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Construcción de Perú Integral
VÍCTOR MAZZI Y SU VIDA EN CONSTANTE POESÍA
Víctor Mazzi, forjador del Grupo Intelectual 1° de Mayo
nos abruma con su fina y combativa poesía
Maynor Freyre
Tuvieron la gentileza de traerme a mi casa No descansada vida, poemario que Víctor Mazzi Trujillo dejó listo para su publicación antes de su muerte. Fundador del Grupo Intelectual Primero de Mayo al lado de Leoncio Bueno, Eliseo García, José Guerra y Carlos Loayza justo en el mes de mayo de 1956, y más adelante emitieron un importante documento fechado con el 9 de julio de 1956 donde manifestaban: “Estamos convencidos de que en la clase trabajadora y sus organizaciones de lucha están dadas las bases y el espíritu de la sociedad del futuro, por tanto, es correctamente lógico propugnar la vertebración de un movimiento artístico que, naciendo del seno mismo de la clase trabajadora, promueva sus legítimos representantes y portavoces en el mundo del arte y la cultura”. Traigo a colación este hecho justo ahora que un gobierno popular ha sido ungido mediante el voto popular.
Transcurridos 65 años de tal fundación, leo con fruición los poemas del poeta obrero Víctor Mazzi, donde a todas luces vertebra un título para su libro basado en un verso de Fray Luis de León, aunque su poesía más nos remita por momentos a la dulce voz de Petrarca, tan bien llevada al castellano por el poeta Garcilaso de la Vega. El abuelo de Mazzi fue un inmigrante italiano genovés y Víctor nació en 1925 en el distrito de Apata, en Jauja, aunque según propia confesión a los ocho días de nacido sus progenitores lo trasladaron al asiento minero de Morococha. Pero cuando apenas llevaba cinco años de vida se da la masacre de Malpaso y su padre, enmaderado de la mina, retorna a Apata hasta 1933, para luego seguir un itinerario por Huancayo, San Mateo de Huanchor, Tamboraque, San Bartolomé hasta llegar a Chosica. La peregrinación prosigue, trabajando su padre como carpintero y carrilano, hasta que llegan a Miraflores y de ahí van rumbo a Chilca. Otra vez de retorno a Chosica, donde apenas logra terminar el tercer año de primaria.
Para 1944 ya había dejado los estudios y se puso a laborar al lado de su padre en labores de carpintería y luego como obrero de construcción civil. Es por esa época que se inicia como letrista de canciones y así en 1945 edita el cancionero La lira chosicana, para después, en 1946, fundar con amigos músicos y compositores el centro literario musical “José Vivanco Zambrano”. De forma paralela publica su primer poemario Guirnaldas de canciones a Chosica y en 1947 edita Reflejos de carbón.
Empero, su destino parece ser trashumante, pues en noviembre de 1950 se traslada hasta Paucartambo a laborar en la construcción de la central hidroeléctrica de esa localidad cusqueña, donde junto con otro amantes de las letras conforman la agrupación denominada “Tierra y libertad” con el fin de hacer lectura de poemas y cuentos, debatir sobre arte y literatura mostrando sus propias creaciones. Se cambia el concesionario de la construcción de la hidroeléctrica y el grupo se disemina, retornando el poeta Mazzi a Chosica.
Cuando en 1956 le detectan una afección cardíaca, deja las labores de construcción civil y por recomendación del poeta Alejandro Romualdo Valle entra a trabajar como regente del local del Movimiento Social Progresista que lideraba el periodista Francisco Moncloa Fry, quien le presenta al poeta Leoncio Bueno Barrantes, del cual había leído Mazzi su vigoroso poema “Trinchera roja”. Es así como reunidos con otros cultores de las letras se deciden a conformar el Grupo Intelectual Primero de Mayo. La institución literaria se engrosa con nuevos miembros y entonces emprenden un serie de recitales y exposiciones de poesía mural en el Sindicato de Construcción Civil, en el Sindicato Cristal Ferrand, en la Federación de Empleados Bancarios. en la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, en la Biblioteca Nacional, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, clubes departamentales de Huancavelica, Piura, Arequipa, en el Centro Social Jauja, en el club Huancayo y otras entidades. Las ondas de radio Lima los recibe para recitar sus poemas a través de “La voz del folklore” que dirigía el poeta Octavio Meza Ordóñez. Muchas de estas actividades se reseñaron en los diarios La Prensa, La Crónica, El Comercio y en especial en la revista Cultura Peruana. Además el grupo publicó la producción literaria de muchos de sus miembros en sus cuadernos titulados Prólogo del alba (1957), Nacimiento del cato (1957) y Cuadernos de mayo (1958).
Retorna como operario de construcción civil tanto en Chosica como en Lima, mas su espíritu aventurero lo lleva al puente Anchi de Cajatambo y a Chongoyape en Chiclayo. El GIPM edita tres cuadernos más en 1961, 1964 y 1965 y se forma el Instituto de Cultura de Chosica, desarrollando lecturas de poesía, cuentos, charlas y escenificaciones teatrales.
Para 1966 se inicia como vendedor callejero de libros en un puesto que ubica junto a la entrada del comedor de la entonces Escuela Normal Superior de La Cantuta, el que se va convirtiendo al poco tiempo en lugar de consultas bibliográficas y de debates de asuntos literarios. Gana concursos de poesía en Barranco, en la ACUNI y en el de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional Ingeniería. Ciro Alegría lo incorpora a la ANEA siendo su presidente.
El grupo se expande con otros miembros y publica dos cuadernos más en 1967 y 1969. Entre 1970 y 1976 prosigue con su venta de libros y viaja para ello al Cusco, Piura. Chiclayo, Trujillo, Huancayo y Jauja., dando recitales de poesía y dictando charlas obre poesía proletaria. Prosigue publicando sus poemarios en editoriales de Argentina, Tacna y Lima.
Intervenida militarmente la Universidad Nacional de Educación de La Cantuta, muda su puesto de venta de libros al jirón Camaná de Lima. En 1978 el GIPM es elegido entre 48 agrupaciones artísticas de Lima para presidir la Coordinadora de Trabajadores de Arte Popular e inicia la publicación del boletín Puntos de Clase. La UNMSM le tributa un sentido homenaje. Los viajes prosiguen incansables, esta vez a Tarma. Jauja, Huancayo y Tacna. Invitado por la Cooperativa de Trabajadores de la Educación dicta a lo largo de tres meses un curso sobre Literatura Proletaria. Continúan las actividades del CIPM y al llegar el boletín Puntos de Vista a su número 5 asume su dirección al lado de Carlos Olivera,
Sufre en Chosica los embates de la crecida del río Rímac y pierde su casa, aunque meses después ingresa como investigador del proyecto La generación del 50 en la Literatura Peruana del siglo XX, invitado por el escritor Miguel Gutiérrez Correa, gestor y coordinador del mismo. En 1985 finaliza su investigación “Bibliografía y hemerografía de la poesía de los años 50”. En 1986 es integrado a la Biblioteca Central de la UNE como responsable del Área de Promoción y Difusión de la Biblioteca y Centro de Documentación. Con otros profesores viajamos a Huancayo donde presentó la ponencia “Poesía, creación y crítica”. Como Jefe de Relaciones Públicas de la UNE entre1983 y 1989 tuve la suerte de laborar como su vecino, pues mi oficina colindaba con el local de la biblioteca.
El 12 de febrero de 1989 acaeció su inesperada muerte. Sus exequias se realizaron en el cementerio de santa Eulalia y allí me tocó el honor de pronunciar unas palabras de despedida durante la ceremonia realizada, por gentil encargo de su rector, doctor Milciades Hidalgo Cabrera.
En realidad solo he hecho un compendió de la autobiografía del fino y combativo poeta Víctor Mazzi Trujillo, que como ha quedado dicho, fue en realidad un obrero autodidacta que apenas había llegado a cursar hasta el r tercer año de primaria en un colegio fiscal de Chosica.
Maynor Freyre
FB Omar Meneses / 08.11.2021
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
9 de noviembre 2021
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