-0-
Serie: 1944-2019, 75 años de intervenciones del Banco Mundial y del FMI
LAS FALACIAS TEÓRICAS DEL BANCO MUNDIAL
Eric Toussaint
Análisis Parte 12
27/06/2019
En 2019, el Banco Mundial (BM) y el FMI cumplirán 75 años. Estas
instituciones financieras internacionales (IFI), creadas en 1944, están
dominadas por Estados Unidos y algunas grandes potencias aliadas, y
actúan en contra de los intereses de los pueblos.
El BM y el FMI otorgaron, sistemáticamente, préstamos a los
Estados con el fin de influir sobre sus políticas. El endeudamiento
externo fue y es todavía utilizado como un instrumento para someter a
los deudores. Desde su creación, el FMI y el BM han
violado los pactos internacionales sobre derechos humanos y no dudaron,
ni dudan, en sostener a dictaduras.
Una nueva forma de descolonización se impone para salir del
impasse en el que las IFI y sus principales accionistas acorralaron al
mundo. Se deben construir nuevas instituciones internacionales.
Estamos publicando una serie de artículos de Éric Toussaint,
quien reseña la evolución del Banco Mundial y del FMI desde su creación.
Estos artículos son sacados del libro Banco mundial: El Golpe de Estado
Permanente., que podéis consultar gratis en
Banco mundial : El Golpe de Estado permanente
El Banco Mundial pretende que para progresar, los PED [1] deben
recurrir al endeudamiento externo y atraer las inversiones extranjeras.
Este endeudamiento sirve principalmente para comprar bienes de
equipamiento y de consumo a los países más industrializados.
Los hechos han demostrado día tras día, durante décadas, que esto no
funciona. Los modelos que han influenciado la visión del Banco Mundial
conducen naturalmente a los PED a una fuerte dependencia de los aportes
externos de capitales, en general en forma de
préstamos, con la ilusión de alcanzar un nivel de desarrollo
autosostenido. Los proveedores de fondos públicos —gobiernos de los
países industrializados y el Banco, en particular— consideran los
préstamos como un poderoso medio de influencia sobre los países
que se endeudan. Las acciones del Banco no se resumen en una sucesión
de errores o de malas jugadas. Al contrario, son parte de una visión
coherente, teorizada, sistematizada, que se enseña doctamente en la
mayoría de las universidades. Centenares de libros
de economía del desarrollo la destilan. El Banco ha producido toda una
ideología del desarrollo. Cuando los hechos la desmienten, el Banco no
la vuelve a considerar. Al contrario, intenta deformar la realidad para
continuar protegiendo el dogma.
En el curso de los primeros diez años de su existencia, el Banco
generó muy pocas reflexiones sobre el tipo de política económica que
debía mantener con los países en desarrollo. Se explica por varias
razones: porque 1) esto no formaba parte aún de sus
prioridades. En 1957, la mayoría de los préstamos del Banco (52,7 %) se
concedían a países industrializados; [2] 2) la matriz teórica de los
economistas y dirigentes del Banco era de inspiración neoclásica, teoría
que no atribuye un lugar específico a los
PED; [3] 3) hasta 1960, cuando se creó la Asociación Internacional de
Desarrollo (AID), no se había dotado de un instrumento específico para
prestar dinero a bajo interés a los países en desarrollo.
El Banco trabajó poco la teoría, pero ello no le impidió criticar
a los otros. Así, en 1949 criticó un informe de la comisión de las
Naciones Unidas para el empleo y la economía que defendía la inversión
pública en la industria pesada de los PED. El
Banco objetó que los poderes públicos de los PED ya tienen bastante qué
hacer con la realización de buenas infraestructuras y que deben dejar
la responsabilidad de la industria pesada a la iniciativa privada local y
extranjera. [4]
Según Mason y Asher, historiadores del Banco Mundial, su
orientación partía del postulado de que los sectores público y privado
deben desempeñar papeles diferentes. El sector público debe asegurar el
desarrollo planificado de una infraestructura adecuada:
ferrocarril, carreteras, centrales eléctricas, instalaciones portuarias
y medios de comunicación en general. Al sector privado le corresponde
la agricultura, la industria, el comercio y los servicios personales y
financieros, puesto que se da por sentado que
en todos estos ámbitos la iniciativa privada obtiene mejores resultados
que el sector público. [5] En realidad, hay que ceder al sector privado
todo lo que puede producir un beneficio. En cambio, las
infraestructuras son actividades del sector público porque
la cuestión es socializar los costes, en beneficio del sector privado.
En resumen, El Banco Mundial recomienda la privatización de los
beneficios, combinada con la socialización de los costes de lo que no es
directamente rentable.
Una visión del mundo conservadora y etnocéntrica
La visión del Banco está marcada por diversos prejuicios
conservadores. En los informes y discursos de sus primeros quince años
de existencia, se refería regularmente a regiones atrasadas y
subdesarrolladas, lo que ya es todo un programa. Sobre las causas
del subdesarrollo, el Banco adoptó un enfoque etnocéntrico. Se puede
leer en el octavo informe anual de Banco: «Las razones de que ciertas
regiones del mundo no estén desarrolladas son numerosas y complejas.
Muchas culturas, por ejemplo, conceden poco lugar
al progreso material y, de hecho, algunas lo consideran incompatible
con unos objetivos más deseables para la sociedad y para el individuo.»
[6] La falta de deseo o de voluntad de progreso material y de
modernización de la sociedad es presentada como una de
las causas del atraso. El profundo respeto de los hindúes por las vacas
resulta así un resumen que permite comprender el retraso de la India. A
propósito de África, Eugene Black, presidente del Banco, declaró en
1961: «Aún a día de hoy la mayoría de los doscientos
y pico millones de habitantes de África apenas comienzan a formar parte
de la sociedad mundial.» [7] El carácter reaccionario de la visión del
Banco Mundial no ha desaparecido del todo con el correr de los años. En
el Informe sobre el Desarrollo en el Mundo
de 1987 manifiesta: «En Principios de economía política (1848), John
Stuart Mill evoca las ventajas que resultan del “comercio exterior”.
Aunque haya pasado más de un siglo, sus observaciones siguen siendo tan
válidas hoy como en 1848. Hablando de las ventajas
indirectas del comercio, Mill dice: “... un pueblo puede estar en un
estado letárgico, indolente, inculto, con todas sus aspiraciones
satisfechas, adormecido, y no puede poner en acción todas sus fuerzas
productivas por la falta de un objeto que desee. La
aventura del comercio exterior, al hacerle conocer nuevos objetos u
ofrecerle la tentación de adquirir objetos que hasta entonces no pensaba
poder procurarse [...] alienta a quienes se contentaban con un poco de
comodidad y un poco de trabajo a trabajar duro
para satisfacer sus nuevos gustos, incluso a ahorrar y acumular
capital.”» [8] El retorno al poder de los neoconservadores, con Bush en
el gobierno desde 2001, ha fortalecido su carácter profundamente
materialista y reaccionario. La nominación de Paul Wolfowitz,
uno de los principales neocons, a la presidencia del Banco en el año
2005, ha consolidado esta orientación.
Lo que resulta sorprendente en los documentos del Banco y en la
literatura en boga en materia de desarrollo, de los años 50 a los años
70 es el espacio dedicado a la planificación del crecimiento y del
desarrollo (tanto en las economías industrializadas
como en los PED). Hasta finales de los años 70, la presencia de la
planificación se puede atribuir a varios elementos: 1) la voluntad de
planificación —el planismo— surgida en el curso de la prolongada
depresión de los años 30 como respuesta al caos provocado
por el laissez-faire; 2) la necesidad de organizar la reconstrucción de
Europa y Japón; 3) era el período de los treinta gloriosos, ,
caracterizado por un crecimiento económico sostenido, que había que
dirigir y planificar; 4) los éxitos, comprobados o supuestos,
de la planificación soviética, que ejercían una indudable atracción
real hasta sobre los enemigos declarados del llamado bloque comunista.
La planificación es un tema que fue totalmente ignorado a partir del
comienzo de los años 80, con el retorno de la ideología
y las políticas neoliberales.
Otra preocupación, muy presente al principio, pero que fue
olvidada a partir de los años 80, era la decisión tomada por una serie
de países latinoamericanos de recurrir a la sustitución de importaciones
y la posibilidad (vista como una amenaza por la
mayoría de los dirigentes de los países más industrializados) de que
otros países, de reciente independencia, siguieran la misma vía.
Pasemos revista a varias aportaciones de economistas que tuvieron una influencia directa sobre el Banco y en el seno de este.
El modelo HOS (Heckscher-Olin-Samuelson)
La teoría de las ventajas comparativas de Ricardo fue reforzada
en los años 30 por el análisis de los economistas suecos Heckscher y
Olin, al cual se incorporó más tarde Samuelson (cuya síntesis se conoce
como modelo HOS). Este modelo habla de «dotación
en factores de producción» (trabajo, tierra y capital) y sostiene que
todos los países tienen interés en especializarse en la producción y la
exportación de bienes que utilicen con mayor intensidad el factor de
producción más abundante en ellos —que también
es el más barato—. Gracias al librecambio, se operará la equiparación
de la remuneración de los factores en todo los países que lo practiquen
(el factor abundante —exportado— se hace escaso y por lo tanto se
encarece; el factor escaso —importado— abunda y
en consecuencia se abarata). La especialización establecerá una
distribución óptima de los factores en un mercado mundial homogeneizado.
Según esta óptica, la búsqueda de la máxima integración del mercado
mundial sería una apuesta ganadora y un juego de suma
positiva para todos los participantes. Diversas investigaciones
efectuadas más tarde, especialmente por Paul Krugman, [9] para verificar
la pertinencia del modelo HOS han demostrado que éste no se ajusta a la
realidad.
Las cinco etapas del crecimiento económico según Walt W. Rostow
En 1960, Rostow [10] enumeró cinco etapas del desarrollo en su
libro Las etapas del crecimiento económico, un manifiesto no comunista.
[11] Para él, todas las sociedades se pueden clasificar en alguna de las
cinco categorías, y deben seguir este itinerario.
La primera etapa es la sociedad tradicional, caracterizada por el
predominio de la actividad agrícola. El progreso técnico es nulo, casi
no hay crecimiento del producto y no se prevé un cambio de mentalidad.
Luego, la etapa previa al despegue, que ve nacer el desarrollo de
los intercambios y de las técnicas, una evolución de las mentalidades
que rompe con el fatalismo y un aumento del ahorro. Ha sido, de hecho,
la evolución de las sociedades europeas entre
el siglo XV y principios del siglo XVIII.
La tercera es la del despegue (take-off), una etapa crucial que
corresponde a un salto cualitativo, con un aumento significativo del
ahorro y de la inversión, así como al paso a un crecimiento acumulativo.
[12]
La cuarta etapa es calificada de «marcha hacia la madurez»: el
progreso técnico se impone en todas las actividades y la producción se
diversifica.
En fin, la era del consumo de masas, que coincide con la quinta y ultima etapa. [13]
Según Rostow, en el nivel del despegue, la aportación de
capitales exteriores (bajo forma de inversiones extranjeras o de
crédito) es indispensable.
Este modelo se caracteriza por un esquematismo caricaturesco.
Presenta el estado de desarrollo alcanzado por Estados Unidos después de
la Segunda Guerra Mundial a la vez como objetivo a alcanzar y como
modelo a reproducir. Asimismo, considera que el
modelo de despegue de Inglaterra, donde se sucedieron la revolución
agrícola y la revolución industrial, debe reproducirse en otras partes.
Esto significa no tener en cuenta la historia concreta vivida por los
demás países. No hay nada que demuestre que cada
país tenga que pasar por las cinco etapas descritas.
Insuficiencia del ahorro y necesidad de recurrir a la financiación externa
Según el enfoque neoclásico, el ahorro es un requisito previo a
la inversión y es insuficiente en los PED. De donde la insuficiencia del
ahorro es un factor fundamental que explica el bloqueo del desarrollo.
Paul Samuelson se basa, en Economics [14]
en la historia del endeudamiento de Estados Unidos en los siglos XIX y
XX para determinar cuatro etapas diferentes, que conducen a la
prosperidad: nación endeudada, joven y emprendedora (de la guerra
revolucionaria de 1776 a la guerra civil de 1865); nación
endeudada madura (de 1873 a 1914); nueva nación acreedora (de la
primera guerra mundial a la segunda); nación acreedora madura (años 60).
Samuelson y sus émulos aplicaron al centenar de países que constituyen
el Tercer Mundo, desde la última postguerra, el
modelo de desarrollo de Estados Unidos desde finales del siglo XVIII
hasta la Segunda Guerra Mundial, como si todos estos países tuvieran que
imitar, lisa y llanamente, la experiencia estadounidense. [15]
En lo que respecta a la necesidad de recurrir al aporte de
capitales extranjeros (en forma de préstamos o de inversiones), uno de
los socios de Samuelson, Paul Rosenstein-Rodan, emplea la siguiente
fórmula: «Los capitales extranjeros reforzarán la formación
del capital nacional, es decir, serán íntegramente invertidos; la
inversión generará un aumento de la producción. La principal función del
ingreso de capitales extranjeros es ayudar a que la tasa de formación
del capital nacional alcance un valor que pueda
mantenerse sin ayuda exterior suplementaria.» [16] Esta afirmación es
refutada por la realidad: no es verdad que los capitales extranjeros
refuerzan la formación de capital nacional y son invertidos en su
totalidad. Una gran parte de estos capitales se van
rápidamente del país al que se dirigieron temporalmente (fuga de
capitales, repatriación de los beneficios).
Otro error monumental: Rosenstein-Rodan, director adjunto
(assistant director) del departamento económico del Banco Mundial entre
1946 y 1952, hizo predicciones sobre la fecha en la que una serie de
países alcanzarían un crecimiento autosostenido. Vaticinó
que Colombia llegaría a ese estadio en 1965, Yugoslavia en 1966,
Argentina y México entre 1965 y 1975, India a principio de los años 70,
Pakistán 3 o 4 años más tarde, Filipinas después de 1975. ¡Majaderías!
Destaquemos que esta definición de crecimiento autosostenido es
utilizada con frecuencia por el Banco Mundial. En 1964, Dragoslav
Avramovic, por entonces director del departamento económico del Banco,
emitió la siguiente definición: «Se define el crecimiento
autosostenido como el que implica una tasa de crecimiento de los
ingresos del orden del 5 % anual, financiado por fondos gestionados
dentro de las fronteras, así como por capitales extranjeros...» [17]
La planificación del desarrollo vista por el Banco Mundial y el
establishment universitario estadounidense conduce a una impostura
pseudocientífica, basada en ecuaciones matemáticas que tratan de dar
legitimidad y credibilidad a la voluntad de hacer
que los PED dependan del recurso a la financiación exterior. Veamos un
ejemplo, formulado muy doctamente por Max Millikan y Walt Rostow en
1957: «Si la tasa inicial de inversión local de un país representa el 5 %
del producto nacional, si los capitales extranjeros
ingresan a una tasa constante equivalente a un tercio del nivel inicial
de la inversión local, si el 25 % de todo ingreso suplementario es
ahorrado y reinvertido, si la ratio capital/producto es 3 y si la tasa
de interés de la deuda externa y los dividendos
repatriados son equivalentes al 6 % anual, el país estará en
condiciones de prescindir del préstamo neto externo después de catorce
años, y podrá mantener una tasa de crecimiento del 3 % sobre la base de
sus propios ingresos.» [18] ¡Otra necedad!
El modelo de doble déficit de Chenery y Strout
A mediados de los años 60, el economista Hollis Chenery, que unos
años más tarde sería economista jefe y vicepresidente del Banco, [19]
elaboró con su colega Alan Strout un nuevo modelo llamado «modelo de
doble déficit», [20] partiendo de dos condiciones
previas: primero, un ahorro interno insuficiente, y después una
insuficiencia de divisas. Charles Oman y Ganeshan Wignarja resumen este
modelo con los siguientes términos: «Por definición, las hipótesis del
modelo de doble déficit son: que mientras en las
etapas iniciales del crecimiento industrial un ahorro insuficiente
puede constituir la principal limitación de la tasa de formación del
capital nacional, una vez que la industrialización está bien encaminada,
la limitación principal puede no ser ya el ahorro
interno en sí mismo, sino la disponibilidad de divisas requeridas para
importar bienes de equipamiento, bienes intermedios y quizás incluso
materias primas empleadas como insumos industriales. El déficit de
divisas puede así superar el déficit de ahorro como
principal limitación del desarrollo.» [21] Para resolver este doble
déficit, proponen una respuesta simple: pedir un préstamo de divisas o
aumentar las exportaciones.
El modelo Chenery-Strout es muy matemático. Era lo que se
estilaba. Tiene la ventaja, para sus partidarios, de otorgar
credibilidad y apariencia de rigor científico a una política que sobre
todo pretende incitar a los PED a recurrir masivamente al empréstito
exterior y a las inversiones extranjeras, por un parte, y por otra a
hacer depender su desarrollo de las exportaciones. El modelo fue objeto
de muchas críticas en su momento. Citaremos la opinión de Keith Griffin y
Jean Luc Enos, quienes afirman que el recurso
a los aportes externos limitará el ahorro local: «Mientras el coste de
la ayuda (por ejemplo, los intereses del préstamo externo) sea inferior
al crecimiento marginal del capital y de la producción, a un país le
convendrá endeudarse todo lo posible y a sustituir
el ahorro local por el préstamo externo. En otras palabras, dado un
objetivo a alcanzar en términos de tasas de crecimiento, la ayuda
exterior permitirá un aumento del consumo y limitará el ahorro local a
la diferencia entre la inversión deseada y el monto
de la ayuda exterior disponible. En consecuencia, el fundamento de los
modelos del tipo Chenery-Strout es endeble en la medida en que, en
teoría, se debería encontrar una relación inversa entre la ayuda
exterior y el ahorro interno.» [22]
La voluntad de incitar a los PED a recurrir a la ayuda exterior como medio de tener influencia sobre ellos
La política de ayuda bilateral y la del Banco están relacionadas
con los objetivos políticos que persigue Estados Unidos en materia de
asuntos exteriores.
Para Hollis Chenery: «El objetivo principal de la ayuda exterior,
así como de otros instrumentos de política exterior, es producir a
escala mundial el tipo de ambiente político y económico en el que
Estados Unidos pueda perseguir en las mejores condiciones
sus propios fines sociales.» [23]
En un libro titulado Las naciones emergentes: su crecimiento y
Estados Unidos, Max Millikan [24] y Donald Blackmer, ambos colegas de
Walt Rostow, describen con claridad, en 1961, ciertos objetivos de la
política exterior estadounidense: «Es del interés
de Estados Unidos ver emerger del proceso de transición unas naciones
dotadas de ciertas características. En primer lugar, deben ser capaces
de mantener su independencia, especialmente frente a poderes hostiles o
potencialmente hostiles con respecto a Estados
Unidos. [...] En cuarto lugar, deben aceptar el principio de sociedad
abierta, en la cual sus miembros estén invitados a intercambiar ideas,
mercaderías, valores y experiencias con el resto del mundo; esto implica
que sus gobiernos deben estar dispuestos a
comprometerse en disposiciones de control social, policial y económico
necesarias para el funcionamiento de una comunidad internacional
interdependiente», [25] bajo el liderazgo de Estados Unidos,
naturalmente.
Más adelante, en el libro, señalan explícitamente cómo la ayuda
se utiliza como instrumento para orientar la política de los países
ayudados: «Para que la ayuda en capitales alcance una potencia óptima de
incentivo con el fin de persuadir a los países
subdesarrollados de que sigan una vía compatible con los intereses de
Estados Unidos y del mundo libre, las sumas ofrecidas tienen que ser
suficientemente importantes y las condiciones suficientemente flexibles
para persuadir a los países receptores de que
el juego vale la pena. Esto significa que debemos invertir unos
recursos sustancialmente más importantes que hasta ahora en nuestros
programas de desarrollo económico.» [26] (El resaltado es del autor).
Veremos más adelante que el volumen de los préstamos a los PED
aumentó a un ritmo creciente en el curso de los años 60 y 70, como
consecuencia de una política deliberada de Estados Unidos, de otros
gobiernos de países más industrializados y de las instituciones
de Bretton Woods destinada a influenciar las políticas del Sur.
Privilegiar las exportaciones
Chenery y Strout afirman en una de sus principales contribuciones
que el recurso a la sustitución de importaciones constituye un medio
admisible para reducir el déficit de divisas. [27] Después cambiaron de
opinión, en un momento en el que la aplicación
de políticas de sustitución de importaciones por algunos PED se
convertía en uno de los principales temas de las críticas formuladas por
el Banco, el FMI, la OCDE y los gobiernos de los más importantes países
industrializados.
Es así como otros trabajos de economistas directamente asociados
al Banco se dedicaron a valorar las tasas efectivas de protección de las
economías y los sesgos resultantes en términos de utilización de
recursos productivos y de rentabilidad de las inversiones.
Preconizaban una orientación de las estrategias hacia las
exportaciones, el abandono de las tarifas proteccionistas y, en general,
una política más basada en los mecanismos de mercado para la fijación
de precios. Bela Balassa, Jagdish Bhagwati y Anne Krueger
[28] sistematizaron este enfoque y sus análisis marcaron la evolución
de las instituciones internacionales, constituyendo el zócalo teórico de
las medidas de apertura comercial propugnadas en las décadas de los
años 80 y 90. Anne Krueger [29] escribió: «Un
régimen de promoción de exportaciones puede liberar la economía del
país del yugo del subempleo keynesiano, pues, al contrario del régimen
de sustitución de importaciones, puede disponer de una demanda efectiva
virtualmente infinita para sus productos en los
mercados internacionales, y por lo tanto siempre puede tender al pleno
empleo, a menos que haya una recesión mundial. Una economía pequeña
orientada a la exportación será capaz de vender cualquier cantidad de
bienes que produzca; en otras palabras, la capacidad
de oferta del país será la única limitación.» [30] Siempre el mismo
cuento.
Trickle-Down effect o el efecto derrame
El efecto escurrimiento o derrame es una metáfora trivial que ha
guiado la actividad del Banco Mundial desde el principio. La idea es muy
simple: los resultados positivos del crecimiento se derraman,
beneficiando en primer término a los más ricos, pero
al final llegan también a los más pobres. Así, éstos tienen interés en
que el crecimiento sea lo más fuerte posible, pues de ello dependen las
gotas de riqueza que les lleguen. En efecto, si el crecimiento es débil,
los ricos retienen una parte mayor que cuando
el crecimiento es fuerte.
¿Cuáles son las consecuencias para la conducta del Banco? Hay que
favorecer a cualquier precio el crecimiento para que la escorrentía
llegue a los más pobres. Toda política que frene el crecimiento en
nombre de la redistribución de la riqueza (aunque
sea parcial) o en nombre de la defensa del ambiente reduce el efecto
derrame y causa un perjuicio a los pobres. La actitud de los dirigentes
del Banco se guía en la práctica por esta metáfora, cualquiera que sea
el discurso, más sofisticado, de algunos expertos.
Los historiadores del Banco dedican una veintena de páginas a las
discusiones sobre el trickle down [31] y reconocen que «esta creencia ha
justificado unos esfuerzos duraderos para persuadir a los deudores de
las ventajas de la disciplina, del sacrificio,
de la confianza en el mercado y por ende de la necesidad de no caer en
las tentaciones políticas». [32] Afirman que esta creencia ha caído en
desgracia progresivamente, a partir de los años 70, por los violentos
ataques de una impresionante cantidad de investigaciones
sobre el tema, tanto en Estados Unidos como en los PED. [33] Pero
revelan que en la práctica no se ha cambiado gran cosa, [34] sobre todo
desde que en 1982 el trickle down recuperó su posición en el Banco.
Evidentemente, el trickle down es inseparable de la
cuestión de la desigualdad, que ahora abordamos.
La cuestión de la desigualdad en la distribución de la riqueza
A partir de 1973, el problema de la desigualdad en la
distribución de los ingresos en los PED, como factor que influye sobre
las posibilidades de desarrollo, comenzó a ser estudiado por el Banco.
[35] El equipo económico dirigido por Hollis Chenery se
dedicó a ello con un cierto brío. El libro más importante que el Banco
dedicó al tema fue coordinado por el propio Chenery y se tituló
Redistribución y crecimiento. [36] Se publicó en 1974. Chenery era
consciente de que el tipo de crecimiento inducido por
la política de préstamos del Banco generaba un aumento de la
desigualdad. La preocupación del Banco fue expresada en muchas ocasiones
de forma muy clara por Robert McNamara: si no se reduce la desigualdad,
se asistirá a repetidas explosiones sociales y éstas
perjudicarán los intereses del mundo libre, cuyo liderazgo ha asumido
Estados Unidos.
Chenery no compartía el punto de vista expresado por Simon
Kuznets [37] en los años 50, según el cual después de una fase necesaria
de aumento de la desigualdad durante el despegue económico, ésta es
posteriormente resorbida. La necesidad de ver crecer
la desigualdad estaba muy arraigada en el Banco, como lo prueban las
palabras de su presidente, Eugene Black, en abril de 1961: «La
desigualdad de la renta depende necesariamente del crecimiento económico
[que] da la posibilidad a la gente de escapar de una
existencia en la pobreza.» [38] Sin embargo, los estudios empíricos
realizados por el Banco en la época de Chenery desmienten las
afirmaciones de Kuznets. [39] En el 2006, en el informe del Banco
Mundial sobre el desarrollo en el mundo titulado Equidad y desarrollo
se vuelve a hablar de la desigualdad como freno del desarrollo. [40] Su
enfoque es considerado, en el mejor de los casos, como de buen
marketing por James Wolfensohn (presidente del Banco entre 1996 y 2005) y
por su sucesor, Paul Wolfowitz.
Notas
[1]
El vocabulario para designar a aquellos países a los que el Banco
Mundial destina sus préstamos para el desarrollo ha evolucionado en el
tiempo: en un principio se empleó el
término “regiones atrasadas”, después se pasó a “países
subdesarrollados” para llegar al término “países en desarrollo” donde
algunos de ellos son denominados “países emergentes”.
[2]
«El período durante el cual el Banco tenía una opinión sólida de la
naturaleza del proceso de desarrollo, aunque poco hizo para alcanzarlo,
se extendió, grosso modo, hasta el
fin de los años 50, y coincidió con una fase de los préstamos del Banco
en la que la mayoría de éstos se dirigían aún a los países
desarrollados (en 1957, el 52,7 % de su financiación iba aún a estos
países).» Nicholas Stern y Francisco Ferreira, «The World
Bank as “intellectual actor”, 1997», en Devesh Kapur, John P. Lewis y
Richard Webb, The World Bank, Its First Half Century, 1997, vol. 2, p.
533.
[3]
«Los instrumentos de análisis neoclásico se aplican en general, sin
ninguna especificación, a las cuestiones que plantea el subdesarrollo.
El subdesarrollo o el bloqueo del desarrollo
no son objeto de un análisis sistemático en la teoría neoclásica»,
Gérard Azoulay, Les théories du développement, Presses Universitaires de
Rennes, 2002, p. 38.
[4] Nicholas Stern y Francisco Ferreira, op. cit., ibid.
[5]
Edward S. Mason y Robert E. Asher, The World Bank since Bretton Woods,
The Brookings Institution, Washington D.C., 1973, pp. 458-459.
[6] World Bank (BIRD), 8th Annual Report 1952-1953, Washington D.C., 1953, p. 9.
[7]
Eugene Black, «Tale of Two Continents», Ferdinand Phinizy Lectures,
delivered at the University of Georgia, April 12 , 1961, en Devesh Kapur
et al., op. cit., vol. 1, p. 145.
Eugene Black presidió el Banco de 1949 a 1962.
[8] Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo en el mundo 1986, Washington D.C., 1987, p. 4.
[9]
La verificación del predominio de los intercambios entre economías
dotadas de factores similares (intercambio de productos similares entre
las economías más industrializadas)
fue realizada por los trabajos de P. Krugman y E. Helpman durante los
años 80.
[10]
Walt W. Rostow es un economista influyente y también consejero político
de primer orden. Fue asesor de Robert McNamara durante la guerra de
Vietnam. Se encuentran en la red
algunas de las notas que remitiera a McNamara sobre la estrategia
política y militar a seguir con respecto a Vietnam del Norte y sus
aliados en 1964. Una nota titulada «Dispositivo militar y señales
políticas», del 16 de noviembre de 1964, es particularmente
interesante (http://www.mtholyoke.edu/acad/intrel/pentagon3/doc232.htm). Es importante señalarla para enfocar la relación
entre política económica y estrategia militar.
[11] Walt W. Rostow, Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista, Fondo de Cultura Económica, México, 1961.
[12] Señalemos que, según Rostow, Argentina ya había alcanzado la fase de despegue antes de 1914.
[13]
Siempre según Rostow, Estados Unidos llegó definitivamente a la etapa
del consumo de masas justo después de la Segunda Guerra Mundial, seguido
por Europa occidental y Japón.
En cuanto a la URSS, técnicamente estaba preparada para alcanzarla pero
debía aplicar un ajuste previo.
[14] Paul Samuelson, Economics, McGraw Hill, Nueva York, 1980, 11ª edición, pp. 617-618.
[15] Cheryl Payer, Lent and Lost. Foreign Credit and Third World Development, Zed Books, Londres, 1991, pp. 33-34.
[16]
Paul Rosenstein-Rodan, «International Aid for Underdeveloped
Countries», en Review of Economics and Statistics, 1961, vol.43, p. 107.
[17] Dragoslav Avramovic et al., Economic Growth and External Debt, Johns Hopkins Press for the IBRD, Baltimore, 1964, p. 193.
[18] Max Millikan y Walt W. Rostow, A Proposal: Keys to An effective Foreign Policy, Harper, Nueva York, 1957, p. 158.
[19]
Hollis Chenery fue en 1970 asesor del presidente del Banco, Robert
McNamara. En 1972 McNamara creó para él el cargo de vicepresidente
vinculado al de economista jefe. Más tarde
entró en la tradición. Ejerció las funciones de economista jefe y
vicepresidente del Banco de 1972 a 1982. Es, hasta hoy, el economista
que ha permanecido más tiempo como economista jefe; sus predecesores y
sucesores se mantuvieron en el cargo entre 3 y seis
años. Fuente: Nicholas Stern y Francisco Ferreira, op. cit., en Devesh
Kapur et al., op. cit., vol. 2, p. 538.
[20]
Hollis B. Chenery y Alan Strout, «Foreign Assistance and Economic
Development», en American Economic Review, 56, 1966, pp. 680-733.
[21]
Charles Oman y Ganeshan Wignarja, The Postwar Evolution of Development
Thinking, OCDE, 1991, citado por Stéphanie Treillet, L’Économie du
développement, Nathan, París, 2002,
p. 53.
[22]
Keith B. Griffin y Jean Luc Enos, «Foreign Assistance: Objectives and
Consequences», en Economic Development and Cultural Change, nº 18, 1970,
pp. 319-320.
[23]
Hollis B. Chenery, «Objectives and Criteria of Foreign Assistance», en
The United States and the Developing Economies, ed. G. Ranis, W.W.
Norton, Nueva York, 1964, p. 81.
[24]
Max Millikan había sido miembro del Office of Strategic Services (OSS) y
luego de la Central Intelligence Agency (CIA), su sucesora, y era
director del CENIS (Center for Internacional
Affairs) del Massachussets Institute of Technology, directamente
relacionado con el Departamento de Estado.
[25]
Max Millikan y Donald Blackmer, The Emerging Nations: Their Growth and
United States Policy, Little, Brown and Company, Boston, ed. 1961, pp.
x-xi.
[26] Ibid., pp. 118-119.
[27] Hollis B. Chenery y Alan Strout, op. cit., pp. 682, 697-700.
[28]
Bela Balassa, Development Strategies in Some Developing Countries: A
Comparative Study, John Hopkins University Press for the World Bank,
Baltimore, 1971; Jagdish Bhagwati,
Anatomy and Consequences of Exchange Control Regime, Ballinger for the
National Bureau of Economic Research, Cambridge, 1978; Anne Krueger,
Foreign Trade Regimes and Economic Development: Liberalization Attempts
and Consequences, National Bureau of Economic
Research, Nueva York, 1978.
[29]
Anne Krueger fue economista jefe y vicepresidenta del Banco desde 1982
(cuando Chenery fue destituido por Ronald Reagan, quien acogió en el
Banco a los partidarios de su orientación
neoliberal) hasta 1987.
[30]
Anne Krueger, Trade and Development: Export Promotion vs. Import
Substitution, citado por Stéphanie Treillet, op. cit., p. 37.
[31] Devesh Kapur et al., op. cit., vol. 1, pp. 215-233.
[32] Ibid., p. 218.
[33]
Ver en particular James P. Grant, «Development: The End of
Trickle-Down», en Foreign Policy, vol. 12 (otoño de 1973), pp. 43-65.
[34]
Refiriéndose al período 1974-1981, dicen: «De las inversiones
destinadas directamente a los pobres, la atención del Banco comenzó a
dirigirse a un fortalecimiento de los beneficios
indirectos destinados a ellos por el aumento del empleo en las
ciudades. En efecto, esta estrategia recurrió al enfoque del derrame.»,
en Devesh Kapur et al., op. cit., vol. 1, p. 264.
[35]
A propósito del giro operado en 1981-1982, escribían: «La reducción de
la pobreza dependerá en adelante del crecimiento y del efecto derrame.»,
en Devesh Kapur et al., op. cit.,
vol. 1, p. 336.
[36]
Hollis B. Chenery et al., Redistribution with Growth, Oxford University
Press for the World Bank and the Institute of Development Studies,
Londres, 1974.
[37] Simon Kuztnets, «Economic Growth and Income Inequality», en American Economic Review, nº 49, marzo de 1955, pp. 1-28.
[38] Citado por Devesh Kapur et al., op. cit., vol. 1, p. 171.
[39]
Recientemente, en su libro Le capital au XXIe siècle, Le Seuil, 2013,
Thomas Piketty presentaba una crítica muy interesante a la curva de
Kuznets. Piketty recuerda que en un
inicio, el propio Kuznets dudaba de lo bien fundada que podía estar su
curva, lo que no le impidió hacer una teoría con una larga vida.
De
todos modos, después de la salida de Chenery en 1982 y su reemplazo por
Anne Krueger, el Banco abandonó por completo la preocupación por el
aumento o el mantenimiento de la desigualdad,
a tal punto que se decidió no publicar más datos sobre el tema en el
Informe anual sobre el desarrollo en el mundo. Anne Krueger, como
veremos luego, no vaciló en retomar la curva de Kuznets por su cuenta,
haciendo del aumento de la desigualdad una condición
del comienzo del crecimiento ya que el ahorro de los ricos es capaz de
alimentar las inversiones. Hubo que esperar la llegada de François
Bourguignon como economista jefe, en el año 2003, para asistir a una
reactivación del interés del Banco en esta cuestión.[[François
Bourguignon, «The Poverty-Growth-Inequality Triangle», trabajo
presentado en el Indian Council for Research on International Economic
Relations, Nueva Delhi, 4 de febrero de 2004.
[40] Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo en el mundo 2006, Equité et développement, Washington D.C., 2005.
http://siteresources.worldbank.org/INTWDR2006/Resources/477383-1127230817535/WDR2006overview-fr.pdf
Facebook41 Twitter Pinterest LinkedIn WhatsApp Compartir
Del mismo autor
-Les mensonges théoriques de la Banque mondiale
27/06/2019
-Las falacias teóricas del Banco Mundial
27/06/2019
-El Manifiesto de ReCommons: una iniciativa para hacer avanzar la izquierda popular en Europa
29/04/2019
-The mountain of corporate debt will be the seed of the next financial crisis
16/04/2019
-A montanha de dívidas privadas das empresas estará no âmago da próxima crise financeira
16/04/2019
-La montaña de deudas privadas de las empresas estará en el corazón de la próxima crisis financiera
16/04/2019
-Romper el silencio sobre el repudio de las deudas odiosas
05/04/2019
-La crisis económica y los bancos centrales
29/03/2019
-Bolsonaro ordenó la celebración del golpe de estado militar de 1964
26/03/2019
-Bolsonaro ordenou a celebração do golpe de Estado militar de 1964
26/03/2019
de: Alai-AmLatina <alai-amlatina@alai.info> a través de
alainet.org
responder a:
info@alainet.org
para:
alai-amlatina@alai.info
fecha: 27 jun. 2019 13:29
asunto:
[alai-amlatina] Alainet.org Al Día - 27/06/19
firmado por:
alainet.org
:
Importante según el criterio de Google.
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
1º de julio 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario