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Un Tema de Actualidad
(1-2)
LA
PELIGROSA
DECADENCIA
DEL IMPERIO
Por Andrés Piqueras
A cien años de
la Primer Gran Guerra podemos estar asistiendo al principio del fin de la
hegemonía estadounidense. De los dos pilares en los que todavía se sustenta
ésta, el dólar (o el mundo financiero en general) y el complejo
industrial-militar, el primero está en franco desmoronamiento; lo que
previsiblemente minará a su vez al segundo.
La continua
creación de dinero sin respaldo (dólares-chatarra) por parte de la Reserva
Federal de EEUU, no es sino una desesperada huida hacia adelante para no
reconocer el colapso económico de la hasta ahora principal potencia mundial.
La sustitución
del dólar como moneda de referencia internacional, por alguna moneda
“materializada”, referida a los recursos energéticos, está cada vez más
próxima. Eso quiere decir que los países con reservas energéticas adquirirán un
creciente peso si logran preservarlas para sí mismos.
Pero mientras
que las potencias geoestratégicas emergentes no buscan provocar abiertamente el
derrumbe del dólar, pues le necesitan al menos mientras no se hayan desacoplado
totalmente de él, EEUU está emprendiendo una ofensiva desesperada para mantener
artificialmente el dólar como moneda refugio e intercambio internacional. Uno
de sus puntos de anclaje para ello es crear inseguridad en torno a los recursos
energéticos y especialmente el petróleo. Esto es así porque al pagarse el
petróleo en dólares, si hay una crisis petrolera subirá el precio del “oro
negro” y con ello la demanda de dólares, permitiendo la revalorización del
papel verde.
El otro punto
radica en generar inestabilidad político-militar para hacer ver que sólo la
moneda del más fuerte puede tener alguna seguridad. Por último, pero unido a
esto, EEUU trata por todos los medios (y digo todos) de desbaratar la
potencialidad de Eurasia. Eurasia es el Heartland (“la Isla del Centro del
Mundo” en el vaticinio del primer estratega norteamericano, Mackinder), donde
está la gran masa de población, recursos y riqueza.
Algunos de los
elementos geoestratégicos más importantes de la intervención del imperio en
declive son:
1. Acoso
sistemático a Rusia. No contento con acabar con la URSS, persigue ahora
desmembrar también Rusia, tratando de reducirla a un tamaño insignificante y
sobre todo intentando separarla de sus territorios asiáticos y descolgar de
ella Siberia, donde se alberga la mayor variedad de recursos del planeta.
Chechenia, Georgia y algunos otros han venido siendo puntos calientes al
respecto. Pero últimamente ha combinado esta política con intervenciones
geoestratégicas de mayor calado, golpeando a Rusia a través de: a) la crisis
bancaria de Chipre (allí es donde Rusia transformaba las cuentas de su energía
en monedas de cambio para las compras internacionales); b) la guerra de Siria
(cortando la salida de los oleoductos rusos al Mediterráneo e intentando a la
vez establecer una cabeza de puente para el control de todo Asia Occidental y
Central); c) el golpe de Estado en Ucrania (convierte al que se había pactado como
un Estado tampón entre las potencias europeo-norteamericanas y Rusia en un
Estado hostil a este último país, en sus propias puertas; al tiempo que
intentaba privar a Rusia de la estratégica Crimea).
2. Asedio
a China a través de una permanente penetración en Asia Occidental y
Centro-Asia, la implantación de un reguero de bases militares en las antiguas
repúblicas soviéticas asiáticas, la desestabilización del flanco más oriental a
través de las continuas provocaciones a Corea del Norte, el bloqueo del mar de
Malaca (principal vía de los intercambios chinos) y el intento de desmembración
del territorio chino por el lado del Tíbet, son sólo algunos de los eslabones
estratégicos de aquel asedio.
3. Lucha
sin cuartel en África contra la penetración china en este continente,
previo desplazamiento de Francia del mismo, y apropiación de todo lo que es
apropiable allí (Libia, Congo, República
Centroafricana, Mali y ahora Nigeria, son algunos de los puntos calientes en un
incendio de guerras provocadas que asolan sin piedad el continente).
Tanto en Asia
como en África las intervenciones imperiales dejan atrás sociedades
barbarizadas y en guerra entre sí, regiones enteras en manos de “señores de la
guerra”, a menudo con un notorio ascenso de la influencia de Al-Qaeda (que
luego justifiquen nuevas intervenciones militares en una espiral sin fin).
También dejan Estados carcelarios, como Egipto, Yemen o Irak, que se vienen a
sumar en ello a Israel.
4.
Contra-ataque en su “patio trasero” para anegar los
procesos tanto progresistas como bolivarianos en América Latina (véase
especialmente el presente acoso a Venezuela, donde la superpotencia se juega
las posibles mayores reservas petroleras del mundo y un “peligroso” liderazgo
contra-hegemónico). Ya ha tenido éxito en los golpes de Estado de Honduras y
Paraguay.
¿Mientras
tanto qué le depara a Europa?
Al viejo
continente le tiene envuelto en otra dinámica belicista de “Guerra Fría” contra
Rusia, precisamente cuando la vinculación a este país sería la única vía de
salida futura inteligente para Europa desde un elemental sentido común
capitalista (allí está la energía, la defensa nuclear, enormes recursos y
mercado potencial que se abre también hacia el resto de Asia, por ejemplo).
Además de otros
objetivos ya vistos, a través de la creación de la crisis de Ucrania EEUU logra
dar dos pasos a la vez. Uno: meter el miedo a los europeos de un probable corte
de suministros energéticos por parte de Moscú, llevándoles a refugiarse en el
espejismo energético del fracking estadounidense. Y dos: dar cobertura para que
su complejo industrial-militar pueda intentar tirar de nuevo de la economía.
Al mismo tiempo
la superpotencia americana busca la implantación de un macro acuerdo de “libre
comercio” (TTIP) con Europa. Con esto pretende dar una salida a sus productos
hacia Europa ante un mercado interno crecientemente insolvente. Para ello
necesita que los europeos desbaraten la legislación protectora de sus economías
y rebajen o eliminen los controles de calidad de las mercancías y las regulaciones
sobre transgénicos y demás prevenciones respecto de la salud pública. Aún más
importante, busca preservar al dólar como moneda de intercambio con Europa y
evitar que ésta forme bloque con los BRICS y muy especialmente con Rusia.
Curiosamente, una
vez doblegados los principales líderes europeos bajo tremendas presiones (con
algún sui generis “golpe de Estado” por medio, como el de Renzi), el último
reducto de resistencia ante toda esta tropelía que se lleva a cabo, como es
habitual con el mayor secretismo, no son las poblaciones europeas, que no saben
de la misa la media al respecto; ni siquiera las principales fuerzas
sindicales, al parecer ocupadas en no perder legitimidad frente a la Troika.
Ese último reducto parece encarnarlo la clase capitalista alemana. Demasiado
consciente de lo que se juega dando la espalda a la parte rica del continente
que llamamos Eurasia.
Al margen de los
resultados de las recientes elecciones que en gran medida son ajenas a todo
ello, es extremadamente urgente para los pueblos europeos reaccionar contra las
dinámicas de guerra y nuevo auge del fascismo que cien años después sacuden de
nuevo sus tierras.
*Profesor de Sociología Universitat
Jaume I de Castellón
27 de mayo de 2014. La
peligrosa decadencia del Imperio
Martes, 27 de Mayo de 2014 14:47 E-mail
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de: Polo Democrático boletinpolo@polodemocratico.net
Autonomía y conciencia pide el Polo para
2da. vuelta
para: (…)
fecha: 31 de mayo de 2014, 18:42
Nota.-
Pronto se
cumplirán 100 años de la Primera Guerra Mundial (1914 28 de julio – 11 de
noviembre 1918) En el estudio y análisis del sistema, próximo a una nueva
crisis, antes había aparecido tempranamente El
Imperialismo, 1902, del británico Hobson, que dio nombre incorrecto pero
afortunado a la nueva etapa del sistema capitalista. En 1910 pareció El Capital Financiero, 1910, del alemán
Hilferding, que centró el debate en el análisis interno del sistema
capitalista. En 1912 apareció La
Acumulación del Capital, de Rosa Luxemburgo, que se basó en el análisis de
la obra de Marx y su continuación en la nueva etapa. En 1915, ya en plena
guerra mundial, el bolchevique Bujarin publicó La Economía Mundial y el Imperialismo, con un histórico Prólogo de Lenin, quien en 1916 logró
publicar El Imperialismo, Fase Superior
del Capitalismo.
Rosa Luxemburgo
analiza el agotamiento interno del sistema que lo lleva a la agresión externa.
Lenin concluye su célebre Prólogo
señalando que “No cabe duda de que la tendencia del desarrollo es hacia un único trust mundial, que
absorberá todas las empresas sin excepción y todos los Estados sin excepción.
Pero ese desarrollo se opera en tales circunstancias, con tal ritmo, en medio
de tales contradicciones, conflictos y conmociones -no sólo económicos,
políticos, nacionales, etc., etc.- que
sin duda alguna antes de que se
llegue a un trust mundial único, a una asociación mundial “ultraimperialista”
de los capitales financieros nacionales, el imperialismo deberá inevitablemente
estallar y el capitalismo se transformará en su contrario”
Y en su folleto,
Lenin, centrando en el análisis económico explica por qué lo que está
ocurriendo no es una nueva época
sino una nueva etapa, y no cualquier
etapa similar a otras anteriores sino el estadio, la fase superior del capitalismo. Por eso termina la presentación
de su folleto recalcando: “Querría abrigar la esperanza de que mi folleto
ayudará a orientarse en el problema económico fundamental, sin cuyo estudio es
imposible comprender nada cuando se trata de emitir un juicio sobre la guerra y
la política actuales: el problema de la esencia económica del imperialismo”
La esencia
económica es el paso de impulsar la
producción a vivir de la renta parasitaria. El paso del predominio de la
gran industria al predominio de la “bancocracia” como lo señalara tempranamente
Marx, lo que se conoce ahora como predominio del capital financiero, del financierismo, “la continua creación de
dinero sin respaldo (dólares-chatarra) por parte de la Reserva Federal de EEUU”
como señala el artículo. El rentismo acabó con el esclavismo. El rentismo acabó
con el feudalistmo. El rentismo acaba con el capitalismo. Y esto, INEXORABLEMENTE.
Algunos de los elementos geoestratégicos más
importantes de la intervención del imperio en declive, que señala el
artículo, son una guía elemental para orientarse en la presente situación
mundial.
El otro aspecto
de esta realidad está en la segunda parte de esta pequeña serie, acerca del
Grupo de los 77 próximo a reunirse en Bolivia. Con ellos tiene el lector una
visión sumaria para comprender la actual realidad internacional.
¡Aprendamos
la lección!
Ragarro
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