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Perú Integral (2-3)
GRACIAS,
TAYTAY
Existe una Gramática Keshua muy singular. La
escribió Ernst Middendorf, médico alemán que vivió más de 25 años en el Perú,
en sucesivas etapas desde 1855 a 1888
Aprendió
quechua, aymara y mochica (yunga) En 1970 apareció en castellano la versión de
su DAS RUNA SIMI ODER DIE KESHUA-SPRACHE WIE SIE GEGENWÄRTIN IN DER PROVINZ
CUZCO GESPROCHEN WIRD. (Todo eso significa en cristiano Gramática Keshua)
El comentador de
la obra, Hermann Trimborn, señala penetrantemente que “el mérito estriba, para
mí, en el hecho de que Middendorf no haya enfocado la estructura del quechua
pensando en módulos latinos, sino elaborando los elementos morfológicos del
idioma sobre la base de los procesos mentales y de las funciones lingüísticas”
En esta
gramática, Middendorf señala que el quechua no abunda en palabras radicales, ni
en términos abstractos como los colectivos; aunque admite con Garcilaso que la
lengua quechua “como se ha dicho, es muy corta en vocablos, empero muy
significativa en ellos mismos”
Apunta
Middendorf que “no queremos sino mencionar un hecho que caracteriza la
naturaleza del indio peruano: entre las ideas para cuya expresión no tiene palabras
keshuas se encuentran las de ‘libertad’ y ‘gratitud’
Esto es cierto.
Pero ¿por qué no existen tales palabras? Bueno es averiguarlo, porque por el
idioma se puede reconstruir aproximadamente determinado desarrollo social, o
solventar la investigación respectiva.
Respecto a la
palabra libertad, ya José Carlos
Mariátegui sostuvo una polémica con Augusto Aguirre Morales, autor de la novela
El Pueblo del Sol. Contestándole, en
sus 7 Ensayos le dice que “Su
posición en el estudio del Imperio Inkaico no es una posición relativista.
Aguirre considera y examina el Imperio con apriorismos liberales e
individualistas. Y piensa que el pueblo inkaico fue un pueblo esclavo e infeliz
porque carecía de libertad”
Continúa luego: “La
libertad individual es un aspecto del complejo fenómeno liberal. Una crítica
realista puede definirla como la base jurídica de la civilización capitalista.
(Sin el libre arbitrio no habría libre tráfico, ni libre concurrencia, ni libre
industria) Una crítica idealista puede definirla como una adquisición del
espíritu humano en la edad moderna. En ningún caso, esta libertad cabía en la
vida inkaica”
Y explica que
“El hombre del Tawantinsuyu no sentía absolutamente, por ejemplo, ninguna
necesidad de libertad de imprenta. La libertad de imprenta puede servirnos para
algo a Aguirre y a mí: pero los indios podían ser felices sin conocerla y aún
sin concebirla”
Y concluye que
“Si el espíritu de la libertad se reveló al quechua, fue sin duda en una
fórmula o, más bien, en una emoción diferente de la fórmula liberal, jacobina e
individualista de la libertad”
O sea, no se
puede transportar un concepto de una realidad a otra. El sistema del
Tawantinsuyu no necesitaba de la libertad como se la conoce actualmente. Mal
podía surgir entonces el concepto y acuñarse el término correspondiente.
¿Y la gratitud? ¿Sería que el quechua no era
un pueblo agradecido?
Entre nosotros
agradecer es un signo de cortesía, o de hipocresía. Pero no siempre se ha
estilado agradecer. Middendorf observó con extrañeza que el quechua no tiene
palabras para mostrar agradecimiento. Ahora se dice “Gracias, taytay!, un
híbrido castellano-quechua a ojos vista. Y no es que el término gracias del runa simi, nombre quechua
del idioma quechua, haya desaparecido por desplazamiento de traducción o por
desuso. No. Sencillamente nunca existió tal palabra en el Tawantinsuyu, y mucho
menos el concepto. ¿Cómo explicar eso? Tenemos que recurrir también, aunque
indirectamente, a José Carlos Mariátegui.
Cuando JCM
agradeció a Gamaliel Churata su valiosa colaboración, Churata le respondió con
una carta de antología, fechada en Puno, 27 de noviembre de 1926. Ahí le dice:
“No tiene U. que agradecerme por la colaboración que presto a Amauta y Minerva. Cuando los hombres se reúnen con fines humanos, la
colaboración es obligatoria y entonces el agradecer sobra”
Líneas abajo le
reitera: “Vuelvo a decírselo. No tiene nada que agradecerme”
Y termina
después su carta: “La abrazo cordialmente, compañero Mariátegui. Este
movimiento cordial que nos une, tiene entre tantas ventajas, la de aproximar a
los hombres, rompiendo las distancias que inventó la cortesía burguesa. Suyo,
Churata”
Aquí está la
explicación de por qué el quechua no tiene la palabra gracias: la colaboración obligatoria con fines humanos, que se
desarrollaba en el Tawantinsuyu y que aún anida en el espíritu indiano. Ayni o reciprocidad, minga o colaboración, llankay o iniciativa siguen siendo
prácticas actuales de trabajo solidario en las comunidades.
Con la solidaridad
laboral, práctica cotidiana del sistema, las gracias están demás. Por eso, mal podía surgir entonces el concepto
y acuñarse el término correspondiente.
Cortesía
viene de corte; y en sus orígenes no
pasaba de ser simple afectación cortesana. Desde que se estableció la propiedad
privada, se agradece tanto por cortesía como por cortesanía.
Y así, por
ejemplo, para que me publiquen esta belleza debo decirle a Yehude:
Gracias, taytay,
Dios pagasunqui.
José
Ninakiro
09.12.87
Nota.- Este
segundo tema de Perú Integral trata
los conceptos libertad y gratitud, tangencialmente abordados por
Middendorf. Poco se conoce el origen de agradecer.
Pero en el Tawantinsuyu, aun siendo un Estado “teocrático y despótico” primaba
todavía la moral de productores, donde
nada había “gratis” y por tanto para nada había que agradecer. En nuestra etapa
precolombina todavía primaba la relación laboral ayni-minga-llankay
(compañerismo-colaboración-iniciativa) Y hasta el
presente hay uso de esta relación en las comunidades nativas.
Ernst W.
Middendorf (n. Keilhau, Turingia, 31 de diciembre de 1830 - m. Colombo, Ceilán,
6 de febrero de 1908) fue un médico, antropólogo y viajero alemán, que radicó
varios años en Perú. Entre 1885 y 1888 se dedicó a viajar por Perú y Bolivia
haciendo estudios y recopilando datos sobre su geografía, historia y cultura,
que luego plasmó en obras extensas que escribió en Alemania. Es considerado
como uno de los precursores de la arqueología científica del Perú; entre otros
trabajos hizo una temprana descripción del sitio arqueológico de Chavín de
Huántar, un estudio y traducción del drama Ollantay, así como estudios
lingüísticos del moche y el quechua. En memoria suya el museo de sitio ubicado
en el interior del zoológico «Parque de las Leyendas» del distrito de San Miguel,
Lima, Perú, lleva su nombre. (Wikipedia)
El comentario inicial
de este artículo acerca de “gracias” estaba basado en el quechua ancashino (ayne, rantin, minga) Ahora se precisa y
se ordena como ayni-minga-llankay, componentes del Factor Trabajo.
Ragarro
03.06.14
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