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HUNDIMIENTO DEL PERÚ O RESURGIMIENTO DEL PERÚ
Desde aquellos tiempos de la conquista española, que solo apetecía del
nuevo mundo, América, y en forma particular, el Perú, como lugar
preferido del oro y de la plata, hoy, cerca ya a los
doscientos años de vida republicana, el Perú no ha cesado de seguir
siendo- dentro de unas nuevas condiciones de producción y nuevo concepto
de riqueza como producto de la producción industrial de un nuevo modo
de producción: Capitalismo-un país de economía
colonial, dependiente de los capitales transnacionales, que solo
aceptan un Perú como depósito de materias primas, como mercado para sus
productos e inversiones de capitales, en provecho solo de su propio
desarrollo industrial. Aquí está la razón que explica,
por ejemplo, las averiguaciones de las investigaciones de intelectuales
peruanos que expresan como conclusión de su búsqueda, que “los aportes
de la minería tanto en avance de la economía nacional como el de
generación de empleos, es pobrísimo”; muy aparte
de la contaminación y la naturaleza muerta que dejan una vez terminado
la veta del mineral, como el de la completa orfandad en que quedan
cientos de familias de mineros sin empleo y sin ninguna condiciones que
garanticen la vida futura de él como el de su
familia. Frente a esta situación, la indiferencia e indolencia del
Estado y sus instituciones es más fría que el hielo del huascarán.
Una economía colonial cuyo fundamento económico radica en ser depósito
de materias primas, está sujeto a las alzas y a las bajas de los
minerales en el mercado mundial, como a las nuevas innovaciones
tecnológicas, tan cambiantes, que mandan al archivo, temporal o
definitivo, a muchas de aquellas materias primas. El caso del guano y el
salitre en los albores de la república, bajo nuevas condiciones, se
editan en el presente. El parasitismo de esa clase
intermediaria de ayer, sigue siendo la misma hoy; y como si fuera poco,
levantan la consigna propia de un parasitismo de abolengo: el Perú es
un país minero. Aquí está la madre del cordero del por qué en toda esta
vida republicana, el Perú jamás ha tenido
un “Programa de desarrollo”. Aquí está la madre de cordero del por qué
las campañas electorales, de frondosos partidos, solo ofrecen el engaño
de los” Planes de gobierno”. Aquí está la madre del cordero del por qué
el Perú es un país tercermundista o de eterno
país en vías de desarrollo.
No existe la pobrísima acusación de “anti mineros”; lo que sí existe es
el colonialismo mental, que proviene de una economía colonial. El
Estado y sus instituciones es la madre de este defecto
elevado a su máxima expresión. Son los que hunden el Perú.
Por el camino del Cambio Social.
El
pueblo trabajador no cesa de luchar, porque él es el principal actor
del drama social. Sus largas jornadas de
lucha, en medio y a través de contradicciones, le aleccionan que toda
unidad sin lucha no sirve, como toda lucha sin unidad tampoco sirve.
Unas de las grandes limitaciones que se tiene que vencer para poder
avanzar es el localismo como individualismo en la
lucha, tan disperso como la superficialidad del mapa geográfico. Por
eso, nada como un
PROGRAMA DE CAMBIO SOCIAL, puede tener el alma llena de:
lucha-unidad-lucha, por la liberación de las fuerzas productivas. Es la
luz que alumbrará poniendo hoy como tarea perentoria la
PREPARACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN. Las jornadas masivas permanentes
es como una inscripción abierta a los cientos de activistas en esta gran
tarea histórica. Son los que luchan por el Resurgiendo del Perú; por la
dirección de la producción.
HFD.
25.08.19
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
25 de Agosto de 2019
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