-0-
Nuestra América Nativa
AMÉRICA LATINA EN LLAMAS
*Marco A. Gandásegui h.
Análisis
24/10/2019
“Chile en Estado de emergencia, Ecuador en Estado de sitio,
Colombia en crisis humanitaria, Perú en crisis política, Brasil
paralizada, Argentina destruida, Paraguay agotada, América latina en
llamas”. Siete países de Sur América sometidos a los ajustes
estructurales del Fondo Monetario Internacional (FMI) que han sucumbido
al caos político. En la actualidad, son gobernados por el terror y el
hambre. En el resto de América latina la situación es igual o peor:
Haití desgarrada, Honduras destrozada, Guatemala
vive su tragedia, El Salvador bajo el terror y México tratando de
soltarse de las cadenas.
América Latina, en gran parte, ha sido penetrada como nunca por
la política de EEUU y los ajustes de su brazo financiero, el FMI. Los
ajustes del FMI son iguales para todos los países de la región.
Comienzan con una primera torcida del brazo, eliminando
o reduciendo los gastos públicos. Sigue la aplicación del ‘shock’
privatizando todos los bienes públicos, ahorros de los trabajadores
acumulados durante décadas en cuestión de unos pocos decretos. El
siguiente paso es ‘flexibilizando’ la relación entre los
trabajadores y los dueños de la propiedad (empresarios), que reduce en
forma significativa los salarios.
La aplicación de los ajustes las realizan regímenes ‘fuertes’.
Tienen que convencer por las buenas o por las malas a los trabajadores
que su sacrificio es para el beneficio del país. Las medidas represivas
van de acuerdo con la resistencia del pueblo:
Pinochet en Chile, Fujimori en Perú, Salinas de Gortari en México y
tantos otros. En Panamá los ajustes del FMI favorecieron a los dueños
del capital de manera extraordinaria. En la década de 1970, el 66 por
ciento de la riqueza producida en el país formaba
parte de la masa de salarios que recibían los trabajadores. Para
principios del siglo XXI la relación se había invertido, el 66 por
ciento de las riquezas iban a los empresarios y sólo el 34 por ciento
restante llegaba a los trabajadores y sus familias.
La aplicación de los ajustes van acompañados de promesas vacías
que adormecen a los trabajadores por un rato. La promesa más popular que
ofrecen los gobiernos de los empresarios es que la concentración de las
riquezas entre los más ricos tiene un límite.
La acumulación de riquezas pronto rebasará el vaso y caerá como un
‘chorro’ para beneficiar a los trabajadores y otros sectores que se han
empobrecido. La promesa nunca se hace realidad. Al contrario, la pobreza
se hace cada vez más intolerable y se rompe
toda clase de comunicación entre ricos y pobres, entre capitalistas y
trabajadores.
El siglo XXI ha visto explosiones sociales en toda la región como
consecuencia de las políticas de ajuste. En Argentina ya lo
experimentaron dos veces. En Perú y en Ecuador también. En Haití es un
Estado permanente de insurrección y represión. Lo que
algunos llamarían un ‘empate catastrófico’. A fines del siglo pasado y
principios del actual, las medidas de ajuste (neoliberalismo)
demostraron que eran inútiles. Le permitieron a los dueños del capital
apropiarse de más riquezas, creando personajes con miles
de millones de dólares en sus haberes. Pero, al mismo tiempo, lanzando
por el precipicio de la pobreza a decenas de millones de trabajadores.
La receta neoliberal probó ser insostenible.
Para enfrentar el caos provocado por EEUU y el FMI en América
latina, surgieron los gobiernos democráticos llamados ‘rosados’. Chávez
en Venezuela, Correa en Ecuador, Kirchner en Argentina, Lula en Brasil,
Zelaya en Honduras, los gobiernos frentistas
en Nicaragua y El Salvador, presentaron programas de gobierno más
favorables para los trabajadores. Las oligarquías de esos países se
declararon en estado de guerra. Recibieron el apoyo de lo que llamaron
la ‘sociedad civil’ (clase media alta) y EEUU. En muchos
casos la reacción tuvo éxito. En otros, la resistencia logró contener a
EEUU (Venezuela, Bolivia) pero a un costo muy elevado.
EEUU se lanzó contra las consignas de Chávez, Lula, Kirchner, Evo
y Correa quienes proclamaban cambios e, incluso, en algunos casos el
socialismo (à la Bernie Sanders). Sin embargo, el FMI rechazó la idea de
distribuir las riquezas nacionales de una
manera más justa. Las insurrecciones recientes en Honduras, Argentina,
Ecuador y Chile son muestras del fracaso de políticas que empobrecen a
los pueblos. La única fórmula que puede tener éxito para los países de
la región es la unidad regional. Un solo bloque
puede enfrentar a las potencias mundiales y sus instrumentos
financieros.
24 de octubre de 2019
*-
Marco A. Gandásegui, hijo, es profesor de Sociología de la Universidad
de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios
Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)
Del mismo autor
-América Latina en llamas
24/10/2019
-Seguimos improvisando en el debate de las reformas constitucionales
17/10/2019
-Trump y Kissinger, los grandes disruptores
10/10/2019
-The invented ‘migration crisis’
04/10/2019
-La ‘crisis migratoria’ fabricada
03/10/2019
-Hong Kong y Panamá
19/09/2019
-La revista TAREAS le rinde homenaje a Ricaurte Soler
12/09/2019
-Latin America and the US: The chains of indebtedness
10/09/2019
-América latina y EEUU: Las cadenas del endeudamiento
05/09/2019
-Las APP son ‘máquinas’ para promover la corrupción
29/08/2019
[alai-amlatina] Alainet.org Al Día - 24/10/19
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
29 de octubre de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario