sábado, 26 de marzo de 2022

TREDSA en Costa-Sierra-Selva (1-3)

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TREDSA en Costa-Sierra-Selva (1-3)

 

1.- TRABAJO

 

El destino del hombre es la creación, vale decir liberación.

El hombre se realiza en su trabajo.

 

Para identificar el pensamiento del doctor Deústua y percibir su fondo medioeval y aristocrático, basta estudiar los prejuicios de que está nutrido. El doctor Deústua sustenta ideas antagónicas no sólo a los principios de la nueva educación, sino al espíritu mismo de la civilización capitalista. Su concepción del trabajo, por ejemplo, está en abierta pugna con la que desde hace mucho tiempo rige el progreso humano. En uno de sus estudios de filosofía de la educación, el doctor Deústua expresaba sobre el trabajo el mismo concepto desdeñoso de los que en otros tiempos no consideraban carreras nobles y dignas sino las de las armas y las letras.

“Valor y trabajo, moralidad y egoísmo -escribía- son inseparables en el proceso integral de la humanidad, pero su rol, muy diferente en el tal proceso, lo es también ante el proceso de la educación. El valor libertad educa; la educación consiste en la realización de valores; pero el trabajo no educa; el trabajo enriquece, ilustra, da destreza con el hábito; pero está encadenado a móviles egoístas que constituyen la esclavitud del alma; el mismo móvil de la vocación por el trabajo que introduce en él la felicidad y la alegría, es egoísta como los demás; la libertad no nace de él; la libertad se la comunica el valor moral y estético. La ciencia misma que en cierto modo educa disciplinando la actividad cognoscitiva, ordenándola con el método deductivo o favoreciendo su función intuitiva con sus inducciones, el llamado valor lógico no lleva al trabajo ese elemento de libertad que constituye la esencia de la personalidad humana. Puede el trabajo contribuir a la expansión del espíritu mediante la riqueza material que produce: pero esa expansión puede ser muchas veces signo del impulso ciego del egoísmo; podría decirse que lo es en la generalidad de los casos; y entonces no significa verdadera libertad; libertad interior, libertad moral o estética; la libertad que constituye el fin y el contenido de la educación”

Este concepto del trabajo, aunque sostenido por el doctor Deústua hace unos pocos lustros, es absolutamente medioeval, netamente aristocrático. La civilización occidental reposa totalmente sobre el trabajo. La sociedad lucha por organizarse como una sociedad de trabajadores, de productores. No puede, por tanto, considerar el trabajo como una servidumbre. Tiene que exaltarlo y ennoblecerlo.

Y en esto no es posible ver un sentimiento interesado y exclusivo de la Civilización de Occidente. Tanto las investigaciones de la ciencia, como las intuiciones del espíritu, nos iluminan plenamente. El destino del hombre es la creación, vale decir liberación. El hombre se realiza en su trabajo.

Debemos al esclavizamiento del hombre por las maquinas y a la destrucción de los oficios por el industrialismo, la deformación del trabajo en sus fines y en su esencia. La requisitoria de los reformadores, desde John Ruskin hasta Rabindranath Tagore, reprocha vehementemente al capitalismo, el empleo embrutecedor de la maquina. El maquinismo, y sobre todo el taylorismo, han hecho odioso el trabajo. Pero sólo porque lo han degradado y rebajado, despojándolo de su virtud de creación.

JCM COC. T.2. 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, 1983, pgs.153-4

 

Nota.- Hace dos años se propuso coordinar con las Nuevas Oleadas de Activistas NOA para activar sistemáticamente en las bases del pueblo trabajador y lograr establecer así un Programa Reivindicativo que sirviera de norma y guía para la lucha diaria y la lucha electoral. A través del Colectivo Perú Integral se propuso tres puntos básicos para la elaboración, aprobación y uso de este Programa. (TREDSA: Trabajo-Educación-Salud). Se invitó a otros grupos y activistas individuales a presentar sus propuestas respecto a esta elaboración, aprobación y uso. Y se reiteró que no se trata de Programa Máximo (prospectivo, la meta), sino de Programa Mínimo (reivindicativo, el camino)

La situación actual exige la formulación, aprobación y uso común de un Programa Reivindicativo, exige la actividad colectiva organizada, recordando a diario que “solos nada podemos, juntos todo lo podemos” Exige no ser parte del problema sino ser parte de la solución.

Por eso, ahora se vuelve a presentar esta propuesta para la elaboración de un Programa Mínimo, reiterando sus bases históricas en tres series de expresiones referenciales:

-La primera entrega (12 de junio) recuerda, respecto a Trabajo, el mayor y central pensamiento-guía del pueblo trabajador, señalado por el más universal de los peruanos José Carlos Mariátegui.

-La segunda entrega (13 de junio) señala, respecto a Educación, el trasfondo de la Escuela del Trabajo.

-La tercera entrega (14 de junio) muestra por qué la pandemia actual se incrementa en nuestro país: es por la endemia de males que azota a niños, jóvenes, adultos, mayores del pueblo trabajador. Sin esta endemia, la pandemia no sería tan devastadora como ocurre ahora.

Lo cierto es que, en los tres aspectos, “La política peruana -burguesa en la costa, feudal en la sierra- se ha caracterizado por su desconocimiento del valor del capital humano” ¡Así de simple!

Al participar, al luchar, si no se enarbola una consigna se enarbola otra. No es casual que la consigna oficial y general que impone el sistema, en todas partes donde domina, sea TENACO (lucha contra el terrorismo, lucha contra el narcotráfico, lucha contra la corrupción”) Pero, el sistema mismo es el que desarrolla el terrorismo (asesinatos de Husein, Gadafi, Soleimani), el narcotráfico (en Afganistán ocupada decuplicó la producción, venta y uso de narcóticos), la corrupción: sus “paraísos fiscales” son las guaridas de los dineros de los corruptos; por eso cambió el término inicial guarida por paraíso. Según Wikipedia, “El término español «paraíso fiscal» es un calco del francés paradis fiscal y este es una traducción incorrecta del inglés tax haven: ‘refugio fiscal’. La palabra haven (/ˈheɪvən/; ‘puerto’, ‘refugio’, ‘asilo’) se pronuncia de forma parecida a heaven (/ˈhɛvən/; ‘paraíso’)”

No se señala ni se desenmascara que tras la TIC (Tecnología de Información y Comunicación) está la TDI (Tecnología de Desinformación e Incomunicación) Para muestra, el silencio obligatorio sobre TREDSA y la imposición de TENACO en toda actividad reivindicativa, electoral.(Y si no se acepta, no puede inscribirse en un “vientre de alquiler” electoral). Para muestra, la incomunicación por encierro obligatorio de personas sanas. Si una persona siente fiebre, ¿acaso sale a la calle, o se queda en casa? ¿Cuál es la estadística de los afiebrados detectados por el termómetro electrónico en calles, estaciones, mercados, tiendas? ¿Quién fabrica y obliga a comprar y usar aparatosamente esos termómetros?

Entonces, ahora sigamos enfrentando como sea la pandemia viral (Covid-19), pero preparémonos para enfrentar organizados la pandemia bursátil (Financierismo), fase terminal del sistema dominante.

Subrayemos que fue, es y será antipueblo pretender que “ahora no son tiempos de organización”

Ragarro

12.06.20

 

 

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

12 de junio de 2020

Zona de los archivos adjuntos


TREDSA en Costa-Sierra-Selva (2-3)

 

2.- EDUCACIÓN

 

La Escuela del Trabajo representa un sentido de trabajadores

 

La escuela laica aparece en la historia como un producto del liberalismo y del capitalismo. (…)

El término “escuela laica” designa, en consecuencia, una criatura del Estado demo-liberal-burgués que los hombres nuevos de nuestra América no se proponen, sin duda, ambicionar como máximo ideal para  estos pueblos. La idea liberal, como las juventudes ibero-americanas lo proclaman frecuentemente, ha perdido su virtud original. Ha cumplido su función histórica. No se percibe en la crisis contemporánea ninguna señal de un posible renacimiento del liberalismo. (…)

La nueva generación ibero-americana no puede contentarse con una chata y gastada fórmula del ideario liberal. La “escuela laica”, -escuela burguesa-, no es el ideal de la juventud poseída de un potente afán de renovación. El laicismo, como fin, es una pobre cosa. En Rusia, en México, en los pueblos que se transforman material y espiritualmente, la virtud renovadora de la escuela no reside en su carácter laico sino en su espíritu revolucionario. La revolución da ahí a la escuela su mito, su emoción, su misticismo, su religiosidad.

JCM, 15.05.925

Nada importa, en la historia, el valor abstracto de una idea. Lo que importa es su valor concreto. Sobre todo para nuestra América que tanto ha menester de ideales concretos. (…)

La libertad de enseñanza no es, pues, sino una ficción. Es una utopía que la historia desahucia. El Estado, cualquiera que él sea, no puede renunciar a la dirección y al control de la educación pública. ¿Por qué? Por la razón notoria de que el Estado es el órgano de la clase dominante. Tiene, por tanto, la función de conformar la enseñanza con las necesidades de esta clase social. (…)

Los hombres de vanguardia de Hispano-América no deben enamorarse de un viraje. Deben hundir la mirada en la realidad. Vano es todo esfuerzo mental por concebir la escuela apolítica, la escuela neutral. La escuela del orden burgués seguirá siendo escuela burguesa. La escuela nueva vendrá con el orden nuevo. La prueba más fehaciente de esta verdad nos la ofrece nuestra época. La crisis de la enseñanza coincide universalmente con una crisis política.

JCM, 22.05.925

El problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido al no ser considerado como un problema económico y como un problema social. El error de muchos reformadores ha residido en su abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente pedagógica. Sus proyectos han ignorado el íntimo engranaje que hay entre la economía y la enseñanza y han pretendido modificar ésta sin conocer las leyes de aquella. Por ende, no han acertado a reformar nada sino en la medida que las leyes económicas y sociales les han consentido. (…)

Los intelectuales en su mayoría, han hecho el juego a la reacción. No han sabido oponerse al presente sino en el nombre del pasado. Permeados de espíritu conservador y de mentalidad aristocrática han sustentado, directa o indirectamente, las mismas ideas de los herederos o sucesores del régimen feudal. Han suscrito su vieja y simple receta de idealismo: los estudios clásicos. (…)

El valor de la ciencia como estimulante de la especulación filosófica no puede, por otra parte, ser desconocido ni desdeñado. La atmósfera de ideas de esta civilización debe a la Ciencia mucho más seguramente que a las Humanidades. El clasicismo en fin no ha mirado tanto a Grecia como a Roma. En los países latinos o se dicentes latinos, sobre todo, ha pugnado por mantener el culto de la retórica y el derecho romano. (…)

La solidaridad de la Economía y la Educación se revela, concretamente, en las ideas de los únicos educadores que verdaderamente se han propuesto renovar la escuela. Pestalozzi, Froebel, etc., que han trabajado realmente por una renovación, han tenido en cuenta que la sociedad moderna tiende a ser, sobre todo, una sociedad de productores. Su concepción de la enseñanza es sustancialmente moderna. La Escuela del Trabajo representa un sentido de trabajadores. El Estado capitalista se ha guardado de adoptarlo y actuarlo plenamente. Se ha limitado a incorporar en la enseñanza primaria -enseñanza de clase- el “trabajo manual educativo”. Ha sido en Rusia donde la Escuela del Trabajo ha sido elevada al primer plano en la política educacional. (…)

Un concepto moderno de la escuela coloca en la misma categoría el trabajo manual y el trabajo intelectual. La vanidad de los rancios humanistas, alimentada de romanticismo y aristocratismo, no puede avenirse con esta nivelación. Malgrado la repugnancia de estos hombres de letras, la Escuela del Trabajo es producto genuino, una concepción fundamental de una civilización creada por el trabajo y para el trabajo.

JCM, 29.05.925

En Nuestra América, como en Europa y como en los Estados Unidos, la enseñanza obedece a los intereses del orden social y económico. La escuela carece, técnicamente, de orientaciones netas; pero, si en algo no se equivoca, es en función de escuela de clases. Sobre todo en los países económica y políticamente menos evolucionados, donde el espíritu de clases suele ser, brutal y medioevalmente, espíritu de casta.

JCM, 05.06.925

Ninguna categoría de trabajadores intelectuales aparece tan naturalmente destinada a dar su adhesión a las nuevas ideas como la de los maestros de primera enseñanza. (...) El maestro primario se siente próximo al pueblo. El maestro del Liceo o de la Universidad se siente dentro de la burguesía. Es, además, en la enseñanza primaria, donde se produce, generalmente el tipo puro, el tipo profesional de educador. (…)

La enseñanza primaria -enseñanza para el proletariado- proletariza a sus funcionarios. El Estado condena a sus maestros a una permanente estrechez pecuniaria. (…) Su sino puede confinarlos en un pueblecito primitivo donde vegetarán oscuramente, a merced de un cacique o de un diputado, sin libros ni revistas, segregados del movimiento cultural, desprovistos de elementos de estudio.

En el espíritu de estos trabajadores intelectuales, extraño a toda concupiscencia comercial, prenden fácilmente los ideales de los forjadores de un nuevo estado social. Nada los mancomuna a los intereses de un régimen capitalista. Su vida, su pobreza, su trabajo, los confunde con la masa proletaria.

A estos trabajadores, sensibles a la emoción revolucionaria, permeables a las ideas renovadoras, deben dirigirse, por consiguiente, los intelectuales y los estudiantes de vanguardia. En sus filas reclutará la vanguardia más y mejores elementos que entre los pedantescos profesores y los egotistas literatos que detentan la representación oficial de la Inteligencia y la Cultura. (…)

Para que los educadores puedan reorganizar la enseñanza sobre bases nuevas es necesario que sepan antes ser un sindicato, moverse como un sindicato, funcionar como un sindicato. Y es necesario que sepan entender la solidaridad histórica de su corporación con las otras corporaciones que trabajan por reorganizar, sobre bases nuevas también, todo el orden social. (…)

El modesto preceptor, el oscuro maestro del hijo del obrero y del campesino necesita comprender y sentir su responsabilidad en la creación de un hombre nuevo. Su labor, según su rumbo, puede apresurarla y facilitarla o puede retardarla. Ese orden nuevo ennoblecerá y dignificará al maestro de mañana. Tiene, por ende, derecho a la adhesión del maestro de hoy. De todas las victorias humanas les toca a los maestros, en gran parte, el mérito. De todas las derrotas humanas les toca, en cambio, en gran  parte, la responsabilidad. (...)

JCM, 12.06.925

El maestro joven muestra, por lo general, un vivo anhelo de reforma que, más que de una moderna filiación ideológica, depende de una espontánea reacción contra las deformaciones y las vetusteces de la enseñanza en el Perú. Su actitud no representa, como algunos observadores superficiales podrían suponerlo, la fácil consecuencia de un simple acto de adhesión intelectual a ideas de vanguardia. El fenómeno se explica mejor inversamente. La voluntad de un cambio radical nace directamente de la necesidad de este cambio. Se comienza por sentir el problema; se concluye por adoptar la doctrina que asegura la mejor solución. (…)

En la misma vieja guardia no son raros los espíritus sensibles a esta sed de renovación. El trabajo o el proceso que tiene que cumplirse gradualmente es el de la transformación de este estado de ánimo en un estado de conciencia. (…)

JCM, 11.12.925

La reforma no podía contar con la adhesión íntima de Ibáñez y su facción, por mucho que, como toda política pequeño-burguesa y fascista, la del gobierno chileno emplease en vasta escala frases y gestos demagógicos. La demagogia es generalmente la enemiga más peligrosa de la revolución. Y bajo apariencias y declaraciones demagógicas se ocultan, en la política mundial contemporánea, las peores intenciones reaccionarias.

JCM, 18.01.929

Todas las inteligencias investigadoras, todos los espíritus curiosos, pueden -si lo quieren-, ser fecundos por el pensamiento mundial, por la ciencia extranjera. Una de las características fisonómicas de nuestra época es, justamente, la circulación universal, veloz y fluida de las ideas. La inteligencia trabaja, en esta época, sin limitaciones de frontera ni de distancia. No nos faltan, en fin, maestros latinoamericanos a quienes podamos útilmente dirigir nuestra atención. La juventud -sus propios movimientos lo comprueban y declaran- no vive falta de estímulos intelectuales ni de auspicios ideológicos. Nada le aísla de las grandes inquietudes humanas. ¿No han sido extra-universitarios las mayores figuras de la cultura peruana?

JCM, 09.05.928

No hay que ver en el feminismo una idea exótica unja idea extranjera. Hay que ver, simplemente, una idea humana. Una idea característica de una civilización, peculiar a una época. (…)

El feminismo no ha aparecido en el Perú artificial ni arbitrariamente. Ha aparecido como una consecuencia de las nuevas formas de trabajo intelectual y manual de la mujer. Las mujeres de real filiación feminista son las mujeres que trabajan, las mujeres que estudian. La idea feminista prospera entre las mujeres de oficio intelectual o de oficio manual: profesoras universitarias, obreras. Encuentra un ambiente propicio a su desarrollo en las aulas universitarias, que atraen cada vez más a las mujeres peruanas, y en los sindicatos obreros, en los cuales las mujeres de las fábr4icas se enrolan y organizan con los mismos derechos y los mismos deberes que los hombres. (…)

Nadie debe sorprenderse de que todas las mujeres no se reúnan en un movimiento femenino único. El feminismo tiene necesariamente varios colores, diversas tendencias. Se puede distinguir en el feminismo tres tendencias fundamentales, tres colores sustantivos: feminismo burgués, feminismo pequeño-.burgués y feminismo proletario. Cada uno de estos feminismos formula sus reivindicaciones de una manera distinta. La mujer burguesa solidariza en feminismo con el interés de la clase conservadora. La mujer proletaria consustancia su feminismo con la fe de las multitudes revolucionarias en la sociedad futura. La lucha de clases -hecho histórico y no aserción teórica- se refleja en el plano feminista. Las mujeres, como los hombres, son reaccionarias, centristas o revolucionarias. No pueden, por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual panorama humano, la clase diferencia a los individuos más que el sexo. (…)

Nacido de la matriz liberal, el feminismo no ha podido ser actuado durante el proceso capitalista. Es ahora, cuando la trayectoria histórica de la democracia llega a su fin, que la mujer adquiere los derechos políticos y jurídicos del varón. Y es la revolución rusa la que ha concedido explícita y categóricamente a la mujer la igualdad y la libertad que hace más de un siglo reclamara en vano de la revolución francesa Babeuf y los igualitarios. (…)

El tipo de mujer que produzca una civilización nueva tiene que ser sustancialmente distinto del que ha formado la civilización que actualmente declina. (…)

La cuestión femenina es una parte de la cuestión humana.

JCM, 19.12.924

Nunca se debatió, con la libertad y la extensión de hoy, la cuestión sexual. El imperio de los tabñus religiosos reservó esta cuestión a la casuística eclesiástica hasta mucho después del Medio Evo. La sociología restituyó, en la edad moderna, al régimen sexual, la atención de la ciencia y la política. Se ha cumplido, en el curso del siglo pasado, algo así como un proceso de laicización de lo sexual. Engels, entre los grandes teóricos del socialismo, se distinguió por la convicción de que hay que buscar en el orden sexual la explicación de una serie de fenómenos históricos y sociales. Y Marx extrajo importantes conclusiones de la observación de las consecuencias de la economía industrial y capitalista en las relaciones familiares. (...)

No se estudia, en nuestro tiempo, la vida de una sociedad sin averiguar y analizar su base: la organización de la familia, la situación de la mujer. (…)

Y la actitud ante la cuestión sexual en en sí, generalmente, una actitud política. Como lo observara inteligentemente hace ya algunos años nuestro compatriota César Falcón, Marañón, desde que condenara el donjuanismo, había votado ya contra Primo de Rivera y su régimen.

JCM, 18.10.929

JCM, COC. T.14, Temas de Educación

 

         Nota.- Segunda entrega de la serie TREDSA en Costa-Sierra-Selva.

Ragarro

13.06.20

 

 

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

 

13 de junio 2020

 

 

 

TREDSA en Costa-Sierra-Selva (3-3)

 

3- SALUD

 

EL PROGRESO NACIONAL Y EL CAPITAL HUMANO

 

I

Los que, arbitraria y simplísticamente, reducen el progreso peruano a un problema de capital áureo, razonan y discurren como si no existiese, con derecho a prioridad en el debate, un problema de capital humano. Ignoran u olvidan que, en la historia, el hombre es anterior al dinero. Su concepción pretende ser norteamericana y positivista. Pero, precisamente, de nada acusa una ignorancia más total que del caso yanqui.

El gigantesco desarrollo material de los Estados Unidos, no prueba la potencia del oro sino la potencia del hombre. (…)

Pero este es otro tema. No me interesa, por el momento, para otra cosa que para denunciar el punto de partida falso, irreal, del materialismo, al mismo tiempo grosero y utopista, de quienes parecen imaginarse que el dinero ha inventado a la civilización, incapaces de comprender que es la civilización la que ha inventado al dinero. Y que la crisis y la decadencia contemporáneas empezaron justamente, cuando la civilización comenzó a depender casi absolutamente del dinero y a subordinar al dinero su espíritu y su movimiento.

El error y el pecado de los profetas del progreso peruano y de sus programas han residido siempre en su resistencia o ineptitud para entender la primacía del factor biológico, del factor humano sobre todos los otros factores, si no artificiales, secundarios. Este es, por lo demás, un defecto común a todos los nacionalismos cuando no traducen o representan sino un interés oligárquico y conservador. Estos nacionalismos, de tipo o trama fascista, conciben la Nación como una realidad abstracta que suponen superior y distinta a la realidad concreta y viviente de sus ciudadanos. Y, por consiguiente, están siempre dispuestos a sacrificar al mito el hombre.

En el Perú hemos tenido un nacionalismo mucho menos intelectual, mucho más rudimentario e instintivo que los nacionalismos occidentales que así definen la Nación. Pero su praxis, si no su teoría, ha sido naturalmente la misma. La política peruana -burguesa en la costa, feudal en la sierra- se ha caracterizado por su desconocimiento de valor del capital humano. Su rectificación, en este plano como en todos los demás, se inicia con la asimilación de una nueva ideología. La nueva generación siente y sabe que el progreso del Perú será ficticio, o por lo menos no será peruano, mientras no constituya la obra y no signifique el bienestar de la masa peruana, que en sus cuatro quintas partes es indígena y campesina.

II

Uno de los aspectos sustantivos del problema del capital humano es el aspecto médico-social. En el haber de nuestra escasa bibliografía, tenemos que anotar , sobre este tema, un libro interesante. Se titula Estudios sobre Geografía Médica y Patología del Perú. Sus autores son dos médicos inteligentes y trabajadores, ambos funcionarios de sanidad, los doctores Sebastián Lorente y Raúl Flores Córdova. Este libro, en más de seiscientas páginas, densas de datos y de cifras, estudia documentalmente la realidad médico-social del Perú.

Los autores se muestran por supuesto, optimistas en su esfuerzo y en sus esperanzas. Pero el método positivo no consiente, en la investigación, engañosas ilusiones. La verdad de nuestra situación sanitaria emerge del libro precisa y categórica. Los índices de la mortalidad y de la morbilidad son en el Peru excesivos. El capital humano se mantiene casi estacionario. En la costa, el paludismo y la tuberculosis; en la sierra, el tifus y la viruela; en la selva, todos los morbos del trópico y el pantano, minan la población exigua de la república. No se tiene una cifra exacta de la población. Pero la cifra, comúnmente aceptada, de cinco millones, basta para constatar la debilidad y la lentitud de nuestro crecimiento demográfico. La mortalidad infantil es uno de sus más terribles y trágicos frenos. En Lima y en el Callao mueren antes de llegar a un año de edad la cuarta parte de los niños. En los pueblecitos rurales de la costa el índice de la mortalidad infantil es mayor aún. Tengo a la vista la estadística demográfica del distrito de Pativilca del primer semestre del año en curso que acusa una mortalidad superior a la natalidad.

En el prefacio de su libro, los doctores Lorente y Flores Córdova escriben que “el panorama médico-social nos presenta en toda su magnitud y en toda su gravedad nuestro problema sanitario”. Su estudio no exagera, en ningún caso, la realidad; tal vez, en alguno, la atenúa. Lo que ensombrece el espíritu cuando se lee este volumen, -que ojalá arribara a las manos de todos los que tan fácilmente se equivocan respecto a la jerarquía o la gradación de los problemas nacionales-, no es el juicio, moderado siempre de los autores, sino el dato desnudo, la observación objetiva, la constatación anastigmática.

III

No me toca ocuparme del mérito teórico, del valor científico de estos Estudios sobre Geografía Médica y Patología del Perú. Su estimación pertenece, exclusivamente, a los profesionales, a los competentes. Pero, sin invadir campos de crítica ajenos, quiero señalar su utilidad y su importancia como documento actual y actualizado de la “realidad profunda” del Perú. Me parece evidente, por otra parte, que los doctores Lorente y Flores Córdova, han hecho de sistemación y de compilación singularmente meritoria en un medio como el nuestro donde los hombres de estudio difícilmente intentan especulaciones de esta magnitud.

El libro de los doctores Lorente y Flores Córdova no está destinado únicamente al ámbito profesional. Interesa a todos los estudios. Su lectura es un viaje por un Perú menos pintoresco, pero más real del que otros libros nos describen o nos disfrazan.

IV

Los doctores Lorente y Flores Córdova no se contentan en su libro con acopiar, confrontar y clasificar datos preciosos. Solicitan, formal y premiosamente, una mayor atención para el tema del capital humano. “El problema que requiere en el Perú, más urgentemente, una solución orgánica y eficaz -escriben- es el problema sanitario, no sólo porque cada día prevalece y se arraiga más en la conciencia de la época el concepto de que la defensa de la salud pública es un deber primordial de todo Estado moderno, sino, sobre todo, porque ningún otro concepto corresponde con mayor exactitud a apremiantes y evidentes exigencias de la realidad peruana”.

Esto es cierto, pero incompleto. El problema sanitario no puede ser considerado aisladamente. Se enlaza y se confunde con otros hondos problemas peruanos del dominio del sociólogo y del político. Los males, los morbos, de la sierra y de la costa, se alimentan principalmente de miseria y de ignorancia. El problema, a poco que se le penetre, se transforma en un problema económico, social y político. Pero a los distinguidos higienistas, autores de la “Geografía Médica del Perú”, no les tocaba este análisis. Su diagnóstico del mal tenía que ser solamente medico.

JCM COC. T.11, Peruanicemos al Perú, 1970, pgs 68-71

 

Nota.- Tercera entrega de la serie TREDSA en Costa-Sierra-Selva

Ragarro

14.06.20

 

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

14 de junio 2020


 

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