El escándalo de corrupción de Odebrecht S. A., una de las corporaciones contratistas de origen brasileño más grandes del mundo, puso en duda la credibilidad y honestidad de muchos gobernantes latinoamericanos.
La corrupción es como una bola de nieve. Una vez que empieza a rodar seguirá creciendo (Charles Caleb Colton, 1780-1832).
©
REUTERS/ Mariana Bazo
Solamente un inocente podría creer que un conglomerado brasileño con 73 años de experiencia, que había creado una unidad especial, la 'Structural Operation Division' (División de Pagos Estructurales), con el propósito de usar sobornos a cambio de contratos, haya sido selectiva en el uso de coimas para su beneficio. Decía el político francés Joseph Fouché (1758-1820) que "todo hombre tiene su precio, lo que falta es saber cuál es".
Lea más: Ecuador y EEUU colaborarán en investigación de caso Odebrecht
Por eso, es difícil de creer que los líderes y gobernantes de Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Ecuador, Panamá, México, Perú, Venezuela, Angola y Mozambique, señalados por la Sección de Fraude del Tribunal del Distrito Oriental de Nueva York, hayan sido propicios para la corrupción, mientras que sus colegas de EEUU, Reino Unido, Alemania, Austria, Suiza, Portugal, Rusia y Emiratos Árabes Unidos han sido inmunes a los ofrecimientos irresistibles de Odebrecht.
©
AFP 2016/ Yasuyoshi Chiba
La Odebrecht S.A., fundada en 1944, tiene actualmente 200.000 empleados y ocupa el 13º lugar entre las corporaciones contratistas más grandes del mundo, con un capital cercano a los 60.000 millones de dólares. Esta corporación proyecta invertir 25.000 millones de dólares en los próximos tres años haciendo énfasis en Estados Unidos, donde viene realizando grandes proyectos desde 1990. Según la oficina de relaciones públicas de esta corporación, Odebrecht hizo obras en West Virginia, Texas, Pennsylvania, Louisiana y en Florida durante estos 27 años, compartiendo el trabajo con 300 pequeñas empresas norteamericanas, que utilizaron 103.000 trabajadores estadounidenses, obteniendo una ganancia de 800 millones de dólares en subcontratos.
Además: Temer, satisfecho con la validación de las declaraciones de los ejecutivos de Odebrecht
Hasta hoy día, Odebrecht USA ha realizado 14 proyectos en Norteamérica, destacándose entre ellos Miami International Airport, Orlando International Airport, Seven Oaks Dam, etc. Además, ganó desde 1990 contratos federales. Mauricio Claver-Carone, el director ejecutivo del US-Cuba Democracy Political Action Committee, de orientación anticastrista, explicó a Miami Herald que Odebrecht siempre trató de "seducir a los comisionados de Miami-Dade por más de una década". Inclusive, la corporación utilizó sus tejemanejes para evitar la Ley de Multas que impuso el Gobierno norteamericano en 2012 a las compañías que hacían obras en Cuba. En aquel entonces, Odebrecht ya estaba renovando el puerto cubano de Mariel y construyendo un ingenio azucarero.
©
REUTERS/ Sebastian Castaneda
No se lo pierda: Interrogan al empresario Marcelo Odebrecht en Brasil
Actualmente, Odebrecht está terminando el contrato de 50 millones de dólares para reforzar los muelles en el puerto de Miami. Nadie en EEUU de los supuestos periodistas de investigación de la prensa globalizada se atreve a investigar la facilidad con que este conglomerado brasileño logra ganar las licitaciones y contratos. Simplemente prefieren catalogar a Odebrecht, como lo hizo Miami Herald (06-10-2013), como "maestro en obtener los contratos públicos". Lo mismo está pasando con sus colegas de la Unión Europea, que prefieren no indagar la posibilidad de sobornos en los países de la unión, evitando así encontrarse con sorpresas de corrupción, tanto nacional como internacional.
©
REUTERS/ Janine Costa
Lo interesante de este destape de corrupción relacionado con Odebrecht fue que empezó con una campaña internacional contra el presidente populista de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2011). El periodista Augusto Zamora escribió en La Insignia en 2005 que "contra Lula se aliaron en una cacería sacrosanta el emperador, el gran capital, la oligarquía, las transnacionales, las empresas europeas y norteamericanas, la CIA y la cúpula militar norteamericana". Posteriormente, esta encrucijada alcanzó a Dilma Rousseff, con el único propósito de terminar con estos dos líderes, que representaban el mayor obstáculo para el saqueo del país por las transnacionales.
©
REUTERS/ Sebastian Castaneda
Más aquí: La muerte del juez de la Lava Jato atrasa la publicación de las confesiones de Odebrecht
Sin duda alguna, como en el caso de cualquier gran corporación, encontraron pruebas de corrupción, saliendo finalmente a la luz Odebrecht. De allí la prensa globalizada 'lanzó barro' a Lula da Silva y a Dilma Rousseff, señalándolos como culpables de todo. Por supuesto, no pudieron probar el enriquecimiento ilícito de ninguno de ellos, pero lograron sacar a Dilma del Gobierno a través de su destitución, promovida por los congresistas de la oposición y por el vicepresidente del país, Michael Temer, que resulta estar también involucrado en corrupción, al igual que la mayoría de los líderes de la oposición en el Congreso.
©
REUTERS/ Sebastian Castaneda
En cada uno de los países latinoamericanos señalados en el documento del DOJ se inició una cacería de brujas. Cada nación eligió a una víctima fácil para tapar a los beneficiados de más peso. Así, en Perú, por ejemplo, toda la acusación se ha concentrado en el expresidente Alejandro Toledo (2001-2006), a quien los medios de todas las tendencias lo señalan como delincuente antes de una sentencia del poder judicial, dando origen a una persecución prácticamente política o, como lo está llamando el mismo Toledo, "linchamiento político".
©
REUTERS/ Janine Costa
Lo extraño también en el caso peruano es que los medios de comunicación, enfrascados en cazar a Toledo, se olvidaron de que Alberto Fujimori facilitó contratos para Odebrecht durante su Presidencia (1990-2000). Igual lo hizo Alan García (1985-1990 y 2006-2011), en ese tiempo, director ejecutivo de Odebrecht en Perú. Jorge Barata "paseaba por el Palacio de Gobierno como por su casa", según el periodista peruano Arturo Cruz (diario Uno, 11-02-2017).
Fuente: Sputnik
No hay comentarios:
Publicar un comentario