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Para centrar el debate en la realidad profunda (2-3)
PROLETARIO - PROLETARIADO
CUATRO
PRINCIPIOS DE COMUNISMO
POR FEDERICO ENGELS, 1847
I. ¿Qué es el comunismo?
El comunismo es la doctrina de las condiciones de la liberación del proletariado.
II. ¿Qué es el proletariado?
El
proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia
exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún
capital; es la clase, cuyas dicha y
pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de
trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los
negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Dicho en
pocas palabras, el proletariado, o la clase de
los proletarios, es la clase trabajadora del siglo XIX.
III. ¿Quiere decir que los proletarios no han existido siempre?
No.
Las clases pobres y trabajadoras han existido siempre, siendo pobres en
la mayoría de los casos. Ahora bien, los pobres, los obreros que
viviesen en las condiciones que acabamos
de señalar, o sea los proletarios, no han existido siempre, del mismo
modo que la competencia libre y desenfrenada.
IV. ¿Cómo apareció el proletariado?
El
proletariado apareció a raíz de la revolución industrial, que se
produjo en Inglaterra en la segunda mitad del siglo pasado y se repitió
luego en todos los países civilizados
del mundo. Dicha revolución se debió al invento de la máquina de vapor,
de las diversas máquinas de hilar, del telar mecánico y de toda una
serie de dispositivos mecánicos. Estas máquinas, que costaban muy caro
y, por eso, sólo estaban al alcance de los grandes
capitalistas, transformaron el antiguo modo de producción y desplazaron
a los obreros anteriores, puesto que las máquinas más baratas y mejores
que las que podían hacer éstos con ayuda de sus ruecas y telares
imperfectos. Las máquinas pusieron la industria
enteramente en manos de los grandes capitalistas y redujeron a la nada
el valor de la pequeña propiedad de los obreros (instrumentos, telares,
etc.), de modo que los capitalistas pronto se apoderaron de todo, y los
obreros se quedaron sin nada. Así se instauró
en la producción de tejidos el sistema fabril. En cuanto se dio el
primer impulso a la introducción de máquinas y al sistema fabril, este
último se propagó rápidamente en las demás ramas de la industria, sobre
todo en el estampado de tejidos, la impresión
de libros, la alfarería y la metalurgia. El trabajo comenzó a dividirse
más y más entre los obreros individuales de tal manera que el que antes
efectuaba todo el trabajo pasó a realizar nada más que una parte del
mismo. Esta división del trabajo permitió fabricar
los productos más rápidamente y, por consecuencia, de modo más barato.
Ello redujo la actividad de cada obrero a un procedimiento mecánico, muy
sencillo, constantemente repetido que la máquina podía realizar con el
mismo éxito o incluso mucho mejor. Por tanto,
todas estas ramas de la producción cayeron, una tras una, bajo la
dominación del vapor, de las máquinas y del sistema fabril, exactamente
del mismo modo que la producción de hilados y de tejidos. En
consecuencia, ellas se vieron en manos de los grandes capitalistas,
y los obreros quedaron privados de los últimos restos de su
independencia. Poco a poco el sistema fabril extendió su dominación no
ya solo a la manufactura, en el sentido estricto de la palabra, sino que
comenzó a apoderarse más y más de las actividades artesanas,
ya que también en esta esfera los grandes capitalistas desplazaban cada
vez más a los pequeños maestros, montando grandes talleres, en los que
era posible ahorrar muchos gastos e implantar una detallada división del
trabajo. Así lleganos a que, en los países
civilizados, casi en todas estas ramas, la gran industria desplaza a la
artesanía y la manufactura. Como resultado de ello, se arruina más y
más la antigua clase media, sobre todo los pequeños artesanos, cambia
completamente la anterior situación de los trabajadores
y surgen dos clases nuevas, que absorben paulatinamente a todas las
demás, a saber:
1.
La clase de los grandes capitalistas, que son ya en todos los países
civilizados casi los únicos poseedores de todos los medios de
existencia, como igualmente de las materias
primas y de los instrumentos (máquinas, fábricas, etc.) necesarios para
la producción de los medios de existencia. Es la clase de los
burgueses, o sea, burguesía.
2.
La clase de los completamente desposeídos, de los que en virtud de ello
se ven forzados a vender su trabajo a los burgueses, al fin de recibir
en cambio los medios de subsistencia
necesarios para vivir. Esta clase se denomina la clase de los
proletarios, o sea, proletariado.
(…)
Editorial PROGRESO, Moscú, 1976
CINCO
MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA
POR CARLOS MARX Y FEDERICO ENGELS, 1847-1848
Prefacio a la edición alemana de 1872
La
“Liga de los Comunistas”, asociación obrera internacional que,
naturalmente, dadas las condiciones de la época, no podía existir sino
en secreto, encargó a los que suscriben,
en el Congreso celebrado en Londres en noviembre de 1847, que
redactaran un programa detallado del partido, a la vez teórico y
práctico, destinado a la publicación. Tal es el origen de este
“Manifiesto”, cuyo manuscrito fue enviado a Londres, para ser impreso,
algunas semanas antes de la revolución de Febrero. (…)
I. Burgueses y proletarios*
(…)
*
Por burguesía se comprende a la clase de los capitalistas modernos, que
son los propietarios de los medios de producción social y emplean
trabajo asalariado. Por proletarios se
comprende a la clase de los trabajadores asalariados modernos, que,
privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su
fuerza de trabajo para poder existir.(Nota de F. Engels a la edición inglesa de 1888) (…)
El
creciente empleo de las máquinas y la división del trabajo quitan al
trabajo del proletario todo carácter propio y le hacen perder con ello
todo atractivo para el obrero. Éste
se convierte en un simple apéndice de la máquina, y sólo se le exigen
las operaciones más sencillas y de más fácil aprendizaje. Por tanto, lo
que cuesta hoy día el obrero se reduce poco más o menos a los medios
indispensables para vivir y para perpetuar su
linaje. (…)
Cuanto
menos habilidad y fuerza requiere el trabajo manual, es decir, cuanto
mayor es el desarrollo de la industria moderna, mayor es la proporción
en que el trabajo de los hombres
es suplantado por el de las mujeres y los niños. Por lo que respecta a
la clase obrera, las diferencias de edad y sexo pierden toda
significación social. No hay más que instrumentos de trabajo, cuyo coste
varía según la edad y el sexo.
Una
vez que el obrero ha sufrido la explotación del fabricante y ha
recibido su salario en metálico, se convierte en víctima de otros
elementos de la burguesía: el casero, el tendero,
el prestamista, etc.
Pequeños
industriales, pequeños comerciantes y rentistas, artesanos y
campesinos, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo,
caen en las filas del proletariado;
unos porque sus pequeños capitales no les alcanzan para acometer
grandes empresas industriales y sucumben en la competencia con los
capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad profesional se ve
despreciada ante los nuevos métodos de producción. De
tal suerte, el proletariado se recluta entre todas las clases de la
población.
El proletariado pasa por diferentes etapas de desarrollo. Su lucha contra la burguesía comienza con su surgimiento. (…)
A
veces los obreros triunfan; pero es un triunfo efímero. El verdadero
resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unión cada vez
más extensa de los obreros. Esta unión
es propiciada por el crecimiento de los medios de comunicación creados
por la gran industria y que ponen en contacto a los obreros de
diferentes localidades. Y basta ese contacto para que las numerosas
luchas locales, que en todas partes revisten el mismo
carácter, se centralicen en una lucha nacional, en una lucha de clases.
Mas toda lucha de clases es una lucha política. Y la unión que los
habitantes de la Edad Media, con sus caminos vecinales, tardaron siglos
en establecer, los proletarios modernos, con
los ferrocarriles, la llevan a cabo en unos pocos años.
Esta
organización del proletariado en clase y, por tanto, en partido
político, vuelve sin cesar a ser socavada por la competencia entre los
propios obreros. Pero resurge, y siempre
más fuerte, más firme, más potente. (…)
Además,
como acabamos de ver, el progreso de la industria precipita a las filas
del proletariado a capas enteras de la clase dominante, o. al menos,
las amenaza en sus condiciones
de existencia. También ellas aportan al proletariado elementos de
educación.
Finalmente,
en los períodos en que la lucha de clases se acerca a su desenlace, el
proceso de desintegración de la clase dominante, de toda la vieja
sociedad, adquiere un carácter
tan violento y tan agudo que una pequeña fracción de esa clase enemiga
reniega de ella y se adhiere a la clase revolucionaria, a la clase en
cuyas manos está el porvenir. Y así como antes una parte de la nobleza
se paso a la burguesía, en nuestros días un
sector de la burguesía se pasa al proletariado, particularmente ese
sector de los ideólogos burgueses que se han elevado hasta la
comprensión teórica del conjunto del movimiento histórico. (…)
La
condición esencial de la existencia y de la dominación de la clase
burguesa es la acumulación de la riqueza en manos de particulares,la
formación y el acrecentamiento del capital.
La condición de existencia del capital es el trabajo asalariado. El
trabajo asalariado descansa exclusivamente sobre la competencia de los
obreros entre sí. El progreso de las industria, del que la burguesía,
incapaz de oponérsele, es agente involuntario,
sustituye el aislamiento de los obreros, resultante de la competencia,
por su unión revolucionaria mediante la asociación. Así, el desarrollo
de la gran industria socava bajo los pies de la burguesía las bases
sobre las que ésta produce y se apropia lo producido.
La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su
hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables.
(…)
Editorial PROGRESO, Moscú, 1976
Nota. Miércoles 29: Segunda de tres entregas. Le sigue la tercera entrega, viernes
1º de Mayo
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
29 de abril de 2020
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