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NAN. Ecuador: ¡tumbaron el paquetazo!
ECUADOR:
ANTE LA CRISIS, UNA SALIDA SOCIALISTA
Por RyR
Ecuador vive horas terribles en este momento a raíz de un
“paquetazo” decretado por el presidente Lenin Moreno. El mismo consiste
en medidas de ajuste tanto fiscales, laborales, o económicas. La
principal medida que desató el conflicto, fue la eliminación
del subsidio y liberación de los precios del combustible, que los elevó
automáticamente en un 135%.
Rápidamente los transportistas (cooperativistas y taxistas)
anunciaron un paro, realizando barricadas, organizando movilizaciones en
las que participaron otros gremios y estudiantes, derivando un paro
total. Producto de las protestas, Lenin Moreno decretó
el estado de excepción, que implicaba la posibilidad de restringir el
derecho de la libre circulación, emplear fuerzas armadas para el control
público, e imponer censura previa a la prensa. La Justicia, limitó
dicha situación a un plazo máximo de 30 días,
aunque prohíbe todo exceso de uso de la fuerza.
También decretó el toque de queda en los alrededores de los
edificios públicos después de las 20 horas. Esto derivó en
enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en las
calles a nivel nacional. Los números de las protestas indican
que se produjeron 14 heridos entre los manifestantes, 59 entre las
fuerzas policiales, 477 detenciones, y un muerto en la provincia de
Azcuay, producto de ser atropellado por auto durante una de las
protestas. Si bien los transportistas anunciaron el levantamiento
del paro, la calma aún está lejos, ya que la Confederación Nacional de
Indígenas de Ecuador (CONAIE), la organización social más poderosa,
convocó a una movilización nacional hacia Quito, donde los sectores
“indígenas” se movilizarán reclamando contra el aumento
del costo de la vida que les implica la suba de alimentos y
transportes. En realidad, la CONAIE nuclea población desocupada, obreros
rurales, “cuentapropistas” y un conjunto de realidades obreras que
expresan la explosión de la sobrepoblación relativa en Ecuador
De hecho, tienen reclamos obreros como obreros que son. Por este
motivo, el martes, Lenin Moreno se vio obligado a trasladar el gobierno a
Guayaquil, justo un día antes de que la CONAIE confluya con la central
sindical CUT en un paro con movilizaciones
en Quito. Si bien Moreno dijo estar dispuesto a dialogar con la CUT y
la CONAIE, las mismas rechazaron el diálogo hasta tanto no retrotraiga
las medidas.
Vale aclarar que la CONAIE ha tenido protagonismo en las luchas
de la clase obrera que echaron a siete presidentes en 10 años. Entre
1996 y 2007 pasaron Bucaram, Arteaga, Alarcón, Mahuad, Noboa, Gutiérrez,
y Palacio. Todos ellos gobernaron bajo un torrente
insurreccional, que solo Correa pudo controlar casi hasta el final de
su gobierno
Parte de la capacidad Correa para capear esa crisis, fue la
alianza que estableció con la CONAIE, aunque la misma terminaría
rompiéndose a finales de su mandato en 2015, donde la entidad decidió
apoyar a Paco Moncayo, del partido Izquierda Democrática.
La CONAIE ha llevado a las insurrecciones obreras a una alianza
con la burguesía de manera constante, comenzando con Lucio Gutierrez en
2003, que terminaría aplicando un ajuste idéntico al de Moreno, Rafael
Correa en 2007, y Moncayo en 2015
Su intervención en estas movilizaciones se centra solo en el FMI,
incluso en un comunicado han rechazado cualquier vinculación con el
“golpismo” correísta, a quien tildaron de oportunista y echaron a ex
funcionarios de sus movilizaciones. Es decir, para
evitar que esta crisis vuelva a quedar en manos de la burguesía, es
necesario superar el programa reformista de la CONAIE
Ecuador vive una desocupación y una precarización laboral
escondida. Según las cifras oficiales, el desempleo es del 4,4%. Sin
embargo, el subempleo oscila entre el 20% oficial. Pero el propio
ministerio de trabajo reconoce que entre subempleados y desocupados
abarcan un 61% de la PEA, y es subvencionada con siete programas de
planes sociales, que para poco alcanzan. Esa realidad no es nueva, sino
que es parte de un problema que se arrastra desde los tiempos de Correa.
Ese es el sustrato real de la rebelión.
El plan de Moreno no se agotaba solamente en elevar el precio de
la gasolina. Dentro del resto del paquete, encontramos medidas que
apuntan a reducción de salarios, como la renovación de contratos de
trabajo ocasional con una reducción salarial del 20%
y el impuesto mensual sobre trabajadores de las empresas públicas.
Otras medidas tienen que ver con subas de impuestos como el
aumento del aporte empresarial por trabajador o a las ganancias
empresariales superiores a los 10 millones de dólares anuales. Otras
vinculadas con una reforma laboral, como una nueva reglamentación
para el teletrabajo, así como también la implementación, aún no
especificada, de nuevas formas de contratos. Dentro de las medidas
también aparecen algunas que apuntan a liberar de impuestos algunas
importaciones de tecnologías y automóviles con el fin de
poder atraer inversiones. Finalmente, se anuncia un bono mensual de 15
dólares mensuales para 300.000 familias de bajos ingresos y 1.000
millones de dólares para créditos hipotecarios a una tasa de 4,99%
anual.
Como vemos, las medidas anunciadas son de un ajuste brutal sobre
la economía. Estas medidas no son tomadas por algún ataque de odio de
Moreno, sino que responden a un hecho concreto. Ecuador requiere de
realizar un achicamiento del déficit fiscal, que
ronda el 3% del PBI actualmente.
Esto a su vez se da en el marco de una caída del principal
ingreso de la economía ecuatoriana, el petróleo, que obligó a Ecuador a
anunciar su salida de la OPEP. La razón, se debe a que la política de
topes impuestas por los países árabes que mantienen
un precio relativamente bajo del petróleo, perjudican la economía
ecuatoriana. De esta manera, Ecuador pasó de tener una balanza comercial
negativa de 0,37% del PBI en 2009, a 0,47% en 2018, teniendo dos picos
negativos de 2,84 y 2,14 en 2010 y 2015. Producto
de esto, las reservas pasaron de 6.689 millones de dólares en 2014, a
4.849 en 2019, es decir una caída del orden del 25%.
El PBI, por su parte, pasó de crecer al 7,8% en 2011, para
comenzar tener tasas de crecimiento inferiores al 5% hasta el 2016
cuando tuvo una tasa negativa del 1,2%. Si bien se recuperó en 2017, se
prevé que este año volverá a caer medio punto.
O sea, la crisis comenzó con Correa y le estalló a Moreno. Vale
recordar que la economía ecuatoriana está dolarizada, por lo que el
gobierno se ve imposibilitado de emitir dinero o devaluar, cancelando la
posibilidad de hacer un ajuste vía inflación,
dejando solo la posibilidad de recorte y baja salarial
Por esta crisis, Moreno acordó un préstamo con el FMI por 4.200 millones de dólares a desembolsar en 3 años.
El FIT,(argentino) ha denunciado que el ajuste es producto de la
alianza de Moreno con el FMI, como propone en su convocatoria a
movilizar el viernes a la embajada de Ecuador bajo la consigna “Fuera
Lenin Moreno y el FMI”. No deja de ser curioso lo rápido
que el FIT plantea está consigna, teniendo en cuenta su resistencia a
plantear la consigna “Fuera Maduro” para Venezuela. Olvidan además los
datos elementales que muestran la crisis por la que atraviesa Ecuador
previo al acuerdo con el FMI, y que es por dicha
crisis que se endeuda y no a la inversa.
Pero olvidan también que el ajuste comenzó con Correa, quien ha
salido a decir que Moreno es un traidor que rompió la constitución para
imponer el neoliberalismo. Bajo su gestión, el Estado ecuatoriano había
retirado su aporte del 40% al IESS (Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social), algo que luego fue declarado
anticonstitucional por la Justicia. Durante su último año de gobierno,
Correa también recortó el gasto social, aumentó el desempleo y el
subempleo. Antes de esto, había sancionado el Decreto 016
que aumentaba el control sobre las organizaciones sociales,
obligándolas a dar cuenta frente al Estado de sus reuniones. Dicho
Decreto fue eliminado por Moreno ante su asunción.
Ecuador ha comenzado a expresar el ciclo que se está desatando en
el resto de América Latina. Dicho ciclo no consiste en un retorno al
neoliberalismo de la mano de una derecha democrática, sino más bien al
agotamiento de los bonapartismos que se erigieron
a principios de este siglo.
Luego de estallidos sociales masivos en Argentina, Bolivia,
Ecuador, y Venezuela, surgieron gobiernos que, apoyados sobre el boom
del precio de las commodities, lograron cooptar dichos movimientos y
conseguir restablecer las condiciones capitalistas
en cada uno de esos países. A estos se sumaron gobiernos que siguieron
el clima del contexto latinoamericano expresando una política
reformista, como el PT en Brasil o el Frente Amplio en Uruguay. Sin
embargo, ninguno realizó transformaciones estructurales
en cada uno de esos países.
Dicho de otra forma, ninguno de estos gobiernos constituyó, o
intento al menos, una alternativa al sistema capitalista. De esta forma,
ninguna astucia gobernante se impone a las leyes del capitalismo, que
tarde o temprano imponen las condiciones de juego.
La caída del precio de las commodities, obliga a los gobiernos
capitalistas tener que llevar adelante un ajuste sobre los obreros, que
se expresa en el aumento de precios, recortes, bajas de salarios,
reforma laboral y jubilatoria. En algunos casos, el ajuste
comenzó con estos gobiernos (Cristina, Dilma) y siguió de manera más
frontal con los gobiernos opositores (Macri, Temer, Bolsonaro). En otros
casos, son los mismos gobiernos los que llevan adelante ese ajuste,
Maduro de manera bestial en Venezuela, y de manera
más solapada Evo Morales en Bolivia.
En Ecuador, el ajuste está siendo llevado adelante por el
“Scioli” de Correa, por lo que este rápidamente lo acusó de traidor,
olvidando que fue el quien sentó las bases del ajuste.
Ahora, quieren vendernos que nos encontramos frente a una
dicotomía. Progresismo versus neoliberalismo. Nacionalismo versus
imperialismo. Los pueblos frente a la derecha.
El único enfrentamiento real, es de los obreros contra la
burguesía, del socialismo frente al capitalismo. Si queremos dejar ser
siempre nosotros, los obreros, los que siempre sufrimos las crisis del
capitalismo, debemos enfrentarlo abiertamente incluyendo
a todas sus representaciones políticas. Por eso, es fundamental en
Ecuador realizar una Asamblea de todos los trabajadores, que decida un
programa de salida a la crisis y un plan de lucha de conjunto.
Por su parte, la izquierda no puede permanecer ajena a la crisis
regional: Argentina, Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela. Esta crisis
regional exige una organización regional real de la izquierda
revolucionaria que plantee una salida socialista.
¡Fuera Lenin Moreno!
¡Que se vayan todos!
Por una asamblea de trabajadores en Ecuador
Por un Congreso Regional de la Izquierda Revolucionaria
Razón y Revolución - 10/10/19
Comunicate
13.OCT.19 | Posta Porteña 2057
de: Info Posta <vamosquevamos@infoposta.com.ar>
responder a: Info Posta <vamosquevamos@infoposta.com.ar>
para: (...)
fecha: 13 oct. 2019 23:39
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
16 de octubre de 2019
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