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DE LA PANDEMIA Y LA CRISIS ECONÓMICA A LA RETOMA DEL OBJETIVO POLITICO DE CLASE
Por Gustavo Pérez Hinojosa
¡Viva la Comuna de París!
¡Viva la lucha de los trabajadores por un mundo mejor!
Por Gustavo Pérez Hinojosa
Por primera vez en mucho tiempo nos toca conmemorar el 1° de Mayo, sin manifestaciones
ni actos públicos, por las medidas de Cuarentena dictadas por la
Emergencia generada por el COVID-19. No obstante ello nos permite
reflexionar en torno a esta fecha y a los objetivos de clase de los
trabajadores.
Desde su
institución oficial, el 1° de Mayo de 1886 se ha constituido en una
fecha a rememorar por marcar un hito en la lucha de los trabajadores por
sus derechos laborales y sociales. Así ésta con los mártires obreros de
Chicago implica la conquista mundial de la jornada laboral de 8 horas,
que permitiría a su vez 8 horas de descanso y 8 horas de estudio,
permitiendo la recuperación y conservación de las fuerzas físicas e
intelectuales gastadas en la jornada laboral, y la preparación teórica
de los trabajadores para futuros combates. No obstante, por mas de un
siglo la conmemoración de esta fecha ha permitido ensombrecer o llevar
al olvido una fecha aún mas importante para los trabajadores en camino a
la justicia social y política : el 18 de Marzo de 1871, la Comuna de
París, la conquista del poder político por los trabajadores y la
sustitución del Estado burgués por una organización democrática generada
desde las bases, los Concejos Comunales o Municipales. Si el 1° de Mayo
de 1886 significa una conquista en la lucha entre capital y trabajo en
el seno del proceso productivo el 18 de Marzo de 1871 significa una
conquista en el gobierno del destino social y político de los
trabajadores poniendo en tela de juicio la misma propiedad de los medios
de producción y el proceso de enajenación explotación de la plusvalía; y
su aplastamiento bárbaro e inmisericorde nunca debe velar su
importancia e impedirnos seguir recogiendo sus imperecederas lecciones.
Tras el 18 de Marzo de 1871 y venciendo el terror de su represión
vendrán conquistas de clase parecidas para los trabajadores como la
Revolución de Obreros, campesinos y soldados de Octubre de 1917, en
Rusia, y trás ella, la Revolución China, la Revolución Coreana, la
Revolución Vietnamita y la Revolución Cubana. No obstante el heroísmo y
la audacia de la conquista del poder político en estas importantes
experiencias terminaran, lamentablemente, haciendo serias concesiones de
clase a la burguesía, el capitalismo y el imperialismo, como son el
mantenimiento del poderoso y centralizado aparato estatal heredado de la
burguesía, en desmedro de las experiencias democráticas comunales de
los trabajadores, y el mantenimiento y desarrollo de las fuerzas
productivas capitalistas en la creencia que éstas serían neutras y no
tendrían carácter de clase (caso del taylorismo “socialista”),
concesiones que terminaron por minar las experiencias revolucionarias
mencionadas dejándolas inconclusas, sin dejar de reconocer sus avances
en materia organizativa de salud y educación, etc.
Entender ésto
nos permitirá comprender que ni la experiencia de construcción
socialista de Lenin, Stalin y Trotsky estaba exenta de errores, y por
tanto su recuperación no es una solución socialista revolucionaria, ni
la profundización del capitalismo de Estado, posterior a Stalin, sin
éstos tampoco, y nos permitirá retomar el legado revolucionario original
de Marx sobre la organización comunal o soviética y la producción
socialista, afortunadamente más afín al legado socialista revolucionario
del Amauta José Carlos Mariátegui sobre las comunidades andinas y la
cooperación comunal. Ello a su vez nos permitirá romper con la condena
positivista de creer en el “progreso capitalista que conllevará al
triunfo socialista” y en el supuesto desarrollo lineal ascendente de la
historia, que inmovilizó y desarmó a los trabajadores en mas de una
ocasión histórica, y retomar la tarea de detener al capitalismo antes
que éste termine por acabar con la naturaleza y la vida del planeta.
En el día de hoy, dispersos y encerrados por la cuarentena sanitaria,
suspendidos de nuestro vinculo laboral, prohibidos del comercio
ambulatorio, de “moto taxear” o prestar servicios individuales de
gasfiteria, carpinteria y albañilería e incluso de volver a nuestras
provincias de origen, les dejo estas polémicas reflexiones que si rompen
el pasivismo social y el congelamiento teórico, ya habrán empezado a
lograr un objetivo.
¡Viva el 1° de Mayo!¡Viva la Comuna de París!
¡Viva la lucha de los trabajadores por un mundo mejor!
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