Pedro Francke
La Confiep presentó
la semana pasada su “Agenda País”. En una frase: no tienen ninguna visión
nacional sino apenas un listado de reclamos orientados a que sus grandes
empresarios ganen aún más dinero.
SIN MAS HORIZONTE QUE EL DINERO A CORTO PLAZO
Acá algunos de los
temas en los cuales a la “agenda” de la Confiep se le ve muy claramente el
fustán de los negocios millonarios. La “agenda” tiene, por ejemplo, un rubro
llamado “automotriz”. ¿Es acaso que el Perú tiene alguna industria de autos o
la Confiep propone promoverla? No. Su única propuesta es que les bajen los
impuestos porque están vendiendo menos que el año pasado; aunque ya el MEF les
hizo una rebajita no les parece suficiente. La Confiep no dice una palabra
sobre la congestión de tráfico, la contaminación por humos, la urgencia de una
reforma del transporte y de promover la bicicleta. Sobre el tema del
transporte, a la Confiep no se le ocurre otra idea que facilitar el que
ingresen más carros petroleros a menor precio. Vaya visión de “país”.
Su balance y
propuestas de las universidades privadas es igual de limitado y sesgado. No
dicen ni una línea sobre el problema de las universidades-estafa, como Telesup
o Alas Peruanas, que brindan una educación de pacotilla. Lo que reclaman es más
ventajas para que algunos vivazos hagan grandes ganancias con ofertas
educativas de ínfima calidad otorgando títulos en pocos años o haciendo una
educación a distancia sin requisitos mínimos, fórmulas que Telesup y varias de
estos sinvergüenzas han aprovechado para sus negocios. También pide la Confiep
que una universidad licenciada pueda abrir otras carreras y otras sedes sin
regulación previa, otra de las fórmulas utilizadas hasta el hartazgo por las
universidades-estafa al punto que se abrieron universidades hasta en garajes o
mercados y se abrieron carreras de medicina que son un verdadero peligro
público. Está claro que aunque de boca para afuera diga lo contrario, la
Confiep quiere traerse abajo la nueva ley universitaria y regresar al sistema
desregulado y mercantilizado al extremo que impuso Fujimori. ¿Investigación,
calidad, ajuste de la oferta a las necesidades del desarrollo, responsabilidad
social? Ninguna de esos temas esenciales para un buen sistema universitario forman
parte de la agenda de la Confiep.
No faltan en la
agenda de la Confiep varias de sus demandas de siempre. Para la minería quieren
que se recorte la consulta previa a los pueblos indígenas y se reduzcan las
facultades del ministerio del ambiente. Para las petroleras quieren que se les
facilite la deforestación y que el estado no declare nuevas Áreas Naturales
Protegidas donde ellas puedan hacer negocio. Para los grandes pesqueros quieren
evitar que se cobre algo justo por la explotación del recurso natural,
sentándolos donde el estado discute el ajuste de las regalías. Para la
agroexportación, quieren que sigan las exoneraciones tributarias y dejando de
pagar 300 millones anuales de contribuciones a EsSalud, lo que nos desfinancia
la atención a todos los asegurados. En energía, como la reguladora no hacen lo
que les conviene quieren sacarla del camino y piden la reorganización de
Osinergmin, con bajada de llanta de pasadita. Cada sector extractivo quiere
llevar más agua para su molino, o mejor dicho millones para sus billeteras, con
nuestros recursos naturales.
INFRAESTRUCTURA,
PRIVATIZACIONES Y CORRUPCION
En el caso de la
infraestructura, puertos y carreteras, la Confiep está en otro mundo, uno en el
cual no hay corrupción ni Odebrecht ni Graña y Montero. No se han dado por
enterados de las decenas de millones de dólares pagados en coimas a ex
presidentes, gobernadores regionales y alcaldes, del robo sistemático
reconocido por las grandes constructoras cuando ya no les quedaba más remedio,
de la trafa repetida de los arbitrajes arreglados por rufianes de cuello y
corbata. Nada de eso existe para la Confiep.
La Confiep es el
gran gremio de los empresarios peruanos, incluyendo a las grandes empresas
encargadas de la inversión en infraestructura de las últimas décadas, que
formaban parte del “club de la construcción” pagando grades coimas para robar
miles de millones. Pero eso no les merece comentario alguno. ¿El que Walter
Piazza era al mismo tiempo directivo de CAPECO y la Confiep y cabeza del “club
de la construcción” les parece irrelevante? En el momento actual es
indispensable hacer reformas a la gobernanza empresarial para evitar que esto
se repita a futuro. Pero la Confiep no aporta una línea al respecto.
No solo eso: la
Confiep insiste en que bajo el mismo esquema de las Alianzas Público-Privadas
(APPs) gracias a las cuales pagamos unos peajes abusivos, ahora se privaticen
los hospitales Cayetano Heredia, Hipólito Unanue y otros en Lima y Piura, que se privaticen las empresas de agua
potable incluida Sedapal, que se hagan APPs para colegios de alto rendimiento y
“grandes bolsas” de colegios. Es decir, reclaman que el mismo modelo con el que
nos han robado y nos siguen robando en muchas carreteras, se amplíe a otros
sectores mucho más difíciles de regular como los grandes hospitales y muy sensibles
como el agua y la educación. Irresponsables.
LABORAL: LA VERDAD
YA SE PASAN
Hemos discutido
antes, en estas páginas, la reiterada propuesta de la Confiep de facilitar los
despidos, algo en lo que insisten ahora trazando una ruta legal para hacer
lobby ante el Tribunal Constitucional. Para ellos el mercado laboral es muy
rígido, a pesar de que en los años pasados más de 200 mil trabajadores hayan
sido reemplazados por venezolanos peor pagados y explotados.
La cereza del
pastel es su propuesta de que el estado le pague a las empresas para que los
trabajadores con contratos temporales pasen a ser trabajadores a plazo
indefinido. Es decir, para que las empresas cumplan su obligación legal de
contratar de manera permanente a quien cumple labores permanentes, ahora quieren
que les paguemos por eso. No señor, lo lógico en una legislación laboral razonable
es que los contratos temporales sólo puedan aplicarse a aquellos trabajos que
tengan naturaleza temporal. Evidente. Eso aquí ha sido completamente desnaturalizado
por la alianza Fujimori – Confiep con el
objetivo de que los empresarios puedan despedir a su antojo y así negar el derecho a
la sindicalización.
No cabe pagarles a
los empresarios porque cumplan con lo que un régimen laboral razonable debe
establecer. Por el contrario, que la Confiep pida esos subsidios es muestra de
que están haciendo contratos temporales donde eso no corresponde y que lo que
hace falta es un cambio legal que ponga freno a esos abusos.
PECADO POR OMISIÓN
Un buen gremio
empresarial con visión de país debiera incluir los grandes temas nacionales en
su “agenda país”: la democracia, la lucha contra la corrupción, la seguridad
ciudadana, las relaciones del Perú en el mundo, la cultura en sus múltiples
expresiones, el cuidado del ambiente, el avance del conocimiento, los derechos
humanos y la equidad. Tratándose de la Confiep, no le pidamos peras al olmo. A
nuestros grandes empresarios les cuesta mucho levantar la vista de sus
abultadas cuentas bancarias; esta agenda muestra que a pesar de sus millones su
mirada tiene un alcance mucho más limitado que la CGTP.
Pero aun
quedándonos en la esfera de lo económico, hay ausencias brutales en la agenda
de la Confiep. La innovación tecnológica, por ejemplo. ¿Cómo una agenda
económica al país puede no tomar en cuenta la sociedad de la información, las
comunicaciones que 4G y 5G, la robotización y la inteligencia artificial? ¿Es
que no pueden ver más allá de sus narices?
Si la Confiep no
mira al futuro, como mínimo debiera considerar otras experiencias de
desarrollo. Pero su agenda no incluye para nada al sector industrial. ¿Es que
los avances económicos de China, como antes de Corea del Sur y Japón, no les
dice nada? El impulso a la diversificación productiva para sumar otros motores
a la economía, algo que ya está instalado en las agencias mundiales y bancos
multilaterales de desarrollo, les es totalmente ajena. No la ven. Quieren
seguir con lo mismo que siempre han hecho, sin mayor esfuerzo creativo, pero
reclaman que el estado les de más ventajas para elevar sus millonarias
ganancias. La palabra técnica para definirlos es empresarios RENTISTAS.
Una pena. Es
realmente lamentable que tengamos un empresariado que, en su más alta
representación y donde se concentran grandes grupos económicos cuyos dueños han
acumulado billones, presente una lista de reclamos orientados a beneficiar a
sus integrantes y sin ninguna visión de país ni propuesta de desarrollo. Con
todas sus debilidades el SUTEP, que esta semana se sumó a la lucha por la
igualdad y la educción con enfoque de género, yendo mucho más allá de los
intereses inmediatos del profesorado, podría darle a la Confiep algunas clases que
necesita a gritos.
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