martes, 12 de julio de 2022

EN El DÍA DEL MAESTRO: JULIO PEDRO ARMACANQUI Y LA FUNDACIÓN DEL SUTEP

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EN El DÍA DEL MAESTRO: JULIO PEDRO ARMACANQUI Y LA FUNDACIÓN DEL SUTEP
Saúl Armacanqui M.
El 6 de julio es el “Día del Maestro” y hacen 50 años entre el 2 y el 6 de julio de 1972, en el Congreso de Unificación Magisterial, desarrollado en la ciudad del Cusco, se fundó el SUTEP.
Aquel acontecer histórico venía precedido por la gran huelga magisterial indefinida iniciada el 1ro de setiembre de 1971, liderada por la Federación Nacional de Educadores del Perú – FENEP, y que fuera reprimida el 14 de setiembre con la deportación a España de Julio Pedro Armacanqui, presidente de la FENEP, junto a otros 4 dirigentes magisteriales regionales, pero también al Presidente de la FEP de aquel entonces Rolando Breña; estando comprendido en la misma lista de expatriados Hugo Blanco pero cuyo destino final fue México.
Velasco gobernaba el país. En el ámbito educativo en junio de 1969 el DS 006 dirigido contra la gratuidad de la enseñanza había precipitado la masacre de Huanta y que el maestro Ricardo Dolorier recordaría para siempre con “La flor de la Retama”. Los mineros de Cobriza ya venían teniendo lo suyo con motivo de su pliego de reclamos y entonces había un clima creciente de agitación, que desembocó en la masacre de noviembre de 1971; ciertamente en un periodo político de definiciones, que incluía al interior mismo del controvertido gobierno militar.
Los maestros habían arribado a la década del 70 dejando muy atrás la antigua organización mutualista, profesoral y supuestamente apolítica; más aún ya habían arrinconado y derrotado en vastos sectores al APRA que hasta los años 50 y poco más, había dirigido los gremios magisteriales, pactando sus más sentidas reivindicaciones laborales con la oligarquía Prado-Odriista; de tal manera que en 1964 una coalición de AP-DC- y PC –U, desplazan al APRA de la FENEP, pero que reaccionando en 1966 crea su “propia” FENEP paralela y ya de escasa vida. Hacia 1970 en la verdadera FENEP la prédica del sindicalismo clasista se había abierto paso con la irrupción y el crecimiento de los partidos que se reclamaban tributarios del marxismo y bajo hegemonía del PC-U se había afianzado como la auténtica representación magisterial.
Los maestros del Perú encontraron en organismos como Renovación Magisterial, en dirigentes como Poma Rondinel del PC-U y otros más, pero también en el Frente Clasista Magisterial e igualmente en dirigentes como Victor Caro del PC- BR y muchos más que se enlazaron con otras generaciones de maestros que agrupados en el Comité Magisterial de Unificación y Lucha –COMUL, igualmente levantaron las banderas unitarias desde una postura revolucionaria.
Para entonces el ámbito de diferenciación entre las agrupaciones políticas que se reivindicaban marxistas estaba centrada en la identificación con los “centros internacionales” en medio de la polémica Chino-Soviética.
Si eras de izquierda, o eras Pekinés o moscovita.
Julio Pedro no era ni lo uno ni lo otro. Era identificado como sindicalista, independiente, gremialista. Pero si siempre firme y consecuente defensor de la necesidad histórica de alcanzar la unidad magisterial y entonces en setiembre de 1971 le tocó asumir la responsabilidad de conducir consecuentemente la FENEP y preparar la Huelga Nacional Indefinida. Fue masiva y contundente y al gobierno militar no le quedó entonces otra opción que la prisión y la deportación. Este fue un combativo hito histórico de la lucha y unidad magisterial que al siguiente año se concretó en la fundación del SUTEP.
A Julio Pedro Armacanqui lo que lo inspiraba eran los apus de nuestra comunidad de Laramarca en las alturas de Huancavelica y más aún de nuestros ancestros originarios de los Arma-kanquis en Tiquigua-Ayacucho de donde milenariamente proviene nuestro ayllu. Profundo admirador hasta hoy de José María Arguedas y de su lengua Kechua, jamás perdió el sentido de lo “mágico” del que hablaba el amauta. Por ello tal vez de ninguna manera consideró imprescindible su ubicación en los términos del debate político internacional en boga, lo cual supuestamente definía quien era de izquierda en aquel entonces; pues bien, ni pekinés ni moscovita, pero si socialista. Y alguna carta desde España nos fue dirigida en ese sentido.
Precisemos entonces: él fue parte de esa minoría en la izquierda que, decía que lo que existía en el mundo en lo que se venía denominando “campo socialista”, era en realidad no otra cosa que el “socialismo realmente existente” y que el comunismo no tenía fecha de instalacion como se afirmaba.
Estando preso en el Frontón, en el Sepa y en otras prisiones culminó algunas importantes lecturas entre ellas las de George Orwell y otras que le permitieron zanjar con la burocracia política y sindical, de la cual fue crítico acérrimo.
Sin embargo, tampoco jamás desconoció los progresos en el sentido del avance social de los pueblos y estados de la Europa Oriental y Asia y los países del Pacto de Varsovia.
Fue de esta manera que se hizo un impulsor más del Movimiento Revolucionario Socialista-MRS y en el cual destacaban Aníbal Quijano, Rodrigo Montoya y otros intelectuales que encontraron en la memorable revista “Sociedad y Política” una ventana de expresión; pero también en el MRS convergió hasta sus últimos días con el obrero textil Apolinario Rojas, uno de los propulsores del glorioso paro nacional del 19 de julio de 1977 y además histórico dirigente socialista de la CUAVES.
“La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos” es decir el lema de la I Internacional de Marx era reivindicada en su publicación sindical dedicada al magisterio.
En el congreso fundacional del SUTEP, descartó cualquier participación dirigencial porque no era afecto de ninguna reelección. Fue nombrado Presidente Honorario del SUTEP y en adelante hasta su jubilación siguió siendo dirigente sectorial y nacional.
Durante los duros años de la represión militar fue el responsable del pliego sindical durante las negociaciones con el MEF de la dictadura practicando el frentismo sindical al lado de los dirigentes Horacio Zeballos, su dilecto amigo de años anteriores, así como de César Barrera Bazán, entre otros históricos dirigentes.
Ya en el retiro impulsó la Coordinadora Político Magisterial compartiendo su experiencia con maestros de las nuevas generaciones.
Siempre plenamente optimista sobre un país mejor para los maestros y la patria.
Hoy el cincuentenario de la fundación del SUTEP al cual prestó su concurso vital lo encuentra postrado luchando firme por su recuperación e íntegro en sus convicciones.
¡¡Al maestro con cariño en tu día, porque aprendimos de ti la lealtad y la consecuencia!!
(05/07/2022)
En la foto: César Barrera B., Horacio Zeballos, Merino y J. P. Armacanqui Flores.
(Cortesía Prof. César Barrera )
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