez censurado por el Parlamento (así lo ha decido la derecha mayoritaria del Congreso), inmediatamente se debería presentar un segundo Gabinete; solo así, las condiciones objetivas ya estarían dadas para disolver en cualquier momento al actual Congreso mayoritariamente opuesto al Cambio.

Es una táctica adecuada que beneficiaría pasar de la oposición protestataria a la oposición contestataria; recordemos que se requiere un mínimo de 66 Congresistas progresistas para toda acción en favor del pueblo.

Si no se actúa prontamente, entonces en cualquier momento el Congreso empezará a "Interpelar uno por uno" a algunos Ministros y terminarán debilitados y censurados seguramente, y el parlamento de mayoría derechista se fortalecería políticamente.

Frente a esta situación, pregunto:

¿Acaso no es conveniente que el Gabinete en pleno sea Censurado?, ¿Acaso no sería una oportunidad presentar a un segundo Gabinete?, ¿Acaso no es lógico que en una segunda censura, automáticamente se "Disolvería" el Congreso?

Toda acción política es una cuestión de sistema social y no una cuestión personal. Los asesores políticos deberían actuar prontamente, pero ya.

El objetivo común es una Nueva Constitución para el país, y sin un Parlamento mayoritariamente progresista, será muy complicado toda iniciativa de cambio.

Pregunto: O SE DISUELVE EL CONGRESO, O SE SUFRE LA VACANCIA PRESIDENCIAL.

 

FB Vladimir Ortega Huamaní.

15 / agosto / 2021

 

Comentario

ESPEREMOS PERO CON ESTRATEGIAS FIRMES. SI LOS DOS GABINETES NO LE GUSTA AL CONGRESO SE APLICA LA CONSTITUCIÓN Y PUNTO.

 

Julián Huamani

15 / agosto / 2021

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

16 de agosto 2021

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