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CRISIS DE LA DEMOCRACIA
Su Disolución y Destrucción
A estas alturas, a un año y seis meses del Gobierno elegido y sus dos poderes: Ejecutivo y Legislativo, en sus inicios de julio-2022 a 7 diciembre-2023, con Pedro Castillo como Presidente de la Republica, se anulaban mutuamente como vacancia levantado como bandera de lucha por Legislativo y contestado por el Ejecutivo con la bandera de cierre de Congreso, al final termino con la caída abrupta de Pedro Castillo y luego perseguido y encarcelado por las fuerzas del orden de las FFAA y Fuerzas Policiales por delito de Rebelión por transgresión flagrante de la “Constitución Política del Estado”. Mientras esto sucedía, en los exteriores de Palacio de Gobierno, ese mismo día, en el interior del Congreso apresuradamente se iba al voto de la “vacancia presidencial”, con el veredicto final en ese sentido.
No pasaron unas horas del defenestrado Presidente, el poder Legislativo con el voto de vacancia presidencial en mano, acudió a la pronta presentación en el Congreso de la Vice-Presidente, la señora Dina Boluarte, quien inmediatamente después, juramentaba ante el Congreso como la sucesión presidencial del Presidente Pedro Castillo, ya encarcelado enfrentando un futuro y frondoso expediente judicial por delito de rebelión y otros más. El Poder Judicial se apropiaba de este modo un destino, una vida y dos caminos en la decisión de su sentencia: Absolución o Condenación.
Mirando hacia atrás en la historia de la lucha de clases para encontrar en ella su explicación en el presente, entendamos que el caso político episódico que nos ocupa es pasto superficial de una nueva versión de la “Santa Inquisición”, que, en una sociedad dividida en clases sociales, no es cosa del pasado. Obra con la misma saña y crueldad contra sus opositores, sin importarles sean estos tibios o neutrales.
A estas alturas de la lucha tengámoslo presente y no insistamos en la creencia pueril difundida por la intelectualidad académica, burguesa, que lleva a pensar en la existencia de una “Justicia pura, imparcial, neutral” exenta del poder económico y, por ende, del poder político de la clase dominante de turno.
En la lucha de hoy, como no lo habíamos visto en otros tiempos, se siente más próximo el deslinde franco y radical entre: Hundimiento del Perú o Resurgimiento del Perú. Los términos de esta lucha en el seno del pueblo aún se ubican en el escenario del “Hundimiento del Perú”. Un breve repaso de lo acontecido desde el 7 de diciembre hasta el mes de enero no hacen más que confirmarlo. Veamos. El acontecer político de hoy no es más que un eslabón de la larga cadena que arrastra el pueblo trabajador peruano por más de doscientos años. El Estado que el pueblo peruano tiene enfrente no es sino “la clase dominante organizada”, cuya ascendencia hereditaria viene desde la colonia y a esta clase en el poder político del Estado, el Capital extranjero adhiere y dialoga las transacciones comerciales en nombre del “Estado peruano” con ella, solo con ella. Aquí está la causa del porqué de las masas productoras del Perú en su producción y mercado interior no pueden ser más que dependientes del mercado exterior del capital extranjero. Es una economía colonial que determina su carácter de capitalismo marginal que existe sobre la base de la renta, no de la producción.
A las claras se ve que esa clase dominante jamás concibió un PROGRAMA de desarrollo para el país; peor hoy no lo puede tener en medio de las condiciones de precariedad en que se debate su existencia. Está en la orden del día de las masas productoras peruanas la decisión respecto a la existencia de esa clase dominante parasitaria, caduca y corrupta.
HORA DE DECISIONES.
La Aurora de Nueva Democracia.
Creo es el momento de la lucha realista y concreta en el esfuerzo por cambiar de orientación el pensamiento poniéndose a trabajar en la construcción y afirmación de: UNA GRAN CONFERENCIA CONSULTIVA POLITICA DEL PUEBLO PERUANO. Una idea común: PROGRAMA. Un rumbo solidario: TRABAJO-EDUCACION-SALUD.
A lo largo y ancho del país existen genuinas organizaciones de las masas trabajadoras como los Frentes de Defensa; Asociaciones gremiales, sindicales, etc. cuya legitimidad de su existencia le provee de la autonomía suficiente para por si mismas participar en el gran debate nacional sobre la base de un Programa de Cambio Social para el Resurgimiento del Perú.
De darse este cambio, se estaría radicalmente alejando a las masas de una realidad superficial entrampada por décadas en los escollos insignificantes de cambios de Gobierno y los remiendos de planes de Gobierno por los mismos de siempre como está aconteciendo hoy.
Volteemos el pensamiento y la acción a la Realidad Profunda del Perú, apropiándonos en ella de la visión de “un Perú nuevo en el mundo nuevo”. ¿La Gran Conferencia Consultiva Política del Pueblo Peruano no es acaso el camino en aquella visión?
Héctor Félix D.
08.02.23
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