“La
actitud del hombre que se propone corregir la realidad es,
ciertamente,
más optimista que pesimista. Es pesimista en su
protesta
y en su condena del presente; pero es optimista
en
cuanto a su esperanza en el futuro. Todos los grandes
ideales
humanos han partido de una negación; pero todos
han
sido también una afirmación”
JCM.
COC-T.03-28
______________________________________________________
Lima-Perú, 17 agosto 2017
______________
________________________________________
________________________________________
PRESENTACION:
En
la rica historia del movimiento magisterial, a lo largo y ancho del
país, diversas generaciones de maestros han jugado un rol
protagónico de gran importancia en la lucha por la dignidad del
magisterio peruano, enfrentándose con firmeza en solidaridad con la
clase trabajadora en su conjunto contra la clase dominante
representado por los distintos gobiernos civiles y militares. También
han tenido que luchar en filas internas contra los representantes del
sindicalismo libre, sindicatos corporativos, amarillos y pro
patronales. Larga lucha de los trabajadores y del magisterio en
particular, que en la década del 20 (siglo anterior), se eleva
cualitativamente bajo la orientación de Mariátegui y su generación.
De esta generación de maestros destaca Rafael Tupayachi, quien
graduándose de Preceptor Normalista en diciembre de 1915, fue a
trabajar a su tierra natal el Cusco como maestro rural primero y
luego en la ciudad, vinculándose con los círculos intelectuales.
Destaca también Luis E. Valcárcel, padre de la arqueología
peruana, educador e investigador.
En
la década del 20, teniendo como animadores a Luis E. Valcárcel,
José Uriel García y Luis Felipe Aguilar, se conforma el “Grupo
Resurgimiento” como núcleo de estudio y revaloración de la
cultura indígena, menospreciada por ese tiempo. De allí que
Valcárcel escribió un artículo acerca de “Una Exposición de
Arte Incaico” promovida por el maestro Tupayachi y que fue
publicado en la revista “Excélsior” y en el diario El Comercio
el 01 de enero de 1928. Al respecto se refirió en los siguientes
términos: “Baca
y Tupayachi realizan un doble servicio a la arqueología,
documentándola con un verdadero inventario de los motivos
ornamentales de la cerámica incaica y a la educación nacionalista,
despertando en la infancia el amor por los símbolos de nuestro arte
propio”.
(Julio Gutiérrez Samanez: Rafael Tupayachi Ferro-Primer mártir del
Magisterio Cusqueño).
De
esta destacada generación altruista de maestros, se continuó con
la generación del maestro Reynaldo Félix, liderado por el insigne
maestro German Caro Ríos. Esta generación inicia su gestión en una
situación política favorable pero adoleciendo de un gran vacío
teórico debido a que las obras de JCM fueron sacados de circulación
por la reacción. Frente a esta realidad, se orientaron levantando el
lema: ¡Seguir por el camino de Mariátegui! Decisión acertada que
estimuló el desarrollo de la línea sindical clasista plasmada en
organización con el FCM y años después el SUTEP.
En
memoria de mi padre, el maestro Reynaldo Félix, se han escrito
semblanzas por maestros e intelectuales que lo conocieron,
compartiendo valiosas experiencias pedagógicas y de lucha
organizada, siguiendo el CM, por la dignificación de los maestros y
por una escuela de estudio-trabajo en coeducación. Preparando el
primer centenario de su nacimiento, por ahora se ha reunido material
disponible que servirá de ejemplo y farol que ilumine el camino de
las nuevas generaciones de maestros combatientes y constructores de
un nuevo orden social para el Perú. Aún queda pendiente valiosos
materiales por recuperar.
Lima-Perú,
17 agosto 2017
José
Félix Damián
BREVE SEMBLANZA
DEL
MAESTRO
REYNALDO
FELIX RICAPA (*)
17
Agosto 1921 - 20 Abril 2002
“...es
indispensable afirmar que el hombre
no
alcanzará nunca la cima de su nueva creación,
sino
a través de un esfuerzo difícil y penoso
en
el que el dolor y la alegría
se
igualarán en intensidad”.
JCM-COC-T.03-167
Reynaldo Félix Ricapa, nació en la comunidad campesina de Rauma, Distrito de Sumbilca, Provincia de Huaral y Departamento de Lima. Sus padres fueron don Arístides Félix Salazar y doña Paula Ricapa De La Cruz. Antes de cumplir cinco años de edad, quedó huérfano de madre. Creció en medio del dolor y la alegría infantil.
Sus
estudios de educación Primaria lo inició en su tierra natal. Su
padre, don Arístides, de espíritu afirmativo y visionario entendió
que su hijo podía desarrollar su potencial saliendo de la cuna
familiar. De allí que lo trasladó a la provincia de Canta,
conjuntamente con su primo don Vidal Espinoza (QEPD), para que
culmine su Educación Primaria.
En
Canta ganó mucha experiencia. Aprendió a valerse por sí mismo. Al
culminar su Educación Primaria, viajó a la ciudad de Lima para
seguir sus estudios de Educación Secundaria en el histórico Colegio
Nuestra Señora de Guadalupe. En el aula destacó logrando buenos
calificativos, especialmente en matemática que fue su fuerte.
Al
terminar la educación Secundaria, ingresó al Instituto Pedagógico
Nacional de Varones, perfilándose como un maestro nuevo de
pensamiento y acción. Es en el Pedagógico donde bebe las nuevas
ideas educativas. Fue lector incansable de Antón Makarenko, pedagogo
universal; José Antonio Encinas, autor de la Escuela Nueva en el
Perú; José Carlos Mariátegui, digno representante de la primera
generación del socialismo peruano, luchador por un Perú Nuevo en el
Mundo Nuevo; Ricardo Palma y sus tradiciones peruanas; muchas obras
universales, entre ellas: Cemento, La Madre, Así se templó el
acero, Poemas Pedagógicos, Flores de la Vida (Libro para padres)
etc.
Reynaldo
Félix Ricapa, fue un hombre consciente de su rol de maestro.
Asimiló y transmitió a sus colegas el mensaje de Mariátegui: “De
todas las victorias humanas les toca a los maestros, en gran parte,
el mérito. De todas las derrotas humanas les toca en cambio, en gran
parte, la responsabilidad”. De allí que trabajó organizadamente
por la dignificación del Magisterio Nacional.
En
1944, el Maestro Reynaldo Félix inició su carrera profesional en
la Escuela de Segundo grado N°444 de Huascoy (Prov. Huaral),
asumiendo el cargo de Director dos años después. Trabajando en
coordinación con la comunidad logró la construcción de un campo
deportivo para desarrollar la cultura física de sus alumnos.
En
1953 se traslada a La Florida – Pampas, siempre con el cargo de
Director. En su nueva plaza afrontó el problema del local escolar.
Para su reconstrucción, en coordinación con las autoridades
comunales, gestionó una partida económica en el Ministerio de
Educación con resultados favorables. Los fondos alcanzaron para el
entablado de dos aulas y ambientación pedagógica. Desarrollando
una fructífera labor académica, culminó, en 1985, su carrera
profesional en la Escuela de La Perla Chaupis. Sus alumnos, hoy
brillantes profesionales, son los mejores testimonios de su abnegada
labor como sembrador de gérmenes de renovación. Los mejores hijos
de Huascoy, La florida Pampas, La Perla Chaupis, siempre lo
recordarán porque su maestro siempre les estimuló para perseverar
en el estudio-trabajo y en la lucha por el cambio social.
Germán
Caro Ríos,
discípulo directo de Mariátegui, en la década del 60 fundó el
Frente Clasista Magisterial organización germen de lo que
posteriormente sería el SUTEP. El Maestro Reynaldo Félix, se
constituyó en un incasable difusor de los principios de esta
organización. Con el ilustre maestro German Caro Ríos,
desarrollando la Escuela de Estudio y Trabajo en Coeducación en sus
respectivos centros de trabajo, abrazaron un mismo ideal: Seguir por
el Camino de Mariátegui.
En
la década del 70, con el Prof. Ernesto Torres Gonzáles, caminando
día tras día y sorteando cerros, visitaron las diferentes Escuelas
de las comunidades de la parte alta de Huaral. En cada escuela
promovieron reuniones y organizaron los SUTE Bases contribuyendo al
fortalecimiento del SUTEP.
Ninguna
gran obra humana es posible sin la mancomunidad llevada hasta el
sacrificio. El maestro Reynaldo, muy metódico, cumplió dignamente
su jornada trabajando en colectividad, a través de la colectividad y
para la colectividad. En su avanzada edad llegó a ser elegido
Presidente de su Comunidad. Conjuntamente con el destacado comunero
don Sergio De la Cruz, integrante de la Directiva, imprimieron un
nuevo estilo de dirección. Aplicaron el mensaje de César Vallejo:
“Todo acto o voz genial, viene del pueblo y va hacia él”. De
allí que se esforzaron por la dignificación del comunero. Hicieron
del local comunal en Rauma, un ambiente acogedor con escritorio,
sillas, parquet en el piso y otros arreglos. Fue una gestión
altamente productiva.
De
la biblioteca personal del maestro Reynaldo, se rescató la segunda
edición de “Los siete Ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana”. De este hallazgo, quien dio la voz de alerta acerca de un
mensaje histórico fue el Ing. Miguel Aragón Ojeda y quien lo valoró
celebrándolo con
mucha
alegría fue Ramón García, investigador penetrante de las obras de
Mariátegui. He aquí su comentario: “El aviso de una próxima
publicación de Invitación a la Vida heroica, aparecido en la
segunda edición de 7 Ensayos (1944), testimonia que en verdad ese
título era uno de los proyectos de libro que visitaban la vigilia de
Mariátegui. Testimonia también la labor de quienes como Germán
Caro Ríos, José Contreras, Reynaldo Félix y otros, mantuvieron en
alto la gran consigna de “Seguir por el Camino de Mariátegui”.
La segunda generación cumplió bien su jornada, ciertamente”.
El
maestro Reynaldo Félix Ricapa, luchó siete meses por superar una
aguda crisis al corazón, producto del mal de pena como lo
diagnostico su médico, un gran amigo y maestro universitario.
Lamentablemente, dada su avanzada edad, pudo más la enfermedad que
al final doblegó su fortaleza física. Fueron siete meses de agonía
y de honda reflexión acerca del camino del Amauta José Carlos
Mariátegui, uno de sus autores favoritos que lo ayudó a
desarrollarse de manera autodidacta como maestro constructor de un
orden nuevo.
En
el velorio, sobre el cajón mortuorio destacaba un ramo de claveles
rojos unidos a un troncal. En efecto, cada ramal floreciente
simbolizaba la presencia de los maestros de su generación que
lucharon con él por una Escuela Nueva cimentada en el
Estudio-Trabajo y Trabajo-Estudio. El clavel más elevado
representaba al maestro Germán Caro Ríos, digno representante de la
segunda generación del socialismo peruano. Le continuaban: José
Contreras; José Marcos Godiño; Arcadio Arteaga León; Reynaldo
Félix; Eutimio Caro; Josefa Plasencia; Elías Tafur Mendoza; Higinio
Erazo; Raúl Peña; Raúl Córdova, entre otros. Las hojas verdes,
esperanza de vida, simbolizaban a los discípulos que han asumido su
gestión generacional. Y el troncal, venía a ser la expresión de un
ideal común y un rumbo solidario.
Reynaldo
Félix Ricapa, durante el tiempo que duró su dolencia, se preparó
conscientemente para partir de nuevo. He ahí el replanteamiento de
su vida luego de haberle dado el último Adiós a su querida esposa,
mi madre doña Julia Damián Suárez. Textualmente nos deja un
valioso testimonio. He aquí: “...todo
fue como una ráfaga de luz que pronto se apagó. Nunca sentí dolor
tan fuerte, nunca pensé que mi esposa me dejaría sumido en la
nostalgia y en la desesperación. Pasaron mis días envueltos en la
tristeza. Perdí sosiego, todo para mí se convirtió en eterna
congoja. Cobré salud, pero un tiempo muy corto. Pasé mis horas, al
lado de mis hijos como queriendo olvidar lo sucedido. El alivio era
momentáneo. (...) y es que así es la vida. Hoy no hago sino
soportar el dolor que me aqueja. (...) Si pronto se apagara la velita
que llevo en la frente, recomiendo a mis hijos seguir trabajando
tranquilos para los retoños, porque me iré con tiempo cumplido y
partido terminado”
Reynaldo
FELIX RICAPA, ¡HASTA SIEMPRE!. Tu memoria y tu ejemplo estarán
siempre presentes en el diario quehacer de tu pueblo,
desarrollándose dialécticamente y poniendo en práctica el mensaje
del Amauta: “Mi vida es una flecha, que ha de llegar a su destino”.
Josfeld.
Lima,
21 Abril 2002
_________________________________________________
(*)
Publicado en VERTIENTE N° Extraordinario, 20 mayo 2002.
REYNALDO FÉLIX RICAPA
Testimonio de un Maestro Rural
“La
vida es lucha, es combate. Agoniza quien vive
luchando
contra la vida y contra la misma muerte.
Miguel
de Unamuno
N.-
Después
del fallecimiento de mi padre Reynaldo Félix, se abrió la caja del
estante que utilizaba para guardar sus pertenecías. Con grata
sorpresa encontramos un manuscrito con sus datos autobiográficos, lo
cual demuestra que ya se había preparado para nacer a la eternidad.
Hasta el último día de su existencia, el maestro Reynaldo Félix
se mantuvo lúcido. Y como anunciando su partida final, días antes
se despidió de su nieto Brandes dándole la mano con mucho cariño.
He ahí al hombre nuevo, al hombre pensante y operante con actitud
serena, firme, afirmativa y de principios para partir de nuevo. (jfd)
A
continuación el contenido de su manuscrito:
MI
INGRESO A LA DOCENCIA:
En
diciembre de 1943 egresé del IPNV y recuerdo mucho que para el
examen de grado presenté un trabajo titulado “El
Plan Dalton y su aplicación en el 4to. y 5to. Año de Educación
Primaria en los cursos de Historia y Geografía”.
Deseoso de innovar los cimientos de la escuela tradicional, choque
con la realidad opuesta a cambios. Había que elaborar el plan de
trabajo de acuerdo con los planes y programas para la educación
primaria.
Sin
embargo, algo se consiguió. Mayor participación de los niños en
las Asambleas Matinales y luego se echó por tierra los exámenes
tradicionales de fin de año, al que asistían autoridades y padres
de familia, como rezago colonial, con la aplicación de pruebas
objetivas. Todo esto sólo en el Distrito de Atavillos Bajo. Después
de años se generalizó en la provincia de Canta.
MI
LABOR DOCENTE:
El
01 de marzo de 1944 comencé a trabajar como profesor en la Escuela
de 2do Grado N°444 de Huascoy (actual Prov. de Huaral). He resuelto
ser muy breve, por mis dolencias, en este aspecto. Por eso citaré
las obras que representan una contribución al desarrollo comunal.
En
1946, con el cargo de Director, presente una solicitud a la
comunidad, desde luego bien fundamentada, pidiendo la construcción
de un campo deportivo del cual se carecía. Después de un caluroso
debate aprobaron su ejecución y luego de muchos meses vi hecho
realidad mi sueño.
En
1953 pase a la Florida-Pampas con el mismo cargo. Aquí me encontré
con el problema del local escolar que por efectos de la lluvia se
caía en un sector. Entré en tratos con el personero, don Cornelio
Durand, hombre dinámico y emprendedor. Se presentó la solicitud al
Ministerio de Educación y tuvimos la suerte de obtener una partida
económica. Con ese dinero se techo el local, se construyeron las
puertas y ventanas, se entablaron dos aulas. Luego se proyectó la
instalación del agua potable.
Alejado
de mi familia más de un decenio, logré trasladarme cerca de mi
hogar. Aproveché el traslado del profesor Raúl Peña a Lima y por
fin llegue a la Escuela de La Perla. Se cumplió mi plan. En la
Escuela de este pueblo, mi labor fue académica. Logramos buenas
promociones que pocos la aprovecharon, igual que en Huascoy donde hay
buenos representantes como Eugenio Salvador, Carlos Benavides; en
Pampas: Rogelio Salas, Willy Salas.
En
este paraje, como nota importante, citaré el concurso de
conocimientos en el que participaron alumnos del 4to y 5to años de
siete Escuelas del valle de Añasmayo (Huayopampa, Pállac, La
Perla-Chaupis, Rauma, Huandaro, Sumbilca y Pisco Coto) en los cursos
de Cálculo
y Lenguaje.
Este concurso zonal fue promovido y organizado por el inmortal Germán
Caro Ríos y tuvo por sede, La Perla Chaupis.
Las
pruebas fueron elaboradas por profesores que no trabajaban con las
secciones en mención y a puerta cerrada. Terminada su preparación,
fueron aplicadas por otra comisión especial. Terminado el tiempo
reglamentado, la comisión calificadora procedió a cumplir su
cometido. Por vía del recuerdo señalaré que mis alumnos, antes del
tiempo otorgado entregaron sus pruebas (5to año).
Terminada
la evaluación, la comisión dio lectura al resultado del concurso,
en el que los alumnos de La Perla, ocupando los dos primeros lugares,
resultaron ganadores.
Elevado
el informe del proceso a la Supervisión de Educación de Canta,
premió a mis alumnos con un Diploma de Honor, igual que a su
profesor. Este hecho me emocionó y logré la confianza de la
comunidad.
TRABAJO
EN MI HOGAR Y EN MI COMUNIDAD:
Después
del deber cumplido en el Perú, mi patria, me retiré del servicio en
agosto de 1983. En el seno del hogar, añoré el trabajo con los
niños, las asambleas sindicales, los viajes organizando las bases
del SUTEP. Pero pasaban los días y todo quedo en el recuerdo.
Como
una forma de olvidar la vida en la escuela, me dedique al trabajo en
mi huerta. Para mi nuevo trabajo tuve la colaboración de buenos
muchachos. Cada uno me acompañó de 3 a 4 años, gracias al buen
trato que recibían de mi esposa. Por eso los recuerdo con cariño a
Virgilio Morales, Aquilino Melgarejo, Manuel Gonzales, al gran Matos
y a mi compadre Ñoño.
En
mi comunidad asumí diferentes responsabilidades, llegando a ocupar
la Presidencia en avanzada edad. La experiencia acumulada en la vida
sindical lo apliqué en el trabajo comunal, forjando un equipo
disciplinado.
Las
obras en Rauma, son testimonios vividos con los comuneros y en
especial con el dinámico y entusiasta dirigente don Sergio De La
Cruz.
LA
NIEBLA DEL DOLOR:
El
final de mi existencia:
Cuando seguía trabajando con el mismo ritmo en mi nueva ocupación,
vi a mi esposa no como antes, sonriente, amorosa. Comenzó para mí
el martirio. Vi que todo se acababa. Sentí que las alas del destino
comenzaban a golpearme. La traje a Lima, pero todo fue como una
ráfaga de luz que pronto se apagó. Nunca sentí dolor tan fuerte.
Nunca pensé que mi esposa me dejaría sumido en la nostalgia.
Cobre
salud, pero un tiempo muy corto. Pase mis horas al lado de mis hijos,
queriendo olvidar lo sucedido. El alivio era momentáneo. Ellos
trataban de persuadirme, me daban voces de aliento, de fortaleza,
para hacer frente a los golpes del destino.
Si
pronto se apagara la velita que llevo en la frente, recomiendo a mis
hijos seguir trabajando tranquilos por los retoños. Me iré con
tiempo cumplido y partido terminado.
Reynaldo
Félix R.
Lima,
diciembre 2001.
REYNALDO FÉLIX RICAPA
1921 – 17 AGOSTO - 2002
“Me
iré con tiempo cumplido
y
partido terminado”
RFR
Por:
Ramón García R.
LA
FRAGUA: 1921 – 1944
Hace
un año partía don Reynaldo, comunero de Rauma, escolar de Canta,
Secundario en el Guadalupe, preparado como trabajador de la enseñanza
en el Pedagógico de Lima. Una simple reseña como ésta nada dice o
dice mucho. Muchos tienen un derrotero similar. Pero la diferencia
radica en el ejemplo del hogar, en la influencia de su tiempo, y
sobre todo en su propia decisión. El haber perdido a su madre a
temprana edad fue su primera conmoción; pero así conoció del
esfuerzo paterno, que lo supo guiar para enfrentar la dura realidad.
La muerte de un gran visionario conmocionó el país hasta es sus más
pequeños rincones, y es de seguro que el niño hasta se preguntara
por el significado del vocablo Amauta, que se difundía sin
traducción. Ya joven, pensando en el terruño y la mejor opción
para colaborar en su desarrollo, tomó su propia decisión de
orientarse al magisterio. Encinas, Mariátegui, Makarenko fueron sus
mejores maestros en el poema pedagógico que lo guiaba. Así se
graduaba, pleno de vocación, energía y entusiasmo en 1944.
EL
TRABAJO: 1945 – 1960
Dos
años de ardua labor renovadora lo hicieron merecedor del cargo de
Director de Escuela. Y comenzó a integrar una pléyade de ilustres
maestros, luchadores por la enseñanza nueva como Germán Caro, José
Contreras, Marcos Godiño, Raúl Córdova, y otros más de singular
talla y empuje. En su propio medio luchó (trabajar es luchar) por
mejorar la infraestructura escolar (aulas apropiadas, campos
deportivos, huertos escolares, talleres de aprendizaje), y alegrar el
estudio con concursos de emulación y recreaciones sanas. Su guía
era el método de la nueva educación, tanto de estudio y trabajo
como de coeducación. Precisamente, La Escuela de Estudio y Trabajo
en Coeducación es la mejor síntesis de este esfuerzo conjunto.
LA
VISIÓN: 1960 – 1970
La
Escuela Nueva es el Proyecto para el Perú Nuevo en el Mundo Nuevo.
Pero su implantación desde el viejo orden es la mejor vitrina de
exhibición de lo que ha de ser el Perú Nuevo en la sociedad nueva.
Por eso, esta lucha esforzada tenía que plasmarse, y se plasmó, en
organización. El Frente Clasista Magisterial dio un vuelco en la
visión del maestro, de “apóstol” sufriente en la vieja sociedad
a combativo trabajador de la enseñanza que lucha, en pensamiento y
acción por el cambio social. Don Reynaldo supo estar en las primeras
filas de esta labor organizadora. Así el trabajo de docencia se
amplía con su participación gremial activa (FCM, SUTEP) y
reivindicativa social en el frente de masas. Y es que sólo los
visionarios son capaces de vislumbrar una realidad potencial, una
realidad superior, una realidad imaginaria, y de luchar por hacerla
realidad concreta.
EL
ENSUEÑO: 1970 – 1985
La
gestión de la generación de don Reynaldo, en 1970 daba paso a una
nueva generación, a una nueva promoción. Pero ningún luchador
social se jubila. Sólo cambia de lugar en la escena, de primer a
segundo plano. Sólo cambia de la visión al ensueño, pues “los
jóvenes tendrán visiones, los viejos tendrán ensueños” dice un
antiguo proverbio. Aún con gran vitalidad y experiencia adquirida,
don Reynaldo continúo su trabajo, dando ejemplo y dando consejos,
cuando la situación del país no era propicia, por la desesperación
de la reacción y por la desesperación de parte de la población. En
años aciagos es cuando más se requiere del trabajar soñando. Sólo
en el 85 culminó su trabajo profesional, para continuar su trabajo
más allá de la escuela, más allá de su Rauma querida, más allá,
más allá.
LA
INVITACIÓN: 1985 – 2002
Don
Reynaldo se graduaba en 1944, justo cuando aparecía la segunda
edición de los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
Lo adquirió de inmediato, y fue su libro de cabecera, el más
apreciado de tantos otros libros importantes que adquirió, estudió,
y cuidó de sistemáticas requisas. Esa segunda edición señalaba la
preparación de otro libro del Amauta, Invitación a la Vida Heroica,
que precisamente por el 85 concitó la mayor atención como trabajo
esencial para comprender el papel del individuo en la historia. De no
haber sido por esa adquisición y conservación, el trabajo de
sistematización de la obra de JCM hubiera tardado más. Y la vida de
don Reynaldo y de todo luchador es siempre esa invitación.
Cuando
Jenny Von Westfalen, compañera de vida y de lucha de Carlos Marx,
falleció, Engels comentó: “También el Moro ha muerto”.
Efectivamente, Marx no resistió mucho tiempo la soledad. Y cuando
doña Julia Damián Suárez, su compañera de vida y de lucha,
falleció, también don Reynaldo comenzó a partir. “ Hoy no hago
sino soportar el dolor que me aqueja”, declaró. Al poco tiempo
partió “con
tiempo cumplido y partido terminado”.
Ésta
es una vida de trabajo, de lucha, que debemos recordar siempre.
Bogotá-Colombia,
30 Marzo 2003.
Lección de Vida del Maestro
REYNALDO FÉLIX RICAPA
(17.08.1921
– 20.04.2002)
Por: Ernesto Torres Gonzales (*)
“El hombre nuevo es el que sabe luchar
en el auge y en el repliegue,
en la victoria parcial o en el revés temporal.
Debe luchar aún sabiendo que la victoria final
no está próxima o que incluso no la verá”
Frente Clasista Magisterial
Lima, Octubre 1971
Don Reynaldo FELIX RICAPA, nos ha legado una lección de vida como padre, como maestro y como luchador social.
Por
los turbulentos años sesenta me tocó en suerte trabajar en los
pueblos altos del valle de Huaral al lado del maestro Reynaldo Félix
Ricapa. Yo me iniciaba en la docencia y en las lides sindicales, él
ya había librado duras jornadas por la dignificación del Magisterio
Nacional. Recuerdo, como si fuera ayer, cómo visitamos pueblo por
pueblo, escuela por escuela, llevando el mensaje sindical,
desplazándonos por delgados caminos que serpenteaban en los andes, y
templando nuestros nervios, y a veces a gatas, desafiando profundos
abismos.
El maestro fue un acucioso critico de su realidad, y a pesar de la honda crisis que le tocó vivir, jamás perdió la fe y la esperanza de forjar el nacimiento de un Nuevo Perú; un Perú Digno, un Perú Justo, un Perú Libre, un Perú verdaderamente nuestro.
Con su cálido acento paternal siempre nos recordaba ese lema que es guía y camino de la clase trabajadora: “Hay que estudiar, Trabajar y Luchar”
Las nuevas generaciones del valle de Huaral, estoy seguro, honraran la memoria del maestro Reynaldo Félix Ricapa, que entregó su vida a la noble causa de lograr un Nuevo Orden Social,
¡Gloria
eterna al maestro Reynaldo Félix Ricapa!
_____________________________
(*) Docente y luego Director del Colegio “Los Atavillos” de la Comunidad de La Perla Chaupis, localidad donde culminó su labor profesional el maestro Reynaldo.
(*) Docente y luego Director del Colegio “Los Atavillos” de la Comunidad de La Perla Chaupis, localidad donde culminó su labor profesional el maestro Reynaldo.
Publicado:
en un especial de VERTIENTE-20 de abril del 2003 y Facebook-18
agosto 2015.
Un
día como hoy, 17 de agosto de 1921, nacía en el pueblo de Rauma,
nuestro padre, Reynaldo Félix Ricapa. Su infancia, de poca estadía
en su pueblo natal, se trasladó a la capital de la provincia: Canta,
para continuar allí sus estudios de Primaria. Al respecto le escuche
como se había operado ese cambio de domicilio. Decía él (nuestro
padre), que el abuelo Arístides Félix Salazar había tomado esa
decisión debido a que en Canta la preparación en la educación
primaria era de calidad y superior a la que se brindaba en el pueblo
natal. Fue a Canta en compañía del recordado tío Vidal
Espinoza. No se equivocó. Nuestro padre, de espíritu esforzado
desde muy niño en la vida (no olvidemos que quedó huérfano a muy
temprana edad, al lado de nuestras queridas madres, Lucila y Aida (de
solo meses de nacida), destaco en los estudios, y sobresaliente en
sus calificaciones y conducta se abrió las puertas de ingreso a
continuar los estudios complementarios de secundaria en el
prestigioso Colegio de Guadalupe, en Lima. Cinco años permaneció
interno en el referido centro educativo. Al termino de dicho periodo,
continuo sus estudios superiores en el Instituto Pedagógico Nacional
de Varones, egresando como Educador, el 01 de enero de 1943.
La
juventud, única oportunidad que la vida da para la preparación del
hombre, estaba bien aprovechada y cumplida.
El
primer periplo de la vida estaba salvado. Vendría el segundo, el de
la creación y realizaciones. Esta etapa de su vida como maestro,
ciudadano, padre de familia, está íntimamente vinculado con las
nuevas ideas que revolucionaban la
enseñanza
en el mundo al lado de las grandes
revoluciones
económico, político y social, como señales concretas del ingreso a
una nueva época de heroicos cambios sociales.
Es
precisamente en este instante grávido de emociones y realizaciones
cuando se conoce y se vincula en el trabajo de por vida con el gran
maestro German Caro Ríos, natural de la Comunidad Campesina San
Agustín de Pariac (Huayopampa). Al respecto, le escuche a modo de
una anécdota decir: “cuando me recibí de Normalista de educación
primaria, mi deseo era quedarme a trabajar en Lima. Se lo dije a
German, y él me contesto: Lima no te necesita, la sierra te
necesita. Así fue como llegue al pueblo de Huascoy (en ese entones
en la prov. Canta)”.
Este
tránsito largo y vital en la vida de un maestro, de un hombre, está
lleno de hechos heroicos y tan humanos que hasta ahora aguardan ser
conocidas e interpretadas. Solo la conocemos por los periódicos,
volantes, revistas, de ese momento. Solo como una muestra se puede
decir aquí, a grandes rasgos, la grandiosa lucha del Magisterio que
no puede ser conocida al margen de la existencia del Frente de
Maestros Desocupados, del Frente Clasista Magisterial, hasta llegar
al SUTEP. Los maestros de hoy tienen mucho que investigar respecto a
la labor y a la lucha de los maestros de ese entonces; y en cada duda
o interrogante saldrá claro la figura signo de aquellos maestros y
al lado, la voluntad enérgica, creadora del maestro Germán Caro
Ríos.
Volviendo
a nuestro padre, precisamente, en el pueblo de Huascoy, creo
permaneció muchísimos años, para luego trasladarse al pueblo
vecino de Pampas, donde también permaneció por muchos años, para
luego entregar el resto del tiempo que le quedaba, al pueblo de La
Perla Chaupis. El, con este último traslado, había encontrado
el descanso físico, espiritual de la familia.
Él
no está ya entre nosotros, pero el trabajo realizado durante toda su
vida está siempre presente y sigue cumpliendo sus años de una vida
activa.
Finalmente,
de una vida esforzada, enérgica, no se puede soslayar el apoyo, más
que material, espiritual, de la compañera, de la mujer, que en el
anonimato tiene el inmenso trabajo de sostener sobre sus frágiles y
activas manos, el hogar, la familia, dando la seguridad y el apoyo
necesario para que el compañero cumpla con su destino. Esa fue mi
madre: Julia Damián Suarez, natural de la Comunidad
Campesina
de La Perla Chaupis.
Héctor
Félix Damián
Lima,
17 Agosto 2015.
__________________________________________
(*)
En correspondencia a los hermanos Félix Damián.
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