Dos Bicentenarios y algo más (3-3)
SOCIALISMO Y REALIDAD ACTUAL
UNO
Religión |
Filosofía |
Idealismo |
Teología |
Teísmo |
Política |
Ideología |
Materialismo |
Humanología |
Humanismo |
El Bicentenario de Carlos Marx (1818-1883) y el Bicentenario de Federico Engels (1820-1895), recordados juntos son una oportunidad para comprender 17 décadas de lucha por el socialismo, que pasó de la utopía a la ciencia a partir de la publicación del Manifiesto Comunista en 1848.
Ya desde sus primeros escritos Marx y Engels van precisando conceptos y términos a emplear. No es casual, por ejemplo, que hayan escrito La Ideología Alemana, y no La Filosofía Alemana. Y que hayan escrito Miseria de la Filosofía, y no simplemente transcribiendo el título Filosofía de la Miseria (del libro de Proudhom, Pierre-Josepf)
La filosofía (“ciencia de las ciencias” en sus momentos de mayor esplendor), con los Enciclopedistas impulsó la Revolución Francesa de 1789, pero de ahí en adelante hasta frenaba su desarrollo, y por eso surgió el concepto y término Ideología, con el que las nuevas fuerzas desecharon tanto la filosofía escolástica (medieval) como la filosofía especulativa (hegeliana). Este término Ideología, fue acuñado por Destutt de Tracy, Antoine-Louis-Claude (1754-1836) y Cabanis, Pierre-Jean-George (1757-1808)
Marx señala que:
“La gran hazaña de Feuerbach consiste:
1) en haber probado que la filosofía no es otra cosa que la religión plasmada en pensamientos y desarrollada de un modo discursivo; de que también ella, por tanto, debe ser condenada, como otra forma y modalidad de la enajenación del ser humano;
2) en haber fundado el verdadero materialismo y la ciencia real, por cuanto que Feuerbach erige, asimismo, en principio fundamental de la teoría la relación social “entre el hombre y el hombre”;
3) en haber contrapuesto la negación de la negación, que afirma ser lo absolutamente positivo, lo positivo que descansa sobre sí mismo y tiene en sí mismo su fundamento”
(MANUSCRITOS PARISINOS. Marx, 1844)
Engels, primer historiador del Marxismo, del Socialismo, al publicar obras de Marx o suyas, en cada Prólogo o contenido va precisando conceptos y términos. Por ejemplo, señala que:
“Pero toda ideología, una vez que surge, se desarrolla en conexión con el material de ideas dado, desarrollándolo y transformándolo a su vez; de otro modo no sería una ideología, es decir, una labor sobre ideas concebidas como entidades con propia sustantividad, con un desarrollo independiente y sometidas tan solo a sus leyes propias.”
(LUDWIG FEUERBACH. Y EL FIN DE LA FILOSOFÍA CLÁSICA ALEMANA. Engels, 1888)
La Ideología Alemana, (1845-1846), de ambos, tiene tres capítulos. El Capítulo II, La Ideología en General, tiene tres partes: a) La ideología en general y la ideología alemana en particular; b) La base real de la ideología; c) El comunismo. O sea, prácticamente desde que se orientaron siempre trabajaron con estas tres partes: la filosofía, especialmente la alemana; la economía, especialmente la inglesa; el socialismo, especialmente el francés. Su superación y desarrollo pueden notarse claramente en Anti-Duhring, 1885, y Del Socialismo Utopía al Socialismo Ciencia, 1892
Prosiguiendo su investigación básica, Engels y Marx señalan:
“El enemigo mas peligroso del humanismo real, en Alemania, es el espiritualismo o idealismo especulativo, que suplanta al hombre individual y real por la ‘Autoconciencia’ o el ‘Espíritu’ y dice, con el Evangelista: ‘El Espíritu vivifica, la carne embota’. Huelga decir que este Espíritu inmaterial sólo en su imaginación tiene espíritu.”
(LA SAGRADA FAMILIA. Engels, Marx, 1845)
Este Evangelista no es otro que Juan 6:63:
“El espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada”
(LA BIBLIA. Nácar Colunga. 1961, p. 1115)
Esta diferencia entre idealismo y materialismo la señala Engels en su folleto de mayor actualidad:
“El problema de la relación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza, problema supremo de toda la filosofía, tiene pues, sus raíces, al igual que toda religión, en las ideas limitadas e ignorantes del estado de salvajismo. Pero no pudo plantearse con toda nitidez, ni pudo adquirir su plena significación hasta que la humanidad europea despertó del prolongado letargo de la Edad Media. El problema de la relación entre el pensar y el ser, problema que, por lo demás, tuvo también gran importancia en la escolástica de la Edad Media; el problema de saber qué es lo primario, si el espíritu o la naturaleza, este problema revestía, frente a la Iglesia, la forma agudizada siguiente: ¿el mundo fue creado por Dios, o existe desde toda una eternidad. Los filósofos se dividían en dos grandes campos, según la contestación que diesen a esta pregunta. Los que afirmaban el carácter primario del espíritu frente a la naturaleza, y por tanto admitían, en última instancia, una creación del mundo bajo una u otra forma (y en muchos filósofos, por ejemplo en Hegel, la génesis es bastante más embrollada e imposible que en la religión cristiana), formaban en el campo del idealismo. Los otros, los que reputaban la naturaleza como lo primario, figuran en las diferentes escuelas del materialismo. Las expresiones idealismo y materialismo no tuvieron, en un principio, otro significado, ni aquí las emplearemos nunca con otro sentido”
(LUDVIG FEUERBACH Y EL FIN DE LA FILOSOFÍA CLÁSICA ALEMANA. Engels, 1888)
Por supuesto, sólo queda atrás la filosofía como “ciencia de las ciencias”, que pretendía abarcarlo todo. Por eso:
“A la filosofía desahuciada de la naturaleza y de la historia no le queda más refugio que el reino del pensamiento puro, en lo que aún queda de pie en él: la teoría de las leyes del mismo proceso de pensar, la lógica y la dialéctica”
(LUDWIG FEUERBACH… Engels, 1888)
Quedan en pie, pues, la ontología, gnoseología, lógica dialéctica, el Materialismo Dialéctico. Y si Marx comenzó como dialéctico y desarrolló la economía con El Capital, Engels comenzó como economista y desarrolló la dialéctica materialista con Dialéctica de la Naturaleza.
Precisando conceptos, Marx señala que:
“En otra ocasión he de mostrar en detalle esta interesante justicia de la historia, esta Némeses histórica, que ahora dispone que la teología, que siempre fue la manzana podrida de la filosofía, represente también en sí la descomposición negativa de la filosofía, es decir, su proceso de putrefacción.
(MANUSCRITOS PARISINOS. Marx, 1844)
Además, ambos señalan que:
“El teísmo no es, por lo menos para el materialista, más que un modo cómodo e indolente de deshacerse de la religión.”
(LA SAGRADA FAMILIA. Engels, Marx, 1845)
Y respecto al materialismo, Engels subraya que:
“Pero, al igual que el idealismo, el materialismo recorre una serie de fases en su desarrollo. Cada descubrimiento trascendental, operado incluso en el campo de las Ciencias Naturales, le obliga a cambiar de forma; y desde que el método materialista se aplica también a la historia, se abre ante él un camino nuevo de desarrollo.
(LUDWIG FEUERBACH… Engels, 1888)
Entonces, el pensamiento humano, desde sus orígenes, tiene dos corrientes básicas, religión y política, ahora conocidas con algunos nombres propios. Por un lado, budismo (de Buda: iluminado), cristianismo (de Cristo: ungido), islamismo (de Islam: sumisión). Por otro lado, marxismo, leninismo, maoísmo. Pero si una tiene nombre propio genérico: Teísmo, la otra también debe tener su nombre propio genérico, que no puede ser otro que: Humanismo.
Aún más, Engels y Marx diferenciaron el Humanismo ideal del Humanismo real (verdadero):
“Los comunistas franceses más científicos, Dezamy, Gay, y otros, desarrollan, al igual que Owen, la doctrina del materialismo como la teoría del humanismo real y la base lógica del comunismo”
(LA SAGRADA FAMILIA. Engels, Marx, 1845)
El inicio de este humanismo real lo recuerda Engels:
“Entretanto, se había ido formando, junto al comunismo de la Liga y de Weitling, un segundo comunismo, sustancialmente distinto de aquél. Viviendo en Manchester, me había dado yo de narices con el hecho de que los fenómenos económicos, a los que hasta allí los historiadores no habían dado ninguna importancia, o sólo una importancia muy secundaria, son, por lo menos en el mundo moderno, una fuerza histórica decisiva; vi que esos fenómenos son la base sobre la que nacen los antagonismos de clase actuales y que estos antagonismos de clase, en los países en que se hallan plenamente desarrollados gracias a la gran industria, y por tanto, principalmente, en Inglaterra, constituyen a su vez la base para la formación de los partidos políticos, para las luchas de los partidos y, por consiguiente, para toda la historia política. Marx, no sólo había llegado al mismo punto de vista, sino que lo había expuesto ya en los "Deutsch-Französische Jahrbücher" en 1844, generalizándolo en el sentido de que no es el Estado el que condiciona y regula la sociedad civil, sino ésta la que condiciona y regula el Estado, y de que, por tanto, la política y su historia hay que explicarlas por las relaciones económicas y su desarrollo, y no a la inversa. Cuando visité a Marx en París, en el verano de 1844, se puso de manifiesto nuestro completo acuerdo en todos los terrenos teóricos, y de allí data nuestra colaboración. Cuando volvimos a reunirnos en Bruselas, en la primera de 1845, Marx, partiendo de los principios básicos arriba señalados, había desarrollado ya, en líneas generales, su teoría materialista de la historia, y nos pusimos a elaborar en detalle y en las más diversas direcciones la nueva concepción descubierta.
Este descubrimiento, que venía a revolucionar la ciencia histórica y que, como se ve, fue, esencialmente, obra de Marx, sin que yo pueda atribuirme en él más que una parte muy pequeña, encerraba una importancia directa para el movimiento obrero de la época. Ahora, el comunismo de los franceses y de los alemanes y el cartismo de los ingleses ya no aparecían como algo casual, que lo mismo habría podido no existir. Estos movimientos se presentaban ahora como un movimiento de la moderna clase oprimida, del proletariado, como formas más o menos desarrolladas de su lucha históricamente necesaria contra la clase dominante, contra la burguesía; como formas de la lucha de clases, pero que se distinguían de todas las luchas de clases anteriores en que la actual clase oprimida, el proletariado, no puede llevar a cabo su emancipación, sin emancipar al mismo tiempo a toda la sociedad de su división en clases, y por tanto, de la lucha de clases. Ahora, el comunismo ya no consistía en exprimir de la fantasía un ideal de la sociedad lo más perfecto posible, sino en comprender el carácter, las condiciones y, como consecuencia de ello, los objetivos generales de la lucha librada por el proletariado.
(CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA DE LA LIGA DE LOS COMUNISTAS. Engels, 1885)
Y la esencia de esta nueva corriente la concretiza Engels en:
“La nueva tendencia, que ha descubierto en la historia de la evolución del trabajo la clave para comprender toda la historia de la humanidad, se dirigió preferentemente, desde el primer momento, a la clase obrera y encontró en ella la acogida que ni buscaba ni esperaba en la ciencia oficial.”
(LUDWIG FEUERBACH... Engels, 1888)
DOS
Pero, ¿ha fracasado el marxismo? En los años 20 del siglo pasado aparecieron, entre otros, dos libros: Más allá del Marxismo, de Henri de Man, y ¿Ha fracasado el Marxismo?, de Emile Vandervelde. No es casual que el “más allá” se llame ahora “pos-marxismo”, y tampoco es casual que se repita lo de “fracaso” Pero, si sabemos cómo y dónde terminaron sus autores, ya podemos conocer cuál era la posición de ellos al respecto.
En 1928, en su Defensa del Marxismo, José Carlos Mariátegui (JCM), el más universal de los peruanos, señala al respecto que:
“El marxismo sufre desde fines del siglo XIX -esto es, desde antes que se iniciara la reacción contra las características de ese siglo racionalista, entre los cuales se le cataloga- las acometidas, más o menos documentadas o instintivas, de profesores universitarios, herederos del rencor de la ciencia oficial contra Marx y Engels, y de militantes heterodoxos, disgustados del formalismo de la doctrina del partido.”; que “La verdadera revisión del marxismo, en el sentido de renovación y continuación de la obra de Marx, ha sido realizada, en la teoría y en la práctica, por otra categoría de intelectuales revolucionarios”; y que “Y Lenin aparece, incontestablemente, en nuestra época como el restaurador más enérgico y fecundo del pensamiento marxista, cualesquiera que sean las dudas que a este respecto desgarren al desilusionado autor de Más allá del marxismo. La revolución rusa constituye, acéptenlo o no los reformistas, el acontecimiento dominante del socialismo contemporáneo.”
(COLECCIÓN OBRAS COMPLETAS DE JCM. T. 5. 1964)
En los años 20 del presente siglo se repite lo de “fracaso del marxismo” y lo de “más allá del marxismo” Hasta se puede decir que son “los mismos con las mismas” con sus poses “posmarxistas” Pero el primer semestre de este 2020 estremece a la humanidad toda, y la “situación sin salida” de su segundo semestre estremece aún más. Lo que llega a su final es el modo capitalista de producción, en su etapa financiera. De esto no dicen una palabra los sepultureros del marxismo, del socialismo.
Sabemos por Lenin que “Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”, y por Mariátegui que “No basta predicar la revolución, hay que organizarla” Práctica sin teoría, teoría sin práctica, son realidades que enfrenta todo activista, independiente de su nivel y actividad.
“Socialismo real” (verdadero) es expresión capciosamente truncada usada por algunos críticos. La expresión inicial completa original es “socialismo realmente existente”, y bien sabemos que una verdad a medias es una mentira completa. El contexto en que fue dicha la expresión, en esencia es: “nosotros tenemos este socialismo realmente existente; ustedes, ¿qué tienen?” En otras palabras, para hacer la crítica tenemos que partir de la autocrítica. Y esta autocrítica tiene dos puntos centrales:
1: Cómo entendemos la teoría marxista.
2: Cómo entendemos la práctica marxista.
La teoría marxista, partiendo de la centralidad del ser humano en su práctica y teoría, surgió cuando se pasó de la “venta de trabajo” a la “venta de la fuerza de trabajo” Es el eje de El Capital. Para desarrollarlo, Marx partió del capitalismo en el mundo entero, lo que recién está ocurriendo ahora. Fue Rosa Luxemburgo quien hizo esta observación, y por eso presentó su La Acumulación del Capital, primer desarrollo de la teoría marxista. El segundo desarrollo fue El Imperialismo como fase superior del Capitalismo, donde Lenin expone el aspecto económico (financierismo) como lo principal y el aspecto político (imperialismo) como lo derivado. Aún más, señaló este aspecto financiero como la fase superior, final, del modo de producción capitalista. Ahora, un siglo después, con la pandemia bursátil estamos asistiendo, con brazos abiertos o con brazos cruzados, a este final ya inevitable para el propio sistema. El dinero fiat (sin respaldo propio) es la prueba más evidente de ello.
La práctica marxista parte del concepto de proletario (Manifiesto Comunista). No es lo mismo obrero que proletario. Hay obreros que no son proletarios (inmensa mayoría) y hay proletarios que no son obreros (inmensa minoría, intelectuales orgánicos). El término “orgánico” fue acuñado por Gramsci.
Toda revolución socialista ha triunfado donde los obreros eran incluso minoría de la población. Es decir, donde no había producción industrial desarrollada. ¿Qué hacer? Pues, desarrollar la producción industrial en ciudad y campo. Por eso surgió la NEP. La URSS, en diez años pudo superar cien años de retraso respecto a los países desarrollados y su inferioridad respecto a Alemania, y pudo vencer en la II-GM. Entonces, hay que especificar de qué fracaso se habla. China, con la mayor población campesina mundial, en cinco décadas superó el rezago de cinco siglos respecto a Occidente. ¿Es esto fracaso? Todo modo de producción incluye avances y retrocesos. Nada es lineal; ni la línea recta es recta. La prueba está en la historia mundial. Y lo que será, será. ¡Inevitablemente!
En la teoría, el socialismo está diseñado para surgir en países capitalistas, es decir industrialmente desarrollados. En la práctica, ha triunfado en países no industriales. Cuba y Nicaragua, Venezuela y Bolivia, son ejemplos en nuestra región de los esfuerzos por construir el socialismo. Marta Harnecker vivió en Cuba, luego en Venezuela, y presentó sus observaciones respecto al Estado, poniendo el acento en la célula económica de base. ¿Por qué ninguna revolución ha podido desarrollar esta base, teniendo como guía la Comuna de París? ¿Por qué la Clap venezolana está como está? Porque la teoría vuela alto, mientras que la práctica tiene que caminar en la realidad concreta.
En su El rol del trabajo en la transformación del mono en hombre, Engels alcanzó a señalar tres aspectos de la actividad humana, de su práctica cotidiana: ayuda mutua, colaboración solidaria, iniciativa individual. Lo contrario de estos aspectos son la abyecta servidumbre, la explotación laboral, la despótica tiranía. Esta triple contradicción estuvo, está y estará siempre presente en la práctica de la humanidad. Pero toda lucha de contrarios tiene como objetivo su superación (aufhebung, que no es lo mismo que conciliación), en lo que todavía poco se pone el acento.
Y concluye su Ludwig Feuerbach... señalando “La nueva tendencia, que ha descubierto en la historia de la evolución del trabajo la clave para comprender toda la historia de la humanidad” ¡Tengamos siempre presente esta clave, esta guía!
TRES
Religión |
Cristiano, p.e. |
Clérigo |
Pasión, Convicción, Fe |
Política |
Marxista, p.e. |
Militante |
Pasión, Convicción, Fe |
Toda organización tiene dos aspectos: el individuo y el “aparato”
Respecto al individuo, Marx señaló:
“Tan pronto como tengo un objeto, este objeto me tiene como objeto a mí. Ahora bien, un ser sin objeto es un ente irreal, no sensible, puramente pensado, es decir, puramente imaginario, un ente de la abstracción. Ser sensible, es decir, ser real, es ser objeto del sentido, objeto sensible, y por tanto, tener objetos sensibles fuera de sí, objetos de su sensoriedad. Ser sensible es ser paciente. El hombre, como ser sensible objetivo, es, por tanto, un ser paciente y, por ser sus padecimientos seres sensibles, un ser apasionado. La pasión es la fuerza esencial del hombre que tiende enérgicamente hacia su objeto.
(CRÍTICA DE LA DIALÉCTICA Y LA FILOSOFÍA HEGELIANAS EN GENERAL. Marx, 1844)
Y Mariategui señaló:
“Remito a mis acusadores a mis propios escritos, públicos o privados, de ninguno de los cuales resulta que yo, marxista convicto y confeso, -y como tal, lejano de utopismos en la teoría y en la práctica- me entretenga en confabulaciones absurdas, como aquella que la policía pretende haber sorprendido y que tampoco aparece probada por ninguno de los documentos publicados.”
(JCM COC. T. 13. 1971, pág 241. Carta al diario “La Prensa”, 10 de junio de 1927
Entonces, pasión-convicción-fe son las cualidades de todo activista, tanto en religión como en política. Y por eso hasta se parecen en lo externo. No tener pasión, no tener convicción, no tener fe es característica de todo charlatán “de universidad, de cenáculo, de café”, como tipificara JCM a los que juegan a la revolución en sus ratos de ocio.
Pero ¿cómo el apasionado convicto y confeso une y se une a la población en su lucha por el cambio social? Una vez conocido, debatido, aprobado el programa a seguir, pasa a formar el “aparato” Y la historia tiene ejemplos al respecto:
-A: Entonces tomé yo de los principales de vuestras tribus hombres sabios y probados, y los constituí vuestros cabos, jefes de millar, de centena, de cincuentena y de docena y magistrados en vuestras tribus.
(LA BIBLIA. Deuteronomio 1:14. Nacar Colunga. 1961. P. 203)
-B: El jefe de 5 familias se llamaba Piska-Kamayok, el de 10 Chunka Kamayok, el de 50 Piska Chunka Kamayok, el de 100 Pachaka Kamayok, el de 500 Piska Pachaka Kamayok, el de 1000 Waranka Kamayok, el de 5000 Piska Waranka Kamayok, el de 10000 Huno Kamayok, el de 40000 Wamaní.
Garcilaso de la Vega y otros cronistas nos refieren este sistema tan sabio y sencillo
(MANUAL DE HISTORIA GENERAL DEL PERÚ. Eudoxio H. Ortega. 1974)
-C: No faltan militantes aferrados a la idea de que la organización de sindicatos de la República debe preceder a la de una central nacional. Sin duda, todo militante debe trabajar, dentro de la industria a que pertenece, por aprovechar los elementos y oportunidades de agrupación sindical. Pera la central tiene, precisamente, por objeto ayudar a los obreros en todo lugar y en toda industria, a organizarse sindicalmente.
(LA CENTRAL SINDICAL DEL PROLETARIADO PERUANO. COC DE JCM. T.13, p.129)
Entonces, organizar la lucha del pueblo es tarea diaria, que es imposible dejarla de lado con el pretexto de que “ahora no son tiempos de organización” Eso lo dijo Kautsky, y eso lo refutó Lenin. Pero se repite y se repite el pretexto hasta el presente. Y ya vemos los resultados. Lo que ocurre en el país es clara muestra de que la política también tiene “horror al vacío” A la clase dominante le sobra organización. El pueblo carece de organización. Pueblo que sale a protestar, pero sin programa reivindicativo y sin organización básica, ¡ya la lleva perdida! Y de esto se aprovecha el sistema dominante para seguir “los mismos con las mismas”
Además, el cambio de un modo de producción a otro planteado en teoría requiere de generaciones. Y en ese lapso es imposible no cometer errores. Prologando el trabajo de Marx acerca de Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, Engels comienza señalando que “El trabajo que aquí reeditamos fue el primer ensayo de Marx para explicar un fragmento de historia contemporánea mediante su concepción materialista, partiendo de la situación económica existente.” Y culmina haciendo una comparación con el surgimiento del cristianismo, que luchó tres siglos para llegar al poder. Señala que la gran persecución de cristianos del año 303 “Fue la última de su género. Y dio tan buen resultado, que diecisiete años después el ejército estaba compuesto predominantemente por cristianos”
Tres siglos demoró el cristianismo para imponerse. El socialismo ciencia tiene menos de dos siglos en su lucha. Y en este lapso tiene aciertos y errores. Quien supone que no comete errores es porque sólo está de espectador. ¡Pero ése es el peor de sus errores!
Resumiendo:
Sólo sé que nada sé (en la teoría) y Conoce a tu prójimo y conócete tú mismo (en la práctica) deben ser por eso principios básicos para todo activista del marxismo. (Asimilando adversario a prójimo).
Ragarro
28.11.20
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
28 de noviembre de 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario