A UN MES DE SU PARTIDA
Hilda Tísoc Lindley,
una mujer de lucha perseverante, honesta y consecuente con sus
principios, nació a la eternidad el 7 de enero del 2017. Ella se fue
lúcida como los grandes, “escuchando su canción preferida: Gracias a la
vida”, filosofando acerca de la muerte y encomendando que se cumpla su
deseo al cerrar definitivamente sus ojos, esos dos luceros que le dieron
tanto, distinguiendo el negro del blanco, avizorando en el cielo su
fondo estrellado y, sobre todo, distinguiendo en las multitudes al
hombre que amó toda su vida. Para el pueblo y para las nuevas
generaciones, queda su trabajo productivo como semilla que germinará y
engrandecerá toda acción de lucha por un mundo mejor, por un Perú nuevo
en el mundo nuevo, por la que luchó y entrego lo mejor de su vida.
En
reconocimiento a su invalorable contribución en la larga lucha por el
cambio social, se adjunta una breve Semblanza de la c. Hilda Tísoc
Lindley, la misma que resume su trabajo productivo tanto en Lima-Perú
como en México.
Cordiales saludos
José Félix D.
060217
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HILDA
TÍSOC LINDLEY
Una
vida productiva al servicio de la humanidad
(1947
– 2017)
“La
vida es lucha, es combate.
Agoniza
quien vive luchando
contra
la vida y contra la misma muerte”
Miguel
de Unamuno
La
lucha ha sido el motor en todo proceso del desarrollo histórico de
la sociedad humana. En los diversos sistemas sociales que se han
sucedido hasta la actualidad, todo cambio social ha sido consecuencia
de un largo proceso de luchas antagónicas entre las clases sociales
(dominantes y dominadas). Vale decir, por una parte la clase
minoritaria que detenta el poder y que funciona como una pentarquía
orgánica de control constituido por el Ejercito permanente, policía,
burocracia, clero y magistratura, que tienen como norte mantener el
viejo orden social al servicio de la clase dominante; y, por otra
parte, las clases populares que luchan perseverantemente por sus más
sentidas reivindicaciones, promoviendo el cambio social, con programa
reivindicativo y prospectivo orientado al progreso y a la prosperidad
del pueblo. He ahí la polarización de las clases sociales en lucha
constante hasta nuestros días. Hilda Tísoc Lindley, mujer de lucha
consecuente y honesta, se orientó resueltamente por el Camino de
Mariátegui, estudiando, investigando, organizando y luchando con el
pueblo, con fe y esperanza por un nuevo orden social, por un mundo
nuevo.
En
el proceso de preparación política y gestión generacional, Hilda
se mantuvo firme y muy segura, asimilando, defendiendo y
desarrollando sus nobles ideales. De allí que vivió intensamente,
sin transgredir los principios de la moralidad socialista hasta el
final de su vida. Es un ejemplo de alta moral de productores que las
nuevas generaciones de luchadores por el socialismo proletario,
sabrán valorarlo y enarbolarlo, en toda acción social conducente a
la conquista de un Perú nuevo en el mundo nuevo.
En
las filas del magisterio nacional, bajo la orientación del Frente
Clasista Magisterial (FCM), constituido afines de la década del 60
de acuerdo a los fundamentos de la Internacional de Trabajadores de
la Enseñanza (ITE-Sección peruana), se fueron difundiendo los
principios del Sindicalismo Clasista y la necesidad de la unificación
del magisterio en su conjunto. Es en el VI Congreso Nacional del
Sindicato Nacional de Profesores de Educación Primaria (SINPEP),
realizado en enero de 1970, que se toma la histórica decisión de
iniciar con el proceso de reconstitución en la vida sindical del
magisterio nacional. Para el efecto se constituye el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Enseñanza del Perú (SINTEP) que
“comprende
a los maestros de todos los niveles de la enseñanza, teniendo en
cuenta que el patrón es uno, la doctrina una, y la organización
como materialización de esa doctrina, también una”.
Al maestro Germán Caro Ríos se le elige Secretario General del
Comité Nacional de Reconstitución del SINTEP, organización que
posteriormente dará paso al SUTEP.
En
setiembre de 1971, se desarrolló una Huelga nacional del Magisterio
Peruano, aun dividido por niveles. Lamentablemente, la traición de
algunos dirigentes de la FENEP, hizo fracasar la Huelga y los
dirigentes que no se doblegaron, fueron deportados a España. El 19
de octubre del mismo año, fallece el maestro Germán Caro Ríos a
consecuencia de un derrame biliar y el análisis de la referida
huelga, por parte del maestro, se quedó en el epígrafe. Sus
colegas que lo visitaron en el hospital, han afirmado que don Germán
Caro se mantuvo lúcido hasta el final. En una de sus conversaciones
llegó a precisar: “que
ironía del destino. Toda mi vida me he pasado luchando y voy a morir
de amarillo”.
Testimonio que quedo grabado en la mente de sus continuadores.
Los
antecedentes sistematizados de las luchas del magisterio peruano,
fueron un gran estímulo para el desarrollo del talento clasista de
la c. Hilda Tísoc Lindley y la de su generación. En las reuniones
programadas y realizadas en diferentes locales escolares de Lima
Metropolitana, a través del debate alturado se fueron desarrollando
las ideas del sindicalismo clasista, comprendiendo a cabalidad los
Principios, Lema y Emblema, aportes históricos de los dirigentes del
FCM y que fueron el sustento teórico y práctico en la constitución
del SUTEP. Toda información teórica se complementaba con la acción
práctica. Lo asimilado se tenía que difundir en cada SUTE Base de
los diferentes sectores sindicales de Lima, donde se tenía
influencia. Las ideas clasistas contribuyeron al fortalecimiento del
espíritu de lucha de los maestros, lo que fue demostrado con
posterioridad en las heroicas luchas frontales del magisterio
organizado contra la patronal.
En
el trabajo de organización y consolidación de los SUTE Base, cómo
no recordar a la c. Hilda Tísoc en el esplendor de su vida,
muy alegre, proactiva, optimista, solidaria, juvenil y fecunda,
llegando puntual con el Volkswagen guerrero para cumplir una larga
jornada de vida sindical, visitando las diferentes escuelas del
segundo sector de Lima que comprendía desde la Av. Grau, Jr.
Washington, Río Rímac y Ancieta Alta, detrás del Cementerio El
Ángel. Específicamente el Cercado de Lima, Barrios Altos, la Huerta
Perdida y Santoyo, constituía nuestra zona de trabajo sindical. De
acuerdo a la planificación, se visitaban los colegios propiciándose
reuniones de maestros para charlas informativas y para la difusión
de la prensa sindical. La capacidad convincente de la c. Hilda,
movilizándose con rapidez, facilitó el ingreso a colegios
impenetrables regentadas por religiosas y Directores pro patronales.
Esta
labor metódica de educación sindical clasista, dio sus frutos. Los
maestros comprendieron los principios del sindicalismo clasista,
fortaleciéndose espiritualmente y organizándose en sindicato. En el
proceso, el SUTE 2do. Sector Lima, se consolidó y cumplió un rol
protagónico en las heroicas jornadas de luchas del magisterio
peruano.
Complementariamente
a la labor sindical, Hilda Tísoc dedicó tiempo a estimular a las
nuevas generaciones de combatientes. Específicamente al grupo
juvenil de teatro Rikchariy que en el primer quinquenio del 70
presentaba la obra “el sueño de un Campesino”, escenificándose
en diversos centros educativos del SUTE 2do. Sector de Lima.
En
la segunda mitad de la década del 70, la c. Hilda Tísoc y familia
viajaron a México pensando retornar pronto. Llevaba un permiso
oficial, sin goce de haber que la exentaba de sus tareas docentes,
con la finalidad de cursar una maestría en Estudios Latinoamericanos
en la UNAM. La dictadura de Morales Bermúdez, siete meses más
tarde, atendiendo una recomendación del FMI de dar baja a quince mil
trabajadores al servicio del estado, la despidió, al igual que a su
compañero de vida, recortando sus posibilidades de retorno.
Participó, desde México, muy activamente en la campaña de
solidaridad con la huelga del SUTEP y contra la dictadura militar,
recorriendo las escuelas normales, visitando las bases del Frente
Magisterial Independiente, las universidades públicas y los locales
de las comunidades del exilio. Participó, estando embarazada de su
primer hijo, en la masiva movilización del magisterio mexicano
frente a la Embajada del Perú. Los intentos de retorno se frustraron
por falta de trabajo en tiempos de crisis.
Radicada
en México, trabajó como correctora de galeras en la imprenta
editorial jurídica Cárdenas, luego como docente en el Colegio
Francés Hidalgo, y temporalmente en el Archivo de la Palabra. Allí
se familiarizó con el registro de historias de vida y de testimonios
del exilio republicano español. Por su cuenta, y en compañía de
Napoleón Conde Gaxiola, entrevistó a veteranos y figuras
prominentes de la izquierda mexicana, todavía inéditas. Dejó
también, las cintas magnetofónicas que registran el testimonio de
Leo Zuckermann Mauss, destacadísimo dirigente cominternista alemán,
quien luchó contra el nazismo dentro y fuera de Alemania y artífice
de la construcción de los Frentes Populares en Europa y primer
vicepresidente de la República Democrática Alemana. Al lado de su
esposo y compañero, entrevistó al escritor Juan de la Cabada, sobre
la estancia de Julio Antonio Mella en México, la cual fue publicada.
Fue en la tierra de Emiliano Zapata donde nacieron sus dos hijos,
Emiliano y Dahil, quienes dieron sentido creador a su existencia
productiva.
Entre
sus obras selectas está su libro “LA AGONÍA SOCIAL DE FLORA
TRISTAN Y EL MOVIMIENTO FEMINISTA”, publicado en 1971 y
digitalizado en el 2009. Para que Hilda publique esta obra, está
clara la influencia de Flora Tristán, una mujer de lucha, de
pensamiento y actitud revolucionaria y precursora del movimiento
feminista que pasó a la historia difundiendo su tesis “Todas
las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que
hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescindibles del
ser mujer”.
Algo más, en el folleto La
Unión Obrera,
Flora Tristán enarbola su programa a favor del proletariado. He ahí
signos puntuales y motivadores para sistematizar ideas de acuerdo a
nuestra realidad. He ahí el valor histórico de la obra de Hilda,
como sustento fundamental del feminismo y socialismo en la lucha por
el cambio social.
Otra
reliquia de la pluma de Hilda Tísoc es sus dos MICRO-ENTREVISTAS a
personaje polémicos que radicaban en México. El primero a Carlos
Quijano (27 febrero de 1978) y el segundo a Eudocio Ravines (01 de
marzo de 1978). Recién, como ella aclara en la presentación, lo
publica en 2013, después de 35 años. Como preámbulo a las
entrevistas, la autora precisa: “Doy
constancia que ambos fueron corteses, pero más parcos de lo que
anhelaba. Quijano me respondió con escaso entusiasmo mientras que
Ravines lo hizo con explicita desconfianza. Al intelectual uruguayo
lo entrevisté en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y al
político peruano en sus oficinas del periódico El Heraldo”.
Cuando ambos intelectuales fallecen en el destierro, la actitud del
pueblo se deja sentir. En junio 1984 murió Carlos Quijano y el
pueblo sintetizó su mensaje en expresiones como esta: “Enseñó a
pensar con claridad”. En enero 1979, Eudocio Rabines falleció
atropellado y en el diario El
Comercio
se publicó una breve nota sin mayor trascendencia. El pueblo lo
ignoró, porque desde la muerte de José Carlos Mariátegui
defeccionó, organizando su propio partido y terminando su vida al
servicio de la reacción. Bien la micro entrevista, motivadora para
conocer el rol del factor humano.
En
la Biografía y testimonio de Jorge Turner, sobre Juan Pablo Chang
Navarro, Hilda Tísoc sistematiza la formación política, militancia
y acción heroica de un revolucionario que formó parte del núcleo
combatiente del Che Guevara. Fiel a sus principios murió en su ley,
luchando como internacionalista por sus nobles ideales. Conjuntamente
con el Che y el combatiente boliviano Simón Cuba, fue capturado en
la quebrada del Yuro (Bolivia) y “pasado
por las armas a mansalva el 8 de octubre de 1967”.
Con estos documentos, la autora reivindica la memoria de un digno
luchador por el cambio social en la Región de América Latina. Es
también autora de varias microbiografías de mujeres peruanas
vinculadas a la intelectualidad de izquierda y a los movimientos
sociales de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo
XX. Varias de ellas han sido publicadas en el blog
https://socialismoperuanoamauta.blogspot.mx.
Y de seguro habrá otras obras de valor, aún inéditas, debido a su
pasión por la literatura.
Siempre
hemos leído en diversas literaturas, manifiestos y también
escuchado en actos de masas la consigna, “cuando un revolucionario
muere, nunca muere”. En efecto, la muerte tiene distintos
significados. Al respecto, el escritor chino
Sima Chien decía: “Aunque
la muerte llega a todos, puede tener más peso que el monte Taishan o
menos que una pluma. Morir por los intereses del pueblo tiene más
peso que el monte Taishan; servir a los fascistas y morir por los que
explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma”.
Entonces, quienes han luchado toda su vida por la liberación de las
fuerzas productivas en función de los intereses del pueblo, el morir
es nacer a la eternidad. Sus ideales plasmados en sus obras, seguirán
vigentes y serán desarrollados por las nuevas generaciones de
combatientes. La c. Hilda Tísoc, llegó para partir de nuevo. Sus
obras iluminarán el camino del pueblo, en las largas jornadas de
lucha por un nuevo amanecer.
Hilda
Tísoc Lindley, luchó dignamente más de un año contra la
enfermedad que la aquejaba. Siempre serena, comprendiendo la crítica
realidad y compartiendo inquietudes con el ser amado, se fue lúcida
como los grandes, filosofando acerca de la muerte y encomendando que
se cumpla su deseo al cerrar definitivamente sus ojos, esos dos
luceros que le dieron tanto, distinguiendo el negro del blanco,
avizorando en el cielo su fondo estrellado y, sobre todo,
distinguiendo en las multitudes al hombre que amó toda su vida.
Partió el 7 de enero del 2017, “escuchando su canción preferida:
Gracias a la vida”. Nos queda su trabajo productivo como semilla
que germinará y engrandecerá las luchas de las nuevas generaciones
por un mundo mejor, por la que luchó y soñó siempre.
Lima-Perú,
24 enero 2017
José
Félix D.
Fuentes:
-
TÍSOC LINDLEY, Hilda. La agonía social de Flora Tristán y el movimiento feminista. Lima, 1971.
-
TÍSOC LINDLEY, Hilda. “Una Biografía de nuestro tiempo, Juan Pablo Chang Navarro (1930-1967)” (1). México, 2016.
-
TÍSOC LINDLEY, Hilda. “Juan Pablo Chang Navarro en el testimonio de Jorge Turner.” México, 2016
-
TRISTÁN, Flora. Biografía.
-
ZEDONG, Mao. Servir al pueblo, Obras Escogidas. Primera Edición, 1968. Páginas 177-78.
-
MELGAR BAO, Ricardo. Testimonio de parte acerca la actividad de Hilda en México.
-
FÉLIX DAMIÁN, José. German Caro Ríos, Vida y Obra. Lima, mayo 2016.
GRACIAS EXCELENTES APUNTES DE LUCHA SINDICAL CLASISTA.
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