miércoles, 29 de abril de 2020

EL ESTADO

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EL ESTADO
  En medio del desorden  de ayer, el Estado procede contra sus supuestos súbditos, el pueblo, como un real amo. Y no es que estemos en los tiempos de la esclavitud o el señorío feudal, pero la realidad es esa. La vestimenta y los privilegios del señor feudal se han metamorfoseado en el cuello blanco del Presidente, sus Ministros y su Congreso.
  Como servidor y esbirro del gran capital, se encarga de arreglarle las mejores condiciones para exprimirles hasta la última gota de sangre a los trabajadores. Cuando los trabajadores es organizado puede asumir ellos mismos su defensa en forma de sindicatos, el Estado ha recibido el encargo de reprimirlos a sangre y fuego. Ya los despidos masivos, ya la prisión, ya enjuiciamientos y condenas, y hasta el destierro. Esta reaccionaria conducta, con el tiempo no ha variado, solo se vuelto más sutil, pero sigue siendo la misma de ayer, y aún más feroz. Ese es su estigma, y no desaparecerá, a menos que el pueblo organizado, lo mande al tacho de la historia.
 Hoy, como efectos de un mal del cual no se tiene noticias ciertas, solo especulaciones lleno de miedo y pánico, el Estado, que poco o nada se preocupó ni se preocupara de la salud pública, rápidamente ha reunido a sus huestes, en lo económico, político y social, para tomar una decisión respecto a los súbditos a su servicio. La decisión tomada ha convocado a todos los medios de comunicación a su servicio para hacer saber a la sociedad toda, los acuerdos tomados en las alturas con prescindencia absoluta de la mayoría interesada. El acuerdo brillante obtenido en su reunión secreta se condensa: Suspensión Perfecta de Labores. Un latigazo como otros ya habidos, que cuartea las espaldas de los trabajadores, como en los tiempos del señorio feudal a los siervos. Luego, multas, sanciones, prisión, en caso de que alguien transgreda sus medidas dictadas, cual marca a hierro candente que los señores feudales ponían en la frente a sus siervos desobedientes.
  A esta hora, hay en los diferentes puntos de  la capital, cientos de compatriotas con sus familias e hijos viviendo en las calles, de la caridad y con la poca esperanza de una ayuda para regresar a sus pueblos de origen. Son los ejércitos de desocupados que vivían entre la ocupación precaria y la desocupación evidente. Son las grandes mayorías, y a nivel nacional.
  Como podemos apreciar, el supuesto “Estado de todos los peruanos “se lava las manos ahogando en la saliva de sus funcionarios a esta cruda realidad. Los bonos repartidos a los proletarios que tienen la maldición de padecer la carestía, es como la pequeña parcela improductiva que el señor feudal le daba a su siervo con el interés de que trabajara para él desde que amanece hasta que anochece, sin renegar contra su miseria.
Los proletarios y su fuerza de trabajo, que se agotan y aniquilan por el desempleo, batallan heroicamente por encontrar el camino que lo libere de sus cadenas y sepulte definitivamente la miseria, la pobreza y extrema pobreza, provenientes de un Estado caduco puesto al servicio de una clase dominante, igual de parasitaria.
  Cuando se dice que “el Perú es un mendigo sentado en banco de oro”, es porque:   
  1.- El Perú: son las masas trabajadoras, y el pueblo en general.
  2.-Un mendigo: porque está disperso, desorganizado, por lo mismo, imposibilitado de combatir a su enemigo común: Las clases dominantes y su Estado.
   3.- Banco de oro: son la liberación de las fuerzas productivas. Único medio histórico que hará que el alto ideal del Socialismo Peruano, sea una realidad.
   Tal vez sirva estas líneas para reflexionar sobre la tarea perentoria de hoy: La Preparación de la Organización para el Cambio Social.
     Héctor Félix D.
     25.04.2020.
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
25 de abril de 2020

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