miércoles, 29 de abril de 2020

LA REBELIÓN ES LA NOBLEZA DEL POBRE

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LA REBELIÓN ES LA NOBLEZA DEL POBRE
 
  Entre otras muchas cosas que aflora a la superficie hoy, a raíz del mal presente, la Solidaridad, la colaboración, la cooperación, ha sido vencida por las bajas pasiones del odio, la exclusión, el egoísmo, en un pueblo, como el peruano, que se distinguía hasta hace poco, por su gran estima y espíritu solidario. Ganados por la propaganda masiva y única de los medios de comunicación, que incesantemente, día tras día, no hacen más que difundir informaciones destructivas, negativas, con imágenes de ultratumba, como si no existiera noticias o informes saludables, constructivos, las masas del pueblo, que sólo disponen de aquellos medios para enterarse de lo que pasa a su alrededor y el mundo, se han llenado de pánico y miedo masivo, que lo anula en la diferenciación del bien o el mal en sus actos. Esta situación no es más que una de las tantas costras que aflora hacia afuera de la herida profunda producido por el capital al trabajo.
  En estos momentos vemos el enfrentamiento de pueblo contra pueblo. Nuestros vecinos ponen tranqueras al menor rumor de que el vecino del costado tiene el mal. Nuestros paisanos, en costa, sierra y selva, han cerrado el paso de acceso a sus comunidades a sus propios paisanos que regresan de los diferentes lugares del país por razones de que se le terminaron los medios de subsistencia en esos lugares. El caso de Lima, es el grave. En sus calles vemos grandes masas de familias con hijos menores, ancianos, como una especie de ghettos del tristemente recordado fascismo alemán. El Estado y sus sendos funcionarios de tantos Ministerios del por mayor y menor, ausentes, desde el balcón, de lapso en lapso, aparecen con sus recetas trasnochas del “no saber qué hacer” o fallaron en sus cálculos cuando declararon por decreto el “Estado de Emergencia “por un mal que hasta el momento no se tienen noticias certeras. Aun habiéndolo, no puede haberse rebajado a la humanidad a un estadio de barbarie.
  Hace algunos años se acuñó un adjetivo viral para designar al capitalismo y le llamaron “capitalismo salvaje”, y lo estamos viviendo ahora en su más descarnado episodio, ahora que ese capitalismo se encuentra en su fase terminal irreversible.
  Razones sobran para que una realidad superficial como ésta, presione al realismo consciente de la realidad profunda, una toma de decisión de los trabajadores y el pueblo en  general, en la tarea de Preparación de la Organización para el Cambio Social, donde la solidaridad, la colaboración, la cooperación, y los acuerdos de la colectividad, se muestren como el más enérgico y alto exponente del más elevado de la creatividad humana, con la liberación de la fuerzas productivas en un Perú Nuevo en el Mundo Nuevo.
Héctor Félix D.
28.04.2020
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
28 de abril de 2020
 

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