lunes, 18 de septiembre de 2023

HACIA LA TOMA DEL PERÚ, SALIDA CONSTITUYENTE

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HACIA LA TOMA DEL PERÚ, SALIDA CONSTITUYENTE
Carlos Angulo Rivas
Las gruesas mentiras repetidas miles de veces por la prensa corporativa, bien llamada basura, distorsionan la realidad con la intención de crear verdades falsificadas e irracionales. La consigna premeditada de mentir, inclusive, yendo contra el sentido común de la gente menosprecia la inteligencia de los ciudadanos. El propósito de confundir a la población apunta a justificar los atropellos a la constitución, a la ley y los reglamentos, actos propios de toda DICTADURA. De acuerdo a la estructura del Golpe de Estado y lo difundido por la prensa corporativa, el golpista responsable de todo es el presidente Pedro Castillo cuando a todo el Perú le consta que el quiebre del Estado de Derecho fue dado en el Congreso con respaldo presencial de la Fuerza Armada, instaurándose la Dictadura de Dina Boluarte. ¿Por qué miente la prensa corporativa todos los días? Muy sencillo, la gran MENTIRA tiene la pretensión de hacernos tragar el cuento que el país vive todavía en democracia con la sucesión “constitucional” de Dina Boluarte en reemplazo del presidente Pedro Castillo. Nada más falso e inaceptable, puesto que de espaldas a la ciudadanía la dictadura persigue una legalidad que le es ajena. Peor aún si agregamos a este gobierno ilegítimo las violaciones de los Derechos Humanos masacrando pobladores a balazos, con más de 1500 heridos y presos políticos.
Debe quedar meridianamente claro, entonces, que el Golpe de Estado no fue dado por Castillo sino por la conspiración de Dina Boluarte, el Congreso y la Fuerza Armada. Por este motivo, la desesperación de los golpistas conjurados, constituidos en gobierno de facto, es mantener aunque sea en apariencia el Estado de Derecho que ellos mismos han quebrado y destrozado. El hecho de gobernar encerrados y enrejados, rodeados de policías y soldados en las calles; y de imponer el terror a los ciudadanos, demuestra la imposibilidad de conducir el país en dictadura. Las marchas ciudadanas de rechazo a la tiranía, reiniciadas el 19 de julio pasado (Tercera Toma de Lima) son demostraciones de contundencia inesperada para la inválida pareja Boluarte-Otárola, el Congreso y la Fuerza Armada. De nada les sirvió la atmósfera de terrorismo de Estado creada con semanas de anticipación, contradictoria en sí misma debido a la insistencia propagandística de realizar “marchas pacíficas” en medio de miles de policías y militares desplegados en píe de guerra para enfrentar a la población en protesta. ¿Puede ser pacífica una marcha que es agredida con bombas lacrimógenas, perdigones, apresamientos y hasta balas? Por supuesto que NO porque la violencia la inician los uniformados y contra toda agresión hay una reacción defensiva; en pocas palabras los agentes del orden son provocadores natos del desorden y el brutal abuso; y en algunos casos son terroristas uniformados.
Sólo los servicios de inteligencia nacional, el gobierno de los golpistas y la Fuerza Armada, conocen el ÉXITO de la Tercera Toma de Lima que fue, en realidad, la Primera Toma del Perú y la lucha continúa. La gran movilización social alcanzó a paralizar 53 provincias en 24 regiones y en Lima no menos de 60 mil personas tuvieron presencia en los diversos emplazamientos metropolitanos. En estas jornadas se ratificaron varias certezas: primero, que gobierno representa apenas a las camarillas corruptas instaladas en el Estado Mafioso; segundo, el carácter espurio de Dina Boluarte; tercero, la necesidad de disolver un Congreso ilegítimo que actúa al margen de la ley; cuarto, el momento constituyente, el cambio de régimen, Nueva República no sólo cambio de autoridades en auxilio de las mafias; quinto, la libertad de los presos políticos y del presidente secuestrado Pedro Castillo; sexto, castigo penal a los responsables de las ejecuciones extra-judiciales de ciudadanos durante las protestas y no a la IMPUNIDAD por tales crímenes de lesa humanidad cuyos culpables políticos son Dina Boluarte y Alberto Otárola. La lucha emprendida por la ciudadanía, de ahora o nunca, va más allá del destino oscuro de los connotados golpistas envueltos en hechos de sangre, crímenes, delitos, abusos del derecho y totalitarismo.
El derrocamiento de Boluarte y el Congreso es posible. No tienen legitimidad y es poco lo que puedan hacer como gobierno, excepto seguir robando y reprimir con violencia criminal como lo vienen haciendo. Exigir derechos constitucionales, legales o reglamentarios a la Dictadura significa perder el tiempo; exigirlo es absurdo porque Dina Boluarte, Alberto Otárola y los congresistas son la LEY por sí y ante sí; sin embargo, hay que DENUNCIARLOS en el incumplimiento de sus propias normas. En consecuencia, conversar con la dictadura no tiene sentido alguno porque sus integrantes lo único que quieren es CALMA en el país para mantener el sistema económico neo-liberal del saqueo. No tienen ninguna propuesta, excepto la de quedarse hasta el 2026 a punta de policía y militarización a fin de consolidar el Estado Mafioso asumiendo las políticas de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos en continuidad futura de varios lustros. Y esta escalada furiosa del fujimorismo y la extrema derecha es cuanto tenemos que evitar a cualquier costo.
Somos obedientes a un mandato que desconocemos (dictadura) y rechazamos que, además, exige “marchas pacíficas” buscando el agotamiento de la gente a pesar de la INDIGNACIÓN que nos provoca día a día el abuso extremo de la “autoridad” del gobierno de facto. La elección de Pedro Castillo fue un ALTO al fujimorismo, pero hoy gobierna Keiko Fujimori dadas las malas artes del Golpe de Estado. Y si bien es cierto que la lucha continúa debemos asumir otras medidas del Derecho a la Insurgencia (artículo 46 de la constitución) las huelgas generales localizadas en cada una de las regiones; el Paro Nacional; la Desobediencia Civil a las autoridades colocadas por sí mismas al margen de la ley; la movilización social constante en Lima y la regiones.

 

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