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LAS CAMPANAS DOBLAN POR PALESTINA
Por Gustavo Espinoza M.
Diario UNO / Domingo 15 de octubre 2023
Las campanas
doblan por Palestina desde 1948. Ese año, Naciones Unidas resolvió
crear el Estado de Israel y escogió para ese efecto, la “Tierra
Prometida”, donde vivía el pueblo Palestino desde varios milenios.
La
idea de crear un Estado Israelí y dotar a la población judía de un
territorio, era loable. Constituía, además, una manera de resarcir los
sufrimientos ignominiosos que había soportado el pueblo judío en manos
del Nazi-Fascismo, en primer lugar en la Alemania hitleriana, pero luego
en casi toda Europa tomada por la Svástica.
En
aplicación del acuerdo, se procedió a dividir el suelo Palestino
entregando la mitad del mismo a los judíos, que venían de otras tierras.
Los
antiguos ocupantes -los Palestinos- vieron sus espacios reducidos a la
mitad, pero estoicamente aceptaron la idea en nombre de la solidaridad
humana que les fuera reclamada. Allí comenzó, para ellos la tragedia.
Millares
de Palestinos -hombres, mujeres y niños- fueron agresivamente
expulsados del suelo en el que nacieron y vivían. Se vieron despojados
de sus casas, sus tierras, sus vituallas habituales.
Y ellos mismos fueron forzados a marchar en busca de nuevo horizonte. Pero el drama, continuó.
Desde
entonces, se sucedieron guerras. Una de las más conocidas fue aquella
de “los 6 días” en la que las tropas de Israel arrasaron al pueblo
Palestino y se apoderaron de los altos del Golán.
Después
de eso, vino la crisis en Cisjordana y Gaza. Hoy, en esa ciudad
martirizada viven más de dos millones de palestinos sometidos a
vejámenes inenarrables.
En
los últimos años, Israel ha ocupado más del 78% del territorio
Palestino. Donde ha podido, ha insertado “asentamientos judíos”. Y se ha
valido para ello, de los métodos más crueles.
Para
escarnio de todos, ha actuado a la luz del mundo, sim tomar en cuenta
la opinión de los organismos internacionales, que han condenado
sistemáticamente la deformación agresiva del sionismo que calcara
métodos usados contra ellos antes.
Muy
recientemente, y poco antes que se iniciara esta crisis, Israel atacó
el santuario palestino de Al-Aqsa, y desarrolló verdaderos Progroms en
las calles de Huwara. en las cercanía de Gaza. Esa fue la chispa que
incendió esta pradera.
Es
verdad que Israel es un país militarmente más fuerte que todos sus
vecinos. Pero es verdad también que abusa insolentemente de su poderío
actuando como el Matón del Barrio.
Se
vale, para tal efecto, del apoyo incondicional que recibe siempre del
gobierno de los Estados Unidos y de las camarillas guerreristas de
Washington.
En
el Foro Mundial, y por demanda de numerosos países, Naciones Unidas ha
condenado las acciones del gobierno de Israel y ha conminado al régimen
de Tel A viv a modificar su conducta y actuar según las normas del
Derecho Internacional.
El Poder de Veto, ejercido por la Casa Blanca, ha bloqueado la concreción de dichos acuerdos.
En
ese marco se ha producido en Palestina el surgimiento de una estructura
terrorista –Hamas- que hoy es mundialmente conocida. Su accionar no se
justifica, pero sí se explica porque es la respuesta desesperada de un
pueblo que no tiene a quién recurrir cuando lo martirizan
cotidianamente.
Si
las decisiones de la ONU se cumplieran y se concretara el anhelo de un
Estado Palestino universalmente reconocido, independiente y soberano,
las acciones de Hamas no se habrían producido.
Y
es que el terrorismo, no es el resultado de una voluntad perversa de
una banda de asesinos; es el aullido desgarrador de quien se siente
acorralado y sin salida.
Netanyahu,
el Primer Ministro Israelí está acusado de graves delitos, de
corrupción y de crímenes. Está en minoría y sufre el efecto de
constantes movilizaciones populares que rechazan sus medidas. Se
encuentra en la antesala de una censura parlamentaria.
El
56% de la población exige su renuncia, y el 94% lo considera
responsable de esta crisis; pero se arropa con la bandera de Israel y
enarbola los símbolos del Patriotismo.
En su nombre, y en un acto de demencia insuperable, se apresta a lanzar una bomba nuclear para desaparecer Gaza en pocas horas.
Netanyahu
representa a la ultra derecha. Es el fascismo sionista en el Poder. No a
Israel, ni al pueblo judío. Se mantiene sólo por su demagogia
desenfrenada y por el respaldo económico y material de los Estados
Unidos, que lo usa como un enclave armado contra los pueblos árabes.
Objetivamente,
es el muro de contención contra pueblos que luchan por su independencia
y soberanía;: por sus recursos naturales, y su propio bienestar y
desarrollo.
Y
quieren, además, parar la mano agresiva del Imperialismo en la región.
No quieren que se repitan experiencias trágicas, como Irak. Siria, Libia
o Yemén, donde la guerra está a la orden del día.
Estados
Unidos ha enviado ya un portaviones con 10,000 Infantes listos para
“entrar en acción” . USA alienta la guerra en el Medio Oriente del mismo
modo como lo hace en Ucrania y en otros confines del planeta. Y es que,
para el Gran capital, la guerra es un negocio, y un negocio boyante.
A
los peruanos, esta crisis nos ha permitido conocer, además, algunas
cosas: La perfidia extrema de Dina Boluarte, que ha preferido usar el
avión presidencial para pasear por Europa sin mirar a los peruanos
varados en la zona del conflicto.
Y
saber, adicionalmente, que teníamos “varados” en nuestro país a casi un
centenar de “soldados de reserva” israelitas ¿Qué hacían y para quién
trabajaban? Sería bueno saberlo (fin)
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