Vizcarra. Un presidente (si, en minúscula) totalmente servil a las transnacionales. En su pugna con el sector fascista de Fuerza Popular y el Apra, quiere demostrar a la clase dominante y al imperialismo que su liderazgo liberaloide puede llevar adelante y con éxito la ofensiva neoliberal, de mayor saqueo de los recursos naturales, de aplicar una mayor sobreexplotación de los trabajadores y de mantener al país como gran mercado consumidor de productos extranjeros; aunque para esto tenga que depredar el ambiente y arrasar a las comunidades andino-amazónico, reprimir las protestas sindicales y populares, y llevar a la bancarrota total al Perú, sin industrialización, sin una agricultura y sin un comercio soberanos.
Pero se alza una creciente protesta y resistencia popular frente a esa ofensiva neoliberal. Y el cogobierno neoliberal ensaya su táctica liberaloide de demagogia y represión: imponer el principio de autoridad. El actual Estado no sirve para conciliar, sino para someter al pueblo en favor de los explotadores. El Estado es la violencia organizada que la clase dominante descarga sobre la clase trabajadora.
No hay licencia social para Tía María, pero el gobierno le da la licencia de construcción. La empresa Southern Copper Corporation dice que hay una mayoría silenciosa que acepta el proyecto minero. La Sociedad Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) y la CONFIEP aplauden el buen cumplimiento de su orden por parte del cogobierno neoliberal, todavía liderado por Vizcarra. Se enciende la protesta y el gobierno dice que no se empezará actividades de construcción mientras la empresa no logre la aceptación de la población directamente impactada. Y para patentar sus palabras envia una buena dotación de policías listos a prevenir y reprimir.
Descifremos: Luego de la represión a un "grupúsculo de revoltosos antimineros" conseguirá la licencia social de esa mayoría silenciosa, porque, claro, la represión impondrá el silencio mediante la violencia del capitalismo neoliberal. Y ese silencio impuesto por la fuerza de las armas, será la corroboración que la mayoría quiere la minería aunque se sabe que arruinará la actividad agrícola. Esa es la lógica del capitalismo-imperialismo.
Veremos como se desarrolla esta contienda. Los que estamos del lado del pueblo y contra la ruina que trae el neoliberalismo desde ya estamos colocados con la resistencia del Valle el Tambo y del pueblo de Arequipa. Y todo el sur comienza a coordinar y unificar sus luchas. Es momento oportuno para que todas las fuerzas patrióticas, democráticas y progresistas levanten la bandera de unidad popular sobre la base de un programa concreto y común. Hagamos realidad el frente unido del pueblo, actuando de manera sincera y genuina.
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