La situación política nacional,
determinada por la crisis del viejo Estado parasitario de las clases dominantes,
va separando la paja del grano. O se lucha decididamente por el Cambio Social,
cambio de sistema; o simplemente, se sigue con la misma y con los mismos:
cambio de gobierno, de gabinete, de ministros, de congresistas, de
constitución. Toda posición neutral, cae bajo los dominios del cambio de
gobierno de las clases dominantes.
El Estado no es mas
que la fuerza organizada, armada hasta los dientes para sostener la paz armada
de los explotadores sobre los explotados. Las clases dominantes parasitarias y
el capitalismo transnacional son el gobierno permanente de aquel Estado. El
status de su superestructura está determinado por su status jurídico del
derecho burgués, de la gran propiedad privada sobre los medios de producción y
el trabajo esclavizado de los trabajadores. La Constitución Política del
Estado, la ley de leyes, tiene la misión
de conservarla, defenderla, a sangre y fuego, a través de las leyes y el Poder
Judicial. Por eso, dentro de estas condiciones económicas de explotación,
opresión política, dominación ideológica, represión social del pueblo
trabajador, solicitar la reforma de la Constitución o la vacancia o cambio de
gobierno, no es sino repetir el engaño sempiterno de los explotadores que, en
boca del pueblo, se traduce como “los mismos con las mismas”.
El Perú es rico en reformas de Constituciones como en cambios
de gobierno, pues, a lo largo de la vida del pueblo trabajador en la república,
se han sucedido más de catorce veces el cambio de Constituciones, y en mayor
numero, el cambio de gobierno civil y militar, y sin embargo, el hundimiento
del Perú sigue siendo un mal irreversible. Y seguirá siendo, mientras el pueblo
organizado no manda al basurero de la historia a esa clase dominante
parasitaria y su viejo Estado caduco y corrupto.
Demás esta nombrar a
aquellos episodios dramáticos donde el pueblo trabajador peruano lucha por
organizarse para la defensa de sus reivindicaciones del Derecho a una Vida
Digna, del Derecho al Trabajo Emancipado,
del Derecho al Cambio Social, frente a la ofensiva del saqueo sangriento de sus
explotadores, que en nombre del Estado, del país, de la nación, trafica con las
riquezas nacionales a precios de regalo, y cuyos efectos inmediatos, son
pobreza y extrema pobreza de las masas trabajadoras peruanas.
Nadie ignora en estos
momentos el ejemplo a seguir de los Frentes de Defensa del pueblo, aún
dispersos, pero que es una señal de que se va al gran Frente de Defensa del
Pueblo Peruano, a nivel nacional. Las victorias conseguidas en sus luchas, no
serán las definitivas, pero es el rumbo a seguir, a la victoria final: LA PREPARACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN PARA EL
CAMBIO SOCIAL.
Héctor Félix D.
15.05.15
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