Alberto Ampuero (especial para
ARGENPRESS.info)
Aquí la
historia:
Hace exactamente
cinco años uno de los mayores bancos de inversión del mundo, Lehman Brothers,
colapsó y su fin marcó el inicio de la mayor crisis financiera desde la Gran
Depresión; pero no fue la causa.
La crisis
financiera ya había comenzado en Estados Unidos en diciembre de 2007, siete
meses antes de la caída de Lehman.
Fue la
confluencia de varios factores la que la produjo: la concesión de préstamos por
parte de los bancos a clientes que no lo merecían, el pobre trabajo de las
agencias que ponen nota a la deuda, una regulación financiera laxa y una serie
de incentivos públicos que animaron a que se prestara y se pidiera prestado. En
otras palabras, el dinero fácil y el aparente exceso de liquidez hincharon la
burbuja durante la expansión hasta explotar.
El 15 de
septiembre de 2008 quebró Lehman Brothers, y su bancarrota provocó una
devastadora onda expansiva (la Bolsa de Nueva York se hundió más de un 40%) que
forzó al Gobierno a abrir el grifo de las ayudas para salvar su sistema
financiero.
Washington
ofreció asistencia sin límite a las entidades hipotecarias semipúblicas Fannie
Mae y Freddie Mac, salió en auxilio de la gigantesca aseguradora American
International Group (AIG) y después lanzó el salvavidas nada menos que a Bank
of America y Citigroup, señaló Sandro Pozzi
La Reserva
Federal cifra en 12,6 billones de dólares la cantidad que movilizó para
estabilizar el sector financiero, lo que equivale a más del 80% del PIB de
2007. Eso sin contar con unos tipos de interés estancados en el 0% desde
diciembre de 2008 y tres rondas de estímulos que provocaron que el balance de
la Reserva Federal se multiplicara por cuatro.
Cinco años
después, la parte del plan de rescate correspondiente a la banca tiene unos
beneficios de 27,600 millones. Pero no logró contener el desbarranque de las
clases media y trabajadora.
A cuatro años
del final oficial de la recesión hay 11,3 millones de parados y 10,6 millones
de personas subempleadas -forzadas a trabajar a tiempo parcial- o que se
declaran frustradas con las perspectivas laborales.
La recuperación
del colapso escenificado con el derrumbe de Lehman Brothers está siendo, por
tanto, desigual en la población.
Un estudio
elaborado por Associated Press-NORC y The Center for Public Affairs Research
concluye que la brecha entre pobres y ricos es cada vez más amplía.
“No existe
igualdad, ni en la crisis, ni en la recuperación”, asegura Andrew Sum, director
del Centro de Estudios del Mercado Laboral en la Universidad Northeastern (Boston,
Massachussets). “Mientras que unos están en plena depresión, otros disfrutan de
pleno empleo”.
A la vez que las
familias de bajos ingresos -aquellas que cobran 20,000 dólares o menos al año-
han llegado a una tasa de desempleo del 21%, las que cuentan con altos ingresos
-que ganan 150,000 dólares o más anualmente- tienen un índice de paro del 3,2%.
Esta disparidad entre ricos y pobres ofrece los primeros datos que muestran en
qué medida el factor empleo ha contribuido a la erosión de la clase media, continúa
el informe.
En este momento
en Estados Unidos la clase media está siendo contratada en trabajos por debajo
de su preparación y de menor salario. Muchos de ellos están siendo desplazados
a empleos no especializados, de bajos ingresos, en los que son obligados a
trabajar menos horas o son despedidos, dice el informe.
Para el Premio
Nobel de Economía Paul Krugman la política del gobierno desde Lehman ha sido un
"terrible fracaso". La Reserva Federal sigue inyectando dinero en la
economía a través de compras de bonos por 85 mil millones de dólares al mes y
mantiene tasas ultrabajas.
Krugman pide
"un impulso masivo" al empleo. Es decir, dar un impulso lo
suficientemente fuerte a la creación de empleo para compensar los efectos de la
recesión económica y posponer la austeridad fiscal y las subidas de impuestos
hasta que el sector privado estuviese listo para tomar el relevo.
El informe sobre
la creación de 169.000 empleos en agosto no ha sido malo, dice. Pero teniendo
en cuenta lo deprimida que sigue estando la economía, lo cierto es que se
debería estar creando más de 300.000 puestos de trabajo al mes, no menos de
200.000. Como señala el Instituto de Política Económica, se necesita más de
cinco años de crecimiento del empleo a este ritmo para volver al nivel de paro
que predominaba antes de la Gran Recesión.
¿Por qué la reducción del paro no es una
prioridad política de primer orden?
“Por la
perniciosa obsesión de la élite política con los déficits presupuestarios”,
dice Krugman. “Una obsesión que ha llevado a los Gobiernos a recortar la
inversión cuando deberían estar incrementándola, y a destruir empleo cuando la
creación de empleo debería haber sido su prioridad”
Alberto Ampuero es periodista de
Riverside, California.
de: ARGENPRESS
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fecha: 20 de septiembre de 2013 12:04
asunto: ARGENPRESS.info - Resumen de
noticias del 20/09/2013
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enviado por: googlegroups.com
firmado por: googlegroups.com
Nota.-
El
Socialismo Peruano, en su Cuarta
Etapa histórica comienza a actuar en una realidad diferente. Hace un siglo se
avizoraba que el sistema dominante entraba en su etapa superior. Esto ahora no
sólo es realidad sino que se hace cada vez más evidente la crisis terminal del sistema. Por supuesto, esto no será reconocido
ni aceptado pacíficamente, como no fue aceptado por los anteriores sistemas
dominantes.
Entonces,
las Nuevas Oleadas de Activistas tienen la posibilidad, al captar esta realidad,
de fortalecer su convicción del gran rol histórico a cumplir que tienen por
delante. Superarán mil y una dificultades. ¡Y
lucharán por un Perú Integral!
Ragarro
01.10.13
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