jueves, 6 de enero de 2022

Marxismo e Izquierda

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I.    Marxismo e Izquierda

Como izquierda es término ligado a derecha, ambos se refieren a un eje, un centro, una línea de referencia. No hay izquierda sin derecha, pero ¿izquierda, de qué?

Culturalmente, como “el hombre es la medida de todas las cosas”, izquierda es lo que está al lado del corazón. Así, por su aspecto volitivo “el cora­zón es izquierdista" Pero el eje, la línea de referen­cia en el animal erguido es la columna vertebral.

Políticamente, el término izquierda se genera­lizó e impuso con la Revolución Francesa (1789), que difundió el Estado liberal (república parlamen­taria y democracia representativa) Así, inicialmen­te izquierda era la bancada parlamentaria que se ubicaba a la izquierda de la Mesa Directiva, del Presidente del Parlamento. En política, entonces, el eje, la línea de referencia para izquierda o de­recha es el Estado.

Respecto al Estado, el liberalismo lo señala como órgano de conciliación de clases. El mar­xismo lo señala como órgano de dominación de clase. Toda clase dominante tiene una doble fun­ción: función de dominio, función de servicio. La derecha representa y defiende la función de dominio. La izquierda representa y defiende la fun­ción de servicio.

Seis décadas después, el Manifiesto Comunis­ta (1848) hace el deslinde con la izquierda del Estado liberal. Analiza el trasfondo del socialis­mo reaccionario (feudal, pequeño-burgués, teórico importado), del socialismo burgués, del socia­lismo utópico.

Para el socialismo feudal, “nada más fácil que recubrir con un barniz socialista el ascetismo cris­tiano"

En la sociedad moderna se ha formado y se si­gue formando "una nueva clase de pequeños bur­gueses que oscila entre el proletariado y la burgue­sía”, que quiere “encajar por la fuerza los medios modernos de producción y de cambio en el marco estrecho de las antiguas relaciones de propiedad" El socialismo teórico importado “fue consecuen­te hasta el fin, manifestándose de un modo directo contra la tendencia 'brutalmente destructiva del comunismo y declarando su imparcial elevación por encima de todas las luchas de clases”

El socialismo burgués “desea remediar los ma­les sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa” Este socialismo "intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario” Pro­cura “únicamente reformas administrativas reali­zadas sobre la base de las mismas relaciones bur­guesas de producción”, sirviendo “para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su dominio y para simplificarle la administración de su Estado” El socialismo utópico "preconizaba un asce­tismo general y un burdo igualitarismo" Para este socialismo “el proletariado no existe sino bajo el aspecto de la clase que más padece" Sus seguido­res “se proponen alcanzar sus objetivos por me­dios pacíficos"

Estas corrientes, que ya tenían presencia cuan­do el Manifiesto Comunista, actualmente son co­nocidas como Izquierda liberal, como izquierda democrática. Representan y defienden la función de servicio del Estado liberal, de la república par­lamentaria, de la democracia representativa. Y es que los seguidores de estas corrientes "no ven en la miseria más que la miseria, sin advertir su as­pecto revolucionario, destructor, que terminará por derrocar a la vieja sociedad" (Miseria de la Filosofía) Sólo ven en el proletariado la clase que más padece, no la clase que más lucha. Su oposi­ción, pues, es de un tipo muy diferente a la oposi­ción del socialismo marxista. Como señala el Manifiesto Comunista, estas corrientes son “los diferentes partidos de oposición", ante los cuales el socialismo marxista tiene una definida actitud.

Después de más de siglo y medio de este aná­lisis, poco es lo que se puede agregar, primero para comprender lo que es izquierda: segundo para comprender las diferentes variedades de socialis­mo; tercero para comprender lo que es socialis­mo marxista.

II.     Izquierda y Oposición

En países donde la dictadura de la burguesía es plena, la democracia de la burguesía también es plena. Estados Unidos es el país que abrió el camino a la modernidad. Con la Guerra de Sece­sión la clase industrial derrotó a la clase terrate­niente y así impuso su dictadura plena. Respecto a la democracia, impuso su democracia plena con el bipartidismo partido republicano-partido demó­crata, dos facciones que se turnan en el gobierno; y así EUA difunde en el mundo entero su esquema gobierno-oposición. Cuando el partido repu­blicano está en el gobierno ejerciendo la función de domino, el partido demócrata está en la oposi­ción ejerciendo la función de servicio; y viceversa. Cuando el partido demócrata estuvo en el gobier­no, Kennedy invadió Cuba, pero fue repelido en Bahía Cochinos. Cuando el partido republicano estuvo en el gobierno, Bush invadió Iraq, con re­sultados igualmente adversos. Es decir, el partido en el gobierno, tiene que ejercer la función de do­minio, mientras el otro partido tiene que ejercer la función de servicio. Por supuesto, hay más par­tidos en EUA, pero con presencia mínima en el elec­torado y sin presencia alguna en los medios de co­municación. Este esquema lo siguen los demás paí­ses de la “civilización occidental y cristiana" con dictadura plena de la burguesía, como en Inglate­rra, Francia, Alemania, para no mencionar más.

En nuestros países “tercermundistas" eterna­mente “en desarrollo", donde no se ha estableci­do plenamente el bipartidismo se ha difundido la “tercera posición”, “Tercera Vía" que reúne a los partidos "de izquierda democrática" En ellos se visualiza más claramente la función de la izquier­da como oposición. Así:

Ideológicamente, izquierda es la que lucha por el cumplimiento efectivo del ideario liberal (liber­tad, igualdad, fraternidad) Lucha por cambiar la Constitución del Estado liberal convocando a una Asamblea Constituyente, o por reformarla median­te un Acto Legislativo del Parlamento. Pero toda Constitución nueva o toda Constitución reforma­da sigue siendo Constitución del Estado de la cla­se dominante, del Estado liberal.

Económicamente, izquierda es la que lucha por la "justa distribución de la riqueza", por “me­jores condiciones laborales”, que son condiciones de compra-venta en el mercado de productos (mer­cancías) y en el mercado de productores (fuerza de trabajo) Protesta contra la desregulación eco­nómica (ALCA) y flexibilización laboral (Nueva Legislación Laboral) del sistema dominante, pero sin cuestionar al Estado liberal que la programa sino al gobierno de turno que la ejecuta.

Políticamente, izquierda es la que hace oposi­ción al gobierno de turno. Actúa como su censor, fiscal o juez de lo que hace o deja de hacer. Es la típica oposición protestataria. El bipartidismo. el sistema de tijeras gobierno-oposición es la llave maestra para la perpetuación del sistema dominan­te, del Estado liberal. Pero el liberalismo (su parti­do) en el gobierno es más conservador que el conservalismo (representa la función de dominio), e igualmente el conservatismo (su partido) en la opo­sición es más liberal que el liberalismo (represen­ta la función de servicio) Y es que toda "tercera posición" respecto al capitalismo y socialismo re­presenta generalmente a una segunda, y por lo ge­neral a la negativa. De ahí los fiascos y desengaños que periódicamente ocurren en la política tradicio­nal con los opositores, con los protestatarios, con los promeseros de turno que llegan al Gobierno.

Socialmente, izquierda es la que clama con­tra el desempleo, subempleo, descalificación la­boral, pero sin analizar la crisis estructural del sistema que ha conducido al país a la desagrarización, desindustrialización, informalización. Sus candidatos, primero prometían "tantos millones de empleos”; ahora sólo prometen "generar em­pleo", pues cada gobierno de turno está en la obli­gación de "achicar el Estado" desligando a la cla­se dominante de su función de servicio y quedán­dose sólo con su función de dominio.

En este aspecto, la izquierda tiene caracterís­ticas generales y propias, que identifican siempre al partido de oposición mientras está en la o po­sición. La izquierda, "tercera posición", "Tercera Vía", en esencia actúa en pro del Estado liberal ideal, de la democracia ideal, que no se dan en la realidad de clases.

II.       Marxismo y Oposición

No obstante su limitación dentro del Estado liberal, la izquierda democrática hace oposición al gobierno de turno. Esta oposición es tanto en lo ideológico-teórico como en lo político-social. En­cabeza la lucha ideológica contra los que "irres­petan" el credo liberal, la sacrosanta trilogía liber­tad-igualdad-fraternidad, sin analizar de quién, por qué y para qué es esa trilogía. Su teoría eco­nómica no va más allá de la lucha por una “jorna­da laboral justa y un salario justo", sin analizar la relación económica básica del sistema, el porqué de la aberrante ganancia ante la limosna salarial. Políticamente, al perder las elecciones asume el rol de oposición con funciones de "censor, fiscal y juez" del gobierno de turno, capitalizando así la protesta popular. Socialmente, arrogándose la vo­cería del pueblo trabajador clama "contra el des­empleo. subempleo, descalificación laboral",-sin analizar la relación producción-productividad, pro­ductividad-desempleo, que así como ha logrado desarrollar el sistema lo lleva a su caducidad, a su inevitable reemplazo por un nuevo sistema social.

Ante esta oposición protestataria al gobierno de turno, el socialismo marxista representa la oposición contestataria al sistema dominante, al Estado liberal., a la democracia representativa. El Manifiesto Comunista define las dos clases fun­damentales en pugna. Señala que "Por burguesía se comprende a la clase de los capitalistas moder­nos, propietarios de los medios de producción social, que emplean el trabajo asalariado”, y que "Pequeños industriales, pequeños comerciantes y rentistas, artesanos y campesinos, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo, caen en las filas del proletariado; unos, porque sus pe­queños capitales no les alcanzan para acometer grandes empresas industriales y sucumben en la competencia con los capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad profesional se ve despreciada ante los nuevos métodos de producción. De tal suer­te, el proletariado se recluta entre todas las clases de la población." Proletariado no es. pues, sólo obrero industrial. Con la actual crisis mundial, se recluta de más y más capas de la población.

Engels recuerda que "Ya el Manifiesto Comu­nista había proclamado la lucha por el sufragio universal, por la democracia, como una de las primeras y más importantes tareas del proleta­riado militante”, (Prólogo 1895 a La Lucha de Cla­ses en Francia, de Marx, 1850) Así, en el Mani­fiesto Comunista, 1848, se lee que "Como ya he­mos visto más arriba, el primer paso de la revolu­ción obrera es la elevación del proletariado a cla­se dominante, la conquista de la democracia”, y que los comunistas "luchan por alcanzar los obje­tivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero al mismo tiempo defienden también, dentro del movimiento, el porvenir de ese movimiento"

Entonces, luchar por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos (derecho al trabajo emanci­pado. derecho a la vida digna) y representar y de­fender el porvenir de ese movimiento (derecho al cambio social) es la táctica fundamental del mar­xismo. Los objetivos inmediatos del movimiento no pueden ser separados del porvenir de ese movi­miento. Separados, uno conduce al socialismo do­mesticado, otro conduce a la bohemia subversiva.

Por eso los comunistas Io "apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente", y 2o “ponen en primer término, como cuestión fundamental del movi­miento la cuestión de la propiedad", la cuestión de la propiedad privada dominante.

Ésta es la táctica que diferencia el socialismo marxista de la izquierda democrática, táctica que guió a la victoria a más de una revolución social.

Por eso, comentando la actividad del Partido Comunista Francés, JCM señala que "En el voca­bulario comunista, el término parlamentario no tiene su acepción clásica. Los parlamentarios co­munistas no parlamentan. El parlamento es para ellos únicamente una tribuna de agitación y de crítica” (09.05.25)

Entonces, en el análisis de la realidad, el boi­cot electoral o contra el boicot deslinda la utiliza­ción del sufragio universal por parte del socialis­mo marxista 

En los hechos, más que en cualquier otro tema la Izquierda democrática y el socialismo marxis­ta se diferencian radicalmente en el tema electo­ral. Y aquí es donde se dibuja nítidamente la posi­ción ante la cuestión del Poder, ante el Estado. Como se sabe, en la mayor parte de los Estados históricos, los derechos concedidos a los ciuda­danos se gradúan con arreglo a su fortuna. Engels señala que con ello “se declara expresamente que el Estado es un organismo para proteger a la clase que posee contra los desposeídos” (El Ori­gen de la Familia, la Propiedad Privada y el Es­tado, 1884)

Así sucedía en Grecia, en Roma, en el Estado feudal. Así se observa en el censo electoral de los Estados de república parlamentaria y democra­cia representativa actuales. En el Perú, el censo de fortuna se impone desde la adquisición de Lis­ta de Adherentes para la campaña electoral.

Sin embargo, este reconocimiento político de la diferencia de fortuna no es nada esencial. Engels señala que en la república democrática la ri­queza ejerce su poder indirectamente, pero de un modo más seguro, Io con la "corrupción directa de los funcionarios", con la “alianza entre el Go­bierno y la Bolsa", alianza que se realiza “con tanta mayor facilidad, cuanto más crecen las deudas del Estado” y 3o “la clase poseedora impera de un modo directo por medio del sufragio universal”

En 1848 el Manifiesto Comunista señala que el primer paso de la revolución obrera es “la conquista de la democracia" En 1880 Marx señala que los obreros “han convertido el sufragio universal, de medio de engaño que había sido hasta aquí en instrumento de emancipación” Y en 1884 Engels recapitula esta experiencia señalando que “Mien­tras la clase oprimida -en nuestro caso el proleta­riado- no está madura para emanciparse ella mis­ma, su mayoría reconoce el orden social existente de hoy como el único posible, y políticamente for­ma la cola de la clase capitalista, su extrema iz­quierda. Pero a medida que va madurando para emanciparse ella misma, se constituye como un partido independiente, elige sus propios represen­tantes y no de los capitalistas"

Y concluye que “El sufragio universal es, de esta suerte, el índice de la madurez de la clase obrera. No puede llegar ni llegará nunca a más en el Esta­do actual, pero esto es suficiente. El día que el ter­mómetro del sufragio universal marque para los trabajadores el punto de ebullición, ellos sabrán, lo mismo que los capitalistas, qué deben hacer" 

Esto es lo que diferencia la izquierda liberal. la izquierda democrática, que participa en elec­ciones para ser gobierno "democrático” o para apo­yar al "mal menor”, y el socialismo marxista que participa en elecciones para que el termómetro del sufragio universal “marque el punto de ebullición” 

JCM tuvo posición definida ante el sufragio universal. En Temas de Nuestra América siguió atentamente el proceso electoral en EUA, la lucha eleccionaria en México, Nicaragua Uruguay, Argen­tina, Chile. Colombia. Señaló que "El perfecto hombre de Estado (Hoover) en un imperio de trust y monopolios es, sin duda, el perfecto hombre de negocios” (10.11.28) En Nicaragua, “La elección de un conservador habría tenido el aspecto de una imposición o un escamoteo electorales. Pero es­tas ventajas de la solución liberal no se habrían mostrado tan claramente si Sandino no hubiese mantenido impertérrito, su actitud rebelde. La pre­sidencia de un liberal tiene la función de reducir al mínimo los estímulos capaces de alimentar la hoguera sandinista” {19.1 1.28) Uruguay “En las últimas elecciones, ha tenido un candidato comu­nista a la presidencia. Un hecho que señala el lu­gar del Uruguay en la historia del sufragio” (01.01.27)         En Argentina, “concurrirán además a las elecciones, con candidatura propia, el Partido Socialista y el Partido Comunista. Pero, la concu­rrencia de ambos, sólo tiene por objeto afirmar la autonomía ante los dos bloques burgueses” Y que "El comunismo, conforme a su práctica mundial, asistirá a las elecciones con meros fines de agita­ción y propaganda clasistas" (1 1.02.28)

Así, agitación u propaganda clasistas y ter­mómetro del sufragio van de la mano.

 

V.    Socialismo Peruano e Izquierda

Cuando surgió el Socialismo Peruano, prime­ro fijó posición ante el aparato burocrático-mili- tar del Estado de la clase dominante, en la revista Nuestra Época (1918)

En el desarrollo de la teoría, JCM parte de que “el Estado demo-liberal es el órgano de la clase capitalista" (11-27) Explica que "El gamonalismo no está representado sólo por los gamonales propia­mente dichos”, que “El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del Estado" y que “Por consiguiente, es sobre este factor sobre el que se debe actuar si se quiere atacar de raíz un mal del cual algunos se empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas o subsidiarias” (X-27) 

Respecto al nuevo Estado, señala que "El ’ayllú, célula del Estado incaico, sobreviviente hasta ahora, a pesar de los ataques de la feudalidad y del gamonalismo, acusa aún vitalidad bastante para convertirse, gradualmente, en la célula de un Estado socialista moderno” (01.07.27)

Sobre esta base teórica, JCM señala que “El pensamiento revolucionario, y aun el reformista, no puede ser ya liberal sino socialista” y que “éste es un instante de nuestra historia en que no es posible ser efectivamente nacionalista y revolucio­nario sin ser socialista" (X-27)

Por eso, en su Punto de Vista Anti-Imperialista, ante la posición pequeño-burguesa de que "So­mos de izquierda (o socialistas) porque somos anti-imperialistas” contesta que “somos anti-im- perialistas porque somos marxistas, porque so­mos revolucionarios, porque oponemos al capita­lismo el socialismo como sistema antagónico lla­mado a sucederlo” (V-29) Es muy evidente, pues, el deslinde entre izquierda (democrática) y socia­lismo (marxista) Y esto fue posible porque ya an­tes había deslindado los campos entre oposición protestataria y oposición contestataria, declaran­do que "La vida de las clásicas ‘oposiciones’ crio­llas era sólo una serie de dramáticas protestas” y que “donde antes se ponía declamación, hay que poner ahora pensamiento" (XII-27)


Siguiendo la táctica del Manifiesto Comunis­ta, JCM apoya la organización de los empleados, pues "La defensa de la Ley (del Empleado), ace­chada por el despierto interés capitalista, tiene, sobre todo, el valor de un impulso a la acción”(21.10.27)        Y defiende el futuro del movimiento des­enmascarando a un sedicente Partido Laborista: "El partido laborista denuncia como perniciosas, disolventes y diabólicas las ideas revolucionarias. Pero se imagina suprimir los conflictos entre el capital y el trabajo con patriarcales y razonables, aunque asmáticos, consejos a obreros y patrones. Algunos manifiestos redactados en estilo de recur­so o petición a alguno de los poderes públicos, bas­tan para resolver alegremente la cuestión social”(08.12.28)        Por eso declara tajantemente que “Con­denamos como oportunista toda política que plan­tee la renuncia momentánea del proletariado a su independencia de programa y acción, la que en todo momento debe mantener íntegramente” (111-30)

 

Después de que JCM nació a la inmortalidad (16.04.30), una disidencia del Socialismo Perua­no llamó a formar soviets y enarboló “el derecho de las naciones quechua y aymara a la autodeter­minación" Otra disidencia pasó a servir en la “Ofi­cina Obrera de la Casa Política" del candidato de la oligarquía, llamando incluso a constituir un nuevo partido para servirle mejor. La Obra de JCM salió de circulación, y por lustros poco o nada se supo de ella, por obra y gracia de la reacción ex­terna y de los detractores internos.

 

La IIG-SP tuvo que enfrentar a su turno la des­viación del FLN al electorerismo, y el brote insur­gente juvenil del ELN. Y la I1IG-SP también tuvo que enfrentar a su turno el electorerismo de IU y el "terror excitante" de Sendero Luminoso. En uno u otro caso, la táctica del Manifiesto   Comunista, la láctica del Socialismo Peruano fue echada por la borda. Es una amarga experiencia de no olvi­dar jamás. Experiencia "pagada con sangre”

En este siglo XXI es más urgente que nunca diferenciar izquierda democrática, liberal, de so­cialismo marxista. Estados Unidos ha pasado de la "lucha contra el comunismo y el oro de Moscú” a la “lucha contra el terrorismo y el oro del narco­tráfico" Criminaliza la protesta popular y los gru­pos disidentes son acusados de "auxiliadores del terrorismo y del narcotráfico” Se ha preparado muy bien para su nueva lucha final.

Los activistas que lucharon por la Independen­cia fueron vilipendiados como “bandidos” Deteni­dos. sus cabezas fueron exhibidas en caminos rea­les y entradas de las ciudades. Aún así, los patrio­tas lograron la independencia del yugo colonial. Son los que ahora son homenajeados en este Bi- centenario de la Independencia Americana. Y es que "donde hay opresión hay resistencia" Y que "sin luchas no hay victoria"

Por eso, respecto a izquierda-socialismo, sa­ber diferenciar lo que es izquierda democrática de lo que es socialismo marxista y restablecer la láctica del Manifiesto Comunista, es la tarea más apremiante ahora, tanto a nivel nacional como in­ternacional.

 

Ramón García R.

ragarro2002@gmail.com

 

 Del libro Socialismo Peruano Hoy, de la página 125 a la 138

 

 

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