Efraín Gonzales de Olarte, doctor en economía y vicerrector académico, acaba de publicar el libro “Una economía incompleta. Perú 1950- 2007”. En este volumen estudia 57 años de historia económica del país, mediante el análisis de cinco Tablas de Insumo Producto (TIP): las de 1969, 1973, 1979, 1994 y 2007.
¿Cómo ha evolucionado la economía del país desde el año 1950? ¿Es que hemos planteado modelos sostenibles en el tiempo? Estas y otras preguntas son las que trata de responder “Una economía incompleta”. Para ello, Gonzales de Olarte se basa en un instrumento académico valioso: el análisis insumo producto.
El estudio se realiza a partir de las tablas de análisis insumo producto (TIP), elaboradas por el Estado en los años 1969, 1973, 1979, 1994 y 2007. La metodología proviene de la contabilidad, y se trata de tablas en las que se registra las compras y ventas entre diferentes actores de la economía. “Por ejemplo, si yo soy la compañía minera y tú eres la compañía industrial, yo te vendo minerales para que tú los transformes en muebles metálicos; a su vez, para elaborar tus productos, tú le compras al sector pintura, y este sector compra insumos a otro sector”, explica el vicerrector.
Dependencia de la exportación primaria y de la importación de tecnología
Olarte explica que, cada 20 años, el péndulo económico ha cambiado, así ha variado desde un modelo liberal (1950 – 1969), ha pasado a otro estatista con precios controlados (1970 – 1990) y luego ha regresado a una propuesta neoliberal (1990 – a la fecha).El doctor Gonzales de Olarte explica que existen dos conclusiones principales. “En primer lugar, observamos que en 57 años no hemos dejado de ser una economía primaria exportadora, la cual ha incluido otros sectores (semiindustrial y de servicios), pero siempre subordinados al sector exportador. En segundo lugar, vemos que no ha habido innovaciones tecnológicas, la tecnología siempre ha sido importada”, refiere.
El economista detalla que la falta de tecnología es grave debido a que este factor debería determinar las compras y ventas entre sectores económicos. “Una determinada tecnología exige tanto capital o tanto trabajo y para un tipo de capital se necesita ´x´ materia prima o ‘z’ insumo. ¿Qué tipo de tecnología usan las empresas? En función de aquella, se venden y se compran entre ellas. ¿En el Perú, acaso, las compras se han debido al cambio de tecnología? No, en el caso peruano se debe más bien a los cambios en la demanda final. La tecnología del Perú llega desde el extranjero. La importación es fundamental”, señala.
Según Gonzales de Olarte, una economía primaria exportadora con poca actividad tecnológica es una economía incompleta; el factor restante – la industria- tiene la característica de venderle a todo el mundo. “La minería cajamarquina compra algo de petróleo. Antamina compra poco de Áncash, algo de alimentos para sus trabajadores. Pero cualquier industria textil tiene que comprar algodón, lana, tintes, maquinaria, modelos. La industria es el sector que más articula, por eso los países más avanzados son los más industrializados”, observa.
Crear pequeños y medianos empresarios: una misión de Estado
Otra conclusión importante del estudio es que a lo largo del tiempo han habido sectores que han tenido gran productividad y ganancias, y otros que no se han visto beneficiados. “En el año 69, los dueños del Perú eran sectores industriales y agroexportadores, grandes empresarios peruanos. En 1979, el dueño era el Estado, que tenía más de 50% de la propiedad de los activos en el Perú. Desde el 2007, el dueño es nuevamente el sector privado (minería y sectores de servicio), que son, en su mayoría, capitales extranjeros que repatrian sus divisas”, señala. Gonzales de Olarte argumenta que se ha creado una clase media en el sector servicios gracias al aumento de malls, transporte, bancos, entre otros.“¿Quiénes no se han beneficiado? Los campesinos y las pequeñas industrias como Gamarra. Si se tiene dólar barato, se importa todo, desde trigo hasta ropa. El tema es nuevamente la productividad, que es algo que te asigna el mercado. Si el mercado no te favorece, y encima tienes un tipo de cambio favorable al importador, caes. No puedes competir porque estás compitiendo contra un precio ficticio”, comenta.
En este sentido, la autoridad académica llama la atención sobre la necesidad de “completar” la economía con sectores de transformación, de servicio y de exportación no primaria. Para explicarlo, el economista da el ejemplo de chips hechos con papas moradas. “Para exportar, necesitas organización: o una empresa que compre papas a todos o que estos hagan una cooperativa. La pregunta es cómo promueves esta iniciativa”, reflexiona.
“El Estado tiene que ser un promotor de empresarios, no debe esperar a que se crean solos, como dicen los neoliberales. ¿Cómo explicas que en las regiones productoras de minería no haya orfebrería? Especialmente, en un país que tiene la tradición orfebre más maravillosa que hay. Ahí falta una política sectorial. Promover centros de innovación tecnológica, dar créditos más favorables a los exportadores, aprobar la ley de institutos superiores orientados a esto y hacer que sean de calidad. Tenemos que hacerlo ahora: el precio del dólar es atractivo para exportar, el petróleo ha bajado de precio, la exportación de productos mineros se ha deprimido, debemos exportar otros productos”, concluye.
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