A
MANERA DE INTRODUCCIÓN
La
presente investigación se inscribe dentro del tema referido al pensamiento
filosófico latinoamericano. Su objetivo es la significación filosófica del humanismo
y la liberación social en José Carlos Mariátegui. Los antecedentes más notables
de la problemática estudiada se encuentran en las consideraciones dispersas y
no sistematizadas de prestigiosos analizadores de la obra mariateguiana, entre
los que encuentran Leopoldo Zea (México), Augusto Salazar Bondy y Aníbal
Quijano (Perú), Enrique Dussel (Argentina), Francis Guibal (Francia), y los
cubanos Pablo Guadarrama, Joaquín Santana, y Miguel Rojas. Estos pensadores
coinciden en señalar que si bien es cierto que Mariátegui no es un filósofo en
sentido estricto, incluso que ninguna de sus obras, que son todas
recopilaciones de ensayos y artículos, tiene carácter orgánicamente filosófico;
no es menos cierto la presencia de un pensamiento filosófico expresado en la
preocupación por los grandes problemas de la humanidad, la vida y en el interés
manifiesto por la fundamentación de la praxis social.
El
estado de los estudios sobre dicha problemática se caracteriza por la mera
presentación de tesis o, en cambio, sucintos análisis en artículos y ensayos.
Ciertamente la producción teórica contemporánea sobre Mariátegui adolece de la
impostergable necesidad que representa la precisión y sistematización de
aquellas zonas de la meditación que expresan una marcada significación
filosófica. Con la investigación se aspira a desarrollar de manera explícita el
alcance filosófico de la reflexión. En este sentido, el aporte de la tesis debe
verse en la reconstrucción y sistematización de las zonas de la meditación,
cuyo contenido posee una connotación filosófica. Esto constituye una modesta
contribución al propósito planteado por la comunidad de investigadores de la
obra mariateguiana de hurgar en las facetas del legado del pensador peruano no
suficientemente exploradas y, por consiguiente, insuficientemente abordadas en
cuanto a la extensión e integralidad del objeto teórico, debido a la falta de
un desarrollo explícito de la problemática.
Por
otra parte, abstraer la significación filosófica del legado de la obra
mariateguiana permite calibrar con una mayor objetividad los aportes de
Mariátegui al desarrollo de las ideas marxistas y el itinerario del pensamiento
filosófico en América Latina. Se trata de un marxista convicto y confeso que
rebasó con creces el espectro de una concepción estricta de la política desde
el mismo momento que comenzó a desplegar una reflexión filosófica en torno al
humanismo y la liberación social indisolublemente vinculada a las urgencias más
apremiantes del contexto histórico-social mundial y local (realidad peruana) de
la posguerra. Su filosofar distanciado, y a la vez superador de la meditación
especulativa, lo convierte en uno de los pilares del quehacer filosófico de las
primeras décadas del siglo XX en la región y un referente obligado en la búsqueda
de los contornos identitarios de la producción filosófica en Latinoamérica.
El
problema científico de la investigación está constituido por la reflexión
filosófica de Mariátegui, Los estudios anteriores han señalado las influencias
de determinadas fuentes teóricas, haciéndose énfasis en el solerismo,
nietzscheanismo, pragmatismo, freudismo y otras corrientes afines de la
filosofía occidental. De igual manera, se ha prestado atención a la recepción
del marxismo en sus diferentes manifestaciones. En unos y otros casos no se ha
analizado equilibradamente la significación de las diferentes asunciones,
presentándose puntos de vista controvertidos: “marxismo nietzscheano”,
“freudomarxista”, “soreleano ambiguo”, entre los principales. Ante estas
disyuntivas se dará solución al problema de las fuentes teóricas como sistema,
destacando el lugar que ocupa el marxismo entre ellas. Su meditación parte de
un electivismo crítico creador que le permitió conformar un pensamiento del
humanismo, el optimismo, el determinismo, la libertad, la realidad nacional
como totalidad concreta, la revolución social y la práctica. En este sentido se
presenta como problema central la reconstrucción de dichos conceptos -desde una
perspectiva filosófica- por cuanto el autor, objeto de estudio abordó múltiples
aspectos de la cultura, el arte, la política, la religión y la realidad, sin
detenerse a explicar sus alcances filosóficos en stricto sensu. Por eso cabría preguntar: ¿en qué medida hay una
reflexión filosófica de Mariátegui en torno al humanismo y su liberación social?
Las
hipótesis quedan enunciadas de la manera siguiente:
-A través de la investigación del
pensamiento de Mariátegui, se ha insistido en determinadas influencias y
fuentes teóricas hiperbolizándose o minimizándose algunas de ellas. En este
sentido, no ha habido un enfoque sistémico integrador entre los componentes
teóricos de la filosofía occidental marxista y no marxista. A este respecto, se
subraya el marxismo como la principal fuente teórica enriquecido por las
aportaciones de otras filosofías europeas, sobre todo en cuanto a la dimensión
de la subjetividad.
-En su prolífica obra se abordan, entre
otros, aspectos económicos, políticos, artísticos, religiosos, jurídicos,
pedagógicos, sociológicos, psicológicos, et. Dentro de esta multiplicidad de
aspectos culturales y sociales co-implicados existe una reflexión filosófica,
entre cuyos temas predominantes sobresalen el hombre, el optimismo, el
determinismo y la libertad, la emancipación social y la praxis.
-Su meditación filosófica revela un
pensamiento electivo crítico creador, donde los conceptos se co-implican
dialécticamente, en relación de teoría y práctica. Ambas en función de una
realidad específica como expresión de lo universal concreto situado.
El
Capítulo I: Fuentes teóricas del
pensamiento filosófico mariateguiano, aborda, entre otros aspectos, la
lectura que realiza Mariátegui de la crisis mundial de la posguerra en su nexo
con el proceso de conformación crítica de su pensamiento. En este sentido,
recibe una particular atención el contexto ideopolítico italiano (1919-1922),
donde el autor patentiza su filiación temprana al marxismo (1921) y la decisión
de iniciar la actividad socialista en el Perú (1922), lo cual incide
directamente en la interconexión que se establece entre la asunción
crítico-electiva y la problemática filosófica.
Asimismo,
se aborda la recepción crítica del pensamiento marxista a través del proceso de
asimilación de los pilares básicos de la teoría de Marx y Engels y de las
concepciones teórico-políticas de Lenin y Trotsky en el contexto de la fase
imperialista del desarrollo capitalista. Aquí, el electivismo crítico-creador
potenciado por el autor, en función de una problemática filosófica, permite
clarificar cómo el marxismo se convierte en la fuente teórica principal de la
meditación filosófica. Atendiendo al peso específico que en la comunidad de
investigadores ha tenido el vínculo Mariátegui-Gramsci, se dedica un apartado a
esbozar en el nivel de hipótesis las confluencias entre una y otra problemática
filosófica, a partir de la presentación de cuatro direcciones fundamentales,
donde se aprecian puntuales coincidencias.
Por
otra parte, recibe tratamiento teórico lo que concierne al intercambio crítico
del autor con el pensamiento filosófico no marxista. Desde la óptica de la
interconexión que se produce entre el electivismo crítico-creador y
problemática filosófica, quedan clarificados los presupuestos asumidos de
Georges Sorel, Henri Bergson, Federico Nietzsche, Benedetto Croce, Piero Gobetti,
Miguel de Unamuno y Sigmund Freud. En este sentido también se puntualiza en el
distanciamiento que se produce entre Mariátegui y dichos pensadores.
En
el Capítulo II: El humanismo y el
optimismo histórico práctico, aborda, entre otras cuestiones, lo referido a
la concepción del hombre vista en la asimilación de los postulados del marxismo
clásico en torno a la interconexión dialéctica entre individuos-masas populares
en el devenir histórico, lo cual queda evidenciado en el nexo que el autor
establece entre las multitudes y la élite. Asimismo, recibe tratamiento teórico
la visión mariateguiana del hombre en sus dimensiones metafísicas y prácticas,
lo que equivale a la sistematización del vínculo entre el discurso metafísico
del mito y el humanismo emancipatorio conectado a la órbita de la actividad
práctico-transformadora.
De
igual manera, se dedica un apartado al optimismo histórico visto en tres zonas
articuladas indisolublemente: la crítica al escepticismo y el nihilismo
históricos, la crítica estético-artística y la praxis revolucionaria. Aquí, la
sistematización teórica incluye tanto la significación de la meditación en
torno a las concepciones de Oswald
Spengler y José Ortega y Gasset, como al optimismo histórico latente en la
lógica explicativa de la dicotomía arte decadente-arte nuevo y la no menos
importante cuestión concerniente a la filantropía revolucionaria fijada en los
instrumentos movilizadores de las fuerzas del cambio social.
El
Capítulo III: Totalidad concreta y
emancipación social, centra la atención, entre otros aspectos, en el
proceso de interpretación de la realidad peruana como totalidad concreta; en
este sentido se enfatiza en el condicionamiento histórico de dicho proceso,
entendido como la re-creación desde la perspectiva del materialismo histórico
de dicho proceso, del devenir de la estructura económica en su acción recíproca
con los reflejos superestructurales y las tendencias económico-políticas del
desarrollo latinoamericano y mundial, a partir de un manejo eficaz de las
modalidades espaciales y temporales. Lo anterior está imbricado con el diseño
de una realidad nacional, el cual queda desplegado en dos direcciones
principales que evidencian la significación filosófica.
Asimismo,
recibe tratamiento la visión mariateguiana acerca del vínculo entre
determinismo y libertad. Este apartado incluye la lectura del determinismo
filosófico marxista y la libertad, en su dimensión histórico-concreta. También
está en el centro de la atención teórica lo referido a la revolución social y
socialismo, lo cual queda explicitado en dos vertientes fundamentales: la
revolución social en el contexto de la interconexión crítico-electiva y
problemática filosófica, y la significación político-filosófica del proyecto
socialista.
Las
consideraciones sobre dicho proyecto quedan desarrolladas a través del análisis
del proceso de concreción de una voluntad de acción revolucionaria, que se
revela en la puesta en tensión de los factores subjetivos de la transformación
social y en el tratamiento de una creación heroica que brota de la
concientización del pasado y el presente histórico del Perú y de un electivismo
crítico creador.
Antonio Ambrosio Bermejo Santos
José Carlos Mariátegui: Humanismo,
estética y contemporaneidad.
República Bolivariana de Venezuela
Fundación Editorial El perro y la rana
Biblioteca Mariátegui Fundación Imprenta
de la Cultura
2012, 330 págs., 14 x 21 cms. Págs.
31-36
SEMBLANZA
DEL AUTOR
Antonio A.
Bermejo S. (Cuba-1963), doctor en Ciencias Filosóficas y máster en Pensamiento
Filosófico Latinoamericano, profesor titular del Departamento de Marxismo de la
Universidad Central Marta Abreu de las Villas, Santa Clara, Cuba. Coautor y
autor de innumerables publicaciones sobre el marxismo, entre las cuales se
destacan: El socialismo del siglo XXI y la dependencia e identidad de América
Latina. Ha impartido cursos de posgrado en distintas universidades de Cuba,
España, Panamá, Venezuela (UBCV) y México.
Bermejo,
mediante una prosa sencilla, sumerge al lector en una óptica particular donde
se legitima la pertenencia actual del legado de Mariátegui; en la que exalta el
humanismo emancipatorio real (terrenal) que brota del nexo orgánico entre la
reflexión y praxis del pensamiento del Gran Amauta. Un texto en el que queda
justificada la necesidad de la sustitución del capitalismo por el socialismo, y
en el que el autor profundiza en algunas facetas del legado de Mariátegui “no
suficientemente exploradas todavía”. Facetas estas que, mediante tres capítulos
y tres ensayos, Bermejo analiza filosófica y prácticamente: el concepto
mariateguiano de Creación Heroica, la visión de Mariátegui sobre el proceso de
la literatura en Perú y el análisis del socialismo indoamericano en los años
veinte en ese país.
En
fin, una obra grande -donde de manera audaz- el autor hace una interesante
abstracción de la significación filosófica del legado de Mariátegui a fin de
calibrar, con objetividad, los aportes del amauta peruano al desarrollo de las
ideas marxistas y al itinerario del pensamiento filosófico en América Latina;
especialmente en los aspectos culturales, artísticos, políticos y religiosos.
En
texto en el que se destaca, además, el sentir de Mariátegui respecto del
humanismo, el optimismo, el determinismo, la libertad, la realidad nacional
como totalidad concreta; todo dentro de una óptica de revolución social y
práctica.
Contratapa
del libro
Nota.-
La
vida y obra del Amauta Mariátegui cobra creciente actualidad internacional. No
son pocos los trabajos de investigación y ediciones al respecto. Entre ellos
destaca nítidamente en la actualidad el trabajo de Antonio Ambrosio Bermejo
Santos, motivo de la presente serie.
Como
aún es investigación de no muy amplia difusión y sin versión digital, aparte de
la Introducción del Autor, esta serie presentará los resúmenes del Capítulo I:
Consideraciones finales; del Capítulo II: Conclusiones parciales; del Capítulo
III: Consideraciones finales; del Capítulo IV: Consideraciones Finales; y el
Epílogo, realizados por el propio autor. En ellos el marxista cubano expone un
“resumen” de cada apartado, con lo que el lector puede acercarse al contenido
mismo de tan importante obra, hasta lograr alguna edición impresa o digital del
libro.
En
verdad, JCM no escribió obra filosófica alguna. Pero el autor entresaca la
posición materialista implícita a lo largo de la vida y obra de JCM. Parte de
que fue obrero en su temprana edad, y de ahí se elevó a la teoría y práctica
del proletariado. No es casual, pues, que JCM declarada que “me he elevado del
periodismo a la doctrina”
Al
publicar Amauta, JCM señaló que “todo
lo humano es nuestro” Esto se ha pretendido tergiversar señalándolo con
diversos epítetos: nietzscheano, soreliano, freudiano, bergsoniano, croceano, y
tantos más. Y poco o nada se señala que siempre partía de su posición marxista
al analizar y comentar a diversos autores. Esto lo analiza y puntualiza el
analista Bermejo Santos.
Y
lo que siempre resalta el autor es la relación teoría-práctica en JCM. Lo que
se expresa en el interés manifiesto por la fundamentación teórica de la praxis
social.
Teoría
al servicio de la práctica, es el resumen de la vida y obra de JCM
Ragarro
02.12.13
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