miércoles, 28 de febrero de 2024

LA FUJIMORISTA DINA BOLUARTE Y LA MEGA CORRUPCIÓN EN EL PODER

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LA FUJIMORISTA DINA BOLUARTE Y LA MEGA CORRUPCIÓN EN EL PODER
Carlos Angulo Rivas
El proyecto de Keiko Fujimori se está llevando a realización a través del Golpe de Estado contra el presidente constitucional Pedro Castillo (7 Diciembre, 2022) El plan se ejecuta como si ella hubiese ganado las elecciones 2021 a la presidencia de la república. Pero ¿cuál es este plan del fujimorismo? La respuesta transparente está en los 14 meses de usurpación del cargo por la impresentable, torpe e inepta, Dina Boluarte. Muestra de este regreso a la barbarie de 10 años de Fujimori-Montesinos se da todos los días en el Congreso a punta de “caballazos” y transgresión de la ley y la Constitución; y en el Ejecutivo mediante la servidumbre de la “presidente” Dina Boluarte convertida en una fujimorista a carta cabal. Tanto así que el reo liberado ilegalmente Alberto Fujimori ha llamado a Dina Boluarte la presidente hasta el 2026 porque existe un pacto de ella con Keiko Fujimori. Tiempo necesario para atrapar todos los poderes y organismos autónomos del Estado Mafioso. El fujimorismo y sus aliados de ultra-derecha ya tienen en sus manos el Congreso, el Poder Ejecutivo, el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, parte del Poder Judicial infiltrado por el aprofujimorismo y la Fuerza Armada; y ahora se van por la Junta Nacional de Justicia JNJ, la ONPE, el Jurado Nacional de Elecciones. O sea el plan del fujimorismo y aliados es reconstruir a plenitud el Estado Mafioso creado en la época de Alberto Fujimori para gobernar el país en “dictadura perfecta” por varios lustros.
Permitir la invasión del fujimorismo puro y duro en el Estado, como viene ocurriendo, significa regresar al abominable y repugnante pasado de la dictadura totalitaria y asesina de la dupla Fujimori-Montesinos. A esta realidad se presta gustosa la fujimorista Dina Boluarte mientras la dejen robar con su hermano Nicanor y le toquen la banda de música rodeada de militares y policías en los actos oficiales a puerta cerrada. Lo peligroso es que este plan de copamiento total del Estado Mafioso se está imponiendo a vista y paciencia de la ciudadanía confundida por la prensa y TV monopólicas que distraen a fondo con peleas y enfrentamientos colaterales entre “blancos” y corruptos de todo pelaje en el Ministerio Público, luego de ser defenestrada la pieza clave del aprofujimorismo, Patricia Benavides; o con idioteces del contrato de Paolo Guerrero por el corrupto e inmoral César Acuña; o con la vaina de revocar el mandato de todos los miembro de la JNJ e inhabilitarlos por 10 años; o con la reorganización integral de las Fiscalías y el despido de los fiscales supremos para empezar. Estas campañas no son casualidad, algunas importantes sin lugar a dudas, sin embargo, NO fundamentales en la lucha emprendida por los pueblos, las cuales son: a) cierre del Congreso y derrocamiento de la dictadura de Dina Boluarte dando paso a elecciones de una Asamblea Constituyente; b) investigación y castigo para los responsables de las matanzas en Ayacucho, Apurimac, Cusco, Puno, Arequipa, Huancayo, Ica, y otras ciudades del país, donde se cuentan, además, miles de heridos y hospitalizados; y c) libertad inmediata del presidente Pedro Castillo derrocado ilegalmente y secuestrado a través de leguleyadas de los jueces supremos corruptos Checkley y San Martín y restitución de Castillo en su cargo bajo el compromiso de convocar a la Asamblea Constituyente.
La transformación automática de Dina Boluarte en fujimorista obedece al ejercicio de una felonía propia de su ser oportunista, narcisista y de mujer sin escrúpulos. Perú Libre fue para ella apenas un trampolín para saltar a posiciones jamás soñadas en su calidad de mediocre funcionaria pública sin principios ideológicos y morales. De ahí la facilidad de cambiar de militancia partidaria sin ningún problema y adscribirse feliz de la vida al fujimorismo para participar en el crimen organizado. Dina Boluarte tenía y tiene en sus manos la alternativa de romper el esquema proyectado por la dictadura que encarna; sin embargo, ella no quiere darse cuenta del papel decorativo que ocupa con su mandil blanco. Bastaría a Dina Boluarte su renuncia irrevocable al cargo de presidente que usurpa, paso previo a la reconstrucción del Perú. NO se puede continuar con la farsa de la “democracia” a punta de “caballazos” congresales vulnerando a diario el sentido común, la ley y la constitución. Contra una consigna política sectaria, aprobada por votación mayoritaria en el Congreso, NO existe razón, ley o constitución que valga. Así se impone la ARBITRARIEDAD, el totalitarismo propio de las dictaduras.
Por ejemplo, las CONSIGNAS sectarias de mantener secuestrado al presidente Pedro Castillo o de inhabilitar a los miembros de la JNJ chocan contra cualquier defensa legal técnica argumentada. Esto significa el triunfo de la prostitución política, del meretricio solapado. Porque si se quiere reformar la JNJ o el Ministerio Público para obtener mayor eficiencia, transparencia y agilidad, cualquier re-estructuración se debe hacer a través de ley y la constitución, de ninguna manera con una intervención política desde el Congreso lo cual significa un mayúsculo atropello al inexistente “Estado de Derecho” pantomima o mascarada de la dictadura cívico-militar instaurada el 7 de diciembre 2022. Pero la intención del Congreso va más allá, y está expresada con todo desparpajo o reto por el corrupto e ignorante, Alejandro Soto, al levantar la voz ante los magistrados de la JNJ y sus abogados en la sesión de la Comisión Permanente diciendo: “pido respeto para el Congreso PRIMER PODER DEL ESTADO” cuando esa figura NO EXISTE en ninguna parte. La Constitución ordena el Equilibrio de Poderes. Y si hay un “primer poder” se rompe ese equilibrio de poderes como mandato Constitucional. Lo extraño ante el exabrupto del tal Alejandro Soto, sujeto impresentable, que nadie sabe como llegó a ser presidente del Congreso, fue que ninguno de los letrados de la JNJ le aclaró a Soto la estupidez que dijo a manera de educar a la ciudadanía que escucha aberraciones jurídicas, educación necesaria, claro no a Soto que es un energúmeno tan igual como Jorge Montoya, ambos imposibilitados mentalmente para adquirir conocimientos y menos sobre el significado de la democracia.

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