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Centenario del
Socialismo Peruano (09)
SOCIALISMO
PERUANO
PANORAMA
ACTUAL
I
EL
FACTOR HUMANO
El error y el pecado de los profetas del
progreso peruano y de sus programas han residido siempre en su resistencia o
ineptitud para entender la primacía del factor biológico, del factor humano
sobre todos los otros factores, si no artificiales, secundarios.
JCM,
09.10.25
¿Qué
futuro le aguarda a nuestro país con el Socialismo
Peruano? Como todos los países de nuestra América Nativa, su población está
compuesta de población precolombina supérstite (incaica, preincaica,
selvícola), de población criolla (descendientes de hispanos y europeos), de
población negra (afrodescendientes), de población asiana (chinos y nipones
mayormente) Y si bien la población nativa es numerosa, cada vez más predomina
el mestizo. Esta es la realidad actual.
Con
la conquista y coloniaje desapareció el Tawantinsuyu incaico, único Estado del
que se tiene noticias en el Hemisferio Sur antes de la expansión europea. Y
sólo quedó y queda hasta el presente su población aborigen sometida primero a
la explotación feudal y luego de la Independencia a la explotación del Estado
“criollo”, del gamonalismo, de la burguesía parasitaria y rentista. Del
capitalismo marginal. Y así hasta el presente.
El
pueblo peruano, primero como
población nativa, y con el devenir histórico como población mestiza, sigue
mostrando y demostrando ser un pueblo laborioso y creativo, solidario y digno,
disciplinado y combativo. Los restos precolombinos (andenes, embalses,
acueductos, caminos, viviendas, cerámicas, tejidos, otros) indican el trabajo
esforzado con que se enfrentaba el diario vivir, llegando incluso a crear
tierra agrícola para desarrollar la agricultura. Aún se conserva la relación
reciprocidad-iniciativa-colaboración de la vida solidaria, pues sin relación
comunitaria digna así sea mínima (en ayllus, pueblos, barrios) no se puede
sobrevivir ante la crueldad de la explotación externa e interna. La disciplina
en la labor diaria es la base para la combatividad contra esta explotación y
creciente desigualdad social, demostrada en históricas insurrecciones, en las
luchas reivindicativas laborales, en la resistencia ante la agresión externa.
Sin
embargo, si antes vivía sin conocer la miseria, hoy se debate en medio de ella.
¿Por qué?
En
El progreso nacional y el capital humano,
ya señalaba JCM que “Los que arbitraria y simplísticamente, reducen el progreso
peruano a un problema de capital áureo, razonan y discurren como si no
existiese, con derecho a prioridad en el debate, un problema de capital humano.
Ignoran u olvidan que, en la historia, el hombre es anterior al dinero”
(09.10.25) Ésa es la posición ideológica-teórica-política-orgánica de quienes
desprecian al “serrano”, al “chuncho”, al “zambo”, al “injerto”, a “la plebe”
Pero ahora es más cierto que antes que “la crisis y la decadencia
contemporáneas empezaron justamente, cuando la civilización comenzó a depender
casi absolutamente del dinero y a subordinar al dinero su espíritu y su
movimiento” Ahora es dependencia
absoluta en esta crisis terminal
del capitalismo transnacional y capitalismo marginal. ¿O no?
Hay
dos políticas, la política de la renta (que gira en torno al dinero) y la
política de la producción (que gira en torno al factor humano) Por eso JCM
señalaba que “La política peruana -burguesa en la costa, feudal en la sierra-
se ha caracterizado por su desconocimiento del valor del capital humano” y que
“Su rectificación, en este plano como en todos los demás, se inicia con la
asimilación de la nueva ideología”
En
este panorama actual le toca actuar al Socialismo
Peruano con sus Nuevas Oleadas de Activistas NOA. Y es lo que corresponde analizar en primer plano. El problema
basal del Activista es su sobrevivencia. Ya Engels sostenía que una situación
-que no se había notado antes- era que antes de debatir, participar, el
Activista tiene que sobrevivir. Trabajar, formar pareja, cuidar a los hijos, en
una palabra sobrevivir. Así cobra validez la concepción materialista de la
historia.
Por
eso se forma la relación labor de
sobrevivencia-labor de activista. Qué porcentaje prima a favor de una o de
otra labor, eso determina si se puede ser amigo, simpatizante, militante, lo
que es parte importante en la tarea de preparación
de la organización.
Conforme
se despeje el Camino del Socialismo
Peruano, convirtiendo piedras en guijarros, seguramente irá incrementando
sus amistades entre todas las capas
de la población, que serán siempre mayoría. Le siguen los simpatizantes, que por una u otra razón se acercan más y más a la
organización y están prestos a colaborar de acuerdo a sus propias capacidades y
posibilidades, pero sin poder enrolarse disciplinadamente, por una u otra
razón. Conforme crece este número, se fortalecerá la presencia múltiple del Socialismo Peruano. Finalmente están
los militantes, que siempre serán
minoría pero son los que participan “a tiempo completo” en la actividad
orgánica voluntaria, consciente y disciplinadamente. Y por eso sostenía JCM que
“no es posible entregarse a medias a la revolución”, refiriéndose al militante
orgánico.
La
realidad actual es que se vive una etapa de reflujo, y por eso la dispersión de
la mayoría de los grupos de la vida política del país. No es casual que muchos
hayan ya desaparecido de la actividad político-social así como de la actividad
en la propaganda y agitación (foros, seminarios, cursillos, conferencias,
internet, otros)
Aquí
es donde se nota la realidad de nuestro país, formalmente independiente y
básicamente colonial. Por eso se incrementa el abandono escolar, técnico,
universitario, el trabajo precario, el subempleo, el desempleo. El trabajo de
sobrevivencia ocupa casi todo el día. Y por el trabajo precario hasta se tiene
que aceptar que haya horario de ingreso pero no de salida. Al mínimo reclamo,
se sufre despido y se pasa a engrosar el aberrante desempleo en un país donde
está todo por hacer.
Un
problema conexo es la absurda distribución demográfica del país. El desempleo
cunde en el campo, y por eso los hacinamientos en la ciudad. Ahora el ir de la
casa al trabajo ocupa horas (dos de ida, dos de regreso, mínimo) Así, se
dificulta en extremo asistir a reuniones entresemana. Y si la jornada laboral
no es de ocho sino de diez o más horas, no queda tiempo libre, y menos para las
reuniones tradicionales de estudio o debate. Por eso la inasistencia ante
convocatorias a estudio, debate, preparación
de la organización, sin contar las reuniones necesarias para la construcción orgánica.
De
esta realidad tenemos que partir para evaluar el proceso de preparación de la organización.
Prácticamente, ha desaparecido del lenguaje el tema de organización. El sistema
dominante, muy conocedor de esta situación, hasta propagandiza la actividad
espontánea y esporádica, muy a favor de su “democracia” (oposición
protestataria) y muy en contra de la oposición contestataria (cambio de sistema
social) Por eso hasta se difunde la necesidad del Frente pero no del Partido
(como si el Frente no requiriera de organización y no estuviera dirigido por
una ideología definida)
Entonces,
no hay otro camino que aceptar esta dura realidad. Decía JCM que cuanto más se
lucha contra la realidad, más se depende de ella. Este último lustro para
llegar al Centenario del Socialismo
Peruano (1918-2018) es definitivo. Por eso se requiere diferenciar las tres
categorías de Activistas. Y de ahí evaluar si se puede continuar y cómo
continuar.
En
esta realidad actual del país actúan dos orientaciones definidas, el
nacionalismo étnico y la izquierda protestataria, que han mostrado hasta la
saciedad su orfandad de ideas y limitaciones de sus dirigentes y dramatis personae, personajes; y una
tercera, el Socialismo Peruano, que
está volviendo a la actividad con nombre propio y con perfil definido. Y las
tres están ante su propio dilema interno:
-Nacionalismo
étnico: restauración anacrónica del Tawantinsuyu o reivindicación
histórica del pueblo ancestral.
-Izquierda
protestataria: crecimiento extractivista colonial o crecimiento
productivo emancipado.
-Socialismo
Peruano: Estado de derecho de democracia representativa o Estado
Socialista de democracia participativa.
|
La
restauración anacrónica está mandada a recoger
El
crecimiento extractivista está mandado a recoger
El
Estado de derecho está mandado a recoger
¡Así
de simple!
Se
impone la reivindicación histórica del pueblo ancestral.
Se
impone el crecimiento productivo emancipado.
Se
impone el Estado Socialista.
¡Así
de simple!
En
esta crisis terminal del capitalismo
marginal, parte de la crisis terminal
del capitalismo transnacional, el futuro de nuestro país con el nacionalismo
étnico y la izquierda protestataria es seguir siendo políticamente
(formalmente) independiente y económicamente (básicamente) colonial. Y hasta dejar
de seguir siendo apenas un color en el mapa sudamericano, como lo es en la
actualidad.
En
cambio, el futuro de nuestro país con el Socialismo
Peruano es
¡¡¡GLO-RIO-SO!!!
Costó,
cuesta, costará hacer realidad este futuro. Pero con el determinismo económico
como guía se hará realidad el volitismo político como actividad creadora.
El
siglo XIX vio el derrocamiento del viejo colonialismo. Con todos sus defectos y
limitaciones, es mérito indiscutible de quienes avizoraron una realidad
imaginaria pese al pesimismo de quienes la consideraban imposible de lograr.
El
siglo XX vio el nacimiento balbuceante de un nuevo sistema social. Con todos
sus defectos y limitaciones, es mérito indiscutible de quienes avizoraron una
realidad imaginaria pese al pesimismo de quienes la consideraban imposible de lograr.
Este
siglo XXI, pese a todo pesimismo, verá la realidad de un nuevo sistema social
con la nueva liberación de las fuerzas productivas, donde se dejará de
desconocer el primero de sus factores:
el factor humano, el factor trabajo (JCM, 01.01.26)
Ragarro
29.04.14
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