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LENIN Y MARIÁTEGUI
Al
cumplirse el centenario del paso a la inmortalidad de Vladimir Ilich
Ulianov, Lenin, estratega y conductor de la Revolución de Octubre que en
1917 derrocó a los zares e inició la construcción de un nuevo orden
social "amasado por los trabajadores": el primer Estado de obreros y
campesinos del mundo, la Asociación Amigos de Mariátegui quiere recordar
su figura, su vida y su obra, y analizar la importancia de su legado en
el pensamiento de nuestro Amauta, en
su opción por el socialismo como una alternativa para América Latina y
en su “declarada y enérgica ambición de concurrir a la creación del
socialismo peruano”, como quería él "sin calco ni copia".
Para
tal fin, y para honrar a estos dos grandes pensadores revolucionarios,
esta tarde contamos con un panel de lujo, compuesto por destacadas
personalidades como: Servais Thissen y nuestro presidente de honor,
Gustavo Espinoza Montesinos.
GUSTAVO
ESPINOZA MONTESINOS es profesor y periodista, es autor de "El optimismo
histórico. José Carlos Mariátegui en nuestros tiempos". Fue dirigente
político, parlamentario y representante de la AAM. Actualmente dirige la
edición peruana de “Resumen Latinoamericano”.
SERVAIS
THISSEN es un educador, ensayista, fotógrafo y cineasta de origen
belga, que reside en el Perú desde 1967. Durante años se dedicó a
recopilar fotografías de José Carlos Mariátegui en un esfuerzo por
desentrañar la historia de la fotografía en el Perú. Esto lo llevó a
empaparse de la vida y la obra del Amauta lo que, tras 35 años de
trabajo e investigación, desembocó en una maravillosa y extensa
biografía ilustrada: "Mariátegui. La aventura del hombre nuevo".
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“La
figura de Lenin está nimbada de leyenda, de mito y de fábula.
-comentaba Mariátegui en setiembre de 1923 en un artículo de la revista
Variedades-. Se mueve sobre un escenario lejano que, como todos los
escenarios rusos, es un poco fantástico y un poco aladinesco. Posee las
sugestiones y atributos misteriosos de los hombres y las cosas eslavas…”
(JC Mariátegui, “Variedades”, Lima, 22 de septiembre de 1923).
Dos
meses después de la muerte del revolucionario ruso, ocurrida el 21 de
enero de 1924, el Amauta escribiría su "Elogio a Lenin":
“Ninguna
vida ha sido tan fecunda para el proletariado revolucionario, como la
vida de Lenin. El líder ruso poseía una extraordinaria inteligencia, una
extensa cultura, una voluntad poderosa y un espíritu abnegado y
austero. A estas cualidades, se unía una facultad asombrosa para
percibir hondamente el curso de la historia y para adaptar a él la
actividad revolucionaria”.
(JC Mariátegui, “Claridad”, Nº 5, Lima, marzo de 1924).
Como dice acertadamente Gustavo:
“...el nombre de Lenin, su vida y su obra, alumbran el camino de
millones de seres humanos en todos los confines del planeta, para
consternación de los filisteos de todos los pelajes y horror de los
opresores, que ven en la lucha por la felicidad humana la amenaza más
cruda a su voracidad sin límite (...) Es claro en nuestro tiempo que
Lenin y Mariátegui son grandes figuras de la Revolución mundial”.
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Lectura de poesía a cargo de Marcela Pérez Silva:
CANTATA A LA MUERTE DE LENIN
Bertolt Brecht
1
El día que murió Lenin,
un soldado de la guardia, según se cuenta,
les dijo a sus camaradas: Yo no quería
creerlo. Fui donde estaba
y le grité al oído: “Ilich,
ahí vienen los explotadores." Pero no se movió.
Entonces supe que de verdad había muerto.
2
Si un hombre bueno se quiere ir,
¿cómo puedes detenerlo?
Haciéndole ver que es útil.
3
¿Qué podría detener a Lenin?
4
El soldado pensó:
Si escucha que llegan los explotadores,
por más enfermo que esté, se levantará.
Aunque sea en muletas.
Aunque sea cargado.
Pero se levantará y vendrá
a luchar contra los explotadores.
5
El soldado sabía que Lenin
había peleado toda su vida
contra los explotadores.
6
Después del asalto al Palacio de Invierno,
el soldado quiso volver a su casa, porque
las tierras de los latifundistas
estaban siendo repartidas.
Entonces, Lenin le dijo: Quédate,
todavía hay explotadores.
Y mientras haya explotación
hay que luchar contra ella.
Mientras tú existas,
tienes que luchar contra ella.
7
Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida,
Esos son los imprescindibles.
(Versión de Marcela Pérez Silva)
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A LENIN
por Roque Dalton
Para los campesinos de mi patria
quiero la voz de Lenin.
Para los proletarios de mi patria
quiero la luz de Lenin.
Para los perseguidos de mi patria
quiero la paz de Lenin.
Para la juventud de mi patria
quiero la esperanza de Lenin.
Para los asesinos de mi patria,
para los carceleros de mi patria,
para los escarnecedores de mi patria
quiero el odio de Lenin,
quiero el puño de Lenin,
quiero la pólvora de Lenin.
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OS INVITO A PENSAR EN ESA MUERTE
por Juan Gonzalo Rose
Amigas, amigos,
¿hay algo más doliente
que la muerte de un hombre verdadero
cuando aún su estación dictaba frutos?
Ya sé, resulta fácil, a veces,
sólo a veces,
cuando alguna amargura el corazón nos colma,
marcharse a ver el mar...
¡Pero qué mar, amigos,
es tierra del olvido, o del consuelo,
para la muerte de este hombre? ¡Qué mar!
Unidos meditemos esta ausencia
ocurrida en el reino de la especie
y en la hora de la pérdida más honda.
En verdad, os digo,
no ha debido morirse José Carlos;
al menos, no tan pronto;
y sin embargo,
cualquier fecha en que se hubiere muerto,
habría sido demasiado pronto.
Lo contemplo pasar
—silueta del combate sin permuta—
en estampas distintas.
Y lo cierto, no sé cuando parece más Mariátegui:
sí uniendo a los obreros en torno de la causa del obrero,
si ejerciendo solares magisterios en Universidades Populares,
si hablando a los poetas de su misión profunda,
o si
sencillamente
es más Mariátegui
sentado
frente a su máquina de escribir,
redactando en el linde de la aurora
los temas de la aurora,
los cantos de la aurora,
las humanas razones de la aurora.
Oigo su voz, amigos,
enseñando entre máquinas y estrellas
las letras del amor elemental:
del amor del oprimido al oprimido,
del amor del diente por la harina blanda,
del amor de la luz por la ventana,
del amor del patrón por el verdugo,
del amor del gerente por el poeta puro.
Amigos, él es nuestro Lenín.
Sólo le falta su octubre rojo;
pero con cada día que transcurre,
octubre está más cerca de su víspera.
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