CENTENARIO
DEL SOCIALISMO PERUANO
1918
- 22 de junio - 2018
I
Antecedente.
MAXIMALISMO PERUANO
Acontece,
señores, que en esta mansa y desabrida tierra gobernada por el señor
don José Pardo ha aparecido de repente el maximalismo. Aún no
sabemos si ha sido importado de Rusia y de qué modo. Aún no sabemos
tampoco si es el maximalismo ruso o si es tan sólo un maximalismo
criollo. Únicamente sabemos que el maximalismo anda suelto por las
calles que el señor don Luis Miró Quesada pavimenta, barre y riega
solícita y acuciosamente.
Dos
varones esclarecidos nos han notificado de la presentación del
maximalismo en esta tierra. Uno ha sido el minúsculo Alcalde de Lima
señor don Luis Miró Quesada. Otro ha sido el altísimo diputado por
Ica señor don Víctor M. Maúrtua. Uno y otro han interpretado la
idea del maximalismo según su leal saber y entender.
Primero
el minúsculo alcalde de Lima se pudo (sic)de pie para apostrofar a
los escritores que tenemos en una casa de la calle del General La
Fuente nuestro hogar, nuestra capilla y nuestra tribuna:
-Ustedes
son los bolsheviquis peruanos.
Y
ratificó luego su apóstrofe:
-¡Maximalistas!
Nosotros
nos encogimos de hombros, nos sonreímos, continuamos golpeando las
teclas de nuestra máquina de escribir y resignadamente asentimos:
-¿Bolsheviquis
nosotros? ¡Bueno!
Más
tarde, el señor Maúrtua, personaje de nuestras mayores devociones,
se puso de pie en la cámara de diputados. No se puso de pie en son
de contumelia como el señor Miró Quesada. Se puso de pie en son de
ironía para decirles a los señores Maldonado, Barreda y Laos y
Menéndez:
-¡Ustedes
son más revolucionarios que los bolsheviquis rusos!
Pero
el señor Barreda y Laos no asintió con nosotros. Se acordó de que
nosotros habíamos sido llamados bolsheviquis. Se dijo que si
nosotros éramos motejados bolsheviquis, los bolsheviquis eran
indudablemente gentes vituperables en demasía. Y se alzó
denodadamente para rechazar el mote y para que el señor Maúrtua
enalteciera a los bolsheviquis y probara que eran gentes honorables,
bien intencionadas y honestas.
Ocurre
desde entonces que la palabra bolsheviqui y la palabra maximalista se
han enseñoreado en el comentario limeño. Alternativamente las
pronuncia la ciudad con pertinacia y a su antojo. Se mira al señor
don Juan Manuel Torres Balcázar en el umbral de su imprenta y se
piensa que es un bolsheviqui en mangas de camisa. Se mira al señor
don Miguel Echenique pasar por el jirón de la Unión y se piensa
paradójicamente que es un bolsheviqui banquero. Se mira al señor
don Felipe Barreda y Laos y se piensa que es un bolsheviqui
involuntario, pero bolsheviqui siempre. Y se mira nuestra casa del
General La Fuente para exclamar enseguida, de consuno con el
minúsculo señor Miró Quesada:
-¡Allí
están los bolsheviquis peruanos!
-¡Bueno!
¡Muy bolsheviquis y muy peruanos! ¡Pero más peruanos que
bolsheviquis!
José
Carlos Mariátegui
"El
Tiempo",
Sección "Voces",
30
de diciembre de 1917
II
Consecuente.
EXPOSICIÓN
Este
no es un periódico más que viene a servir intereses determinados.
No nos lo consentiría nuestro orgullo de escritores nuevos no
contaminados con ninguna vergüenza ni con ninguna responsabilidad.
Este es un periódico totalmente nuestro. No lo sacamos por cuenta de
ninguna facción política.
Nos
parece indispensable decirlo para que no se nos achaque ni se nos
busque vinculación o afinidad con alguno de los ramplones y
estólidos partidos que, alternándose en el poder, se alternan
también en el desprecio popular.
Sale
"Nuestra Época" en una hora de órganos electorales y de
abigarrados pasquines, grotescos y mercenarios todos, para encender
una luz limpia y firme en medio de tanta tenebrosidad y de tanta
sordidez. Nos proponemos quemar, acaso inútilmente, el organismo
político del país, tan corrompido, ya que tan sólo la acción
material del fuego puede purificarlo.
No
vamos a hacer un periódico de procacidad y grosería. Nuestras
plumas que tan buena y cariñosa hospitalidad reciben en los hogares
de la prensa metropolitana, no son capaces de encallarse ni de
renunciar a los atributos de su dignidad y de su decencia.
Sacamos
este periódico y le ponemos de nombre "Nuestra Época"
porque creemos que comienza con nosotros una época de renovación
que exige que las energías de la juventud se pongan al servicio del
interés público. Y, en plena juventud, comprendemos nuestro deber
de concurrir a esta reacción nacional con toda nuestra honradez y
con toda nuestra sinceridad ardorosas y robustas.
Aportamos
a esta obra el conocimiento de la realidad nacional que hemos
adquirido durante nuestra labor en la prensa. Situados en el
diarismo, casi desde la niñez, han sido los periódicos para
nosotros magníficos puntos de apreciación del siniestro panorama
peruano. Nuestros hombres figurativos suelen inspirarnos, por
haberlos mirado de cerca, un poco de desdén y otro poco de asco. Y
esta repulsa continua nos ha hecho sentir la necesidad de buscarnos
un camino propio para afirmarla y para salvarnos de toda apariencia
de solidaridad con el pecado, el delito y la ineptitud
contemporáneos.
No
crea el lector que NUESTRA ÉPOCA aparece para perfilar dogmas. Es un
periódico doctrinario. Pero no es un periódico que aspira a actuar
presuntuosamente como maestro ni como catedrático. Se equivocará
muchas veces seguramente. Sólo que cuando se equivoque por lo menos
no le habrá pagano nadie su error,
El
programa político de NUESTRA ÉPOCA es bien sencillo. Dos palabras
podrían definirlo: decir la verdad. Esto nos parece que sobra para
exhibirnos emancipados de la tutela de los intereses creados y de las
gentes incapaces que, amparados por esos apellidos sociales y esas
reputaciones falsas que decoran este teatro criollo y estúpido de la
política medrarán a su gusto hasta que la patria deje de ser una
especie de casa de tolerancia con beneficios prácticos para unos
cuantos a costa de la prostitución de los demás.
NUESTRA
ÉPOCA es también un periódico literario. Representará no solo la
capacidad estudiosa y el esfuerzo reformador de la juventud
intelectual a que pertenecemos. Representará asimismo la aptitud
artística. Y la representará con la misma pureza. Aparecerán en
estas páginas prosas y versos selectos de los jóvenes consagrados
ya por el aplauso público.
Queda
así apuntada rápidamente, la significación de NUESTRA ÉPOCA.
Únicamente nos resta una advertencia final y tranquilizante. La de
que, aunque somos literatos, no haremos literatura en la política,
ni haremos política en la literatura.
José
Carlos Mariátegui
Nuestra
Época, Año 1 Nº 1, 22 de junio de 1028
Exposición
III
Referencia.
REMEMBRANZA
Desde
1918, nauseado de política criolla, -como diarista, y durante algún
tiempo redactor político y parlamentario conocí por dentro los
partidos y vi en zapatillas a los estadistas- me orienté
resueltamente hacia el socialismo, rompiendo con mis primeros tanteos
de literato inficionado de decadentismos y bizantinismos
finiseculares, en pleno apogeo todavía.
José
Carlos Mariátegui
Carta
a Samuel Glusberg
Lima,
10 de enero de 1928
IV
Contenido.
EXPLICACIÓN
De
Nuestra Época (julio de 1918) se publicaron sólo dos
números, rápidamente agotados. En ambos números se esboza una
tendencia fuertemente influenciada por España, la revista de
Araquistain, que un año más tarde reapareció en La Razón, efímero
diario cuya más recordada campaña es la de la Reforma
Universitaria.
José
Carlos Mariátegui
7
Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, 1928
El
Proceso de la Literatura (Séptimo ensayo)
Artículo
González Prada
(Nota
18)
V
Nota.-
Con Nuestra Época, primer periódico del Socialismo
Peruano, el Socialismo en nuestro país pasó de la utopía
(Víctor M. Maúrtua) a la ciencia (José Carlos Mariátegui)
Reeditado en facsímile por la Familia Mariátegui-Chiappe, sólo
resta asignarle el lugar histórico que le corresponde: punto
inicial del Centenario del Socialismo Peruano.
La
forma nacional se expresaba ya a fines de diciembre de 1917, a
menos de dos meses de la Revolución Bolchevique, 7 de noviembre de
1917: "¡Bueno! ¡Muy bolsheviquis y muy peruanos! ¡Pero más
peruanos que bolsheviquis!" Ninguna revolución puede triunfar
si no logra adquirir su forma nacional. Basta repasar cualquier
revolución victoriosa para constatarlo.
JCM
logró editar dos números de Nuestra
Época,
22 de junio, 6 de julio. En el primero publicó EL
DEBER DEL EJÉRCITO Y EL DEBER DEL ESTADO;
en el segundo, LA
REORGANIZACIÓN DE LOS GRUPOS POLÍTICOS.
Es decir, desde sus inicios el Socialismo
Peruano comenzó
a analizar el aparato burocrático-militar, expresión visible del
Poder de la clase dominante. Comenzó a cuestionar el tipo de Estado
que había que sustituir.
El
primer artículo sirvió para desarrollar el estilo polémico. El
matón galoneado de turno (entonces teniente y después general),
defendiendo la casta militar agredió físicamente a JCM. Hasta hubo
reto a duelo y crisis ministerial. A la semana, dando por terminado
el incidente JCM comentó: "Pero quiero tener fe en los destinos
del Perú. Para tenerla necesito olvidarme de que se me ha atacado
por haber emitido mis ideas. Y bien, Me olvido de que se me ha
atacado. Un arrebato, un estrépito me parecen cosas muy propias de
la psicología nacional. Y, sobre todo, creo indispensable razonar
por encima de ellas" (El Tiempo, 27-VI-1918), pensamiento
que abre la actual Normativa Frenteunitaria de nuestro
Socialismo.
El
segundo artículo es ahora vital para entender "el primer gran
partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana",
objetivo de la preparación
de la organización,
tarea que ocupará los siguientes lustros de gestión hasta el
Centenario
del Socialismo Peruano.
Todo activista tiene en esta meta un gran objetivo común. Es
tarea de gigantes y para gigantes.
Esta
preparación
de la organización
enfrenta dos crisis: del capitalismo-imperialismo, del
socialismo-comunismo.
Una, de agotamiento; otra, de crecimiento. El capitalismo financiero
no da más como modo de producción. Por eso actúa como fiera herida
con su criminalización de la protesta popular. El socialismo
marxista, el Socialismo Peruano, en esta nueva batalla final
tiene que estar a la altura de su responsabilidad histórica. E
indudablemente, ¡lo sabrá estar!
Este
trabajo indesmayable, generación tras generación era acicateado ya
tempranamente en los versos de JCM, publicados en el diario donde
trabajaba, La
Prensa,
18 de enero de 1915:
Sigue
y triunfa. De faro sirve el odio a la Gloria.
A
la envidia la toma por corcel la victoria.
Sigue
y triunfa: es aurora para el genio el tormento
Entonces,
la próxima meta es el Centenario
del Socialismo Peruano.
Para lograrla,
¡HAY,
HERMANOS, MUCHÍSIMO QUE HACER!
Ragarro
05.01.11
Nota.-
El documento: Centenario del Socialismo
Peruano-1918-22 de Junio-2018, fue concebido y difundido el 05 de enero de 2011 por el
activista Ramón García Rodríguez. Como podrán apreciar los activistas interesados
por ahondar la idea y los pies en el Socialismo Peruano, el documento que
tienen enfrente aporta gran ayuda para orientarse en el trabajo preparativo de
la Conmemoración del Centenario del Socialismo Peruano que, desde que se
difundió tal iniciativa, fue sumido en dudas y contradicciones por otros puntos
de vista respecto al centenario, causando, como era de esperarse, muchas
vacilaciones entre los activistas interesados en él. Desde entonces hasta
ahora, continua el trabajo solidario de preparación de una Comisión
Pro-Centenario del SP. Los activistas o grupos de activistas que
conscientemente se sienten atraídos por esta labor solidaria, les invitamos a escribirnos
y coordinar a través del correo electrónico o el blog de los cuales reciben la
presente información.
Atentamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario